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7 De Sebastián de Salamanca, según algunos escritores, hasta el párrafo 41.

8 Idem fd.

9 Cronicón de Sampiro, párrafos 48 á 69.

10 De autor desconocido.

11 Idem id.

3. POCA.-TOMO XVIII

14

APUNTES BIO-BIBLIOGRAFICOS

DE ALGUNOS POETAS GRANADINOS DE LOS SIGLOS XVI Y XVJI

L

I

EL MAESTRO JUAN LATINO

A vida de este insigne gramático y poeta, como la de casi todos los grandes escritores, está llena de nebulosidades que la crítica va desvaneciendo paso á paso, más que con datos ciertos, por verdaderas conjeturas. Ignóranse la fecha exacta y el lugar de su nacimiento. Sábese únicamente que vino á España desde la Etiopía, como esclavo del duque de Sesa, nieto del Gran Capitán, hacia los años 1535, y que tenía entonces muy corta edad. ¿Cómo llegó aquel niño, negro de raza y esclavo de condición, á vestir la toga de catedrático, á emparentar con una familia ilustre, á ser la admiración de los próceres y sabios de Granada y aun de España entera?

El Maestro Juan Latino, ejemplo elocuente de lo que puede conseguir la voluntad humana, conquistó por su propio valer un nombre ilustre y honró á la Universidad granadina con los destellos de su ingenio, demostrando cuánta es la sabiduría del Creador, que suele encerrar los tesoros del talento y la inspiración en todas las almas, sin cuidarse de su deleznable vestidura. Comenzó á cultivarse su inteligencia y á cobrar afición al estudio sirviendo de paje ó acompañante á un hijo de su señor el duque, que concurría á las aulas de la Universidad cursando Humanidades, cátedra desempeñada á la sazón por el famoso humanista Pedro de la Mota. Bien pronto el criado ó acompañante del aristocrata alumno se convirtió

en preceptor y maestro; de tal modo se aficionó al cultivo de la lengua latina y al manejo de los clásicos, que llamó la atención del profesor con algunas traducciones de Horacio y Terencio y diversas poesías originales, escritas con bastante corrección en la maravillosa lengua del Lacio. Comenzó con esto á ganar reputación entre compañeros y profesores de la Universidad; la duquesa de Terranova y Sesa, su señora, cobróle extraordinario afecto y le animó á continuar estudiando; y aunque él se inclinaba á la carrera de Medicina y aun hizo en ella algunos estudios, convenciéronle al fin unos y otros de que su ingenio se amoldaba más á las filigranas poéticas que á las crudezas de la ciencia de Hipócrates. Prosiguió, pues, en el estudio de las lenguas, llegando, no sólo á dominar la latina, sino la griega, en la que trabajó algunas versiones castellanas del poeta Menandro. Ante estas pruebas de sabiduría, cuando apenas había llegado á los diez y ocho años, comprendió el duque de Sesa que era deshonrosa la esclavitud para aquel joven admirable, y con aplauso de Granada entera le concedió la libertad. Ya en su calidad de hombre libre pudo cultivar otras amistades y entregarse de lleno á sus aficiones literarias, graduándose de Bachiller en Filosofía el 2 de Febrero de 1546. Desarrolláronse entonces todas sus privilegiadas facultades; entabló amistad con todos los hombres ilustres de su época, teniéndola muy estrecha con el célebre poeta Gregorio Silvestre y el no menos famoso Hernando de Acuña, precursores en Granada del renacimiento literario. En 1556 tomó el grado de Licenciado en Artes, y en 1557 el de Maestro en dicha facultad. Vacó por aquellos años la cátedra de Gramática latina de la Universidad, y á pesar de disputársela doctos humanistas, el arzobispo de Granada D. Pedro Guerrero, que profesaba al negro Juan singular predilección, le confirió la cátedra con aplauso del Claustro universitario y de Granada entera, que ya juzgaba como una eminencia al poeta negro y le llamaba Juan Latino. En 1565 celebróse en la Universidad, con extraordinaria concurrencia, la apertura de curso. El arzobispo, el conde de Tendilla, el presidente de la Chancillería D. Pedro Deza, todos los hombres ilustres de Granada se dieron cita en el Colegio Real, como se designaba á la Universidad, atraídos por la novedad del acto: en él había de leer, y leyó, el Maestro Juan Latino, por primera vez, el discurso inaugural, siendo verdaderamente extraño ver al poeta negro, vistiendo la honrosa toga del catedrático, discurrir con asombrosa crítica, en correcta lengua latina, sobre la vida y obras de los más famosos poetas de la clásica antigüedad.

