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punidad escandalosa en que quedó la sublevacion del 18.bastaba, decia en el Estamento de próceres con justa indignacion el señor Navarro Sangran, no bastaba que la tropa seducida por los conspiradores saliese con sus armas y tambor batiente, sino que aun era menester que la leal guarnicion le hiciese honores como á una tropa que saliera por capitulacion? Aquí es donde pierdo los estribos. ¡Cómo es esto, señores! ¡ honores militares á los traidores, y hechos por los leales! ¡Oh vergüenza, vergüenza del honor militar! »

Salió el ministerio mortalmente herido de aquellos apasionados debates y vencedora y triunfante la oposicion.

La debilidad del gobierno quedaba probada á los ojos de todos, y su prestigio moral completamente perdido, pues como dijo muy ingeniosamente en aquellas sesiones el procurador Isturiz «<los rebeldes se habian llevado consigo la fuerza del gobierno clavada en las puntas de sus bayonetas. »

Y así era en verdad. Imprevisor para prevenir el peligro y mas flojo aun para contrarestarlo, mirábanle ya sus parciales con desconfianza y con altanería sus contrarios. El poder en sus manos era una débil caña que habria de romperse por necesidad al menor esfuerzo de la revolucion.

Solo la fortuna en la guerra pudiera salvarle de una pronta ruina, y como veremos, le acompañó la desgracia hasta su

muerte.

TOMO II.

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CAPITULO XXXVII.

Toreno y la revolucion.

SUMARIO.

Modificacion ministerial.-Desacertado mando del general Mina. Es nombralo Valdés general en jele. Inutilidad de sus esfuerzos para destruir las facciones.-Abandona el ejército las Amezcuas -Carácter de ferocidad de la guerra civil-Tratado de Elliot.-Juicio de los partidos sobre este convenio. Su necesidad y conveniencia.--Sirve de pretesto a las oposiciones.Intervenciou estranjera.-D. Fermin Caballero.-Voto de censura.-Tumulto en las tribunas -Injustos ataques de la oposicion.-Cívico valor de Martinez de ia Rosa.-Tratan de asesinarlo los revoltosos.-Origen de aquellos desmanes.-Mensajes de los Estamentos. -Enérgica esposicion del consejo de gobierno. Ridiculas acusaciones contra los carlistas. -Ciérranse las Cortes. -Juicio de su primera legislatura.-Lista de los procura lores de 1834. -Niega Francia su cooperacion.-D.mision del ministerio-Toreno, presi dente del nuevo gabinete.-Su plan de gobierno. -Apogeo de las facciones, de Navarra Muerte de Zumalacárregui.-Famosa batalla de Mendigorría.Motin de Zaragoza.-Medidas de represion.-Otras contemporizadoras. → Sangrientas escenas en Barcelona. -Juridicos asesinatos de Valencia.-Auarquía general. Inútil resistencia del ministerio.-Sublevacion de la milicia de Madrid.-Su democrática esposicion á la reina. --Triunfo del gobierno.→ Nuevos levantamienlos en las provincias.-Dictadura de las juntas provinciales.-Sorpresa y confianza de Toreno.-Ridiculas bravatas del poder.→ Llegada de Mendizabal.--Su situacion en medio de los partidos.-Caida de Toreno. Juicio de su administracion.

La actitud del ministerio, sus buenos deseos de poner fin á la fratricida lucha se estrellaban en el heróico teson de las provincias Vascongadas, y en la desacertada conducta de la oposicion liberal, que con sus discusiones políticas y sus conspiraciones distraia su atencion del preferente objeto de la guerra.

Conoció el gobierno que, á pesar de todo, su vida ministerial dependia únicamente de los triunfos del ejército, y para prepa...

rarlos, y congraciarse, por otra parte, con las oposiciones sacrificó al general Llauder, á quien aquellas hacian una guerra á muerte, echandole en cara sus antiguas opiniones, y hasta acusándole de traicion.

