tenecia á D. Alvaro de Lara. Apenas supo D. Alfonso lo sucedido se encolerizó de suerte que quiso vengarse entrando con su ejército por tierras de Castilla con el objeto de apoderarse de ella por las armas; pero encontró mas resistencia de la que pensaba y hubo de internarse aceleradamente en su reino, acosado por las tropas que mandaba D. Lope de Haro. Las ciudades

que repugnaban reconocer por rey á D. Fernando, cedieron, unas á la fuerza y otras desengañadas de D. Alvaro, que á pesar de todas sus tretas y obstinacion fue hecho prisionero por las tropas leales. Entonces cedió todas las ciudades que en su poder tenia, y el rey atendidas razones de política, le admitió en su gracia, lo mismo que á su hermano D. Fernando, á quien confirió un destino de importancia. Mas los que se habian acostumbrado ya á vivir en las revueltas no podian en manera alguna permanecer tranquilos, y asi fue que á poco levantaron otra vez los Laras el estandarte de la rebelion. Dirigió D. Fernando su ejército contra ellos y los puso en tal prieto, que se vieron obligados á refugiarse en el territorio de Leon, á cuyo rey interesaron en su favor. Siguieron tras de ellos los de Castilla; pero el de Leon era mas fuerte, y cayendo de improviso sobre los castellanos los hubiera derrotado á no acudir refuerzo en su socorro. Finalmente se entablaron negociaciones de paz entre padre é hijo, y quedó aquella asegurada, con gran sentimiento de los revoltosos Laras, que murieron á poco, el uno en Toro y en Africa el otro. Sosegados los disturbios que tan agitado trajeron el reinado de D. Enrique y los primeros dias del de D. Fernando, quedó este sentado en el trono de Castilla y gobernando sin contradiccion en 1219.

Mientras este rey y sus súbditos disfrutan de la paz que vino tras tantos dias de agitaciones y desacuerdo, volveremos los ojos á otros puntos de España. Desde luego se nos presenta el reino de Aragon que hace tiempo reclama ya un lugar muy señalado. Suspendimos el relato de sus acontecimientos cuando en 13 de setiembre de 1213 habia muerto en la batalla de Moret dada en favor de los Albigenses contra el conde de Montfort D. Pedro I apellidado el Católico. El fallecimiento de este príncipe puso la

1. CASCO DE D. JAYME DE ARAGON, LILAMA DO EL CONQUISTADOR. 2. ESPADA DE S. FERNANDO.

3. BASTON DE D. PEDRO DE CASTILLA, APELLIDADO EL CRUEL O