Imágenes de páginas
PDF
EPUB

II

Nueve kilómetros después de Villanueva aparece Magacela. Su viejo castillo parece como quererse desprender sobre la vía. Aquellas ennegrecidas ruinas, testimonio en siglos pasados de la lucha tenaz y porfiada entre los maestres y caballeros de Alcántara, denuncian el poder feudal de la Edad-media y el señorío privilegiado de que tantos vestigios aún quedan en la Península.

Magacela es en la historia un pueblo importante. Fundado por los romanos con el nombre de Astyla. Los godos y árabes buscaron en él un punto de resistencia, en que poder sostener su dominación en los pueblos de la antigua Lusitania.

Quieren algunos ver en el nombre de Magacela, un compuesto de dos palabras que significan lo mismo: almacén ó depósito. La primera árabe y la segunda latina. Su castillo, que antiguamente serviría para defender las provisiones ó depósito, parece obra del siglo vii, porque en los primeros años de la dominación árabe ya se cita en la guerra de los almoravides con los almohades. Desde el siglo Ix hasta el xvi, dentro de sus . muros han tenido lugar escenas sangrientas y conmovedoras, que sirvieron para inspirar á más de un trovador de aquellos tiempos. No fuese acaso la menor de ellas lo acaecido con el XXXVI maestre de Alcántara D. Alonso de Monroy y Sotoma

mucho mayor; pero no tenemos noticias para determinar hasta dónde llegaban los límites de esta comarca, y por consiguiente, desconocemos el nombre de los pueblos que la formaban, entre los que indudablemente estaban Valeria (Campanario), Cardon (Coronada?), Araduca ó Arauca (¿La-Haba?), Astyla (Magacela), Vesci (Villanueva de la Serena), Bardum (Villar de Rena) y Castrum-Colubri (Alange).

.

yor, hombre de temerario valor, y á quien con razón se le respetaba y le temían todos los magnates de su tiempo. Sobre su prisión en el alto castillo de Magacela, Alonso Maldonado, en su curiosa obra (1), dada á luz en el tomo VI del Memorial His tórico de la R. A. de la Historia, refiere muy al pormenor este suceso en los siguientes términos: Como el maestre y su compañía llegassen á Extremadura, supieron las nuevas de sus enemigos: los quales eran quel maestre de Santiago auia socorrido á Diego de Cáceres y Francisco de Solís con vitualla y gente, y questauan más fuertes que al principio. A esta sazon Francisco de Solís urdió un tracto falso contra el maestre, el qual fué desta manera: quel maestre diese una hija suya á Francisco de Solís para que se cassase con ella... y haziendo esto él entregaria la fortaleza de Magazela al maestre.

Fecho asiento y concierto desta manera, el maestre cum. plió todo lo que de su parte era prometido, mas como Francisco de Solís andaua por engañalle, deste concierto auia dado parte á la condesa de Medellin y al maestre de Santiago y le prome. tieron todo favor para todo lo que quissiese hacer, y assí Francisco de Solís escribió al maestre, suplicándole quissiese llegar á la fortaleza de Magazela... Pues como el maestre D. Alonso de Monroy partiesse de Montanches con doscientas lanças á yr á ver á su yerno Francisco de Solís á Magazela, hartos malos agüeros vió, que quando salió de Don Benito un cauallo hovero, que él queria mucho, y al presente yua en él, se le cayó muerto entre las piernas. Todos cuantos caualleros yuan con él le aconsejaron que no entrase en Magazela, especialmente Hernando de Monroy, el Sr. de Monroy, se lo dixo muchas veces, diciéndole que de muerto ó preso no escaparia, y que renegase de tal

(1) Titúlase así: Traduccion que hizo Alonso Maldonado sobre los cinco libros de Apiano Alexandrino de las guerras ceuiles, intitulada y dirigida á D. Alonso de Monroy, maestre de Alcántara, con la vida y hestoria del muy ilustre Sr. D. Alonso Monroy, maestre de Alcóntara.

[graphic][merged small][merged small]

parentesco, y que él no queria entrar en la fortaleza mas que se quedaria en el lugar aguardando lo que subscedia.

