Hernan Perez del Pulgar: el de Las hazanas. Bosquejo historico

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Imprenta de Don Tomas Jordan, 1834 - 323 páginas

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Página 302 - IMPERIAL ••Don Carlos, por la Divina Clemencia, Emperador Semper Augusto, Rey de Alemania, doña Juana su madre, y el mismo don Carlos, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, de León, de Aragón...
Página 262 - E los unos ni los otros no fagades ni fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra merced y de diez mil maravedís...
Página 281 - ... é los unos ni los otros no fagades ni fagan ende al por alguna manera , so pena de la nuestra merced...
Página 245 - ... en la nuestra Corte do quier que nos seamos del dia que los emplasare á quinse dias primeros siguientes so la dicha pena so la qual mandamos á qualquier escribano publico que para esto fuere llamado...
Página 281 - Nos en la nuestra corte, do quier que Nos seamos, del día que vos emplasare fasta quince días primeros siguientes, so la dicha pena; so la qual mandamos á cualquier escribano público que para esto fuere llamado que dé ende al que vos la mostrare testimonio signado con su signo, porque Nos sepamos en como se cumple nuestro mandado.
Página 137 - Por ende paresciónos que era cosa justa y digna de Rey para memoria perdurable de los venideros dar testimonio de vuestras virtudes. Y con tanto el agradecimiento que vos tenemos, daros y escribiros...
Página 243 - ... la forma é manera que en ella se contiene, é contra el tenor é forma della no...
Página 309 - Cabildo de ella, asi á los que agora son como á los que serán de aqui adelante, que...
Página 185 - E a la noche venido Gonzalo Fernández de la guarda del campo, donde estuvo dende luego que el fuego dio rebato en el real, la reyna le dixo: "Gonzalo Fernández, sabed que alcanzó el fuego de mi cámara en vuestra casa, que vuestra mujer más y mejor me envió que se me quemó.
Página 208 - Iris lo que va la juventud. En las cuestiones era terrible y de voz furiosa y recia fuerza, en la paz doméstico y benigno; el andar tenia templado y modesto , su habla fue clara y sosegada , la calva no le quitaba continuo quitar el bonete a los que le hablaban. No le vencía el sueño ni la hambre en la guerra , y en ella se ponia i las hazaflas y trabajos que la necesidad requería.

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