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juegos, de los quales pregones enbio el testimonio a vuestra magestad, que a avido harto que hazer en los dichos pecados e blasfemias, especialmente que algunos que los usaban son de los que aca se tienen por principales.

Al tiempo que llegue e agora, hallé e beo toda la gente. muy pobre, e dexados dos o tres vezinos de quien se dize que tienen algun oro suyo, entre toda la otra gente no se cree aver mill castellanos repartidos, e mucha gente syn tener que hacer, alo menos syn darselo, comiendo acosta de la otra gente que algunos Repartimientos tienen, e la cabsa desta pobreza fue que las minas de San Andres e Gracias a Dios, de a do se sacava en estas provincias el oro, de que tanta nueba a vuestra magestad fue, la despoblaron e se vinieron el capitan e gente que alla estavan; porque dizen que los yndios dieron en el pueblo e lo quemaron. Yo no he hecho ynformacion dello a cabsa de otras cosas que he tenido en que entender, por que soy nuebamente venydo, por que todos quantos pensavan pedirse unos a otros me estavan esperando que llegase, e ansy a avido muy muchos pleitos, yo los he despachado e despacho concertando las partes, dando medios entre ellos porque no se gasten ni fatiguen, e ansy pienso de acabarlos e trabaxar que aya los menos que ser pudiere, e entonces hare ynformacion para enbiar a vuestra magestad de porque cabsa se despoblaron las minas, e a lo que una de las cabsas fue el poco acatamiento e temor que a la justicia an tenido, que osaron dexar las minas e venirse por que a lo que algunas personas me an de palabra dicho de los que estavan alla, me dizen que quando los yndios vinieron a quemar el pueblo, ya el capitan e gente andavan por venirse, e como esto supieron los yndios, osaron dar en ellos, e que en el Rio de Sant Andres e Rio Grande, a lo menos que se sacava hera a peso por batea, e no avian buscado otros rios que obiese adelante, syno como la gente halló tanta muestra de oro, que al prin

cipio sacaron con palos a diez e a quinze pesos por batea, pararon allí. Syn buscar mas rios, no solamente redundó el daño en dexarse las minas a vuestra magestad e a los pobladores de esa tierra en solo lo del oro, mas fue cabsa que se perdio mucho maiz que la gente alla tenia e herramientas en cantidad, e sy las minas se sostuvieran, muchos yndios de los que son muertos de hambre en lo llano, sirviendo allá se remediaran e tuvieran que comer e no murieran, que son muchos los yndios que son muertos.

Como vi la pobreza e perdimiento de la tierra, se dio horden por el gouernador e oficiales de vuestra magestad e por mi, que un capitan que se dize Garavito fuese con cinquenta hombres adereçados de armas, bateas e herramientas a una tierra que se dize Boaco, do ay nueba por los yndios que ay oro, que son de aquí, segun dizen, de veynte e cinco e treinta leguas, e a que partio la gente de nuebe leguas de aqui, do se juntaron en un cacique que se dize Tipicapa. Diez e ocho dias deste capitan partido, visto quel capitan Astete, que antes que yo llegase abia ydo a buscar el Desaguadero, se venia syn aver efectuado su viaje, yo hize ynformacion de testigos a do podria yr un capitan e alguna gente de la que aqui esta syn tener que hazer, que vuestra magestad fuese servido y ellos aprobechados, e nueve testigos que tome concluyeron, como hombres de bista que anduvieron con Gil Gonzalez e con otros capitanes calando esta tierra en cincuenta leguas de aqui, entre Chorotega Menalaca e Nequepio, se podria fazer un pueblo de cristianos hazia la syerra, a do creen que ay minas, porque vieron algun oro en poder de yndios e vieron muchos pueblos muy poblados de yndios e tierra fertil, la qual ynformacion yo presenté al gobernador e ofi ciales de vuestra magestad, como parece por el testimonio que aqui embio, e luego se proveyo que vayan doscientos hombres, e por capitan dellos Diego Albites, ques un ca

pitan platico que a servido en estas partes a vuestra magestad mucho tiempo, e pueblen entre Nequepio e Chorotega Menalaca, dentro desta governacion, en lo mejor que le pareciere, do aya mejor dispusicion de minas, el qual esta haziendo la gente para se partir; plega a Dios suceda como todos lo deseamos, porque Dios Nuestro Señor e vuestra magestad serán muy servidos, y si el capitan Garavito no hallare minas en Boaca, a de yr a poblar el pueblo que estava hecho en las minas viejas, porque se dé orden en sacar oro lo mas presto que se pudiese.

