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te le atacó una calentura de que fue víctima el 21 de setiembre de 1558 á los cincuenta y ocho años de su edad y á los dos de su retiro en el monasterio.

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Cárlos asi por la vasta estension de sus estados como por la eminencia de sus dignidades y por la superioridad de su talento representó en Europa un papel brillantísimo durante la primera mitad del siglo XVI. Las buenas calidades de que estaba dotado fueron apareciendo sucesivamente y cual si viniesen á ocupar el puesto que les estaba señalado; por esto en su juventud se dejó gobernar ciegamente por su ayo sin mostrar que tuviese voluntad propia; mas á poco tiempo empuñó las riendas de sus estados y los administró solo sin dividir con nadie el peso de tan grave carga. Diestro en conocer á los hombres de talento colocó al frente de los ejércitos á los mejores generales de su tiempo, y cuando vino el dia de mandar en persona en el campo de batalla desplegó de repente todo el saber y los recursos todos del mas consumado guerrero. Activo para seguir sus proyectos, y valeroso al frente de sus soldados, mostró á todos las virtudes que constituyen los grandes príncipes y los grandes conquistadores, y sin embargo no pudo fundar cosa alguna duradera, nó por culpa suya sino por la naturaleza de los elementos que componian su poder, los cuales no pudieron ligarse entre sí para sostenerse unos á otros. Menos brillante que su rival Francisco I le aventajaba en calidades sólidas porque sabia escoger los hombres y no los destituia por temor ni por capricho; sacaba partido de las ventajas de sus agentes sin sentir zelos por ello; y no tenia damas que le dictasen la política y le forzasen á estos ó á los otros sentimientos; por esto triunfo de Francisco I y de Enrique VIII que estaban entregados á favoritos y á ministros. Si la estratagema y la sagacidad á veces poco delicada han manchado algunas acciones de la vida de Cárlos, quizás han perjudicado á su fama mas no han oscurecido su brillo: la posteridad ha señalado su asiento en la primera fila de los potentados que esclarecieron á su siglo, tan fecundo en hombres célebres asi reyes como particulares.

FELIPE II, EL PRUDENTE.

Nacido en Valladolid en 1527, tenia Felipe II veinte y nueve años cuando por abdicacion de su padre ocupó el trono. Su educacion que fue sumamente religiosa le hizo confundir la piedad con el fanatismo; y como por otra parte juzgaba que el mantenimiento de su autoridad iba unido con el absoluto triunfo del dogma católico, no perdonó ningun medio para que este fuese reconocido por todos sus vasallos. Con tales principios era indispensable que los estados de Alemania se preparasen á sostener una sangrienta lucha con el monarca y á sufrir las consecuencias de su derrota si eran vencidos; y en España no podian esperar tolerancia ni compasion alguna los que por cualquiera motivo hiciesen sospechar de sus sentimientos en materias religiosas.

Lo primero que llamó la atencion de Felipe fue la conducta del papa Paulo IV que entonces fomentaba una nueva guerra en Italia

para colocar ventajosamente á sus sobrinos á espensas de la monarquía española, y que si bien entrado en años, con tenacidad muy grande entabló contra Felipe un procedimiento cuyo resultado debia ser la confiscacion del reino de Nápoles. El monarca español resuelto á reprimir el ataque del papa, hizo marchiar contra Roma al duque de Alba, quien se apoderó á poca costa de muchas plazas fuertes de los estados eclesiásticos. Viendo Paulo amenazadas la seguridad de su persona y la de su capital, solicitó una tregua á fin de dar tiempo á que llegasen las tropas francesas mandadas por el duque de Guisa, y aunque el de Alba penetró las secretas intenciones del papa, convino en suspender las hostilidades. dado que no podia obrar por la cortedad de su ejército, cuya mayor parte habia distribuido en las ciudades pontificias sujetas á sus armas. Guisa entre tanto pasó los Alpes dirigiéndose á Roma, y al rumor de su marcha asombráronse los habitantes de la ciudad eterna y el mismo poutífice, sin embargo de lo cual no produjo aquel. alarde resultado alguno, ni por parte de los franceses se intent

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