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HISTORIA DE UNA CONTROVERSIA

N

o es del caso ponderar la benemérita labor de los últimos editores de nuestro inmortal Sepúlveda.

Ellos recogieron y compilaron 2 casi toda la producción literaria de este soberano ingenio y realizaron con profundo sentido una obra importantísima de selección y análisis.

Mas no siempre su fallo 3 es acertado é inapelable, y á veces su crítica se resiente de estar poco apercibida para resistir la prueba de una serena investigación...

Es un libro que ellos mismos llamaron el más célebre 4 entre todos los escritos del sabio cronista de Carlos V: es su Democrates alter, para el cual tienen páginas de estudio, consagradas también á historiar su aparición y vicisitudes.

Sin embargo: no poco extraño parece que, al hablar de su publicidad, presuman ser los primeros 5 en asegurar que nunca llegó á imprimirse

1 Me refiero á la colección que hicieron por encargo de la Real Academia de la Historia, en 1780 Antonio Murillo, Antonio Barrio, Casimiro Ortega y Francisco Cerdano.

2 Según ellos mismos confiesan, no llegaron á poseer algunas obras de tan ilustre escritor. (Véase Joannis Generii Sepulveda Vita et scripta, págs. LXVI-LXXXV, nota 3.)

3 He aquí un hecho: à Juan Antonio Jiménez Alfaro conceden ellos la gloria de haber descubierto la magnifica Historia de rebus gestis Caroli V. (Véase Opera, tum edita, tum inedita, J. G. Sepulvedæ, ed. Madrid, 1780, vol. 1. Prólogo, págs. 1 y 2), y bastante tiempo antes del 1775, D. Manuel Perralbo ya habia comunicado tan exquisita noticia á D. Francisco Pérez Bayer. (Véase carta de Pedro de Castro á Cristóbal Mudena Conde, fechada en Málaga, 10 de Febrero 1767.)

4 In quo-dicen-de libello omnium Sepulveda famosissimo. (J. G. Sep. Vita, pág. LI.) 5 Ibidem, pág. LII, nota 1; LXXIV, nota única.

este libro, creyéndose autores de una sentencia tan nueva como desconocida.

Alguien que no atienda más que á su testimonio fácilmente pudiera creer que antes del año 1780 no existió en España otra opinión sobre esta materia que la favorable á la impresión del Democrates y que nadie hasta entonces había pensado en ahuyentar la niebla que envolvía la verdad de la cuestión, ni logrado tampoco descubrir que este libro y su Apología no eran una misma cosa, sino dos completamente separadas y distintas. Nada más erróneo que atribuir la prioridad del invento á los ilustres colectores de aquella fecha.

Veintidós años hacía que una brillante disputa, de primorosa erudición, había resuelto satisfactoriamente el enigma y disipado todas las sombras, dudas y confusiones que podían hacer de este asunto una verdadera incógnita.

Comenzó la famosa controversia mediando el año 1756.

Don Francisco Pérez Bayer 2, á la sazón en Roma, escribió á D. Pedro de Castro 3, que vivia en Bolonia, una carta 4 en que le hacía saber la marcha de sus trabajos y le daba cuenta de sus acariciados planes.

Eran sus proyectos enriquecer ó, empleando sus mismas palabras, contribuir á ias Adiciones 5 de la Bibliotheca Nova de N. Antonio Agustín y preparar una edición completa de las obras del insigne Sepúlveda. Para realizar lo primero, había hecho en Bolonia el Catálogo del Libro de Recepciones del Colegio de San Clemente y adquirido en Roma, con el mismo objeto, trescientas Memorias españolas. Para la segunda

I (Véase Carta de Pedro de Castro á Pérez Bayer, Madrid 14 de Febrero 1758. Idem de Bayer á Castro, Bolonia 13 de Marzo 1758. Idem de Castro á Mudena Conde, arriba citada. Idem de Mudena Conde á Santander y Zorrilia, Málaga 17 de Febrero 1767.)

2 Hombre laborioso y aplicado, según Burriel; compañero de éste en Toledo durante casi dos años; para lustre de nuestras letras viajó por Italia, desde el año 1754, donde fué curioso explorador de aquellos Archivos, Arcediano después de la Catedral de Valencia, Bibliotecario Mayor de la Real de Madrid, Preceptor de Infantes y autor de la Compilacion de la Bibliotheca Bibliothecarum manuscriptorum, de Montfaucón, de la obra intitulada De Nummis Hebraicorum Samaritanis, y de otros varios escritos, como una Disertación sobre San Dámaso y San Lorenzo, un Indice de las obras que dejó manuscritas el P. Rábago, etc.

