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huido á la provincia de Camagüey. Siguió el alcance Narvaez desque lo supo, pero, como fué tarde y llevaba poca gente, no se atrevió á entrar en la provincia de Camagüéy, porque tenia noticia que tenia muchos vecinos, y así se tornó sin hallar algun indio.

CAPITULO XXVII.

Antes que Diego Velazquez de la villa de Baracóa se moviese, ni supiese lo que á Narvaez habia acaecido, sucedió lo que aquí agora diré. Entre la gente que allí con Diego Velazquez estaba, habia dél y de su gobernacion algunos descontentos, ó porque no les bacia, segun ellos estimaban de sí, tan buen tractamiento como quisieran, en especial un Francisco de Morales, natural de Sevilla, hombre de auctoridad y persona honrada, y que el Almirante habia enviado con Diego Velazquez por Capitan en aquella isla, y que el Diego Velazquez no le pudiese remover, aunque todavía sujeto á Diego Velazquez, por manera que habia entre los que allí estaban ya parcialidad. Diego Velazquez, viendo que su gobernacion, buena ó mala, se le perturbaba, hizo proceso contra el Morales y envióle preso á esta isla al Almirante, el cual ido, ó nació de aquí ó de otros principios ó personas, las quejas del teniente Diego Velazquez crescian de cada dia. En este tiempo vino á Cuba nueva como eran llegados á esta isla Española los jueces de apelacion, y acordaron los quejosos de Diego Velazquez de hacer sus informaciones secretas y allegar sus memoriales y tomar sus firmas, para se enviar á quejar á los dichos jueces, como á justicias superiores que enviaba el Rey, y no hallaron otro más á mano y más atrevido á cualquiera peligro, porque habia de pasar á esta isla en una canoa ó barquillo de los indios, en mar tan alta, y como suele ser tan brava, sino á Hernando Cortés, criado y secretario del dicho Diego Velazquez, que desta isla lo habia llevado consigo, siendo escribano público en esta isla de la villa de Açua. Tenia Diego Velazquez dos secretarios; uno, este Hernando Cortés,

y otro Andrés de Duero, tamaño como un codo, pero cuerdo y muy callado y escribia bien. Cortés le hacia ventaja en ser latino, solamente porque habia estudiado leyes en Salamanca y era en ellas Bachilller, en lo demas, era hablador y decia gracias, y más dado á comunicar con otros que Duero, y así no tan dispuesto para ser secretario. Era muy resabido y recatado, puesto que no mostraba saber tanto, ni ser de tanta habilidad como despues lo mostró en cosas árduas; era natural de Medellin, hijo de un escudero que yo cognosci, harto pobre y humilde, aunque cristiano viejo y dicen que hidalgo. A éste, como comencé á decir, hallaron los quejosos aparejado para llevar sus quejas, cartas y despachos, ó porque él lo estaba tambien quejoso de su amo Diego Velazquez; estando para se embarcar en una canoa de indios con sus papeles, fué Diego Velazquez avisado y hízolo prender y quísolo ahorcar. Rogáronle muchas personas por él, mandólo echar en un navío para enviallo preso á esta isla Española, soltóse por cierta manera del navío y metióse de noche en el batel, y vínose á la iglesia, y estuvo allí algun dia; un Juan Escudero, que era alguacil (que él despues ahorcó en la Nueva España), aguardó su tiempo, y paseándose Cortés fuera de la iglesia, lo tornó á prender. Crecida la ira en Diego Velazquez, túvolo muchos dias preso, y al cabo (Diego Velazquez era bien acondicionado y durábale poco el enojo), rogándole muchos por él que lo perdonase, hóbolo de hacer, pero no le quiso tornar á rescebir en su servicio de secretario. Gomara, clérigo, que escribió la Historia de Cortés, que vivió con él en Castilla siendo ya Marqués, y no vido cosa ninguna, ni jamás estuvo en las Indias, y no escribió cosa sino lo que el mismo Cortés le dijo, compone muchas cosas en favor dél, que, cierto, no son verdad, y entre otras, dice, hablando en el principio de la conquista de Méjico, que no quiso hablar en muchos dias de enojado á Diego Velazquez, y que una noche fué armado donde Diego Velazquez estaba sólo con solos sus criados, y que entró en la casa, y que temió Diego Velazquez cuando lo vido á tal hora y armado, y que le rogó que cenase

