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siete millones setecientos veintinueve mil

reales vellón.

« Las expresadas fragatas y urcas han conducido también en el mismo tiempo. sobre dos millones y medio de pesos, y se debe considerar que á no haber habido estas ocasiones, hubieran llevado los correos más de seis millones, y no quedando en este puerto sino una urca que regresar, se debe también considerar que en el año próximo podrán transportar igual ó mayor número de pesos, resultando por este arbitrio asegurada una muy competente utilidad. >>

No bastaba, sin embargo, el producto de la remisión de caudales, para cubrir el transporte de la correspondencia de ultramar. La plaza de Cádiz,centro de las relaciones comerciales del Perú, Chile y el Río de la Plata, donde los negociantes podían surtirse con mayor ventaja que en cualquier otro mercado de España, era por

sus circunstancias excepcionales, el puerto indicado como punto de salida y arribo de los paquebotes postales. «El giro á la Coruña, no obstante de que han pasado setenta y cinco años del establecimiento de los correos marítimos, no se ha fomentado de un modo que produzca las utilidades á la renta que se debían esperar, porque á la venida traen pocas ropas, y respectivamente importan poco los fletes, y al regreso no hay cueros, porque á los comerciantes lo que les conviene es dirigirlos á Cádiz y teniendo la proporción de ejecutarlo en derechura, no les tiene cuenta el rodeo y gastos que se les aumenta por la Coruña. >>

Basavilbaso proponía en consecuencia el puerto de Cádiz, y son dignas de transcribirse las principales consideraciones en que apoyaba su pensamiento.

<< Situándose los correos en Cádiz, decía, no se debe dudar tendrán siempre carga

para su vuelta, pues el comercio persuadido de las ventajosas circunstancias de estas fragatas y de la prontitud de su giro, las preferirá siempre, y no faltará esta utilidad, aunque nunca puede ser por el fletamento que se lograba antes del comercio libre, pero aunque sea por precio moderado, lo cierto es que este objeto formaría anualmente un producto de consideración, que ya se ha perdido, respecto del giro á la Coruña.

Á la venida de las fragatas al puerto de Montevideo, debe considerarse mayor utilidad y aumento del impuesto de sus fletes, porque dirigido el comercio por los mismos principios de las ventajosas circunstancias de estas embarcaciones, y de su pronto giro, las preferirán para sus envíos y riesgos, de suerte que persuadido con sólidos fundamentos, les sobrará siempre en Cádiz carga, en lugar que de la Coruña vienen casi vacías.

Fuera de estos dos objetos de carga á la venida y al regreso, que harán un producto de mucha consideración, se debe añadir el de todos los pasajeros que ocurren, pues sin razón de dudar se transpor tan en estas fragatas, por las muchas ventajas que se proporcionan. En un correo se va un comerciante á Cádiz y en el siguiente que sale se regresa con su negociación efectuada, de modo que cuando ahora necesita el que más pronto hace su viaje, lo menos un año, entonces lo podría verificar en seis meses, cuya circunstancia es tan esencial y ventajosa para el giro, que no se puede cabalmente ponderar.

De este mismo principio resultará otra utilidad, que es la de conseguir que absolutamente sean los correos los conductores de todos los caudales, pues embarcándose en ellos los comerciantes, no tendrán el motivo de dividir riesgos y conducirlos

en embarcaciones en que ellos por hacer su viaje en derechura se embarcan ahora en Cádiz.

>> También se conseguirá otra considerable utilidad. Los caudales que se registran ahora para Cádiz por uno por ciento de flete, entonces contribuirán con dos por ciento y aunque es verdad que el comercio, porque la renta se lo entregue en Cádiz, le abona otro uno por ciento sobre el líquido de la Coruña; lo cierto es que se excusaría el gasto que siempre es preciso se cause para conducir estos caudales. desde la Coruña, y los embargos que acaso ocurrirán facilitar la entrega para en dicho Cádiz, para donde se dirigen siempre las mayores cantidades que se re

gistran.

>> Por otra parte lo vasto y rico del comercio de Cádiz, que no tiene compara ción con otro alguno, y menos con el de la Coruña, ofrece á este la grande ventaja de

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