3 Ilustre Rector del Colegio de San Clemente de Bolonia, observador concienzudo de nuestra historia literaria; favoreció con importantes datos á Burriel, cuando éste hizo su Colección de San Isidoro; fué acérrimo defensor de la Visión de Tajón, contra los Benedictinos de San Mauro, Flórez, Burriel y otros; fué célebre por sus estudios acerca de San Gregorio Magno y otros múltiples trabajos criticos é históricos.

4 Está fechada en Roma, 28 de Agosto de 1756.

5 Mayans fué el primero en dar la noticia de que estas Adiciones manuscritas de Nicolás Antonio existían en la Biblioteca Real, y Andrés González de Barcia fué quien las trancribió, á fin de publicarlas con la Bibliotheca Antoniana. (Véase Strodtmann: Greg. Majansii Gener. Valent. Vita, pág. 81).

empresa, no menos ardua y difícil, ya contaba con varios opúsculos unidos en grueso tomo en 4.o, además de un libro tan digno de especial mención como era el Democrates alter ó Dialogus de justis belli causis adversus Indos.

Bayer lo había obtenido manuscrito en Roma y estaba plenamente convencido y en la firme persuasión de que esta obra había sido impresa alguna vez. Profundo conocedor de nuestra literatura, no se le ocultaba la tradición unánime y constante en profesar esta creencia; todos los sabios la habían admitido como axioma y consignado en sus escritos sin reparos ni distingos; nadie aún había tenido un momento de duda; todos, unos tras otros, aceptaban sin examen el legado doctrinario del maestro; no es, pues, de admirar que Bayer siguiera por la senda conocida y acatara también la sentencia universal sin detenerse á graduar el valor intrinseco de lo que afirmaba la autoridad y había consolidado el transcurso de los años.

Castro, por el contrario, sabía muy bien que en esto podía haber ciega disciplina, puro respeto y sumisión á la antigüedad y á la costumbre, pero nada más; en ello no veía alarde alguno de esfuerzo literario ni el espíritu fecundo de una elucubración científica, le constaba perfectamente que aquella opinión era un error y comprendió llegada la hora en que era preciso derrumbar aquel muro de ci.niento movedizo y marcar á las inteligencias nueva ruta, señalando su extravío y desacierto.

En la carta dice Bayer-que Sepúlveda escribió á D. Luis de Lucena 2 se hace mención de una Junta de sabios que se habían reunido poco hacía para censurar la sentencia del ilustre cordobés sobre la justicia de nuestras guerras con los indios; en ella se queja de las calumnias y emboscadas que se pusieron en juego contra él y su opinión, y declara paladinamente haber defendido su causa en libritos y apologías que por entonces ya estaban editados.

A juicio de Bayer no estaba aislado este documento; él compulsaba detenidamente la correspondencia 3 entre Sepúlveda y Antonio Agustin; alambicaba sus términos y era, según él, un apoyo incontrastable de su

I Escrita en 1.o de Enero de 1549, lib. v, 10. ed. de Madrid, 75. de Salamanca y 72. de Colonia.

2 Doctor en Medicina y Artes liberales y muy amigo de Sepúlveda.

3 Véase Carta de Sepúlveda á Antonio Agustin, Valladolid, 29 de Agosto de 1549, lib. v, 7.a ed. de Madrid, 72.a de Salamanca y 69.a de Colonia.-Carta de Antonio Agustin respondiendo á la de Sepúlveda, Roma, 1.o de Abril de 1550, 8.a ed. de Madrid, 73. de Salamanca y 70.a de Colonia.

tesis el acto de haber remitido Sepúlveda su Democrates al Auditor Ro.. mano y la relación directa, la conexión y enlace manifiestos que tenían con este hecho las palabras terminantes 2 de Antonio Agustín 3, permitiendo la impresión de este libro.

Además, el mismo Sepúlveda, según consta de su carta 4 á Martín Pérez Oliván 5, manifiesta claramente que, habiendo aceptado el debate promovido por sus adversarios en la Junta de Valladolid, no titubeó en contestar á sus prejuicios con el testimonio elocuente de aprobación dado sobre el Democrates por Antonio Agustín, Archynto 6 y Foscarario 7, mencionados expresamente 8 en la edición de su libro, y también añadió en valor de su discurso el parecer favorable de Roma, donde había sido examinado con diligencia y publicado á la vez por medio de la imprenta.

No bastaba lo dicho para que Bayer diera por terminado su estudio, cra necesario agotar los recursos que le daba su vasta cultura histórica, y no podía menos de abordar en el curso de su informe la importante declaración de un opúsculo 9 coetáneo de Sepúlveda.

Aducía la prueba de este escrito, que contiene las diversas fases y etapas por que pasó la antigua polémica á que dió margen el Democrates alter y donde se pone de manifiesto que, «Informado el Emperador de la impresión de dicho libro y apología, mandó luego despachar Real Cédula», etc.

No menos precisos y concluyentes consideraba Bayer los datos que él obtenía de los biógrafos de Sepúlveda.

