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con la sola excepcion de los duques de Gandía, que formaban parte de la aragonesa, tan aplaudida en las dos primeras Batallas; de todos los arzobispos, obispos y demás varones ilustres del clero, sólo se conservaban en cambio diez Diálogos, y éstos desprovistos de toda indicacion ó signatura que pudiera determinar sus respectivos lugares en las cuatro Quinquagenas de esta tercera Batalla. Entre las demás circunstancias, dignas de tenerse en cuenta, eran sin duda harto notables las de pertenecer el mayor número de los primeros Diálogos al Códice de Salamanca, estar escritos por el mismo Oviedo,y no dejar duda de ningun género en la determinacion de sus respectivas signaturas.

Ahora bien: ¿qué juicio deberá formarse de estas contradicciones y anomalías respecto del estado en que dejó al morir Gonzalo Fernandez de Oviedo esta grande obra de las Batallas y Quinquagenas?... ¿Podrá en vista de todos estos datos asegurarse que le dió cumplida cima, tal como la habia concebido, ó que alteró por el contrario los términos propuestos de su primitiva division, aspirando tal vez á darle una cuarta parte ó Batalla, reservada exclusivamente al clero?... Difícil es en verdad una solucion satisfactoria: el autor de la Historia General de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, dotado en toda su vida de una actividad tan impresionable como prodigiosa, acostumbró, no obstante, á ensanchar diariamente los límites de sus producciones históricas, constando por sus personales declaraciones que invirtió en ésta de las Batallas y Quinquagenas largos años, sorprendiéndole muy avanzada vejez con las manos en la masa. El averiguado hecho de que, cuando él mismo puso en limpio las copias de los Diálogos, que tan desordenadamente se incluyeron en el códice de Salamanca, habia ya sustituido al pensamiento de consagrar exclusivamente la Batalla tercera al clero español, el proyecto de ampliar la doble galería de la nobleza aragonesa y castellana, no parece consentir duda de que hubo de modificar efectivamente Gonzalo Fernandez de Oviedo, en sus postreros dias, el plan de esta interesante obra. ¿Llegó por ventura á realizar esta su nueva idea, ó fué ella causa de que no pudiera desdichadamente dar cumplida cima al pensamiento tantas veces recordado por él mismo en los Diálogos existentes, y cuya unidad y conveniencia parecian realmente loables?

Hé aquí lo que no me es dado discernir con la seguridad apetecida para este linaje de investigaciones.

Como quiera, y ya que no alcanzara en realidad el infatigable alcaide de Santo Domingo la suspirada dicha de ver terminada, tal como primero la concibe, la útil cuanto interesante obra de las Batallas y Quinquagenas, ya le moviese el mismo anhelo de acaudalarla á modificar su estructura, lo cual se refirió únicamente á la tercera Batalla, es lo cierto que las dos primeras, llevadas felizmente á cabo bajo el plan primitivo, se han salvado á dicha casi en su totalidad, con el rico tesoro de trescientos trece Diálogos, perfectamente definidos y ordenados, al cual tesoro pueden añadirse, como apéndice, no exíguo por cierto, los quince, asignados por el mismo Oviedo en el códice de Salamanca á la tercera Batalla (que podrian tambien figurar, segun sus peculiares condiciones, en la primera ó la segunda), y los diez ya arriba mencionados, que contienen noticias biográficas de los más célebres prelados coetáneos del autor, dándonos no insignificante muestra del monumento histórico que intentó éste levantar al clero español en los doscientos Diálogos que debieron componer la última Batalla. En todo caso, la Real Academia de la Historia posee el total de trescientos treinta y ocho Diálogos de la tan celebrada, cual poco conocida obra de las Batallas y Quinquagenas, galería riquísima de hombres ilustres de los más gloriosos reinados de Aragon y Castilla, siendo ésta, en verdad, la primera compilacion histórica que aspira á reflejar en múltiple panorama la grande unidad nacional representada por los Reyes Católicos.

Obtenido tan satisfactorio resultado de las investigaciones practicadas en los veintidos años, ¿será posible dudar de que es ya dado á la Real Academia de la Historia el desempeñarse, con propia honra y no sin cierta gallardía, del compromiso contraido al acordar una investigacion de éxito tan dudoso como inciertos eran sus fundamentos?... A la verdad, no ha sido este éxito tan cabal y absoluto como lo demandaban sin duda la integridad de la obra y el más perfecto interés histórico. Pero cualesquiera que sean las causas que alteraron ó impidieron dar cima al primer pensamiento de Fernandez de Oviedo respecto del organismo y distribucion de las Batallas y Quinquagenas, trasmitiéndolas á

