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con unos, ya con otros, permaneció allí largo tiempo. Acompañado de las mismas personas que le recibieron al entrar, salió S. M. de la casa de la Academia; quedando ésta muy reconocida por haber ofrecido S. M. que firmaria gustoso el acta de esta sesion, la cual suscriben tambien el Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros, el Excmo. Sr. Ministro de Fomento y los señores Académicos que concurrieron á tan solemne acto.

(Siguen las firmas.)

NECROLOGÍA.

El dia 3 del pasado Agosto falleció en los baños de Caldas de Besaya, provincia de Santander, el Excmo. Sr. D. Pedro Sabau y Larroya, Secretario perpétuo de nuestra Academia. Una dolencia más molesta que peligrosa le retuvo en el lecho los últimos meses de su vida: creyóse que el remedio más eficaz serian los baños medicinales; él tambien lo esperaba así, y al llegar adonde se prometia seguro alivio, sólo encontró la muerte. Espiró en los brazos de su único hijo y de uno de sus hermanos; el dolor de haber perdido sucesivamente y en breve tiempo las prendas más amadas de su corazon tal vez abrevió sus dias, porque los sufrimientos morales suelen ser más destructores que los males físicos. Lamentémonos de su pérdida; pocas tan sensibles mencionará la Academia en los anales de su existencia.

Hay caractéres difíciles de comprender, y por lo mismo de analizar; la contradiccion que en muchas personas se advierte entre los actos de su vida y sus opiniones, la irresolucion en los primeros ó la instabilidad de las segundas, no provienen tanto de vivacidad de espíritu, como de movible asiento en las ideas ó de versátil direccion en la voluntad: en el Sr. Sabau predominaban la reflexion, la firmeza de ánimo y la energía del convencimiento. Gustaba de discutir amistosa, pero formalmente, sobre las materias que dan asunto á los más graves problemas en el órden político y social, sobre los nuevos des

cubrimientos en las ciencias experimentales, las divergencias y antagonismos de los sistemas filosóficos, las investigaciones más ó ménos fundadas en el campo de la historia, la marcha progresiva ó decadente de la literatura extraña y propia, y por fin, el régimen y organizacion de las naciones modernas segun su índole peculiar, sus tradiciones y el estado de su cultura. Realzaban la sensatez y autoridad de sus juicios su vasta erudicion y su conocimiento de las lenguas clásicas y los idiomas actuales; y como reminiscencia de sus lecturas enciclopédicas, concretándose á los documentos que al presente excitan más interés, con igual acierto le oíamos razonar sobre la Suma de Santo Tomás y las Encíclicas de Leon XIII, que sobre la escritura cuneiforme y los textos no há mucho descubiertos en los ladrillos de Nínive, ó sobre la invasion del realismo en el arte de nuestros dias.

A pesar de su temperamento impresionable y nervioso, su semblante se distinguia por la expresion habitual de serenidad y benevolencia que le caracterizaba; cortés y afable con todos, mostrábase franco, cariñoso y risueño con sus amigos; posponia al reposo del cuerpo la vigorosa constitucion de su naturaleza, y la tranquilidad del hogar doméstico á la bulliciosa distraccion de los sitios públicos. La modestia y el olvido de sí mismo le inclinaban al retraimiento en que se complacia; estimaba en poco las distinciones, y sólo admitia los títulos anejos á sus cargos y empleos, que fueron tan diversos y tantos como veremos en esta sucinta reseña de su vida y de su carrera oficial, científica y administrativa.