Desde Arnaldo Mylio hasta Mayáns, todos los escritores que exprofeso ó incidentalmente habían hablado del sabio Doctor, confesaban de común acuerdo la impresión del Democrates alter. Por no revistar á todos, á dos cita solamente: Arnaldo Mylio y Nicolás Antonio.

1 Se basaba Bayer en estas palabras: Quam ego controversiam dirimere cupiens, questionem dicato libello accuratius sum persequutus...

2 Itaque libellum ipsum pluribus exemplis describi edique permissimus.

3 Auditor de la Rota Romana, de cuya amistad y confianza gozaba Sepúlveda.

4 Escrita en 1.o de Octubre de 1551, lib. v, 5.a ed. de Madrid, 70.a de Salamanca y 67. de Colonia.

5 Inquisidor que fué de Murcia y Córdoba, Abad de San Juan de la Peña y más tarde Visitador general de Aragón por merced de Felipe II. (Véase Nota Franco)

6 Felipe Archynto era Obispo y Vicario del Papa.

7 Egidio Foscarario era maestro del Sacro Palacio.

8 Cui præjudicio...-dice la carta-qui tres nominatim memorantur in excusso libello ipsiusque Urbis Fomæ, ubi meus libellus ab his comprobatus et impressione evulgatus fuerat... consensum et auctoritatem.

9 Denominado Controversia entre Bartolomé de las Casas y el Doctor Sepúlveda, etc., publicado en Valladolid el año 1552.

Era para él de una autoridad indubitable lo que afirmaba Arnaldo Mylio en dos lugares de su Colección; decía este ilustre hispanófilo 2 que esta obra de Sepúlveda había sido tirada en Roma, aunque en pocos ejemplares, bajo la dirección de Antonio Agustín. No digno de menor crédito le pareció lo que en los mismos términos reproduce nuestro Nicolás Antonio 3 cuando va enumerando los trabajos de Sepúlveda y se ocupa en especial del libro intitulado De justis bellis causis contra Indos suscepti sive Democrates alter.

De este modo argüía Bayer; pero Castro no pertenecía al número de esos hombres de letras que se dejan convencer tan fácilmente. Todo el argumento de Bayer adolecía de un defecto capital: estaba fundado en una mala interpretación de frases aisladas ó en la falsa inteligencia de documentos escritos con no mucha precisión y claridad, y no reconocía, por tanto, la existencia de una base verdaderamente sólida, capaz de llevar la persuasión á todo ánimo acostumbrado á penetrar el genuino sentido de las cosas. Castro, pues, no podía darse por satisfecho; no es que le guiase el dicam hoc, etsi aliter sentiat Augustinus, nada de eso; él poesía un notable monumento literario, gozaba de la edición salmantina de las Cartas de Sepúlveda 4 con las notas marginales de su paisano y amigo el Doctor Juan Fernández Franco 5, y si es verdad que alguna de éstas no deshace totalmente el entuerto, no por eso dejaron todas de servirle de gran oriente para poder investigar el fondo de la cuestión y definir con seguridad de acierto lo que en ella había de conforme con la realidad histórica y era de todo punto incontrovertible.

Ante todo, bueno es advertir, dice Castro, que en la nota de Franco á

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2 En una parte de la biografia que él hace de Sepúlveda escribe de este modo: Editusque olim de hac re Romæ libellus paucis admodum exemplaribus cura Antonii Augustini V. C. P. tum Tribunalis quem Rotam á forma vocant Auditore, etc.-En otra parte (pág. 422), hablando del Democrates, se expresa en la forma siguiente: Editus igitur est Romæ cura Antoni Augustini... sed cum inter Italos maxime et Hispanos ista controversia ageretur et pauca admodum exemplaria excussa essent... etc.

3 Véase Bibliotheca Nova Hispana, tomo v, pàg. 702, donde dice: De justis belli causis contra Indos suscepti sive Democrates alter editus olim fuit Romæ paucis admodum exemplaribus procurante Antonio Augustino, Romanæ tum Rotæ Auditore, etc.

4 Este ejemplar lo habia manejado Antonio Agustín; á Castro se lo dió D. Pedro Villazeballos, anticuario bien conocido, natural de Córdoba; él á su vez lo regaló por Mayo de 1765 al Ilmo. Sr. D. Manuel de Roda y Arrieta, y es el que citan en su Colección los editores del 1780. (Véase Carta de Castro á Bayer, Bolonia. Colegio de San Clemente, 11 de Diciembre de 1756. Carta de Castro à Mudena Conde, Málaga, 10 de Febrero de 1767.)

5 Paisano y amigo de Sepúlveda. (Véase Nota de Franco à la tercera Carta de Sepúlveda á Fernando Pinciano, Colección de las obras de Sepúlveda, edición de Madrid, 1780, vol. 111, página 390.)

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