Uno de los próceres que más honraron con su amistad al poeta fué D. Juan de Austria, que, durante su permanencia en Granada, le sentaba frecuentemente á su mesa, departía con él sobre puntos de política y literatura, y le asociaba á sus divertimientos, principalmente al juego de ajedrez, en el que les acompañaba y aun instruía el Licenciado Alfonso Cerón, famoso ajedrecista que escribió un curioso libro sobre este juego (De Latrunculorum ludo, según Nicolás Antonio), y fué maestro de muchos magnates granadinos aficionados á aquel pasatiempo. También dispensó al negro su cariñosa protección el presidente de la Real Chancillería D. Pedro Deza, antes citado, magistrado famoso en la historia de Granada por su acertado gobierno. Ambas protecciones supo agradecer noblemente el Maestro Juan Latino, dedicando á D. Pedro Deza una brillante peroración latina, donde ensalza sus merecimientos, y componiendo en honor del héroe de Lepanto la más grande de sus obras.

Pero llegó á más el entusiasmo de aquella sociedad por su poeta. En su trato íntimo con la nobleza, que no se desdeñaba en agasajarle, supo inspirar una pasión vehemente á D. Ana de Carleval, hija del Licenciado Carleval, gobernador de los estados del duque de Sesa, dama ilustre emparentada con las principales casas granadinas. Dábale el famoso negro lecciones de guitarra, en cuyo manejo era habilísimo, como su contemporáneo Vicente Espinel, y el trato continuo y la consiguiente simpatía encendieron en amor ambos corazones.

El negro supo cautivar á aquella dama hermosa y encopetada hasta conseguir su mano, y ella le amó ciegamente, prendada, sin duda, de aquel alma grande, cuya inteligencia brillaba con resplandores vivísimos á través de su negruzca frente.

Alguna oposición hubo al matrimonio por parte del Licenciado Carleval, fundándose en el escaso ó ningún porvenir que el negro tenía, pues cuando enamoraba á D. Ana sólo era Bachiller en Filosofía; pudo, sin embargo, vencer esta oposición el amor de ambos, y más aún la influencia de la duquesa, y el matrimonio se celebró hacia los años de 1550. Fruto de él fueron cuatro hijos: Bernardino, que nació en 1552; Ana, en 1556, el propio año que el negro se licenció en Artes; Juan, en 1559, y Juana, en 1569, cuando ya el Maestro Juan Latino era catedrático de la Universidad y gozaba de extraordinaria nombradía.

¿Cuándo murió el negro Juan Latino? Cuantos han escrito acerca de él andan desacordes en la fecha. Pellicer, en sus notas á los prelimina

res del Quijote, dice que murió en 1573; error evidente, porque consta de los documentos del archivo de la Universidad granadina que en 1586 se le nombró un sustituto en la cátedra por estar enfermo. Pellicer tomó, sin duda, por equivocación, la fecha de publicación de las obras de Juan Latino por la de su muerte.

Otros críticos aseguran que falleció en 1623, fundándose en este epitafio, colocado sobre su sepultura en la iglesia parroquial de Santa Ana, de Granada, y que ya copió Nicolás Antonio:

DEL MAESTRO JVAN LATINO
CATHEDRATICO DE GRANADA

Y DOÑA ANA DE CARLEVAL

SV MVGER Y HEREDEROS
MDCXXIII.

GRANATÆ DOCTUS CLARÆ DOCTORQVE IVVENTÆ ORATORQVE PIVS DOCTRINA ET MORIBVS VNVS FILIVS ETHIOPVM PROLESQVE NIGERRIMA PATRVM INFANS ILLÆSVS CÆPIT PRÆCEPTA SALVTIS AVGVSTI AVSTRIDE CECINIT QVI GESTA LATINVS CONDITVR HOC CIPPO: SURGET CVM CONIVGE FIDA.

Nos parece que la fecha de esta inscripción, 1623, no es la de la muerte del poeta; porque habiendo vivido noventa años, según el testimonio de Bermúdez de Pedraza (Historia eclesiástica de Granada) y de todos los críticos é historiadores, y siendo indudable que se recibió de Bachiller en Filosofía en 1546, habría que suponer que este grado le fué conferido á los trece años, cuando precisamente á esta edad, ó poco antes, se presume que vino á España en calidad de esclavo, sin ningún género de conocimien tos. Además, cierto autor anónimo de una Descripción de Granada, en verso (Gallardo, tom. I, n.° 773), escrita en 1621 y llena de notas marginales, habla en éstas del Maestro Juan Latino, diciendo... fué negro famosísimo... era gran músico... vivió noventa años, etc., refiriéndose siempre á tiempos pasados; de manera que el Maestro Juan Latino debió morir antes de 1621, fecha en que escribía su Descripción el anónimo granadino 1. En nuestra opinión, la fecha del epitafio debe ser la del fallecimiento de D. Ana de Carleval, que, según reza el epígrafe, fué enterrada con su marido. Entonces, 1623, se grabó la lápida.

I En uno de los subsiguientes articulos estudiaremos esta especie de poema descriptivo, y trataremos de investigar el nombre de su autor.

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