› Otros caualleros que con él yuan se hizieron malos. Juan Nuñez de Prado le importunó mucho tomasse el consejo de aquellos caualleros, y que si no queria que se lo uviesse á solas; mas ninguna cosa bastó á estorballe que no llamasse á la puerta de Magazela, y estando llamando un escudero le dió bozes que no entrassen hasta que leyessen aquella carta, la qual era del conde de Feria, grande amigo suyo, en que le decia que por ninguna via entrasse en Magazela, por quel sauia que auia de ser preso. El maestre no quisso creer al conde ni á todos los demás que sobre este caso le aconsejauan, porque estaua ya aparejada la hora de su mala fortuna. El maestre dió esta carta á Francisco de Solís en entrando en Magazela, y quisso ymitar á Alexandre cuando su físico le dió á beuer la purga, que le es. criuió un su capitan que no la tomasse, porque él sauia que le auian de dar en ella ponçoña, y assi Alexandre, quando començó á tomar la purga, dió la carta al médico; y assí el maestre dió la carta á Francisco de Solís y díxole: «Mirad, hijo, esa carta que me escriuen, y assí vereys lo que confio de vuestra persona, y Francisco de Solís le hizo muchas fiestas y regalos. Las mesas fueron puestas y sentáronse á ellas muchos caualleros parientes del maestre D. Gomez (de Solís) con dos. zientos escuderos del maestre de Santiago y condesa de Medellin, todos bien escondidos.

[ocr errors]

Pues como el maestre D. Alonso de Monroy se sentasse á la cabecera de la mesa, lo primero quel maestresala le siruió fueron dos fuentes de plata, y alçando la una encima de la otra venían unos fuertes grillos. Luego todos los de la mesa y casa arremetieron al maestre para prendelle; él procuró defenderse, mas no pudo con tantos hombres como le tenían, y como se viesse desta manera tractar, dixo á Francisco de Solís: Esto, hijo, ¿es hecho de cauallero hazer tal traycion?, Francisco de Solís respondió: Padre seays vos del diablo, que mio no lo se

reis; y luego le pusieron gruesas cadenas y en una cámara con muchas guardas. Luego Francisco de Solís se hizo elegir por maestre de Alcántara á los comendadores que allí estauan, porél pensaua osotro dia matar al maestre...

que

> Pues tornando á las cosas del maestre todos se conformaron que era bien matarlo luego como persona de quien el electo auia de heredar el maestrazgo... entraron todos en la cámara á donde el maestre estaua preso con muchas cadenas, y halláronle durmiendo, y tan fuertemente roncaua como si estuuiera muy seguro en su cama... el electo... como viesse al maestre dormido tan sossegadamente y no lo pudo creher, tomó una hacha para vello, y desque lo creyó fué por extremo espantado del ánimo deste, y determinó de no le matar aquella noche, pues lo tenia en su poder y lo podia matar cuando quissiese.

La fuga de D. Alonso, á los siete meses de prisión, fué una proeza tal que merece referirse:

....El maestre estaua tan desesperado que se concertó con un paje del electo que le diesse un puñal, el qual le dieron, y él estaua determinado de matar al electo en llegándose á él, por vengarse de la traicion que le auian hecho... Entonces el electo uvo noticia desta cosa, porquel paje tuvo creydo que el electo supiesse este negocio primero de otro que dél. Entonces al maestre le echaron muchas más prisiones de las que tenía.

> Pues una noche aconteció quel maestre don Alonso de Monroy uvo una cuerda de ballesta fuerte en las manos, y deshízola, y tomó todas las cadenas que tenía á cuestas, que seys hombres no las alçaran, y se subió á la torre de Magazela, y dando á la cuerda las doblezes que le paresció bastar, la embió la torre abaxo, quedándola arriba muy bien atada, y calçóse en las manos los çapatos y atóse dos ladrillos á los pies por dar con ellos junto. Hecho esto, echó las cadenas de la torre, las quales con su peso baxaron y sacáronle de la torre, y él assióse fuertemente á la cuerda con los çapatos que lleuaba en sus manos; pero todo no valió nada, porque con el peso que lleuaba

« AnteriorContinuar »