nuestros dias de un modo incompleto, no se ocultará en modo alguno á la alta penetracion de la Academia, que la parte felizmente conservada, sobre ser principal en el número de los Diálogos, lo es asimismo en el interés histórico, no sólo por su extraordinaria riqueza, sino tambien por la rareza de los hechos y de las noticias que la constituyen. A nadie será, en efecto, posible desconocer en el segundo concepto, que debiendo comprender la tercera Batalla, si llegó ésta en realidad á escribirse bajo el plan primeramente concebido por Oviedo, los estados del clero, habrian éstos de ofrecer necesariamente en nuestros dias ménos novedad y aliciente en la lectura que los estados militar y civil, por la simple consideracion de que las vidas de los obispos y prelados de la Iglesia española, que florecieron en la edad á que las Batallas se refieren, han sido en general repetidamente escritas, ilustradas y aumentadas, mientras las noticias biográficas referentes á la mayor parte de los magnates, letrados y caballeros de Castilla y Aragon, prosiguen en la república de las letras casi del todo ignoradas ó son por extremo peregrinas. Yo abrigo, pues, el convencimiento, dadas estas circunstancias y consideraciones, cuyo peso sabrá quilatar dignamente la Real Academia, de que en vista de todo se servirá esta ilustre Corporacion reconocer que ha llegado el momento en que, afirmándose en su acuerdo de la publicacion de las Batallas y Quinquagenas de Gonzalo Fernandez de Oviedo, se conceda á los trabajos de la misma nueva atencion y asiduidad, entrando éstos en el segundo período, que realmente solicitan para llegar al ambicionado instante de ver la luz pública. Madrid 14 de Diciembre de 1877.-JOSÉ AMADOR DE LOS RIOS (1).

(1) La sensible cuanto inesperada muerte de este docto y benemérito escritor, acaecida poco tiempo despues de haber leido y obtenido la aprobacion del precedente informe en una de las sesiones de la Academia, dejó interrumpidos los trabajos preparatorios para la publicacion de las Batallas y Quinquagenas. La importancia de esta obra y el deber en que quedaba la Academia de llevar á cabo el laudabilísimo propósito del señor Rios la han obligado á renovar su acuerdo, que es de esperar no experimente esta vez contrariedad alguna. De su ejecucion está encargado el Académico de número D. Vicente de la Fuente, quien con un celo sólo comparable á su inteligencia y actividad, ha dado ya principio á los trabajos de nuevas copias, 'confrontacion y demás necesarios para proceder inmediatamente á la impresion.

TOMO I.

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INFORMES.

I.

DE LA COMISION DE ANTIGÜEDADES.

La Comision de Monumentos históricos y artísticos de la provincia de Valladolid expone la necesidad de obtener del Gobierno la conservacion del que fué Monasterio de Nuestra Señora del Prado, extramuros de la ciudad, monumento anterior al siglo xv, ampliado y engrandecido por los reyes católicos D. Fernando y doña Isabel, y acrecentado á fines del siglo XVI. Obra de arte excelente y digna de estudio, albergue del inmortal descubridor de Nuevo Mundo, y enterramiento de los infantes D. Fernando y don Juan de Granada, hijos del último y desventurado rey moro bien merece que este siglo, que con más presuncion que verdad se llama ilustrado, perdone siquiera este resto de nuestras glorias históricas y artísticas, enlazado al hecho más grande que vieron las pasadas edades y esperan ver las venideras.

Madrid 2 de Junio de 1877.-AURELIANO FZ.-GUERRA.

La Comision de Monumentos de Oviedo desea que la Academia la ilustre diciéndole su opinion sobre cierta medalla encontrada en los muros de aquella ciudad, objeto conservado en aquel Museo arqueológico y de que remite ejemplar en yeso.

La medalla es uno de tantos distintivos nobiliarios que ostentaban al pecho pendiente de un cordon los caballeros durante la

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Edad-media. Hállanse frecuentemente, y ostentan á veces símbolos familiares ó de invencion del mismo caballero, con motes en letras góticas y áun en caractéres árabes. Los he visto, sin ningun adorno y mostrando sólo una descripcion arábiga; ostentaba otro el escudo de los Guzmanes con bravo leon por soporte, y al pié un letrero en arábigo decia: Felicidad, honra, provecho; en otros campeaba una m gótica ó monacal, ya rodeada por el epígrafe en Dios es el poder, ya inscrita dentro del sello de Salomon, ó sean los dos triángulos equiláteros enlazados; finalmente en cuál parecia un leon coronado y la leyenda anfibológica AMO AMAR, y en cuál la Fortuna apoyando su diestra sobre un timon, y sosteniendo pequeña rueda con la opuesta mano. En yacijas y en sepulturas dentro de las iglesias, vinieron á encontrarse las más de tales condecoraciones. Yo tengo medallas de esta clase, y alguna del siglo xv, donde aparece el ángel Gabriel y la salutacion angélica. Por lo comun, eran de cobre, y estaban doradas á fuego. Cada caballero discurria ó aceptaba una empresa militar ó amorosa, que grabada en la planchita oval de cobre, y pendiente de cordon ó de liston de seda al cuello, publicaba el móvil de la conducta y los pensamientos del militar ó del enamorado, que hacía de ella galana ostentacion. Ludovico Domeniqui y Jovio, el obispo de Nócera, nos han conservado memoria de muchas de las empresas adoptadas por emperadores, reyes, príncipes, magnates y esforzados caballeros de fines del siglo xv y principios del xvi. Paulo Jovio fué el gran proveedor de empresas para los personajes afamados y poderosos de su tiempo.

¿Qué hidalgo, caballero ó prócer español, llevó por empresa una planta humilde coronada con diadema de marqués, pues eso representa el vaciado remitido á la Academia? La contestacion es de todo punto imposible, mientras no dé la casualidad de haberse grabado esta empresa en algun libro ó estátua, y de que algun ovetense dedicado á los estudios heráldicos acierte á fijar en ella los ojos.

La medalla, en fin, ni se remonta más allá del siglo xiv, ni se acerca á los dias del Renacimiento.

Madrid 2 de Junio de 1877. -AURELIANO FZ.-GUERRA.

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