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CARTA DE GOBIERNO DEL MARQUÉS DE MONTESCLAROS, VIREY DEL PERÚ, DIRIGIDA Á S. M. SOBRE LA ESCASEZ DE AZOGUE EN LAS MINAS DEL Perú. (1)

Estos dias habemos tenido en Guancavélica algunos hundimientos que han enflaquecido las esperanzas del buen estado de las cosas y desconfiado que el año que viene haya saca de azogue en tal cantidad, que deje de ser mucho menor la que se enviare á V. M. de plata, pues cuando las dificultades que nos embarazan sean vencibles, es preciso gastar en ellas tiempo, y este se pierde en la fundicion principal de los metales. Y habiendo tanta falta dellos, que cada quintal que sale de azogue, se espera en Potosí para beneficiar los de plata, bien se podrá entender el daño que nos amenaza, y gran parte dél se hubiera reparado, si V. M. se sirviera que los galeones pasados trujeran algun socorro, aunque fuera minorando el que se ha hecho en las provincias de Nueva-España, pues allá siempre anda de sobra en el depósito de los mineros; y cuando fuera igual la necesidad de aquel y deste reino, no era malo reparar la quiebra, pues es tanto mayor la importancia de lo que acá se

aventura.

(1) Cartas, informes, relaciones, etc., del Marqués de Montesclaros.

No debe sonar así á los oidos de V. M. y noticia del Consejo, pues há dos años que no viene grano de azogue, ni se ha respondido á las cartas que en estas materias tengo escritas; ni aun habiéndome avisado del recibo de la de 14 de Enero de 609, en que di cuenta del viaje que hice á aquel cerro, y lo que en él proveí para su buena administracion y gobierno; sino es ya que la corta correspondencia cargue en desdicha de quien acá lo trae entre manos, que el tenerlo así me obliga á que añada esta causa más para desearla ser con diferente dueño.

Guarde Dios á V. M. como la christiandad há menester. Los Reyes, 16 de Octubre de 1611.

CARTA DE GOBIERNO DEL MARQUÉS DE MONTESCLAROS, VIREY DEL PERÚ, DIRIGIDA A S. M. SOBRE EL GOBIERNO ECLESIÁSTICO EN MATERIA DE HACIENDA. (1)

Habiendo ordenado V. M. á esta Real Audiencia, que gobernaba por vacante del Virey en cédula de 27 de Junio de 607, le informase á qué conventos deste reino se daba vino, aceite, medicinas y otras circunstancias á esto tocantes, me manda V. M., por otra de 20 de Hebrero de 609, vea la dicha cédula y la cumpla, y que

(1) Cartas, informes, relaciones, etc., del Marqués de Montesclaros.-Bib. Nac.-Aa.-47.

tambien satisfaga á otras advertencias pertenecientes al mismo caso; y por la de 14 de Agosto de 610 se me vuelve á encargar lo referido y la moderacion del exceso que en ello hubiere. Y así mismo por dos de 27 de Julio y 5 de Diciembre de 608, en que viene inserta una que se envió al Marqués de Cañete en 19 de Marzo de 93 (1), se sirve V. M. de querer saber el número de conventos y frailes que hay en el Perú, qué doctrinas Ꭹ haciendas tienen, y si convendrá reducir á menos los dichos conventos. Y porque aunque sea para diferentes intentos, todas estas cédulas piden casi una misma relacion y noticia de cosas, me ha parecido juntar aquí su respuesta y tambien resumirlas por distincion de puntos, en esta

manera.

¿Qué conventos tiene cada órden, qué religiosos, qué haciendas y qué doctrinas iguales de los dichos conventos se podrán escusar?

El número de los conventos, frailes, haciendas y sus doctrinas se verá por el papel que envio con esta; y aunque he deseado que vaya con toda puntualidad, tiene tan dificultosa averiguacion la materia y hay tantos interesados en oscurecer la verdad, que siempre quedo sospechoso de cualquiera diligencia. Y porque todo lo que escribo puede llevar este achaque, me ha parecido deber advertirlo, y juntamente que las haciendas de campo de las religiones, si bien son costosas en su beneficio, resulta dellas más granjería de la que se puede sacar por resúmen de cuenta; porque en estos reinos está recibido

(1) Debe entenderse 1593.

TOMO VI.

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el estender los indios su inteligencia en la venta y contratacion de los frutos que cojen, tanto que vienen á ser los de mayor grosedad para el sustento y abasto de las repúblicas, en esto tambien ni más ni menos como en todas otras cosas. Pero puedo asegurar, como punto necesario á la satisfaccion desta y de las demás, que sobre lo que suenan las partidas de hacienda de la Compañía de Jesus, se puede creer una parte, por lo que se aventaja su buena manera y gobierno en administrarlas y distribuirlas.

Esta religion tiene á su cuidado en la ciudad de Lima -un convictorio con nombre de colegio de San Min (1), donde hay ordinariamente ducientos y veinte muchachos á cargo de ocho religiosos que los gobiernan y enseñan por merced particular de V. M. Tiene este colegio tres mill pesos de renta en indios, con cargo de que reciban doce colegiales por nombramiento del Virey, y los demás, que sin limitacion de número son los que quieren entrar, pagan de ciento y cincuenta á ducientos pesos de á ocho cada uno para solo comer, porque sus padres les dan el vestir y todo lo demás, y haciendo la cuenta de los ducientos y veinte colegiales por la menor suma, entran en su poder todos los años treinta y seis mil ochocientos y setenta y cinco pesos de á ocho reales, que con los tres mill de que V. M. le hace merced, vienen á ser treinta y nueve mill ochocientos y setenta y cinco.

Desto dicen los Padres que se ha de rebajar lo que monta la contribucion de hasta ocho ó diez niños que por su devocion sustentan á costa de los demás, sin que paguen el pupilaje ó convictoria, y que lo restante no les es de ningun provecho á su casa, porque todo se consu

(1) Así en el original, puede ser abreviatura de San Martin.

me en el sustento de los muchachos. Pero no parece creible que gente tan concertada y de buen gobierno gasten todo lo que les dan, en lò que se puede hacer más barato, y por lo menos es cosa cierta que les vale este colegio para consumir los frutos de sus haciendas, de que no puedan hallar mejor salida y venta,

La órden de San Francisco, si bien por guardar su instituto no tiene censos ni propiedades, goza empero en las ciudades principales de algunas capellanías, ó admite cofradías, que las tienen de tal manera, que les es de alivio considerable para su sustento. Y aunque entre las haciendas de las religiones no he querido contar lo que les valen las limosnas y pié de altar por no ser cosa fixa, se ha de advertir que en todas es de grande importancia, y en la órden de San Francisco particularmente de mucha mayor grosedad, por la devocion que generalmente se tiene con estos frailes, que en todas partes se miran como pobres y necesitados del socorro ordinario.

Tampoco pongo en el cuerpo de hacienda el sínodo de las doctrinas que los unos y otros tienen, porque de razon lo habia de consumir el religioso que sirve la tal doctrina; pero la verdad es que los Provinciales y superiores se valen de gran parte de ello para las sobras y sustento de las casas grandes, y tambien que por más que las disposiciones del gobierno han apretado, en esto las observancias del doctrinante son tales, que se puede computar por mayor suma que la del mismo estipendio.

Cuanto á la parte postrera deste punto sobre la reformacion del número de conventos, sabiendo como se sabe la calidad de las ciudades y pueblos de españoles y su vecindad, fácilmente se puede juzgar los que en cualquiera parte sobran, y mi parecer es se pudieran excu

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