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CAPÍTULO XXV.-IMPORTANTES REFORMAS ETC.

Hombre sutil y diestro, de bella y simpática presencia, finos y cortesanos modales, y de una diplomática habilidad poco comun para tratar los negocios políticos, habíase congraciado con liberales de todos matices, y hallábase en intimo contacto con los jefes democráticos, afiliado con ellos en la principal sociedad masónica, con el pretesto, segun asegura un historiador moderno, personaje influyente en ella, de espiarla y conocer sus planes.

Por odio á los ministros unos; aguijados de la ambicion y las promesas los mas, no tardaron en entenderse con el astuto embajador de Fernando, conviniendo entre otras cosas en la formacion de un ministerio heterogéneo por sus individuos é insostenible por sus principios y antecedentes.

En este estado las cosas, llegó el dia señalado para la clausura de las Córtes, que el monarca, pretestando una enfermedad, no quiso verificar en persona. Retirado en el Escorial, dirigia astutamente la conspiracion contra sus ministros.

En el siguiente capítulo veremos las peripecias de aquella lucha, las armas de que unos y otros se valian, y lo inesperado y brusco de su desenlace.

CAPITULO XXVI.

El rey y el liberalismo.

SUMARIO.

Proyecto de un golpe de Estado.-Precipitacion en realizarlo.-La logia de los comuneros. Su organizacion y juramentos.-Motines de las provincias. -Regato.-Oposicion de los obispos.-Conflictos e impotencia del ministerio. -Declárale la guerra la sociedad de la Cruz de Malta. Es insultado el rey. -Calaverada de unos guardias.-Abatida situacion del trono. Esfuerzos de Fernando para librarse de sus ministros. -Abrese la segunda legislatura. -La coletilla del rey.-Exoneracion de Argüelles y sus compañeros.-Juicio crítico de aquel ministerio.-El cura de Tamajon.-Su plan reaccionario.Asonada de Madrid.-Situacion de las Córtes.-Su prevision y constitucionalismo. Turbulenta sesion del 4 de marzo.-Noble conducta de los exministros. Sobresalto de los liberales. - Feltu. - Difícil posicion de los nuevos consejeros de la corona. - Protestas de Fernando. -Amenazadores consejos de la Santa Alianza.-Ceguedad de los constitucionales. - Posibilidad de evitar una sangrienta reaccion. Famosa ley de 17 de abril.Nuevas medidas de terror.-Reorganizacion de la milicia nacional.-Desmoralizacion del ejército.-Proclámase como ley la desobediencia militar.Mision de la fuerza armada.-Mejoras en la instruccion pública.-Idem en el ramo de Hacienda.-Reglamento interior de las Córtes."

No era un misterio para nadie que el retiro de Fernando al real sitio de San Lorenzo encerraba la idea de un plan general de conspiracion, que debia estallar brevemente.

El principio popular, representado con imprudencia por el ministerio en aquellos dias, hallábase ya frente á frente del principiò monárquico, y el choque debia ser rudo y terrible.

Cerradas las Córtes, ausente de Madrid el monarca, sin apoyo el ministerio en las sociedades, adormecidas por las ofertas del 'padre Cirilo, era muy posible un golpe de mano como el de 1814. De la manera de darlo dependia el buen éxito de tan atrevida em

presa.

Por desgracia de Fernando, la precipitacion y la imprudencia frustraron sus deseos de acabar rudamente con el sistema liberal; deseos que, por mas que hizo, no pudo ocultar en adelante.

En la mañana del 16 de noviembre se presentó en la corte al comandante general D. Gaspar Vigodet, D. José Carvajal, con una carta autógrafa, en la que S. M. ordenaba al primero entregase á Carvajal el mando de Castilla la Nueva, para el que lo habia nombradɔ, enviándole la órden con un garzon de guardias. Vigodet, no teniendo mas documento de oficio que la carta, y careciendo esta de la firma del ministro de la Guerra, que debia ser su salvaguardia, rehusó cumplimentarla, autorizado por el artículo 225 de la Constitucion, que prohibia obedecer órdenes que no estuviesen firmadas por el secretario del despacho; y despues de una animada discusion con Carvajal, que porfiaba en apoderarse del mando, pasaron ambos á la secretaría de la Guerra, donde el ministro del ramo se mostró sorprendido con un nombramiento de que no tenia noticia, resultando de la conferencia el mutuo convencimiento de que Carvajal habia sido ilegalmente nombrado.

Para aumentar el desencadenamiento de las pasiones populares, estableciéronse en aquella época las legias de los comuneros en contraposicion de las masónicas, acusadas de moderadas y retrrógadas.

Componian la nueva secta jóvenes fogosos é inespertos, especuladores sanguinarios y menestrales fanáticos, que soñaban ya con las ideas de socialismo y nivelacion de fortunas.

