Imágenes de páginas
PDF
EPUB

y el otro dictó este parte

de su cholla digno parto.

Excmo. Sr. Ahora que son las doce de la noche acabo de recibir el siguiente oficio, que desde Ulibarri-Gamboa me dirije el Excmo. Sr. general en gefe de los ejércitos de operaciones y reserva, virey de Navarra.

« Excmo. Sr. Al llegar á este canton, que era el mas avanza-do de los que debia ocupar con solos tres batallones, el enemigo, en fuerza de cinco, estaba en posicion à tiro de fusil. El ardor de la tropa ha hecho inútil todo el plan combinado para el ataque de mañana con los generales Evans y Espartero, que habian de flanquear la formidable cordillera de Arlaban, de la que ya soy dueño, en cuya cima vivaquean nuestros batallones esta noche. Los dos de la Princesa y uno de la legion francesa, se han cubierto de gloria: el nunca bien elogiado coronel Narvaez cayó herido de la cabeza, haciendo prodigios de valor. Su regimiento tiene ocho oficiales heridos, de cuyo número cuento tambien dos ayudantes de campo mios.

Como la accion ha durado hasta muy entrada la noche, no puedo calcular mi pérdida; pero no creo esceda á la que he visto de 150 heridos. Ademas de las tropas nombradas, se han distinguido el 5.o de línea, y sus dos compañías de cazadores aun mas. El general Bernell y el brigadier Rivero han conducido los ataques con una bravura é inteligencia dignas de todo elogio: verdad es que todos se han escedido á sí propios. Que los que conocen la posicion y saben que hace muchos dias la guarda constantemente el enemigo, juzguen del mérito de estas incomparables tropas, tan solamente suyo en esta jornada, en la que su esfuerzo, repito, que me ha obligado á anticipar todos mis planes y á obrar con una sola brigada lo que debia verificar con todo el ejército.

Villareal está ocupado ya tambien por las tropas del general Espartero, el que con poco fuego hizo evacuarlo á unos 1000 hombres que encontró, segun aviso verbal suyo.

Tambien hemos oido fuego por nuestra derecha con los ingleses; pero nada sé aún del general Evans.

Solo pongo á V. E. este precipitado aviso, para tranquilizarle acerca del vivo fuego de fusil y cañon que se habrá oido en esa ciudad.

Dios guarde á V. E. muchos años. Cuartel general de Uli

barri-Gamboa 16 de enero de 1836. Excmo. Sr. Luis Fernandez de Córdova. Excmo. Sr. conde de Almodovar, ministro de la Guerra.

P. D. Han sacado la bala al coronel Narvaez, cuya herida no parece, dichosamente, de peligro. A las nueve y media de la noche. >>

Lo que traslado á V. E., etc.

Contra este parte que se insertó en la Gaceta del 19 de Enero de 1836, hay centenares de testigos que convienen en que al coronel Narvaez le rozó una bala en la cabeza, pero que no recibió herida alguna de consideracion y por consecuencia que la operacion de que se hablaba en el parte fué una farsa indigna de hombres formales. Puedo añadir aqui que el mencionado teniente coronel don Matias Casero escribió á su amigo el de esta córte, una carta que conservo en mi poder y que entre otras cosas dice:

«Vitoria 19 de enero de 1836: Querido N..................... Aqui hemos tenido unos 100 heridos, principalmente de la Princesa; entre este número su coronel NARVAEZ, que recibió una leve contusion en la cabeza, pero le he visto y está muy bueno.>>

Esto como ven mis lectores se decia tres dias despues de la accion; de modo que la farsa está completamente descubierta, Antes de llegar esta carta á Madrid, habia chocado al amigo de Casero como á otros muchos la operacion de que Córdova hablaba en el parte; habiendo facultativos que se hacian cruces y negaban la posibilidad; por lo que el que me ha facilitado estos datos que es un militar honrado y verídico, escribió á su amigo pidiéndole detalles acerca de la espresada operacion, y á los pocos dias recibió la respuesta concebida en estos términos.

«Vitoria 30 de enero de 1836. Querido N............................. No sé si Córdova quiere proteger á NARVAEZ ó ponerlo en ridículo. La predileccion que le dispensa empieza á causar naúseas. Puedes asegurar que no hubo entraba ni salida de bala, pues aunque le tocó algo no fué mas que de refilon......>>

Ahora pregunto yo á mis lectores: ¿qué méritos reconoceria en sí y qué importancia debió nunca merecer un hombre que necesitaba apelar á semejantes farsas y ficciones para adquirir as

censos?

