falleció en Córdoba antes del 17 de Marzo de aquel año consta por el acta del cabildo celebrado por su Ayuntamiento en este día; que el fallecimiento acaeció el día II échase de ver por el acta del 28. Conviene buscar su testamento en el Archivo de Protocolos de Córdoba, pues probablemente dará mucha luz acerca del estado y situación de toda su larga y muy repartida descendencia.

El licenciado Pérez Madueño, sucesor de Juan de Cervantes en la letradía de la Ciudad, juró en el cabildo de 24 de Marzo:

"En este ayuntamiento entró el licenciado Juan Perez Madueño por letrado desta çibdad, por vacacion del licenciado Cervantes, el qual juró por Dios e por Santa Maria de hazer lo que deve y es obligado como letrado desta çibdad."

XIII

DOCUMENTOS LIX, LX, LXII, LXIII, LXIV, LXV, LXVI Y LXVII

Todos estos documentos se refieren a personas de la familia de doña Catalina de Palacios Salazar y Vozmediano, quien, nacida en Esquivias por Noviembre de 1565, había de contraer matrimonio con Miguel de Cervantes a 12 de Diciembre de 1584.

Fernando de Salazar Vozmediano, hijo de Gonzalo de Salazar y de Catalina de Vozmediano, a quienes ya conocemos por los documentos XVII y XIX y por la nota correspondiente, fué hombre tan para poco-o tan para mucho según se quiera mirarlo, que una vez que desempeñó la mayordomía de la Cofradía del Rosario, en la iglesia de su lugar (1567), salió alcanzado en 28.000 maravedis, que aún no había acabado de pagar a la hora de su muerte, ocurrida diez y siete años después. De su

matrimonio hubo por hijos, además de doña Catalina, a Francisco (1577) y a Fernando (1581), que antes del año de 1610 había entrado en religión y se llamaba fray Antonio de Salazar, según consta por el testamento de su dicha hermana (1). El testamento del suegro de Cervantes, otorgado a 1.o de Febrero de 1584, diez meses y medio antes del casamiento de su hija, es patente demostración del ruinoso estado en que se encontraba aquel pobre caudali!lo de aldea. Sobre no haber podido pagar enteramente, como dije, los 28.000 maravedís de su descubierto de antaño, Fernando de Salazar debía el salario a María la de Seseña, una criada que tuvo, y a otra llamada Juana, que se había muerto sin cobrar el suyo. Además, tenía empeñados en poder de una mesonera de Toledo dos agnusdei de oro, por diez y seis reales de ciertos días de hospedaje. Quizás debía estos dineros desde poco después de Octubre de 1580, mes en que, con poder de María de Salazar, su cuñada, había vendido en Toledo una esclava de la poderdante. De todas maneras, pasó en triste y rematada inopia los postreros años de su vida.

Los documentos LXII y LXVII se refieren á diversas personas de la familia de la mujer de Cervantes, parientes cuyo conocimiento puntual no nos interesa mucho.

XIV

DOCUMENTOS LXI Y LXIX

Muerta doña Francisca, mujer de Andrés de Cervantes, éste dió madrastra a sus hijos, contrayendo en Cabra nuevas nupcias, antes de Marzo de 1580, con Elvira Rodríguez, viuda de Bartolomé Sánchez del Pino. Cómo andaría de entonces en adelante aquella casa, habiendo

(1) Pérez Pastor, Documentos cervantinos, tomo I. pág. 160.

hijos de dos matrimonios, y aun del tercero, si, como es probable, lograron nueva sucesión los dos viudos, colígese del documento LXIX: Rodrigo de Cervantes, aún no cumplidos los veintitrés años, se resolvió a irse a la guerra, acaso huyendo de la de su hogar, para lo cual tomó fiados de un mercader paño y seda con que vestirse, y cuyo precio había de pagarse, no del caudal del alcalde or dinario, su padre, sino de la renta de ciertos censos del hijo, quizá procedentes de su herencia materna.

XV

DOCUMENTO LXVIII

Que por el otoño de 1586, a los dos años de casados y a los tres meses de entregada la dote, solían residir en Esquivias Miguel de Cervantes y su mujer doña Catalina de Palacios, pruébase con esta partida bautismal, en que figuran como padrinos.

XVI

DOCUMENTOS LXX-LXXV Y LXXVIII, LXXX Y LXXXI

Copio y hago mías las acertadas y sentidas palabras con que el hoy secretario de la Real Academia Española, don Emilio Cotarelo, escritor muy erudito, comenzó a reseñar, en sus utilísimas Efemérides cervantinas (1), las penosas comisiones que hicieron a Cervantes recorrer cien veces las tierras de la región andaluza.

