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CAPÍTULO XVI

Alange fué el « Castrum - Colubri» de Caracalla. «Alhanghiz»> en poder del Muladí Ben-Merwan.-«Metelium Cæciliæ». Medellín en la Edad-media.-Hernán Cortés

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I

des

ALIENDO de Mérida por el ferro-carril y
pués de recorrer 128 kilómetros está Cabeza
del Buey (la antigua Turóbriga romana), úl-
timo pueblo de Badajoz en su límite con la
provincia de Ciudad-Real; pero antes de lle-
gar á Cabeza del Buey el viajero pasa por
Alange, Medellín y Macela, tres pueblos im-
portantes, históricamente considerados.

El primero de ellos, Alange, era conocido en tiempos anteriores á los romanos, por el nombre de Castrum-Colubri; pero hay quien niega esta opinión, apoyado en que su fundación es romana, de la misma época de Mérida, dándole el nombre de Contosolia, que otros creen corresponde á Mengabril.

El tercer camino que el Itinerario de Antonino Pío describe

entre Mérida y Zaragoza (1), la primera mansión que aparece es Contosolia (12 millas distante de aquella), y Andrés Rescende reduce á dicha mansión la actual Alange, sin otro antecedente que ilustre su correspondencia, y sin tener en cuenta que Contosolia, según su mismo nombre indica, está formado de la voz apelativa de los iberos Conto 6 Canta, que se encuentra en este nombre, y debe considerarse de origen mucho más remoto que el que le da Rescende.

Consta que Castrum Colubri era una mansión de descanso que los romanos fundaron para gozar de los beneficios de sus thermas, y reponer la salud de sus legionarios, sin que tenga esta villa otro origen más remoto que el de la población de Mérida, Medellín y Badajoz por la 5.2 y 10.a legión augustana. Viu cree (2) que fuese el Castrum-Colubri romano y lo mismo la mayoría de los escritores extremeños.

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Multitud de restos romanos se encuentran en los alrededo res de esta población, y no son los menos importantes su his tórico castillo, asentado sobre el cerro que domina la villa, y sus renombrados baños, á 200 metros de ella.

Del castillo no queda hoy más que un torreón de 12 metros de altura y una pieza abovedada con portada espaciosa. Debe ser esta fortaleza de los siglos II 6 III, pues en 1646 apareció entre sus ruinas una lápida que hacía referencia al emperador César Marco Aurelio Antonio (Caracalla), mencionándose en ella

(1) XXVIII. Iter ab Emerita Cæsaraugustam per Carpetaniam.. 458

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Titulciam (junto á Añover del Tajo).

Inde Cæsaraugustam ut supra descriptum est.. (2) Tom. I, pág. 208 de su Extremadura.

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el cuarto consulado de éste, y por tanto correspondiente al año de 216 de Cristo. Este castillo no debió ser de mucha extensión, pero estaba dotado de todos los servicios que tenían los roma· nos para las fortalezas de su índole. Se surtía de aguas su guarnición en dos profundas cisternas, construídas al E. y N., defendidas por otro fortín construído en su intermedio, y cuya entra da, conocida por la Puerta del Sol, subsiste aún.

Al E. de la villa, á 200 metros distante de ella y tocando á la cordillera de la sierra de la Mesilla, se levanta un edificio cuadrilongo, de 210 metros de circunferencia, formado de obras antiguas y modernas, donde está el establecimiento thermal. Las obras antiguas consisten en soberbias bañeras cubiertas cada una con una bóveda y media naranja, de una altura y amplitud tal, que muchos de nuestros templos no la tienen mayor. Recibían el agua por cañerías de plomo de 12 y 14 pulgadas de diámetro, y en el fondo forma una gran caldera de bastante profundidad, con su gradería circular para sentarse y descender los bañistas. Sobre el borde de esta bañera hay un pavimento ó ámbito redondo de 1'26 metros de ancho, sobre el que comienza á levantarse la media naranja; y en su círculo se ven compartidos seis nichos arqueados y en forma de pequeños departamentos, que servían para desnudarse y vestirse los bañistas, á igual que los establecimientos de su índole que hemos visto en Pompeya. Estas dos rodundas son en todas sus partes de grandes moles de piedra de sillería, perfectamente enlazadas y de tanta solidez, que han sido contempladas por los curiosos viajeros como una obra eterna, como lo eran, por lo regular, todas las públicas de sus tiempos.

Las virtudes médicas de estas aguas ferruginosas-bicarbonatadas se han reconocido en todas épocas, y lápidas romanas, árabes y españolas que han aparecido en excavaciones practicadas en el establecimiento y sus inmediaciones, lo demuestran evidentemente. Todavía puede leerse por el este antiguo edificio, la siguiente:

que visite

IVNONI REGINE

SACRVM

LIC. SERENINVS. V. C.

ET VARINIA ET ACCINIA C. I.

PRO. SALVTE. FILIA. SVAE

VARINIAE SERENAE

DICAVERUNT.

La enferma que dedicó esta votiva era deuda ó inmediata parienta á la célebre poetisa Serena Augusta.

II

A la caída del poder de Roma los sarracenos destruyeron el establecimiento thermal de Castrum Colubri, á la vez que el castillo y la villa que poblaron de nuevo con el nombre de Alhanghiz, convertido más tarde en Alhangel y hoy en Alange. Fué esta ciudad, durante el siglo Ix, muy célebre, por el papel que jugó en las revueltas habidas entre almohades y almoravides entre sí, y entre moros y cristianos más tarde.

Uno de los promovedores de la insurrección de Mérida en el año 835, llamado Abderrahmán-ben-Merwán-ben-Yunos, por venganzas ó á despecho de antiguas ofensas que recibiera del rey de Córdoba (1), formó un ejército de 16,000 hombres, se dirigió á la Lusitania en són de conquista y sin respetar el pode

(1) Cuenta la historia que Abderramán, en la rebelión de Mérida, fué cogido prisionero y llevado á Córdoba á ingresar en la guardia del rey; y como era renegado y le miraban con grande desprecio los magnates, un día que se hallaba de servicio fué insultado en presencia de todos los wisires por el hagib ó ministro Hachim, que después de decirle «vales menos que un perro», le hizo dar de bosetadas. Este hecho despertó de tal modo en el muladí su mal encubierta cólera, que reuniendo multitud de secuaces se alzó en sublevación imponente contra el rey de Córdoba y le usurpó muchas tierras y castillos.

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