y descansase, y Cortés respondió que no venia sino á saber las quejas que tenia dél, y á satisfacerle y á ser su amigo y servidor, y que se tocaron las manos por amigos, y que durmieron ambos aquella noche en una cama. Esto es todo gran falsedad, y cualquiera cuerdo puede fácilmente juzgar áun de las mismas palabras que, en su compostura, Gomara, su criado y su historiador, allí dice, porque siendo Diego Velazquez, Gobernador de toda la isla, como él allí concede, y Cortés un hombre particular, dejado aparte ser su criado y secretario, y que le habia tenido preso y querido ahorcar, y que lo pudiera hacer justa ó injustamente, ¡qué diga Gomara que no le quiso hablar por muchos dias, y que habia ido armado á preguntar que qué quejas tenia dél, y que iba á ser su amigo, y que se tocaron las manos, y que durmieron aquella noche en una cama! Yo vide á Cortés en aquellos dias, ó muy pocos despues, tan bajo y tan humilde, que del más chico criado que Diego Velazquez tenia quisiera tener favor; y no era Diego Velazquez de tan poca cólera, ni áun de tan poca gravedad, que aunque por otra parte cuando estaba en conversacion era muy afable y humano, pero cuando era menester, y si se enojaba, temblaban los que estaban delante dél, y queria siempre que le tuviesen toda reverencia, y ninguno se sentaba en su presencia aunque fuese muy caballero, por lo cual, si él sintiera de Cortés una punta de alfiler de cerviguillo y presuncion, ó lo ahorcara, ó á lo ménos lo echara de la tierra y lo sumiera en ella sin que alzara cabeza en su vida. Así que Gomara mucho se alarga imponiendo á Cortés, su amo, lo que en aquellos tiempos, no sólo por pensamiento estando despierto, pero ni durmiendo, por sueños, parece poder pasarse. Pero como el mismo Cortés, despues de Marqués, dictó lo que habia de escribir Gomara, no podia sino fingir de sí todo lo que le era favorable; porque como subió tan de súpito de tan bajo á tan alto estado, ni áun hijo de hombre, sino de Júpiter desde su origen, quisiera ser estimado. Y así, deste jaez y por este camino fué toda la historia de Gomara ordenada, porque no escribió otra cosa sino lo que Cortés de

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sí mismo testificaba, con que al mundo, que no sabia de su principo medio y fin cosa, Cortés y Gomara encandilaron, como abajo, placiendo á Dios amador de verdad, parecerá. Lo cual por agora dejado, despues que Diego Velazquez determinó que se hiciesen pueblos ó villas de españoles en las provincias de aquella isla, y repartió los indios á los tales vecinos, como la historia dirá, perdido todo el enojo de Cortés, dióle tambien indios y su vecindad, y tractóle bien, y honróle haciéndole Alcalde ordinario en la villa, que despues fué ciudad, de Sanctiago, donde lo habia avecindado; porque desta condicion era, cierto, Diego Velazquez, que todo lo perdonaba pasado el primer impetu, como hombre no vindicativo sino que usaba de benignidad. Tambien de su parte Cortés no se descuidaba de serville y agradalle, y no enojalle en cosa chica ni grande, como era astutísimo, de manera que del todo tornó á ganalle, y á descuidalle, como de ántes. Tuvo Cortés un hijo ó hija, no sé si en su mujer, y suplicó á Diego Velazquez que tuviese por bien de se lo sacar de la pila en el baptismo y ser su compadre, lo que Diego Velazquez aceptó, por honralle, de buena voluntad. Todas estas honras y favores, que Diego Velazquez dió y hizo á Cortés, se le tornaron en daño y perdicion á él por el desagradecimiento de Cortés. Dióse buena priesa Cortés, poniendo diligencia en que los indios que le habia repartido Diego Velazquez, le sacasen mucha cantidad de oro, que era el hipo de todos, y así, le saceron dos ó tres mil pesos de oro, que para en aquellos tiempos era gran riqueza; los que por sacarle el oro murieron, Dios habrá tenido mejor cuenta que yo. Porque dije que tenia mujer, asi fué, que en el tiempo de sus disfavores Cortés se casó con una doncella, (aunque Gomara parece decir que primero la hobo), hermana de un Juan Suarez, natural de Granada, que allí habian pasado con su madre, gente pobre, y parece que le debia de haber prometido que se casaria con ella y despues lo rehusaba. Y dice Gomara, que porque no queria casarse y cumplir la palabra, estuvo Diego Velazquez mal con él, y no era fuera de razon ni de justicia, pues era Goberna

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