Reemplazóle en el ministerio el general Valdés, jefe práctico y bien quisto desde muy antiguo en el bando liberal. Bien conocia Valdés, como conocian todos los que estudiaban desapasionadamente el carácter y sucesos de aquella guerra, que en el ejército de la reina faltaba un jefe de superiores conocimientos, de estraordinaria actividad, de circunstancias especiales que, dando armonía á las operaciones, regularizase aquella guerra sin perder el tiempo en marchas inútiles y sin mermar sus fuerzas paulatinamente en sorpresas y emboscadas.

Mina no era ciertamente el hombre à propósito para concluir con las facciones. Sus muchos años y no pocos achaques, que lo tenian en cama la mayor parte de los dias, su educacion militar, mas práctica que teórica, su táctica de guerrillero y hasta la exageracion de sus ideas políticas, le imposibilitaban para el mando. Sin comprender ni realizar un plan general de operaciones, habíase contentado, desde su llegada á las provincias, con seguir la conducta de Rodil de tener en continuo movimiento á sus divisiones cansando á los soldados, cuyo ánimo desmayaba al notar sus pocos adelantos y el progresivo aumento de las facciones.

Si como jefe no dió Mina una acertada direccion à la campaña de Navarra como hombre político no empleó tampoco los medios á propósito para reducir el pais, sublevado á la obediencia de la reina. Partidario acérrimo de los principios exagerados, creyó que la opinion política solo con el terror puede sofocarse; y en vez de halagar á los pueblos rebeldes con promesas y favores, tratábalos con la mas dura crueldad, con el mas despótico castigo.

Recordaremos á este propósito únicamente el pueblo de Lecaroz incendiado en su mayor parte, quintados sus habitantes y saqueadas sus riquezas."

Era, pues, evidente la necesidad de reemplazar á Mina, segun él mismo lo habia ya solicitado; pero ¿qué general podia sustituirlo entonces con ventaja?

Casi todos los que militaban á sus órdenes en las provincias habian sido mas o menos desgraciados en algun encuentro con el enemigo, y se necesitaba un jefe nuevo, de prestigio entre las tropas y de crédito entre los liberales.... ,,: fot cod sub El ministro de la Guerra, Valdés, fué el designado para ge+

neral en jefe.

Creyóse con fundamento que la reunion de dos funciones tan importantes en una misma persona no dejaria de producir favorables resultados. Dirigiendo el gobierno en persona las operaciones, sus medidas debian ser por precision mas rápidas y oportunas...

A su llegada al ejército, dice un historiador moderno, encont tró el ministro general al enemigo, á quien iba á combatir, ya muy poderoso. Sus soldados, antes dispersos, pero siempre animosos y apasionados por su causa, estaban ya en admirable órden formando numerosos batallones. Con la oficialidad, sacada de sus mismas filas, estaban mezclados no pocos oficiales del ejército antiguo del rey, y principalmente de la guardia real, iguales á los mejores de España en sus dias, llenos de ardimiento, resentidos y sacando fuerzas de su misma situacion como poética ó novelesca.

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Contra estas fuerzas tenia el general de la reina un ejército bastante crecido y en buen órden, pero un tanto desanimado con ver cuán poco adelantaba, y hallarse rodeado de una poblacion su acérrima enemiga. Así no era rara en sus filas la desercion, de la que se habia aprovechado el Pretendiente, formando batallones castellanos.

Determinó Valdés dar un gran golpe, considerando sin duda que, de solo alargarse la guerra, padecia la causa de la reina notable detrimento, y penetró denodado hasta el centro de la fragosa region ocupada por el enemigo. No se esperó este para darle batalla, contentándose con maniobrar diestramente por sus costados, cortarle los viveres, molestará los cuerpos que del principal se separaban, y cansar, hostigar y desanimar á tropas, cuyo ánimo estaba quebrantado por haber luchado largo tiempo con iguales inconvenientes ut à 9 lastni veg to adams fo

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