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dos movidos ó ausiliados cuando menos por Gonzaga, gobernador de Milan, se apoderaron audazmente de Plasencia, dieron muerte á Farnesio, y prepararon la entrada de las tropas imperiales que en nombre de Cárlos tomaron posesion de la ciudad y restablecieron á sus habitantes en sus antiguos privilegios. Entonces quisieron hacer lo mismo en Parma, pero su guarnicion la defendió bizarramente. Esta trágica aventura acabó de enemistar al emperador con el soberano pontífice, que atribuyó á Cárlos aquel asesinato y aquella usurpacion, pues se negaba á restituir Plasencia, y por lo mismo aunque este pudo alcanzar la promesa de que la Dieta se sujetaria á las decisiones del concilio, Paulo III logró que los doctores reunidos en Bolonia declarasen que no podiau volver á Trento si los prelados que se quedaron en esta ciudad y que se habian mostrado inobedientes hácia la Santa Sede no daban anticipadamente un testimonio de sumision volviéndose á Bolonia..

El emperador no habiendo logrado doblegar la resistencia de los padres de Bolonia resolvió prescindir del concurso del papa, y en 15 de mayo de 1548 presentó á la Dieta de Ausburgo un sistema de doctrina á la que se dió el nombre de interim, porque solo debia tener fuerza hasta que el concilio libremente reunido adoptase un sistema definitivo en materia de fe. Tres teólogos, uno de ellos protestante, redactaron el interim el cual en términos muy moderados contenia un reconocimiento espreso de los dogmas y de los ritos profesados por los católicos, esceptuando dos puntos de la mayor importancia, á saber, el permiso á los eclesiásticos casados para que conservasen sus esposas, continuando sin embargo en sus funciones, y la autorizacion de comulgarse bajo las dos especies en las provincias que á esto se habian acostumbrado. La Dieta arrastrada por la aprobacion que el arzobispo de Maguncia presidente del colegio de los electores dió al interim vino en adoptarlo, y el emperador viendo ya determinada segun sus deseos la cuestion religiosa, manifestó á la asamblea de Hamburgo las razones que obligaron á apoderarse de la persona del landgrave y las que impedian volverle la libertad, y el infeliz prisionero fue dejado

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Disuelta apenas la asamblea el emperador quiso que se llevase á ejecucion en toda Alemania el interim mas como este no habia satisfecho ni á los católicos ni á los protestantes, hubo de sufrir una resistencia muy viva por parte de varios príncipes que se habian dado por celosos partidarios suyos. El landgrave de Hesse se mostro muy deferente aprobando el interim eu un escrito que remitió á Cárlos, mas su pronta obediencia no pudo aligerar el peso de su cautiverio. Juan Federico elector de Sajonia aunque prisionero osó provocar la venganza del emperador negándose á variar de creencia, y soportó constantemente los nuevos rigores con que le afligieron. A su ejemplo las ciudades imperiales rechazaron el interim pero Cárlos obró contra ellas con tal prontitud que se vieron obligadas á retractarse y á sujetar su cerviz al yugo. guida partió el emperador para Flandes y trasladado á Bruselas en 1549 hizo que los estados reconociesen por sucesor á su hijo Felipe que con este objeto acababa de llegar de España. Aprovechó su permanencia en los Paises Bajos para sujetar al interim á las ciudades de Strasburgo y de Constanza, ya que las cuatro imperiales Magdeburgo, Bremen, Hamburgo y Lubeck rehusaron someterse desafiando el enojo de Cárlos que procuraba sin descanso la ejecucion de su plau religioso; mas como eran tantos la estension de sus estados y el número de sus enemigos, no podia combatir á la vez en todas partes.

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Entre tanto murió en 10 de noviembre el papa Paulo III que era uno de sus mas encarnizados enemigos, y en febrero de 1550 fue reemplazado por el cardenal del Monte que tomó el nombre de Julio III, y que tan indolente como su predecesor fue fogoso, procuró ante todo recompensar los favores que recibiera de los Farnesios, y dió á Octavio que era uno de ellos el ducado de Parma reunido por Paulo III á los estados de la Iglesia. Mostrada asi su gratitud, en vez de dedicarse á los negocios empleaba el tiempo en cosas harto agenas de su carácter, del lugar que ocupaba, , y de lo que las circunstancias del tiempo requerian. Estrechado por el emperador hubo de convocar otra vez el concilio de Trento; mas lejos de acelerar su reunion procuró retardarla

con medios dilatorios. Mientras que el papa procedia con una lentitud calculada, Cárlos desplegaba la mayor actividad para que el interim fuese adoptado. A este fin convocó una Dieta en Ausburgo en donde hizo que los diputados católicos aprobasen la resolucion tomada por el papa de continuar el concilio en Trento; pero el nuevo elector de Sajonia Mauricio alentó el valor de los protestantes, haciendo entender á la Dieta que los reformados consentirian en reconocer las decisiones del concilio de Trento con las tres condiciones siguientes. Primera, que volverian á discutirse todos los puntos ya resueltos; segunda, que los teólogos protestantes podrian argüir con entera libertad en el mismo concilio; y tercera, que el papa no presidiese el concilio, que absolveria á los obispos de su juramento de obediencia con respecto á la Santa Sede para que pudiesen esplicarse sin que los contuviera consideracion alguna, y finalmente que el papa ejecutaria con escrupulosidad lo que el concilio decidiese. El mañoso Mauricio adulzoró al mismo tiempo la acrimonia de esta declaracion por medio de su celo en favor del interim que logró establecer en sus estados, armándose contra Magdeburgo que se resistió y consiguiendo que se le diese el mando de las tropas que para sujetar á aquella ciudad pudo conseguir Cárlos la Dieta levantase. Durante la asamblea procuró Mauricio lograr la libertad del landgrave de. Hesse y suegro, pero ni sus instancias ni las del elector de Brandeburgo pudieron vencer la obstinacion de Cárlos que hizo conducir á su prisionero á Malines.