"Empezamos a tratar-dice-de las comisiones que (1) Madrid, 1905. En 8.o

durante cerca de diez años desempeñó Cervantes en Andalucía: materia enojosísima, de la que sólo se obtienen conclusiones negativas, hablando en sentido literario; útil. cuando más, para acabar de anular la leyenda argamasillesca, o, por lo menos, reducirla a justos límites.

"Dolor y fatiga causa aun hoy ver al infeliz Cervantes bregar con tantos miles de arrobas de aceite, de fanegas de trigo y cebada; tratar con arrieros, molineros, carreteros, bizcocheros, alguaciles y demás gente de este jaez; rendir tres, seis y ocho veces una misma cuenta; prestar multitud de fianzas; sufrir excomuniones inmotivadas y encarcelamientos por quiebras ajenas; litigar pleitos injustos; caminar de un lado a otro sin descanso, en invierno y en verano, por diez y doce reales de salario, y al cabo de todo este inmenso trabajo, salir más pobre que había entrado en él.

"Lo asombroso es que Cervantes, después de salvar la vida y la razón (que no fué poco), no hubiese salido alcanzado más que en una mísera suma de setecientos y tantos reales, y aun ésa, con mucha duda. Otro cualquiera, procediendo con tanta probidad y limpieza como él, habría salido deudor por cientos de miles de maravedís, cuando tantas gentes intervenían en aquellas provisiones, en tan diversos lugares a la vez y en tan largo espacio de tiempo. Verdaderamente, y sin mermar un ápice su habilidad como administrador, hay que convenir en que, o tuvo suerte. o supo elegir personas honradas como auxiliares.

"La necesidad de acopiar grandes cantidades de víve. res para abastecer la Armada Invencible hizo que Felipe II nombrase por proveedor general un Consejero de Hacienda llamado Antonio de Guevara, que había de tener su centro y residencia en Sevilla. No pudo ir tan pronto allá, por las inevitables dilaciones cuando hay que recoger grandes sumas de dinero, y, en tanto, delegó en el Juez de la Audiencia de Sevilla, don Diego de Valdivia (de quien hizo cariñoso recuerdo Cervantes en la novela de El Licenciado Vidriera), sus facultades para empezar los acopios de vituallas.

"Cervantes se había trasladado a Sevilla, esperanzado de obtener algún empleo en este gran movimiento de personal, y el juez Valdivia le comisionó para recoger en el partido de Ecija todo el trigo que pudiese, e irlo remitiendo a Sevilla. No consta la fecha de este primer nombramiento; pero sí que durante este año (1587) empleó en sus comisiones ciento doce días, por lo cual debe suponerse que Cervantes entró en Sevilla al declinar el estío de 1587, en ocasión oportuna para recoger el grano.

"La saca de trigo en este año fué principalmente en Ecija, aunque también recogió alguno en otros pueblos, como Castro del Río, Espejo y La Rambla..."

Para que el lector se dé buena cuenta del ánimo con que los ecijanos debieron de recibir en 1587 la desagradable visita del comisario Miguel de Cervantes, conviene darle extractadas algunas actas anteriores del cabildo de la ciudad, referentes a las sacas de granos para provisión de las galeras y armadas reales.

En cabildo de 17 de Febrero de 1587, "la çibdad dixo que tiene ofrecido al Rey nuestro señor siete myll e quinientas fanegas de trigo e quinientas de cebada y a francisco velez de guevara, su comisario, el qual dize que dará certyficacion para que se lleve a antonio de guevara e se saque librança para que se pague luego el dicho trigo y cebada; que se acuerda y manda que gonzalo de contajeño, depositario del pósito, vaya a la ciudad de sevilla por ia dicha certificacion e saque librança de lo que montare el dicho trigo y cebada, e asy mismo haga diligencia para cobrar lo que se está debiendo a los vecinos de lo que se les sacó los años pasados, que tiene pedro garcia tortolero los Recabdos y librança, en la qual se haze Relación de las partidas que se entregaron..."

"La çibdad dixo que por quanto tiene hecha obligaçion de entregar las siete myll e quinientas fanegas de trigo e quinientas de cebada al Rey nuestro señor con antonio de guevara su proveedor, en su nombre, e se van cobrando y entregando a bernardino arindes de oñate, que