Imágenes de páginas
PDF
EPUB

cuyos órganos pedian un ejemplar castigo para los que al cometerlos únicamente se proponian levantar un muro de bronce contra los tiros

alevosos de la tiranía.

Asi es que el Correo Nacional, famoso adalid de la ex-gobernadora Cristina, atribuia cierta debilidad en el gobierno ralativamente á la consideracion que en su sentir guardaba a los barceloneses; al paso qué con muy vivos colores exajeraba el cuadro de las desgracias de sus amigos, desgracias debidas al fallo de los tribunales, que si hubieron de decretar lamentablemente el derramamiento de sangre fué porque tenian á la vista la enormidad del delito, el crímen nefando de lesa nacion que exigia un terrible escarmiento.

¿Cómo pretender igual condena para los que llevados de un esceso de patriotismo cometieron algunas disculpables ligerezas, con qué razon repetimos, comparar una imprudencia con un enorme crimen? Ciertamente que el Correo Nacional, deseoso de conseguir por cualquiera medio el descrédito y por consecuencia la debilidad del gobierno progresista, lanzaba incesantes y apasionadas querellas; empero estas vanas declamaciones, que en el 43 hicieron su efecto, dividiendo al gran pártido nacional, merecieron entonces la mas completa reprobacion.

Véase cómo se esplicaba el Correo Nacional en aquellos dias:

«La instalacion y conducta de la junta de vigilancia de Barcelona han ofrecido á nuestros fatigados ojos un cuadro tan peregrino, que solo la actitud y disposiciones de las autoridades y del gobierno supremo podrian haberle prestado rasgos mas pronunciados y mas sorprendente punto de vista. No parece sino que los barceloneses, y entiéndase cuando nombramos ahora á los barceloneses, que hablamos de aquellos que por sí y ante sí y en escaso número se han erijido en intérpretes y dictadores del pueblo; no parece, pues, sino que estos tiranuelos disfrazados con la manoseada mascarilla de libertad, habian estado esperando y anhelando el mas leve pretesto para alzar una mano de hierro que hacian mas fuerte y mas pesada el cansancio y sufrimiento del pais, y la debilidad y tolerancia del gobierno para descargarla impía y sangrienta sobre todos aquellos que por sus esfuerzos, su aplicacion y sus virtudes ocupaban en la sociedad una posicion digna de envidia y de alabanza. »

Y en otro Ingar censuraba de este modo la conducta del gobierno del Regente.,

«La junta de Barcelona continúa in statu quo. Bajo el nombre de comision encargada del derribo de la ciudadela, prosigue incansable sus patrióticas tareas revolucionarias con desprecio de las órdenes y amenazas del gobierno.. El escándalo, ha llegadoá su colmo: la junta, en vez de ceder, inTOMO III.

73

siste en su resistencia, y con las corporaciones populares de Barcelona hace alarde de su poder y desafia al gobierno. ¿Qué significan sino las facultades que se le reservan? Al despojarla solo del nombre, se le deja la facultad de que pueda volver á ejercer sus funciones con el caracter de junta suprema de vigilancia, siempre que á juicio de los individuos DE LA MISMA Y de los alcaldes constitucionales se crea necesario POR INTENTARSE HOSTILIZAR AQUELLA CAPITAL POR SU CONDUCTÁ EN LA ACTUAL CRISIS. Esto no necesita comentarios. Los individuos de la junta decidirán cuánto acomoda à la corporacion volver á tomar su antiguo título, y por de pronto declaran que lo tomarán y resistirán con la fuerza en el momento en que el gobierno quiera tomarles cuenta de su conducta. ¿Qué hará el Regente en vista de todo esto, y despues de su amenazante manifiesto? ¿Imitará la conducta del general Van-Halen, permaneciendo en Zaragoza mientras aquel autorice los atentados con su permanancia en Sarriá? ¿Cómo no vemos los efectos de sus últimas amenazas? ¿Se han prodigado acaso solamente para que sean leidas y causen efecto en el estranjero? Mucho nos lo

tememos. >>

El lustre Regente no pudo ni debió hacer otra cosa que dirigir su voz á los bizarros barceloneses, mostrándoles el grave daño que causarian á la libertad dando armas á sus enemigos para introducir la discordia que por desgracia la vieron despues triunfante.

Esta fué la proclama que el CONDE DUQUE les dirigió desde Za

ragoza.