Llegó el número de los afiliados en España á 40,000, organizados en círculos que se correspondian entre sí misteriosamente, denominados, segun su categoría en la sociedad, torres y castillos.

A tal grado llegó el frenesí, ó mas bien la moda de pertenecer á esta sociedad, que en algunos puntos formaron tambien sus torres las mujeres, y adornaron su pecho con la banda morada, distintivo de estos modernos émulos de Padilla; y ocasiones y pueblos hubo en que alentaron á los anarquistas las heroinas liberales, acudiendo á las sociedades patrióticas y á las logias, y predicando en ellas la discordia y la matanza.

Ꭹ .

El objeto de la flamante sociedad de los comuneros era el poner en práctica la revolucion político-social, soñada por los maratistas españoles, parodiando las repugnantes escenas de sangre y esterminio que leian entusiasmados en la historia de Francia.

El juramento que prestaban al ingresar en la sociedad, en medio de las mas aterradoras ceremonias, era tremendo. Solamente la inesperiencia y el furor demagógico podian pronunciarlo.

Juraban los afiliados dar la muerte á cualquiera á quien la secta declarase traidor, y si no cumplian la promesa entregaban su cuello al cuchillo, sus restos al fuego y al viento sus cenizas.

Fué uno de sus mas activos fundadores, como lo habia sido de la masónica, donde tenia grande influjo, D. José Manuel Regato, misterioso agente de la corte, y encargado por ella de irritar las pasiones populares y fomentar la anarquía.

Hombre de especial talento para el papel que desempeñaba, distinguíase por su actividad en organizar los motines de las turbas, y por su ingenio para proponer al club los proyectos mas revolucionarios y disolventes.

Sin dotes de tribuno, poseia las de un hábil agitador, y arrastraba á los comuneros por lo anárquico de sus ideas y la fogosidad de sus palabras.

Tan exagerado era su furor demagógico y tan decantado su liberalismo, que solo por su ceguedad política no podian ver sus compañeros de secta tras la careta démocrática de Regato el semblante del realista, fiel servidor de Fernando VII.

Declarado benemérito de la patria por las Córtes en premio de sus servicios á la causa liberal, fué colocado despues en la policía por Calomarde y desterrado el año 34, como hombre peligroso, á las islas Visayas en Filipinas, donde murió al cabo de algun tiempo.

¡Cuántos Regatos habrán embromado con la máscara de la libertad en las revoluciones sucesivas! ¡Cuánta sangre se habrá derramado en España por las escitaciones anárquicas de otros políticos sin conciencia, cuyo patriotismo es su interes, y cuyo amor á la libertad se inspira con un puñado de oro!

Para que nuestros lectores comprendan el influjo de las socie

TOMO II.

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dades secretas en la política de aquella época, y cuanto perturbaban con él la sociedad, haciendo imposible todo gobierno, copiamos algunas apreciaciones que, respecto á la organizacion y manejos de aquellos tenebrosos y anárquicos clubs, hace el señor Quintana en sus ya citadas cartas á Lord Holland.

«El grande Oriente, dice, prescribiendo á los hermanos fe implícita en sus doctrinas y obediencia pasiva á sus mandatos, estaba seguro, cuando queria, de desacreditar la autoridad, de contrariarla, de combatirla y, al fin, de aniquilarla.

¿Desagradaba un sugeto en un empleo? La imputacion, la calumnia, por groseras, por absurdas que fucsen, circulaban al instante en todo el reino contra él, y era difamado y echado al suelo.

¿Contradecia una medida, una providencia del gobierno los intereses ó los caprichos de la cofradía, aunque en sí llevase el aspecto y el carácter de la utilidad general? Todos se conjuraban para inutilizarla y desobedecerla.; Era necesaria una demostracion mas espresiva para conseguir los fines ? El tumulto, la sedicion, el cisma, como medios sabidos y dispuestos, al. instante se realizaban.

Sentado el principio de que para ser buen mason y verdadero hombre libre era preciso tener mas ley al grande Oriente que al gobierno, por el mismo hecho estaba rota la obediencia en la administracion, destruida la disciplina en el ejército, nula la armonía y el concierto en el Estado.

Así estos hombres incautos é inconsecuentes, dándose por reformadores de la sociedad, y declamando siempre contra los abusos del sistema eclesiástico y monacal, no venian á ser ellos mismos otra cosa que unos frailes y un Estado, como la Iglesia, ingerido en el Estado.

El Independiente, el Zurriago, el Indicador y otros folletos comuneros no conocian ni freno ni vergüenza en las injurias, imputaciones y denuestos. Los efectos que esta deplorable táctica producia eran los mas perjudiciales al órden y á la libertad.

Por una parte se adulaba al populacho, se le alentaba á toda clase de escesos, y se enseñaba á vilipendiar y despreciar á cuan

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