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tarde á demostrar cuán variados son los recursos de las administraciones moderadas en cuestion de elecciones.

Iba, pues, á tener lugar un acto de grande y trascendental importancia. El pueblo español debia acercarse á las urnas, no embarazado por las trabas de una ley electoral raquítica, sino ámplia y suficiente.

Por lo mismo que la mision de las Cortes constituyentes era dificil, el pueblo debia esmerarse en escoger una representacion que respondiese à la confianza pública. En todas las provincias se proclamaban los nombres de los patriotas mas distinguidos, de aquellos que mas servicios habian prestado á la nacion ó de los que nacian á la vida política irradiando en su inteligencia y en su corazon la fé en la libertad.

Calvo Asensio pertenecia á estos últimos. El pueblo le vió, y con su admirable instinto comprendió que iba á tener en él uno de los mas firmes campeones de sus derechos. Él, nuevo en la vida política, entraba por donde los hombres públicos suelen terminar; mereciendo la confianza de una provincia rica é importante; la de Valla – dolid. Las de Madrid y Toledo le habian dado una gran prueba de su estima, pues obtuvo en ellas numerosos sufragios para la diputacion.

Calvo Asensio, jóven, ardoroso, entusiasta, amigo sincero de la libertad, aspiraba noblemente á defender en ancho campo la libertad. Así fué que cuando la provincia de Valladolid le honró con sus volos, invistiéndole con el carácter de diputado. esperimentó una intima sensacion de alegría. Ser objeto de la confianza de sus conciudadanos, llegar á un puesto de responsabilidad y de combate, era ciertamente ver realizada una aspiracion, que no podia dejar de halagar á un espiritu generoso como el suyo. La actividad de Calvo Asensio le permitió cuidar á un tiempo mismo, del cumplimiento de sus deberes como diputado y de sus obligaciones como director de un diario político. El grande amor que profesaba á las ideas liberales, multiplicaba sus fuerzas. Pocos hombres politicos han dado pruebas mas ostensibles de laboriosidad. Las Cortes constituyentes diéronle una prueba de simpatia eligiéndole secretario. Su conducta en el Parlamento estuvo

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siempre ajustada á la severidad de sus principios. Su marcha política aparece siempre firme é inalterable desde sus primeros pasos, revelando la fuerza de su conviccion. Los triunfos y su creciente fortuna no le desvanecieron jamás. Era siempre el hombre sencillo y modesto, el probo é integro ciudadano, que trabaja decididamente por el pueblo y que se confunde con él.

No hay en su vida parlamentaria ni una inconsecuencia, ni una humillacion. Las relaciones politicas que le unian al gabinete progresista, no le impedian decir la verdad, por amarga que fuese. Manteniase en el terreno que pisó durante toda su vida; en el terreno de los principios progresistas. Con ellos juzgaba á los gobernantes. ¡Se quiere encontrar el elogio en los labios del diputado por Valladolid ó en la pluma del director de La Iberia? pues véase cuando aquella situacion politica obedecia à las doctrinas liberales, y el elogio aparecerá; pero si la reaccion encubierta pretendia dar un paso, si aparecian ó se bacian visibles los gérmenes anti-liberales, ocultos en el seno de aquella situacion, Calvo Asensio los combatia con energía.

Las tendencias que el general O'Donnell habia llevado consigo al seno de la situacion progresista, fueron encarnizadamente atacadas por Calvo Asensio desde la tribuna y desde la prensa. Si entonces hubiera sido ambicioso, si hubiera considerado la política como un bazar, hubiera podido cotizar grandemente sus aspiraciones por elevadas que fuesen; pero Calvo Asensio habia aceptado la diputacion, no como un objeto de medro personal, sino como un cargo que le imponia grandes deberes que cumplir. Y nada podia desviarle del cumplimiento de esos deberes. ¿Por qué no decirlo? Fué balagado con solicitud; se le hicieron proposiciones brillantes; se le brindó con altas posiciones; todo inútilmente: y sin embargo, Calvo Asensio hubiera podido aceptarlas sin amenguar su honra ni vender sus principios. Era una situacion amiga la que esto le ofrecia; pero Calvo Asensio queria estar libre, no encontrarse ligado por ninguna clase de lazo, que impidiese su libertad de accion. Jóven como era, le halagaba mas su modesto vivir, que un puesto encumbrado que pudiera entibiar

sus esfuerzos como soldado de la libertad. No tenemos necesidad de decir cuál fué el lugar que Calvo Asensio ocupó en las Córtes constituyentes. Estaba donde estaban aquella brillante pléyade de jóvenes que entendian que el progreso no permanece inmóvil, y que no es esa la índole de su naturaleza, que el quietismo no es la progresion. Con ellos adunó sus esfuerzos para dar al partido progresista el impulso de las nuevas ideas con que se ha regenerado; y si de la parte política descendemos á la material, vemos que el director de La Iberia no descuidaba un punto, y tomaba gran participacion en todas aquellas cuestiones que afectaban al engrandecimiento y desarrollo de la riqueza y del bienestar de nuestra patria.