Esta tierra es buena, e lo que della esta poblado tenia mucha gente, e agora tiene alguna, aunque no tanta quanta solia tener, porque la hambre a muerto mucha parte della; y yo creo ques tanta la falta de la gente quanto se dize, porque mucha de la gente que falta se cree estar en la syerra acogida, para remediar su necesidad de la hambre, que sy Dios es serbido de darnos agua e llober, abajaran al llano a sus moradas como antes estaban, e porque en la carta general del estado de la tierra se escrive à vues tra magestad largo, no tengo que de la tierra dezir mas de que a my ver es buena e rica, e sy se pone la diligencia que conviene en la calar e poblar e sojuzgar, e por esto, a lo que me parece, v. m. no debe mandar juntar esta governacion con otra ninguna por agora, aunque a vuestra magestad se syga costa de governadores e oficiales, porquel mayor bien que me parece que puede hazerse en esta tierra es que aya muchos governadores e oficiales, en cada provincia el suyo; porque desta manera la tierra se poblara e sojuzgará, que cada governador procurara de aumentar e poblar su governacion e hazer buen tratamiento a la gente, e no quedara cossa en la tierra que no se bea e pueble; e de otra manera, syendo muy grandes las governaciones, la gente nunca asyenta bien a poblar, e aunque puebla en una parte, siempre gastada aquella parte donde asyentan;

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luego despueblan e se ban a otra, ques muy gran daño; desto ynformo a vuestra magestad, porque en la carta general que se escribe se dize que se junten estas governaciones; e aunque en la carta general por algun respeto yo escriba a v. m., no dexare syempre de avisar a vuestra magestad en la particular.

Una de las causas que me parece que a sydo causa de gastarse los yndios desta tierra, a sydo hazerse los repartimientos muy menudos e no ser perpetuos, porque como se dan pocos yndios en Repartimiento a todos los mas bezinos a quien se reparte, quieren sacar tanto servicio de aquellos pocos como sy fuesen muchos, que puede ser menos, syno que lo an de sacar, porque de otra manera no se podrian sostenerlos a quien se dan los Repartimientos e escusarseyan; e los yndios se sosternian siendo perpetuos e dando largos Repartimientos, e no por esto faltaria gente aunque en el numero los Repartimientos se abaxasen, porque los que tienen largos Repartimientos suelen sostener en sus casas toda la gente que no los tiene, hasta que se provee, e aun tienen criados e otra gente, con questá la tierra poblada, e a darse perpetuos los yndios, cada uno que tobiese Repartimiento curara muy bien dellos, e trabajara de sobrellevallos para que se aumenten e no se apoquen.

En esta cibdad de Leon ay de oficiales sastres e espaderos, cerrajeros, carpinteros, que todos usan sus oficios e muy buena obra, e ay çapateros e sylleros, los quales no gastan otra corambre syno la dela tierra, ques buena, de cueros de benados curtidos e çurrados, que ay quien use oficios de curtidores, e çurradores, e tintas para teñir, e buena cascara para curtir, e ropa de algodon de que se podria vestir toda la gente aviendo necesidad, e agora la traen muchos, e vinos de mayz e de diversas frutas; por manera que si no es azeite, de necesidad no falta cosa aca para sos

tenerse los hombres, e aun buen azeite se haze de pepitas de cuesco de mameyes, syno que no ay cantidad.

Al tiempo que venya de camino tope en Nicoya a Rodrigo del Castillo, thesorero de Higueras e cabo de Honduras, e al fator de Castilla del Oro, que se dize Miguel Juan de Ribas, que an aqui usado sus oficios, a los quales por ante escrivano les requeri que bolviesen a darme las quentas de la hacienda de v. m., conforme al capitulo de mi ynstrucion en que v. m. me manda tome las quentas, los quales, como parece por este testimonio que aqui embio, me respondieron que las avian dado al thesorero Diego de la Tobilla por mandado de vuestra magestad, conforme á un capitulo que en la ynstrucion de v. m. traxo, e por esto no bolvieron. Llegado aqui, halle a Andres de Cerezeda, contador delas Higueras e Honduras, que no era aun partido, e por el dicho capitulo e para hazer cargo al tesorero Diego de la Tobilla, le tomé las quentas a el e a Juan de Ampudia, que sirvio un poco de tiempo el oficio de contador, e parece por las quentas que ansy tomé e cargo que hize al dicho thesorero Tobilla, que recibio en oro del thesorero Rodrigo del Castillo en una partida dos quentos é seyscientos e nobenta e ocho mill e ochenta e syete ma ravedis, e en otra ciento e diez e ocho mill e seyscientos e quarenta e syete maravedis, todo en oro fino, e en guanyn (1) sesenta e ocho pesos e quatro tomines, en plata un peso e seys tomines e diez granos, e en debdas que se deben a v. m. e copias dellas quel dicho thesorero Rodrigo del Castillo no abia cobrado, e entregolas al dicho thesorero Tovilla para que las cobrase. Montan las dichas copias e debdas tres quentos e ciento e treinta e un mill e quinientos e cincuenta e ocho maravedis, e de cargos que le hizie

(1) Guanin, oro bajo,

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