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vencidos sin duda de que en el levatamiento del sitio recibia la causa carlista el golpe de muerte, y tanto mas era de temer su obstinacion cuanto que apoyados en las fuertes posiciones del puente de Burceña podian esperar la provocacion con algunas probabilidades de buen éxito; pronto cambiaron de parecer, y temiendo ser víctimas de su temeridad abandonaron sus posiciones tan pronto como divisaron á nuestros bravos á quienes ninguna consideracion ni obstáculo podian contener en aquellos instantes de ardor patriótico; de suerte que á las pocas horas de marcha se hallaba levantando el sitio de Bilbao y abiertas sus comunicaciones.

Tal fué el resultado de aquel forrmidable sitio en que la faccion habia apurado todos sus recursos, pudiendo decirse que en efecto la causa de don Cárlos recibió su golpe de muerte ante los muros de la invicta Bilbao, pues aunque en adelante la veamos caminar en progresion ascendente respecto al valor numérico, y robustecerse en otros puntos de la Península, difícilmente podria reparar el descalabro moral que sufrió en las provincias donde tuvo su cuna, ni reemplazar al caudillo Zumalacárregui, que era para los rebeldes una garantía en la guerra y una valla insuperable en que se hubieran estrellado las ambiciones que desde entonces se manifestaron y produjeron la division en la córte del pretendiente.

« La muerte de Zumalacárregui, decia un periódico de París, Le journal des Debats, es un golpe fatal para los insurgentes de Navarra; porque si en un ejército disciplinado la pérdida de un general no tiene otro inconveniente que suspender las operaciones de la guerra y esperar á que se le reemplace, no sucede lo mismo en el caso presente, en que el gefe de las Provincias Vascongadas era el alma, el todo de la campaña, y tenia sobre sus soldados el doble prestigio de general y de compatriota. Con él se han acabado los planes, la unidad y la organizacion de las tropas, para lo cual era bastante hábil y sagaz. Ahora es regular que se susciten ambiciones y rivalidades entre los gefes subalternos que nadie sabrá reprimir con mano fuerte, y ademas faltará la prevision y tacto del que todo lo dirijia, porque estas cualidades no pueden trasmitirse al sucesor. ¿Acaso los que componen la faccion simpatizarán con el nuevo caudillo que se les destine? ¿Acaso consentirán que uno solo reuna toda la autoridad del mando militar que por otra parte, si se divide, desaparece

como el humo? Y los cortesanos del pretendiente ¿no se habrán alegrado quizá de la muerte de Zumalacárregui para salir de tutela, y entregándose á ilusiones é intrigas de que la historia ofrece tantos ejemplos en semejantes casos? Todo contribuirá á que en adelante se eche de menos el espíritu de unidad que estaba personificado en el gefe difunto; y puede decirse, sin temor de equivocarse, que será difícil el reemplazo: el efecto que ha de producir su pérdida tal vez no se sentirá desde luego, pero es infalible.»

Efectivamente sucedió todo lo que desde luego habia previsto el Diario de los Debates y algo mas que fué poner al frente de los rebeldes al general Moreno conocido con el mote de verdugo de Málaga; al general Moreno, hombre sin conocimientos, sin valor personal y conocido solamente por sus instintos sanguinarios. al general Moreno, en fin, que era como si dijéramos el NARVAEZ del partido carlista, asi como NARVAEZ ha sido el Moreno del par tido moderado. ¿Podia pues don Carlos con este refuerzo reparar el descalabro que sufrió delante de Bilbao? ¿Era el NARVAEZ de los carlistas hombre á propósito para dar una batalla, infundir confianza en su ejército y ofrecer ejemplos de valor en el comba te? Pronto probó lo contrario en la memorable accion de Mendigorria, y seguramente no necesitaba acudir á tan vergonzosa demostracion, pues para manifestar hasta donde su absoluta carencia de dotes militares y su falta de valor y prudencia podian influir en la ruina de los elementos guerreros que tan heróicamente habia acumulado su antecesor, bastaba saber sus antecedentes asi como para hacer su retrato moral y militar basta decir que era el NARVAEZ del partido carlista.

No creo necesario estenderme á otras consideraciones para hacer ver cuán útiles fueron á la causa de la reina la defensa de Bilbao y levantamiento del sitio, en lo que cabe al ilustre ESPAKTERO la mayor parte de la gloria por el empeño y decision con que trabajó para conseguir que se prestase socorro á los sitidiados y por la entereza con que se condujo en el campo del honor. Ni terminaré este capítulo sin tributar un justo homenaje de respeto al señor conde de Mirasol por la brillante conducta que observó durante las espinosas circunstancias del sitio de Bilbao. El conde de Mirasol pertenece al partido moderado, por lo cual se comprenderá toda la sinceridad de mis elogios, pero sea cualquiera su opinion política, obligacion tengo á fuer de escritor im

parcial de hacer aquí honorífica mencion del hombre que tan dignamente supo llenar el triple deber de gefe, de ciudadano y de caballero. ¿Cómo el conde de Mirasol y otros bravos militares han podido abatirse despues hasta el punto de convertirse casi en edecanes de un NARVAEZ? ¡Qué aberraciones!

CAPITULO XIV.

A DON RAMON MARIA NARVAEZ.

Os he dicho ya, señor, que sin mérito bastante lográsteis por el favor el grado de comandante. Y se apura mi paciencia contemplando, á fé de Juan, que por la misma influencia subísteis á capitan.

Y no falta en esta córte quien demostrar se promete, que tocando igual resorte llegásteis á ser cadete.

Persua lido yo de todo tomo hoy tintero y papel para decir de que modo llegásteis á coronel. Implorad la proteccion

de San Ramon

Y amparo os dé en este dia

Santa Maria.

Porque en tan triste ocasion,

solo podeis, á fé mia,

obtener la absolucion

de Maria y de Ramon

señor don RAMON MARIA.

Sé que estareis furibundo; pero, señor, bien mirado,

no ha de ser todo en el mundo tortitas y pan pintado. Gozásteis á tutiplen

de una fortuna esplendente, y habeis gozado tambien reputacion de valiente.

Justo es que perdais, señor, cuando la razon lo aclama, de la fortuna el favor

y de valiente la fama.

Que en la mansion terrenal, perdonad os lo recuerde, cosa que se adquiere mal tarde o temprano se pierde. Implorad la proteccion

de San Ramon,

Y amparo os dé en este dia

Santa Maria.

Porque en tan triste ocasion, solo podeis, á fé mia, obtener la absolucion de Maria y de Ramon señor don RAMON MARIA.

A quien es tan furibundo

no lograré persuadir,

que el peor sordo en el mundo

es el que no quiere oir.

Y debe sentar muy mal

mi satírica cancion

á quien se juzga rival

del mismo Napoleon.

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