Nació en la villa de Tamarite de Litera, provincia de Huesca, el 2 de Enero de 1808; fueron sus padres, D. Pedro y doña Francisca, naturales del mismo pueblo. En edad temprana aprendió las primeras letras; latin, humanidades, como entónces se denominaban, y principios de filosofía en el colegio que los Padres escolapios tenian establecido en la mencionada villa, Destinado

desde luego á la carrera forense, y á pesar de sus pocos años, se trasladó á Madrid, y bajo la direccion de su tio, el canónigo don José Sabau y Blanco, autor de las conocidas Tablas cronológicas que acompañan por vía de ilustracion à la Historia de España del padre Mariana (veinte tomos, Madrid, 1817 á 1823), prosiguió el estudio de Lógica y Filosofía moral en los Reales de San Isidro. En ellos y en la Universidad Central cúrsó despues Derecho natural y de gentes, constitucion y principios de Legislacion universal, historia y disciplina eclesiástica; y trasladada la Universidad Matritense á Alcalá de Henares, continuó sus estudios hasta graduarse de bachiller en leyes y cánones en 1825, y de licenciado y doctor en el siguiente de 1826.

No habia, en verdad, malogrado el tiempo quien antes de cumplir los diez y nueve años, obtenia ya el grado superior en la Facultad de Jurisprudencia; mas no debió limitar su anhelo á estos estudios, sino al aprendizaje de las lenguas vivas, dado que en el propio año y en 15 de Junio, fué nombrado oficial primero de la Secretaría de la Interpretacion de lenguas, empleo en que se mantuvo cerca de catorce años con gran estimacion y confianza de sus ilustrados jefes, entre ellos el célebre poeta y crítico, honor de nuestra literatura, D. Manuel José Quintana. Entreveraba estas tareas con la práctica del foro, donde se habia ya dado á conocer como abogado de pobres y como promotor fiscal en varias causas criminales; y cual si la suerte quisiera probar su aptitud por diferentes lados, en fines de 1842 fué nombrado oficial del ministerio de la Gobernacion, destino que renunció por no creerlo adecuado á sus aficiones, ó por sentirse llamado á satisfacerlas en otra esfera.

Tal fué la de la enseñanza, ministerio que requiere especialísimas cualidades de carácter y de instruccion, no á todos otorgadas en el grado y medida que á nuestro inolvidable compañero. Díganlo sus numerosos discípulos, de los cuales

viven aún muchos que recuerdan su nombre y sus sabias lecciones con gratitud. Doctrina profunda, exposicion clara y metódica, fácil palabra, feliz asimilacion de ideas, que en nada, sin embargo, se oponia á la originalidad de las propias observaciones, todos estos títulos añadia á la gravedad de su aspecto y al respeto y atencion que se granjeaba. Su ingreso en el profesorado databa desde el año 1840. Primero en calidad de sustituto y supernumerario, y posteriormente en propiedad, explicó las asignaturas de Práctica forense y la del noveno año de leyes, correspondiente al período del doctorado. A propuesta del claustro, aprobada por Real órden de 16 de Setiembre de 1843, fué nombrado rector de la Universidad, cargo que desempeñó por espacio de dos años, pasando despues á la cátedra de Derecho civil, mercantil y penal y á la de Derecho internacional hasta Setiembre de 1860, en las cuales y en la posesion en que estaba del decanato de Jurisprudencia, cesó en Setiembre de 1860 por haber sido nombrado director general de Instruccion pública. En 2 de Noviembre de 1863 lo fué para la plaza de consejero de Estado, de la que quedó cesante en 24 de Julio de 1866; y reintegrado en este nombramiento en 1.o de Octubre del 70, declarósele jubilado en 22 de Marzo de 1879. No es posible reducir á términos más breves la indicacion de tantas vicisitudes, equivalentes á igual número de servicios y merecimientos.

Ni cabe en los límites de este artículo el mencionar siquiera la multitud de comisiones y encargos oficiales que se le confiaron en diferentes épocas, desde el nombramiento de vocal de la Comision para la reforma de nuestros Códigos, y la elegida en Diciembre de 1863 para examinar la legislacion de Instruccion pública, hasta el de censor de teatros en 1856, y los innumerables de juez de oposiciones en las que se celebraban para proveer las cátedras vacantes en la Facultad de derecho de unas y otras Universidades. Nunca rehuyó estos traba

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