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fiesta en 31 de julio. Son tantos y tan conocidos los varones eminentes en letras que han salido de la compañía que nos parece inútil recordar sus nombres ; mas á pesar de esto es imposible no hacer mencion de los cardenales Belarmino, Tolet, Pallaviccini, y de los PP. Lacerda, Isla, Andres, Lampillas, y sobre todo del P. Juan de Mariana, literato del siglo XVI, y autor de la historia general de España, obra clásica de la lengua y de la literatura española, y la primera de su clase que apareció en la Europa moderna despues de la restauracion de las letras. Libro digno por cierto de que todo español y mas todo literato lo ponga sobre su cabeza.

Apenas hubo Cárlos espulsado de sus dominios á la compañía de Jesus cuando dirigió sus miras á restringir el poder de la inquisicion que amenazaba invadirlo todo, pues cuando Felipe V hubo de defender su trono contra el archiduque Carlos el santo oficio sostuvo con celo la causa del nieto de Luis XIV, mandando á los españoles que denunciasen al santo tribunal á todos los que hubiesen quebrantado su juramento de fidelidad á Felipe. Estas atrevidas usurpaciones de la inquisicion armaron contra ella al monarca, y gracias al influjo de Isabel Farnesio y del confesor Daubentou no quedó el tribunal suprimido. En el reinado de Felipe V el santo oficio condenó á la hoguera á muchas personas é impuso penitencias á un número muy considerable de españoles, sin embargo de lo cual la opinion pública comenzaba á declararse contra aquel régimen espantoso, y Cárlos III se aprovechó de esta favorable disposicion de los ánimos para debilitar el despotismo de la inquisicion, á la cual dió formidables golpes su ministro el conde de Aranda, de quien ya tenemos hablado. Este hombre hijo de una de las principales familias de Aragon y dueño de una fortuna considerable habia adquirido en sus muchos viages libertad en el pensar y vastos conocimientos que le hacian superior á sus compatricios. Vuelto á su patria al principiar el reinado de Cárlos III mandaba el ejército invasor de Portugal y se grangeó la gratitud del rey apaciguando los disturbios de Madrid que causaron la caida de Esquilache. Con el carácter de presidente del consejo de Castilla introdujo saludables reformas en la administracion interior de Es

paña, y dió un golpe mortal al santo oficio por medio de un decreto que le prohibia detener á persona alguna antes de reunir pruebas evidentes de que fuese culpable, y le hacia responsable para los casos en que sus agentes traspasasen los límites de sus atribuciones. Al mismo tiempo quitó al santo oficio el derecho de apropiarse los bienes cuya confiscacion mandaba en sus sentencias. Entre las mejoras hechas por este ministro deben contarse los reglamentos relativos al ejército, y el primer censo estadístico que se formó de la poblacion de España, y que fue para el gobierno guia y base de las innovaciones que pensaba ir estableciendo en lo sucesivo. Como los jesuitas cuidaban de la educacion, apenas fueron espulsados, cuando Aranda reemplazó sus colegios con escuelas que puso bajo la direccion de clérigos regulares. Contribuyó al establecimiento de colonias en Sierra Morena; pais que reclamaba esta mejora ademas de sus circunstancias particulares por estar en un punto muy interesante del reino: para ello sostuvo con todo su poder á D. Pedro de Olavides que consiguió poblar aquellos bosques con alemanes, suizos é italianos, cuyos trabajos é industria fertilizaron aquel suelo abandonado á sí mismo desde la dominacion de la casa de Austria. Fuera el conde de Aranda un hombre grande si hubiese logrado morigerar su carácter algo irritable y presumido. Lejos de procurar llevarse bien con Grimaldi primer ministro de Cárlos le hacia siempre una oposicion directa, y no hablaba de él con la moderacion que le hubiera convenido. En sus relaciones particulares con el rey llegó algunas veces á olvidarse del respeto que le debia, y esta temeridad unida á las continuas disensiones con Grimaldi resolvieron al monarca á separarlo de su lado, mandándolo de embajador á Paris en donde el homenage de los enciclopédicos le consoló de su desgracia.

Antes de esta retirada del ministro habiau tenido ya lugar algunas de las hazañas del célebre D. Antonio Barceló, quien en 1765 recibió de D. Cárlos órden de perseguir á los berberiscos cuyos corsarios infestaban de continuo nuestras costas. El intrépido marino les hizo muchas presas, y los amedrentó de manera que no se atrevían á salir de sus guaridas. A consecuencia de esto, y de otros

sucesos posteriores, el emperador de Marruecos concluyó con la España un tratado de paz, pero como lo quebrantase á poco tiempo á impulsos quizás de los ingleses cuyo intento era impedir que la España diese favor á las colonias anglo-americanas sublevadas del modo que luego dirémos, rompiéronse las hostilidades con Marruecos cuyo gobierno no habiendo podido hacerse dueño de Melilla ni del Peñon de los Velez que fueron poderosamente atacados, volvió á pedir la paz á cuyo asiento se unió nn tratado de comercio asaz ventajoso á nuestra patria. Pero los argelinos repitieron sus insultos, y en el año 1775 aparejada una escuadra salió de Cartagena en 28 de junio, al mando de Don Pedro de Castejon y llevando un formidable ejército á las órdenes del conde de O-Reilli. Argel habia recibido de los ingleses y holandeses grandes acopios de armas y municiones, lo cual unido al poco acuerdo entre los dos gefes dió ocasion á que los nuestros fuesen derrotados en el ataque que dieron á la ciudad, y se vieran precisados á embarcarse precipitadamente despues de una pérdida considerable. Esta desgracia, y la avanzada edad de Grimaldi, le determinaron á retirarse de los negocios habiéndole reemplazado á propuesta del mismo el conde de Floridablanca. La infatigable actividad y las juiciosas medidas de este ministro hicieron ver que era digno de ocupar el alto puesto donde se le habia colocado,. desde el cual comprendió y mejoró el sistema de reforma á que diera principio el conde de Aranda. No entrarémos en el pormenor de su administracion porque los hechos sucesivos nos la darán \á conocer por sí mismos.

Habíase de nuevo encendido la guerra entre la Inglaterra y la Francia con motivo del aspecto hostil de la segunda, la cual alentó y dió ausilio á las colonias americanas que se revolucionaron contra la Gran Bretaña. Los habitantes de los principales estados que componen la federacion llamada hoy Estados Unidos, descendian de una secta cuyos individuos eran conocidos con el nombre de Puritanos, y habian inculcado á sus hijos los principios de independencia que robustecidos con el tiempo trajeron la emancipacion de aquellos paises de la obediencia de la metrópoli. El parlamento

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