Cartas marruecas del coronel D. Joseph Cadahalso

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Piferrer, 1796 - 224 páginas

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Página 71 - El ilustre historiador que refiere las revoluciones del principio de este siglo con todo el rigor y verdad que pide la Historia para distinguirse de la fábula, pondera tanto la fidelidad de estos pueblos, que dice será eterna en la memoria de los reyes.
Página 11 - Hasta aquí mi amigo Ñuño. De esta relación inferirás como yo, lo primero, que esta península no ha gozado una paz que pueda llamarse tal en cerca de dos mil años, y que, por consiguiente, es maravilla que...
Página 93 - Tomé café y licor. Otra partida de quince ; perdí mi todo. Fui al espectáculo ; la pieza que han dado es execrable ; la pequeña pieza que han anunciado para el lunes que viene es muy galante ; pero los actores son pitoyables; los vestidos, horribles; las decoraciones, tristes. La Mayorita cantó una cavatina pasablemente bien.
Página 43 - Respondíle que en vista de la tal cual altura en que me veo, y atendida mi decencia, había procurado siempre mantenerme con alguna ostentación; y que así, entre muchas cuyos nombres apenas sé, tengo doce blancas y seis negras. — Pues, amigo — dijo el mozo — , yo, sin ser moro ni tener serrallo, ni aguantar los quebraderos de cabeza que acarrea el gobierno de tantas hembras, puedo jurarte que entre las que me llevo de asalto, las que desean capitular, y las que se me entregan sin aguantar...
Página 206 - Mira, Gazel, los que pretenden disuadir al pueblo de muchas cosas que cree buenamente, y de cuya creencia resultan efectos útiles al estado, no se hacen cargo de lo que sucedería si el vulgo se metiese a filósofo y quisiese indagar la razón de cada establecimiento.
Página 198 - ¡Qué amargos instantes tendrá cuando se vea en la imposibilidad de ser ni hombre ni niño! Le darán envidia los hombres que van entrando en la edad que él ha pasado, y le causarán extrañeza los hombres que se hallan con las canas que
Página 73 - Su país, como todo lo restante de la península, fué sumamente poblado en la antigüedad, y tanto, que es común tradición entre ellos que en las bodas de uno de sus reyes entraron en Zaragoza diez mil infanzones con un criado cada uno, montados los veinte mil en otros tantos caballos de la tierra.
Página 18 - Los pocos que cultivan las otras, son como los aventureros voluntarios de los ejércitos, que no llevan paga y se exponen más. Es un gusto oírlos hablar de matemáticas, física moderna, historia natural, derecho de gentes, antigüedades y letras humanas, a veces con más recato que si hicieran moneda falsa.
Página 119 - ... los autores que han escrito en buen castellano, los españoles del día parecen haber hecho asunto formal de humillar el lenguaje de sus padres. Los traductores e imitadores de los extranjeros son los que más han lucido en esta empresa. Como no saben su propia lengua, porque no se sir.ven...
Página 70 - Aunque un vizcaíno se ausente de su patria, siempre se halla en ella como se encuentre un paisano suyo. Tienen entre sí tal unión, que la mayor recomendación que puede uno tener para con otro es el mero hecho de ser vizcaíno, sin...

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