apoyo de los realistas para preparar una nueva revolucion, in- 1828 clinado á las formas aristocráticas, amigo de las clases privilegiadas, que jamas habia hecho servicios señalados á la patria, y que con su carácter hipócrita y adusto era mas propio para la tiranía que para el gobierno democrático. Santa-Anna afirmaba que en la eleccion de Pedraza se habia empleado el oro, la seduccion, las amenazas y las ofertas, no omitiendo nada para impedir que pudiese triunfar de la candidatura del benemérito general Guerrero. Llamaba corrompidos á los diputados y sordos á la voz del pueblo; en una palabra, decia que la situacion era de luto y de pesar, y muy triste la suerte de los mexicanos, á lo cual él no podia permanecer indiferente, y por eso se levantaba para acabar con tantos malos. Aquel general siguió en Perote haciendo algunas escursiones por los alrededores, mientras el gobierno de México preparaba con actividad fuerzas suficientes para que ahogaran la insurreccion en su cuna, siendo el mismo Pedraza, ministro de la guerra, el que debia tomar posesion de la presidencia en el mes de Abril; y se entretuvo en pequeñas escaramuzas esperando ser atacado, en lo que cometió una torpeza, pues á no ser por una casualidad, el revolucionario que se detiene se pierde. Hasta el 17 no hubo novedad, y el 18 pasaron al castillo la primera y segunda compañía del batallon 1o permanente, constando de 120 plazas, mandadas por el capitan D. José María Bonilla, que se habia pronunciado en el camino de Tehuacan á Perote, del cual era sargento primero el Sr. Alcérreca que llegó á ser un notable coronel. El 16 de Setiembre dirigió Santa-Anna una proclama á nombre del ejército libertador, y quedó firmado un plan que comprendia 5 artículos, por el cual se anulaba la eleccion en favor de Pedraza, á quien no se admitia como presidente ni vicepresidente, se pedia á las Cámaras de la Union una ley para la expulsion de los españoles, declarábase electo para presi томо п. - 63 1828 dente al general Guerrero, y que las legislaturas que hubieran contrariado el voto de los pueblos, procedieran inmediatamente á nuevas elecciones en conformidad con el voto de sus comitentes. En el art. 5° se decia que el ejército solamente derramaria sangre en defensa propia; las fuerzas sublevadas protestaban obediencia á la Constitucion de los Estados-Unidos mexicanos y al Excmo. Sr. presidente D. Guadalupe Victoria, y no dejar las armas hasta no ver cumplidos los votos manifestados en dicho plan, cuyas protestas eran incompatibles, notándose su contradiccion á primera vista. Lo firmaron Santa-Anna, general en gefe; Ignacio Ortiz, comandante de artillería; los comandantes José Antonio Heredia, del 5° batallon, José María Bonilla, del primer batallon permanente, Domingo Huerta, del Tres-Villas, Manuel Zomosa, del escuadron de Jalapa, Mariano Arista, del escuadron del 2° regimiento, Francisco Diaz Herrero, de la milicia cívica - de Perote, Ponciano Casas, gefe de los fuertes de la Hoya y de la fuerza ahí acantonada, Ramon Paniagua, de la fortaleza de Perote, y José Antonio Mejía como secretario. El dia 19 mandó Santa-Anna que el teniente coronel Arista se acercase á las inmediaciones de Jalapa para protejer la desercion del 7° batallon permanente, que algunos oficiales le habian ofrecido: Arista durmió en las Vigas y llegó á Cedeño el 20, aguardando en vano la reunion de los desertores. El 21 se aproximó á la garita de Jalapa llamada de "México,” con 50 dragones, y tomando 4 de escolta llegó hasta la calle del Calvario, allí habló largamente con un oficial de la guarnicion sobre el asunto, no logró mas que llevarse dos oficiales de la secretaría del general Mora, y se retiró casi anocheciendo. La infantería salió tambien de Perote para atacar á Jalapa y protejer al capitan Cenobio que se decia se hallaba pronuncia do en Tierra-Caliente, apoderándose del Puente