«Españoles: El 48 del pasado os dirijí mi voz con la efusion del alma de un soldado, del primer magistrado á quien estan encomendadas la felicidad, la prosperidad, las libertades de la España. Os anuncié mi salida de la capital con el objeto de sofocar en su origen una rebelion traidora y alevosa que amenazaba devorarnos. El patriotismo del ejército, de la Milicia ciudadana, y de cuantos españoles se muestran dignos de este nom-bre, convirtieron mi espedicion en una marcha de victoria. Contra su lealtad y valentia se estrellaron las tramas de los enemigos de la patria. Entre la rebelion y el vencimiento mediaron solo instantes: los que creyeron elevarse sobre las ruinas de la nacion, se vieron repentinamente envueltos en la suya propia. La España saludó con entusiasmo este dia de triunfo se entregaba toda á la grata perspectiva de la consolidacion de una paz en todos tiempos, y nunca mas que ahora deseada, cuando otros acentos de discordia resonaron en su oido, cuando un atentado contra las leyes y la dignidad del gobierno, vino á mezclar con acibar tan dulces

:

ilusiones. >>

« Un puñado de hombres turbulentos, enemigos del sosiego público, ar

rastró á cometer en Barcelona un acto insigne de violencia, afeado por cuantas circunstancias le acompañaron. >>

«Se derribó, en desprecio de las leyes, una obra pública propiedad de la nacion; se abusó de la confianza que habia entregado à la Milicia Nacional la custodia de unos muros por ella destruidos; se despreció la voz de la autoridad militar que reclamaba su depósito; se dió el escándalo de decidir por medio de la fuerza bruta lo que estaba pendiente de la deliberacion de las Córtes y el gobierno. No amenazaba la ciudadela de Barcelona las haciendas ni libertades de los habitantes de aquella capital tan industriosa.»

[ocr errors]

«¿Podia sospecharse del gobierno actual cuyo norte es la observancia de las leyes? ¿No estaba entregada dicha fortaleza al patriotismo de la misma Milicia Nacional? ¿Fué noble aprovechar asi la ausencia de los valientes militares que iban a derramar su sangre contra los enemigos de la patria? ¡Españoles! este acto fué acompañado y seguido de otros de violencia, en que una junta denominada de seguridad y vigilancia se hizo dueña de las propiedades, se erigió en árbitra de los destinos de toda una provincia, y usurpó las funciones de los poderes del Estado, cuando el gobierno velaba mas que nunca por el desagravio de las leyes. Con sentimientos de desaprobacion se han sabido por la España entera estos escesos. El Regente faltaria á lo que debe á la nacion, lo que debe á la justicia si quedasen impunes acciones violadoras de las leyes; si los principales instigadores y perpetradores quedasen animados para abandonarse á nuevos desenfrenos. Fiad, españoles, en la justicia, que es el norte de un gobierno sobre las leyes cimentado. La mano alzada siempre en defensa de la Constitucion y las libertades públicas sabrá reprimir cuantos escesos produzca el abuso de la libertad. Zaragoza 9 de noviembre de 1841.-El DUQUE DE LA VICTORIA. -Evaristo San Miguel. »

En tan críticas circunstancias, en ocasion tan solemne no podia prescindir el Regente de emplear un lenguaje franco y vigoroso, pero conciliador y patriótico.

[ocr errors]

Los sucesos vinieron á confirmar despues que cuantas veces se vió precisado á poner freno á ciertos desórdenes propios de un pueblo, que todavia se hallaba en la infancia de su revolucion, no lo hizo por vana. ostentacion de fuerza, y sí con el noble y santo fin de afianzar las instituciones de una nacion poderosa á quien salvó de las garras del despotismo.

El fuego de las pasiones políticas, como el fanatismo religioso, suele á veces deslumbrar el entendimiento, presentando un prisma al través de cual se miran exagerados los objetos; asi es que la exaltacion de algunos

beneméritos patricios imaginó ver en la conducta de ESPARTERO un alarde de fuerza y poderío, no siendo en realidad sino un llamamiento á la union de todos los buenos liberales.

No de otra suerte procedió el general Van-Halen, y su patriotismo y sano juicio evitó sin disputa horribles discordias que hubiéramos lamentado eternamente.

