Fábulas literarias de D. Tomas de Iriarte

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J. Munro y Compañía, 1859 - 263 páginas
 

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Página 33 - Cobardes son y traidores Ciertos críticos, que esperan Para impugnar, á que mueran Los infelices Autores, Porque vivos respondieran.
Página 167 - La detencion ha sido para que la señorita visite á otra tia monja que» tiene aquí, tan arrugada y tan sorda como la que dejamos allá. Ya la ha visto, ya la han besado bastante, una por una, todas las religiosas, y creo que mañana temprano saldremos. Por esta casualidad nos....
Página 266 - No me pesa de ver la lozanía de vuestro corazón, antes me esfuerza; mas temo que esta vuestra valentía por mal gobierno el buen camino tuerza; que, vuelta entre nosotros la porfía, degolléis vuestra patria con su fuerza: cortad, pues, si ha de ser desa manera, esta vieja garganta la primera.
Página 22 - Qué? Podencos dices? Sí, como mi abuelo. Galgos, y muy Galgos: Bien visto lo tengo. — Son podencos: vaya, Que no entiendes de eso — Son Galgos te digo — Digo que Podencos.
Página 22 - O qué elogios se oyeron á porfía De su rara y fecunda fantasía ! Otro discurre hacerlos escalfados..... ¡Pensamiento feliz!,... Otro, rellenos.... ¡ Ahora sí que están los huevos buenos ! Uno despues inventa la tortilla ; Y todos claman ya : ¡ Qué maravilla!
Página 142 - Llevarélo al mercado, sacaré de él sin duda buen dinero; compraré de contado una robusta vaca y un ternero, que salte y corra toda la campaña, hasta el monte cercano a la cabana.
Página 45 - El paso detiene entonces El buen Potro, y muy formal, En los términos siguientes Respuesta á la Ardilla da. "Tantas idas Y venidas, Tantas vueltas Y revueltas, Quiero, amiga, Que me diga : ¿Son de alguna utilidad?
Página 216 - Venga usted acá... (Acércase más.) Hablemos siquiera una vez sin rodeos ni disimulación... Dígame usted: ¿no es cierto que usted mira con algo de repugnancia este casamiento que se la propone?
Página 223 - ... sus ojos... El intendente dijo entre otras cosas... burlándose... que yo era muy enamorado, y le ocurrió fingir que me llamaba don Félix de Toledo.
Página 219 - ... Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten; con tal que finjan aborrecer lo que más desean; con tal que se presten a pronunciar, cuando se lo manden, un sí perjuro, sacrilego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas; y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo.

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