V.

No es aquí donde nos proponemos bistoriar los acontecimientos políticos en que Calvo Asensio ha tomado grande ó pequeña participacion. Todo el mundo sabe cómo vino al suelo la situacion progresista creada en 1854. Al derrumbarse. Calvo Asensio tuvo que cumplir un nuevo deber, y le cumplió. Nombrado comandante de uno de los batallones de la Milicia Nacional de Madrid, de las deliberaciones del Congreso pasó á las calles à desnudar su espada en defensa de la libertad y de la prerogativa de las Córtes, atacadas á la sazon á metrallazos, por el que todo se lo debia à la revolucion y á la libertad. Enemigos políticos de Calvo Asensio, han elogiado á la faz de la nacion su denuedo y su entusiasmo. De los primeros en acudir donde sus juramentos y sus compromisos le llamaban, fué el último en retirarse. Despues de las jornadas de Julio, podia decir como Caton despues de la batalla de Farsalia: Ha vencido César, pero yo estoy con Pompeyo. En efecto, la libertad habia sido vencida, pero Calvo Asensio estaba con la libertad.

Sin reposar acaso de la fatiga del combate, Calvo Asensio volvió á esgrimir la pluma, con la misma valentía que habia esgrimido la espada contra la dictadura del general O'Donnell.

Indudablemente los grandes servicios prestados por Calvo Asensio á la noble idea liberal, empiezan desde el mismo dia en que la reaccion de 1856 se apoderaba nuevamente de los destinos de España. Él fué el mas terrible adversario del sistema de corrupcion con que el general O'Donnell pretendia anular y envilecer al partido progresista; y para ello el director de La Iberia afrontó con notable constancia los infinitos vejámenes y persecuciones con que aquella situacion, orgullosa de la victoria, fruto de una gran perfidia política, inauguró el retroceso á cuyas últimas consecuencias no se ha llegado todavía.

La invencible consecuencia y pertinacia de Calvo Asensio en oponer todas sus fuerzas á los halagos y á las imposiciones del poder. quedan en una gran parte consignadas en la coleccion de un periódico, jamás reducido á un silencio bumillante, siquiera la verdad fuese objeto diariamente de mordazas.

Durante una larga série de dias, La Iberia fué la víctima en que se ensañaba el poder con un refinamiento de crueldad solamente comprensible, porque procedia de los Judas que habian vendido el partido progresista, cuyas ideas tremolaba el periódico de Calvo Asensio con mas valentía que nunca.

Pero los orgullosos vencedores cedieron su turno á los que caracterizaban mejor que ellos el retroceso, por mas que fuesen todos igualmente enemigos de la libertad. La Iberia no habia muerto a pesar de las armas que contra ella se habian esgrimido, y veia descender pesarosos y cabizbajos de las alturas del poder á sus implacables adversarios, que en su loca apostasía fueron absorbidos por el vértigo de la reaccion.

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VI.

Narvaez los sucedia en el mando; y Narvaez traia consigo la terrible significacion de todas sus sangrientas dominaciones.

Nuevos y peligrosos dias de lucha constituian la perspectiva que podia descubrir la vanguardia del partido progresista. El horizonte se presentaba amenazador. Todavía resonaban en los oidos de los liberales, las detonaciones que habian hecho sucumbir á tantos patriotas, sacrificados en el sangriento altar de una sedienta reaccion. Todavía vivia el recuerdo de aquellas proscripciones en masa, de todos aquellos actos de arbitrariedad irritante é inhumana, llevada á cabo contra los miembros de un partido politico, por el solo crímen de querer que el trono restaurado por ellos sobre la base de la libertad, diese por fruto la libertad misma.

Los que se aprestasen al combate, despues de conocer estos recuerdos, preciso era que templasen el corazon para los mayores sacrificios.

La Iberia al dia siguiente de la aparicion de Narvaez en el poder, encabezaba sus columnas con una descripcion geográfica del archipiélago filipino; burla sangrienta, que lanzaba al rostro del antiguo y odiado tirano, para darle à entender con toda la fuerza del sarcasmo, que los verdaderos amigos de la libertad no temian sus iras.

A medida que la reaccion se desenfrenaba crecian los brios de Calvo Asensio. Siempre amenazada de muerte, La Iberia escribia con igual valentía, como si no existieran los fiscales ni las denuncias.

Convocadas las Córtes, Calvo Asensio que se proponia luchar en todos los terrenos, consintió en que sus correligionarios de Valladolid le designasen como candidato para la diputacion. Pero aquel gobierno

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