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siglo XVI suerte semejante á la de los otros del continente Américo-hispano; pero desde el siglo XVII tomó su dominacion una forma diversa, especialmente los del Paraguay, porque los Misioneros Jesuitas que pasaron á él, reunieron á los indígenas en pueblos que llamaron Reducciones, de cuyo asunto se tratará en otra parte, porque no cabe en el cuadro que estoy trazando sobre la esclavitud de los indios.

JOSE ANTONIO SACO.

CODIGO DE POLICIA

URBANA Y RURAL

PARA LAS PROVINCIAS DE LA REPUBLICA ARGENTINA

(Continuacion) (1)

Art. 286-Corresponde á los mismos Jefes de los Departamentos de Policía el conocimiento en grado de apelacion, de todos los casos que por la presente ley se declaran de la competencial de los Jueces de Paz ó Comisarios y para en los cuales se autoriza el recurso.

Art. 287-En los casos y causas que sean la competencia originaria de los Jefes de los Departamentos de Policía y cuando la materia de la obligacion ó del daño no esceda la cantidad de cincuenta pesos fuertes, se procederá verbalmente.

Igual procedimiento se observará en los casos que siendo de la competencia originaria de los Jueces de Paz ó Comisarios, vengan en apelacion ante los Jefes de los Departamentos de Policía. EMILIANO GARCÍA.

(a) Vase este tom p. 133-100

MUERTE DE JUAN DIAZ DE SOLIS (1)

I

Para la historia del descubrimiento de nuestro rio, no tenemos mas documentos auténticos que los del asiento ó contrata de 1514, en cumplimiento de la cual aprestó y emprendió Juan Diaz de Solis su última expedicion; ni más fecha incontrovertida que la del dia en que saliendo del puerto de Lepe, se hizo á la mar8 de octubre de 1515.

Herrera es el único de los cronistas de Indias que, como lo revela, tenía conocimiento directo del itinerario de la navegacion principiada en ese dia; y con solo copiarlo fiel é íntegramente, nos habría dejado la historia más ingenua de todo lo ocurrido, hecho y observado, dia por dia, en ese último viage de Solis.

Pero bien léjos de hacerlo, principia por suprimirle las fechas; y apagándole la luz diurna, lo envuelve en oscuridades, hasta ahora impenetrables para nosotros, que lo despojan de su mayor importancia como documento náutico y como documento histórico.

En la parte que cópia, notamos tambien omisiones que no podían existir en un diario náutico.

(1) Las páginas que siguen pertenecen á un libro que dará á luz el Sr. Dr. D. Andrés Lamas, el cual obséquia á la Nueva Revista con las primicias.

N. de la D.

Por ejemplo, en el itinerario desde el Cabo Cananca (lat. 25° 10') hasta el puerto de Nuestra Señora de la Candelaria, (lat. 35o). encontramos un vacío entre los 29 y los 35 grados, en el que está comprendido ó perdido, nada ménos que el Cabo de Santa Maria, acerca del cual no se hace indicacion alguna, como si no existiera.

¿No lo apercibió Solis?-Llegó sin sospecharlo siquiera, á la Isla de Lobos y al hoy puerto de Maldonado?

En un viage costanero y de descubrimiento,-¿no habría en el diario del descubridor algunas indicaciones sobre los accidentes fisonómicos de la costa que se estiende de los 29 á los 35 grados? ¿Podrían quedar en blanco estos seis grados de latitud?

Si en vez de darnos un extracto trunco y hecho sin ningun criterio, nos hubiera dado Herrera la cópia del itinerario de Solis conoceríamos el dia de su entrada al rio (ahora conjetural), y sabríamos si vió, ó nó, el Cabo de Santa María, si le era conocido, si tenía ya ese nombre ó si él se lo dió y cuando.

Estos datos aclararían los puntos` oscuros del descubrimiento principiando por el principio, esto es, por el año en que lo verificó Solis, que no lo tenemos todavía por averiguado y comprobado, á pesar del desdeñoso dogmatismo con que dan por incontestable que no se realizó la expedicion preparada en 1512 y que Solis solo ha conocido la embocadura de nuestro rio en la de 1515.

La falta del diario que Herrera sustrae á nuestro conocimiento en puntos tan esenciales, podría suplirse por los trabajos ó apuntes gráficos del viage de Solis y, sobre todo, por la nomenclatura de los lugares descubiertos, que en ellos y con ellos debía conservarse; porque no existe viage alguno en que se descubra tierra ignota que no tenga nomenclatura propia, con la cual se hace conocida é ingresa en las cartas geográficas ó de marear el nuevo descubrimiento.

Los nombres impuestos por los descubridores en su idioma

(signo de familia) sirven como los miliarios para marcar la distancia recorrida, señalan el itinerario del camino náutico ya conocido, siendo el punto de partida para pasar de lo descubierto á lo ignoto; -y bastaba que en las cartas geográficas que conglobando diversos viages consigan sus resultados generales, hubieran colocado al pié de cada nombre la indicacion del año y del viage parcial de que procede, para que pudiera distinguirse lo que á cada descubridor y á cada tiempo correspondía.

Infortunadamente, las cartas geográficas tampoco nos dan esos datos que nos serían necesarios para subsanar, de alguna manera, las omisiones que dejamos mencionadas; y mientras no. aparezcan los documentos directos de las expediciones de Solis, que no podemos suponer totalmente perdidos, tenemos que atenernos á las narraciones ó noticias de los cronistas de Indias.

Estudiemos, pues, críticamente, en estos testos la última jornada de Solis.

II

Del puerto de Nuestra Señora de la Candelaria (lat. 35°) Solis vino á surgir, dice Herrera, « al Rio de los Patos en treinta y << cuatro grados y un tercio, y entraron en una agua dulce, que << por ser tan espaciosa, y no salada, llamaron mar dulce que pa<< reció despues ser el rio que hoy llaman de la Plata, y enton«< ces dijeron de Solis.

<< De aquí (del punto en que entró en la agua dulce) fué el << Capitan en un navio, que era una Caravela latina recono<< ciendo la entrada por la una costa del rio: surgió en la fuerza <<< del cabe una isla mediana en treinta y cuatro grados y dos < tercios.

<< Siempre que fueron costeando la tierra hasta ponerse en la al<< tura sobre dicha descubrian algunas veces montañas, y otros gran

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