¿Cómo, pues, en la milicia

llegó á los primeros grados?
¿Cómo ha logrado una faja?

[ocr errors]
[blocks in formation]

CAPITULO XV.

CONTINUACION DE LOS HECHOS DE ESPARTERO.-OCURRENCIAS POLÍTICAS. ES DIEZMADO EL BATALLON DE CHAPELGORRIS Y FUSILADOS DIEZ DE SUS INDIVIDUOS.-BATALLAS DE ORDUÑA Y DE UNZA.-VIAGE DE CÓRDOVA DURANTE EL CUAL QUEDA INTERINAMENTE ESPARTERO AL FRENTE DEL EJÉRCITO.-ES PROMOVIDO À TENIENTE GENERAL.-ESPEDICION DE GOMEZ.-RESTABLECIMIENTO DE LA CONSTITUCION DE 1812.-ES NOMBRADO ESPARTERO GENERAL EN GEFE DEL EJÉRCITO.

Concurrió, como llevo dicho, ESPARTERO á la célebre accion de Mendigorria y á su enérgica cooperacion se debió en gran parte aquel triunfo que produjo incalculables ventajas á la nacion; pues los rebeldes que en el término de diez dias habian esperimentado dos derrotas de consideracion, empezaron á comprender que su buena estrella se iba eclipsando desde la muerte de Zumalacárregui. Todo lo contrario sucedia en nuestro ejército: orgulloso el soldado con las victorias conseguidas, tanto en el levantamiento del sitio de Bilbao como en la memorable batalla de Mendigorria, anhelaban medir sus armas con las del enemigo, seguro de darle un escarmiento donde quiera que le encontrase. Las operaciones militares se habian regularizado algo á pesar del desórden que habia en la distribucion de empleos, gracias á la camarilla de amigos y paniaguados que cercaban al general en gefe, y el general ESPARTERO continuó persiguiendo á los rebeldes y añadiendo cada dia una hoja á la corona de guer

rero que habia conquistado á fuerza de años, fatigas y combates. La situacion política de España era á la sazon bastante anómala. El ejército liberal combatia á los soldados del despotismo, y sin embargo, aun no se habian roto enteramente sus cadenas: deseaba la nacion restablecer sus libertades perdidas, y por todas partes se pronunciaban los pueblos pidiendo reformas. Son demasiado recientes aquellos acontecimientos para que mis lectores hayan olvidado lo que pasó entonces. La reina Cristira obedeciendo la ley de la necesidad encomendó la direccion de los negocios á don Juan Alvarez y Mendizabal, con lo que se calmaron los ánimos y la revolucion de principios que se reclamaba quedó reducida á un simple cambio de personas. La nacion española tuvo la debilidad de contentarse con bien poca cosa, y el ejército de felicitar á las Córtes, como si el ejército y la nacion hubieran adelantado algo porque el gefe del poder se llamase Mendizabal, Isturiz ó Toreno, cuando nada habia adelantado en sus aspiraciones políticas ni en sus necesidades económicas. El nuevo ministerio dió á luz un programa que no cumplió, y que acaso lo dió con el firme propósito de no cumplirlo; y el general don Luis Fernandez de Córdova felicitó á sus soldados, porque, reaccionario como era, no podia menos que mirar con placer que se hubiese hecho tablas el juego de la revolucion.

De nuevo concibieron los facciosos la idea de tomar á Bilbao, cuyo bloqueo empezaron el 24 de agosto, pero pronto tuvieron que abandonar tan temerario proyecto; y el general ESPARTERO, asi como Ezpeleta, recibieron del general en gefe la órden de marchar, el uno á Miranda de Ebro y el otro á Vitoria, lo que verificaron viéndose antes precisados á sostener con los facciosos en Arrigorriaga un combate que no fué de los mas afortunados, pero en el cual dió ESPARTERO como de costumbre nuevas muestras de su habitual intrepidez. «Este general, dice un historiador, dió una carga con sus ordenanzas, durante la cual se metió diferentes veces entre los rebeldes, de los que se vió completamente cercado, batiéndose con ellos cuerpo á cuerpo y librándose de quedar en su poder por la eficaz cooperacion de un cabo y cuatro húsares, que viéndole enteramente circundado, se arrojaron cual rayo esterminador sobre los rebeldes, y lo salvaron; por cuyo hecho les fué concedida la cruz laureada de la nacional y militar órden de San Fernando. El arrojo y denuedo con que ESPARTERO y sus valientes ordenanzas cargaron á los rebeldes,

« AnteriorContinuar »