Nacional. Reunida toda la division en Cedeño, marchó el 22 sobre Jalapa, situándose en el Calvario, fué destacada la caballería para S. José que lo abandonaron los contrarios al presentarse Arista. Todo aquel dia se pasó en contestaciones entre Arista por una parte, el coronel Borja y el general Mora por la otra, pretendiendo cada uno con sus razones convencer al contrario. La brigada Santa-Anna se retiró durmiendo en la Hoya á 5 leguas de Jalapa, y quedó la caballería en Cedeño, entrando todas las fuerzas el 23 á la fortaleza, donde se les unieron algunos dragones del escuadron de Orizava, 60 del batallon de Túxpan llegados de Misantla y 20 nacionales mandados por el capitan D. Benigno Farfan de los Godos. Tambien algunos oficiales desterrados de Veracruz por guerreristas, se presentaron en Perote á pesar de saber que ya el Congreso general habia puesto fuera de la ley á Santa-Anna y á todos los que le seguian, si no deponian las armas. El capitan D. Benito Quijano, ayudante del general Mora, sin embargo de conocer esta ley dada en 17 de Setiembre y publicada ya en Jalapa, salió de esta poblacion y se presentó al servicio de SantaAnna con el mayor entusiasmo. El oficial del 9°, Villasana, expulsado de Veracruz, recibió de Santa-Anna la órden de pasar á reunirse con algunas fuerzas de las Vigas y la Hoya, y marchar al Puente á ponerse á las órdenes del coronel Toro; pero cerca de la garita de Jalapa fué atacado y casi derrotado por las tropas de la guarnicion de esta villa. Con unos pocos de los que le quedaron atravesó por detras del cerro de Macuiltepec y se hallaba en el Encero á 3 leguas de Jalapa con rumbo á Veracruz el dia 26. Seguido por las fuerzas de la villa tuvo que capitular; pero fué salvado por Santa Anna que velozmente se habia movido de Perote al saber que aquel se batia con las fuerzas contrarias, y ayudado por Arista derrotó á sus enemigos y libertó á Villasana en el punto llamado Pajaritos, así como á todos los prisioneros. 1828 1828 500 El Puente no pudo ser tomado por Villasana y Toro, quienes regresaron á Perote. Entretanto que esto pasaba en los alrededores de Jalapa, se hacian en México grandes aprestos para batir á los sublevados, poniendo á las órdenes del general D. Manuel Rincon todos los cuerpos disponibles que se hallaban en la capital. La division que marchó sobre el castillo se compuso de los batallones ac tivos de Zacatecas y Querétaro, el 5° de caballería, un batallon de cívicos de la capital y otro de auxiliares del Bajío, formando un total de cerca de 3,000 hombres. Rincon era un gefe que pertenecia á la escuela de los que piden todo lo necesario y hasta lo superfluo para salir á la campaña; militar antiguo, juzgaba las cosas como debian ser y era de todo punto incapaz cuando tenia que obrar bajo el imperio de circunstancias excepcionales, y que batir á enemigos, como Santa-Anna, que nunca consideraba las dificultades ni se detenia jamas en presencia de la falta de recursos. A cada paso cometia el grave error de creer que todos los militares poseían el honor y la dignidad, cualidades que él tenia en alto grado Las posiciones que tomó Rincon eran á propósito para impedir á Santa-Anna la comunicacion con Jalapa y Veracruz, con San Andrés Chalchicomula, las Villas y Оахаса. Totas las clases privilegiadas que habian acogido con entusiasmo la candidatura de Pedraza, anatematizaron con frenesí á Santa-Anna cuando dió el grito en Perote. Los obispos, los cabildos en sede vacante, los provisores y párrocos dirigieron al público pastorales, encíclicas y avisos para evitar los progresos de la revolucion, así como los generales suscribieron proclamas y excitaciones con el mismo objeto. El triunfo de Santa-Anna parecia imposible, pero la Providencia habia señalado la época en que se romperian todos los vínculos sociales que sostenian la sociedad, y ya habia sonado la hora de nuestra decadencia. |