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Sin embargo la misma Dieta de Ausburgo que habia accedido á todas las proposiciones del emperador, mostróse inflexible cuaudo quiso transferir la corona imperial á su hijo: y los príncipes alemanes se alarmaron á tal demanda, por la cual temian descender un dia á simples vasallos. En consecuencia pues apoyaron la resistencia de Fernando hermano de Cárlos, que no quiso abdicar su dignidad de rey de romanos con que le habian revestido en 1530. El príncipe de España no habia sabido conciliarse el afecto de los alemanes que se escandalizaban de su altanería y se resentian de que despreciase sus usos á los cuales nunca quiso sujetarse. La con

ducta de Fernando habia sido totalmente diversa; por ella se grangeó el amor de todas las clases, teniendo ademas un hijo que los Alemanes miraban como compatricio, porque le habian visto nacer, crecer y adaptarse desde su infancia á sus gustos y sentimientos. Por esto no produjo resultado alguno el plan que Cárlos habia formado, y vióse en la precision de enviar otra vez á España á suhijo Felipe.

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Es sabido que al subir Julio III á la Santa Sede concedió á Octavio Farnesio el ducado de Parma que el emperador quiso agregar á sus estados de Italia. Octavio recurrió al papa su soberano para le ausiliase contra Cárlos que queria apoderarse del ducado, mas el pontífice no quiso sostenerlo por miedo de enemistarse con el emperador; y viéndose Octavio abandonado dirigióse al rey de Francia Enrique II que tomó su defensa con el interes mas enérgi+ co. Declaróse en la Península la guerra que no produjo ningun acontecimiento memorable, retardando solamente los trabajos del concilio que se abrió por fin en Trento el 1.o de setiembre de 1551. Cárlos lizo todo lo imaginable para que se reconociese en el imperio la jurisdiccion del Concilio; obtuvo que algunos príncipes protestantes enviasen embajadores á la asamblea conciliar, y alcanzólo tambien de varias ciudades imperiales: únicamente Ausburgo no quiso obedecer y se negó de pleno á diferentes demandas; por cuyo motivo el emperador desterró de la ciudad á todos los ministros de la religion reformada cuyo culto fue casi enteramente abolido en toda la Suavia. Entre tanto Mauricio á quien la Dieta habia encargado apoderarse de Magdeburgo que no quiso admitir el interim, despues de un largo bloqueo en que los habitantes sufrieron todos los horrores del hambre, la ciudad se rindió con las condiciones de que sus vecinos ejecutarian en materias religiosas los decretos de la Dieta ; que reconocerian el alta jurisdiccion de la cámara imperial, que demolerian sus fortificaciones y pagarian una multa considerable. Mauricio tomada posesion de la ciudad conferenció en secreto con el conde de Mansfeld encargado durante el sitio de la defensa de Magdeburgo, y con muchos otros oficiales que militaron en las tropas de la liga de Smalkalde, y les consultó acerca de los medios de que pudiera echarse mano para emancipar al cuerpo germánico

del yugo de la casa de Austria. Al mismo tiempo el senado de Magdeburgo obtuvo el permiso de conservar las fortificaciones de la ciudad y que los partidarios de la reforma pudiesen sin contradiccion celebrar las ceremonias de su culto. La dignidad de burde Magdeburgo conferida á Mauricio fue la recompensa de grave su sagaz conducta que no dispertó sospechas en la corte imperial, porque los artículos públicos de la capitulacion proscribian la religion nueva é imponiau á los habitantes condiciones muy duras.

Mauricio mientras tanto trabajaba en silencio para poner eu ejecución sus designios; mas como á fin de asegurar el éxito necesitaba soldados aguerridos y dispuestos á marchar á sus órdenes, consiguió empeñar en su servicio á muchos gefes de aventureros que al primer aviso debian unirse á él llevando los soldados que hubiesen reclutado hasta entonces. Fijadas ya las condiciones licenció el ejército de la Dieta á cuya cabeza habia conquistado á Magdeburgo, y al mismo tiempo entabló relaciones secretas con Enrique Il de Francia so pretesto de conseguir la libertad del land

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grave de Hesse y de conservar intacta la constitucion del imperio germánico. Convenidos ya en que Mauricio y los príncipes de la liga atacarian al emperador al mismo tiempo que Enrique rompiese con él las hostilidades apoderándose de la Lorena, antes de comenzar guerra el elector para justificar á los ojos del mundo el plan que meditaba, en 1552 dirigió en favor de su suegro otra solicitud que apoyaron el elector Palatino, el duque de Wurtemberg, otros varios príncipes del imperio, el rey de Dinamarca y hasta Fernando hermano de Cárlos. Este sin embargo se mantuvo inflexible y Mauricio decidió en el acto mostrarse á cara descubierta. Contribuyó á mantener en una fatal seguridad á Cárlos y á su hábil ministro Granvelle la circunstancia de que habiendo este corrompido á dos personas de la corte de Mauricio que le daban noticia de todos los secretos políticos del elector, este penetrando su perfidia los engañó con falsas confianzas de que fue víctima Granvelle.

Dispuesto ya todo, Mauricio á quien importaba conseguir la dilacion de algunos dias, despues de haber publicado que se trasladaba á Inspruck cerca del emperador, se puso en marcha llevando

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