VII VESTAL, SACERDOTISA Y POETISA Ora de Vesta ó del antiguo Celta La negra cabellera al viento suelta, Arrancando al laud conciertos ledos; VIII LA MATRONA POMPEYANA Ora la escena, súbito, se trueca, Y te miro, Rebeca, En el sillon del átrio Pompeyano, Su última luz ya moribunda exhala; XI LA PIEDAD FILIAL Mision más alta todavía tienes; Y esos negros cadejos, esos rizos Que el cerco forman de tus mil hechizos, Que te circunda de mayor encanto, De la Piedad Filial, ¡cuadro el más bello! Y el que á todas tus obras pone el sello. JUAN DE ARONA. (Pedro Paz-Soldan y Unanue). ESCRITORES DEL NORTE DEL BRASIL VIII El señor José de Barcellos (1) Este nombre representa una vigorosa vocacion literaria que se perdió por no poder seguir su destino. Su modo de sentir es ruy natural y si no es naturalista en el sentido que actualmente. se dá á esta palabra, habría llegado al puro naturalismo, aquel que del vocabulario, de los lugares, escenas, costumbres, y tipos tomaba la materia prima de sus producciones. Del señor José de Barcellos conozco solo dos cuentos publicados en el Cearense. Son dos ficciones, dos cópias fieles de la doble vida de provincia. En el que se intitula Naninha están retratados los campesinos, en el que se denomina Rachel esta retratada la capital del Ceará. En el primero ocupa prominente lugar la viola, el desafio, el San Juan, el Zamba, y la cruz en la encrucijada del camino. En este descuellan el piano, la modinha, la reunion familiar, el galanteo permitido ó admitido y los enredos de amor. ga Cuando se organice nuestro vocabulario general, quien lo haha de tener que pedir á Naninha mas de un término de esos (1) Vease este tomo p. 27 á 31 que se oyen en los caminos, en las plazas, en las poblaciones del Ceará, de boca en boca, términos que el canto recoge; que el cuento legitima y que la ciencia del idioma no puede dejar de consagrar, porque trata justamente de semejantes elementos, y su fin no es otro sinó el de reunirlos y compararlos á fin de indagar su orígen científico. Con el objeto de hacer una fácil exposicion del cuento transcribo aquí uno de los ocho capítulos de que se compone: -«Boa noite, meu velho. -«Boa noite, vosmincé. «Ensime-me o caminho que vai ter ao Culuminjuba. -«Vá por ahi sempre en direitura, quando chegar juncto de um joaseiro despenque-se a esquerda, vá siguindo até encontrar um corredor, enfie n'elle, lá adiante quebre á direita que vos mincê vai cahir bem em riba do Culuminjuba. —«Ainda é mui longe? -«Senhor, não, é alli. -«A que distancia? -«Tres leguas, mas tres leguas bem puchadas, das que á velha mediu. «Desapontei. Caminhar ainda tres leguas n'um cavallo já cançado! E o velho á dizer-me-allí-estendendo ó beiço inferior como se fora a dous passes!... Era de desanimar. -«Estou mui enfadado, não poderei chegar hoje ao Culuminjuba; o senhor dá licença que passe aqui á noite ? —«Não ha duvida, meu patrão. Pode arrancharse. Este perereca mesmo não o bota lá. Vigle, está em temo de varar-se com uma agulha. Sinba Maria dê cá una rede. «Alguns minutos depois estava en n'uma rêde armada no alpendre, o cavallo n'uma capoeria, e o velho, n'um banquinho, de pernas crusadas, caximbo no queixo pedia-me noticias do Forte, do pega, das guerras, etc. «Meu hospede teria quando muito cincoenta anos. Suas fei ções tinham certa expressão de bondade que conquistavam sympathia. Era alto, magro e crestado pelo lidar do matto. Seu traje era simple-o traje de nossos lavradores: ceroula de panno grosso: camisa da ceroula. Nada mais. A camisa entreaberta deixava ver un rosario no pescoço. <<<Havia cerca de meia hora que conversavamos, me lembro como, vim a fallar n'uma cruz que encontrara a borda do caminho juncto de casa. -«Indicava essa cruz algum assassinato? perguntei ao velho. -«Senhor não, alli foi onde se enterrou a Naninha. -«Que Naninha? -«A filha da comadre Chica Pereira. -«Cada vez entendo menos. Tem toda a rezão. Vosmincé, náo é cá da terra. Não conheceu Naninha. Pois é pena. Era, bem como digamos, comparando mal, um anjinho aquella cunhãsinha. Se ainda não vai pegar no somno conto-lhe uma historia interessante. -«Estou prompto a ouvil-o. «O velho encostou o caximbo juncto de uma almofada de fazer renda; tirou de um buraco na parede um pequeno cornimboque e offerecendo-me uma pitada de caco : -Não gasta? -«Obrigado. Vamos a historia. «Levantou-se. Deitou na fogueira defronte do alpendre alguns gravetos. Fuchou o banco para juncto de minha rede. Sentou-se e principiou assim.» Hago violencia á mi pluma para no continuar la transcripcion, pues mi deseo sería poner ante los ojos de los lectores este bello cuento íntegro, uno de los más suaves, naturales y verdaderos que jamás se hayan escrito sobre asuntos del Norte. Cuando medito un poco á este respecto, cuando veo tanto talento natural que se revela sin esfuerzo, reproduciendo la vida del campo con todos sus matices, me hago á mí mismo la siguien |