Obras poéticas: Precedias de la biografía del autor y adornadas con su retratoLibr. de Hermanos, 1871 - 448 páginas |
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Obras poéticas:: precedidas de la biografía del autor y adornadas con su retrato José de Espronceda Sin vista previa disponible - 1871 |
Términos y frases comunes
acaso acento Adan ademan afan agita aire ALBERTO LISTA alegre aliento alma amor anhelo ansia ansiedad Aquilon ardiente aroma arroja beso blando brama brazos brilla calle calma canto céfiro cielo colores confuso corazon delirio despues Diablo Mundo dolor dulce encanto espanto esperanza Espronceda estrépito estruendo eterno FÉLIX fiera flores frente furor gente gloria grito Guadalete hermosa hermosura Homero huracan Hurra ilusion impía infeliz inocente jamas JOSÉ DE ESPRONCEDA JUGADOR PRIMERO JUGADOR TERCERO labios lágrimas lánguido lanza llanto llora loco luego mancebo mano MANOLA mece mente mira Montemar mozo muerte mujer musulman noble noche nubes ojos olas Oscar paso patria pecho pensamiento perdido placer poeta PRIMER GUAPO pura rayo respira rompe rostro ruido rumor SALADA sangre semblante serena siente silencio Sílfides sombra Súbito sueño Supe amar suspira tambien Teudis tormenta torno triste turba umbría vaga vaiven ventura viento vive vuelo Yoigo
Pasajes populares
Página 77 - Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar. "Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza y el viento, mi única patria la mar.
Página 273 - ¡Una mujer! Deslizase en el cielo Allá en la noche desprendida estrella, Si aroma el aire recogió en el suelo, Es el aroma que le presta ella.
Página 276 - Sobre tallo gentil temprana rosa, Del amor venturoso devaneo, Angélica, purísima y dichosa, Y oigo tu voz dulcísima, y respiro Tu aliento perfumado en tu suspiro. Y aun miro aquellos ojos que robaron A los cielos su azul, y las rosadas Tintas sobre la nieve, que envidiaron Las de Mayo serenas alboradas...
Página 74 - DEL PIRATA Con diez cañones por banda, Viento en popa a toda vela No corta el mar, sino vuela Un velero bergantín: Bajel pirata que llaman Por su bravura el Temido, En todo mar conocido Del uno al otro confín. La luna en el mar riela, En la lona gime el viento, Y alza en blando movimiento Olas de plata y azul...
Página 263 - Nada menos te ofrezco que un poema Con lances raros y revuelto asunto, De nuestro mundo y sociedad emblema, Que hemos de recorrer punto por punto : Si logro yo desenvolver mi tema, Fiel traslado ha de ser, cierto trasunto De la vida del hombre y la quimera Tras de que va la humanidad entera.
Página 164 - Y ha visto la luna brillar en el cielo Serena y en calma mientras él lloró, Y ha visto los hombres pasar en el suelo, Y nadie a sus quejas los ojos volvió.
Página 253 - ¡SALVE, llama creadora del mundo, Lengua ardiente, de eterno saber, Puro germen, principio fecundo Que encadenas la muerte a tus pies! Tú la inerte materia espoleas, Tú la ordenas juntarse y vivir, Tú su lodo modelas, y creas Miles seres de formas sin fin. Desbarata tus obras en vano Vencedora la muerte tal vez; De sus restos levanta tu mano Nuevas obras triunfante otra vez.
Página 274 - Es el amor que al mismo amor adora, El que creó las sílfides y ondinas, La sacra ninfa que bordando mora Debajo de las aguas cristalinas: Es el amor que recordando llora Las arboledas del Edén divinas, Amor de allí arrancado, allí nacido, Que busca en vano aquí su bien perdido.
Página 120 - Busqué con ansia y delirante amor, Y hediondo polvo y deleznable escoria Mi fatigado espíritu encontró, Mujeres vi de virginal limpieza Entre albas nubes de celeste lumbre; Yo las toqué, y en humo su pureza Trocarse vi, y en lodo y podredumbre. Y encontré mi ilusión desvanecida Y eterno e insaciable mi deseo: Palpé la realidad y odié la vida; Sólo en la paz de los sepulcros creo.
Página 78 - Las más hermosas nos darán su amor, Y no hallarán nuestros semblantes feos, Que siempre brilla hermoso el vencedor. » ¡Hurra, cosacos del desierto... Desgarraremos la vencida Europa, Cual tigres que devoran su ración; En sangre empaparemos nuestra ropa, Cual rojo manto de imperial señor. Nuestros nobles caballos relinchando Regias habitaciones morarán; Cien esclavos, sus frentes inclinando, Al mover nuestros ojos temblarán. » ¡Hurra, cosacos del desierto...