Su conducta está esplícitamente descrita al par que justificada en la siguiente alocucion que desde su cuartel de Sarrià dirigió á los habitantes de Barcelona. Decia de este modo:

«Capitanía general de Cataluña.-Barceloneses: -Nada ha podido sorprendermé mas que la alocucion que en nombre de la junta suprema de vigilancia se os ha dirigido en la noche de ayer por no ser otra cosa que una escitacion à la rebeldía contra el gobierno constitucional que todos hemos jurado sostener, cual lo hemos hecho à costa de toda especie de sacrificios: para ello se parte de principios falsos ó desfigurados: la junta suprema de vigilancia habia cesado desde que así lo acordaron el 3 las corporaciones populares reunidas, que eran las que la habian formado Y dado sus facultades cuando peligraban nuestras instituciones, y solo conservaba una comision especial con respecto al derribo de la ciudadela. »

«Nada tenia que ver con sus atribuciones el que yo en cumplimiento de mis deberes é instrucciones de S. A. el Regente releve las guarniciones ó las organice del modo que crea mas conveniente para asegurar su posesion que estoy decidido á sostener á toda costa. Seria indigno delpuesto que la nacion me ha confiado siempre si no lo hiciese así, y cuento para ello con la cooperacion de la mayoría inmensa de cuantos habitantes. existen en esa ciudad, de las corporaciones populares, y sobre todo de la Milicia Nacional, porque en nadie puede entrar la idea de sumergir á esa hermosa poblacion y á la nacion entera en un cúmulo de males, cuando tanto necesitamos la union de todos los liberales para hacer frente à cuantos de dentro y fuera de España estan empeñados en destruir nuestras instituciones. >>

«El papel incendiario á que me refiero está firmado por el gefe superior político D. Dionisio Valdés, cuando me consta y sabe tambien la misma junta que ni acordó su publicacion, ni tuvo conocimiento de él hasta que lo ha visto dado al público, suplantando su firma: de este modo sus propios autores ni aun han querido manifestarse al mismo tiempo para que el acierto ó responsabilidad fuere solo de ellos. >>

«Se escita al ejército á que haga traicion á sus juramentos; se invoca al Sermo. Sr. DUQUE DE LA VICTORIA, REGENTE DEL REINO, al mismo tiempo que se les exige no cumplan sus órdenes dadas en el círculo de sus atribu

ciones, que son las que acatamos y acataremos, pues asi lo exigen nuestros deberes y el bien de la patria. En fin, nada se omite para introducir la guerra civil entre los que defendemos una misma causa; pero todo será en vano mediando nuestra sensatez y el amor á la nacion. »>

«La cuestion de si ha de continuar ó no la demolicion de la ciudadela la ha de decidir el gobierno en vista de todos los antecedentes que le he dirigido por el correo de ayer y por los datos que le proporcionarán cuanto antes las corporaciones populares. Asi lo manifesté de oficio antes de anoche al gefe político de la provincia; esto ha debido ser conocido del público, y yo jamás he faltado ni faltaré á mi palabra; todos me conoceis, y así de muy pocos puede haber sido la idea de que pudiera atacaros traidoramente. Si por desgracia (que la miraria como la mayor de mi vida) tuviéramos que recurrir á las armas, yo llamaria antes á mi lado á cuantos quisieren continuar siendo fieles á sus juramentos; pocos de entre vosotros no seriau de este número; y entonces aislados los que no estuviesen animados de nuestros patrióticos sentimientos, sufririan las consecuencias de su criminal conducta. >>

<<Mientras tanto esperemos con calma la resolucion del gobierno; trabajemos todos por estrechar la union y la paz entre hermanos, y este es el solo medio de venir á un término honroso para todos, no dando crédito á cuantos propalen noticias alarmantes para el logro de fines que ellos solos conocen y que el tiempo os hará conocer tambien á todos. »>

<< Conciliar el bienestar de esa poblacion con el de la nacion entera, el decoro del gobierno y el cumplimiento de los deberes sagrados que me impone mi destino, este es todo mi afan, y me prometo conseguirlo; si no pudiese ser asi, soy bastante noble en mi conducta para anunciároslo con bastante anticipacion; pero si se me provoca á la lid, repeleré la agresion, y no quedará impune. >>

No puedo ser mas franco, pues esta es mi divisa, incapaz de falsedad.-Sarriá 6 de noviembre de 1841.-El conde de Peracamps. »

No podemos escusarnos de repetir estas últimas y notables palabras: esperemos con calma la resolucion del gobierno, trabajemos todos por estrechar la union y la paz entre hermanos, y este es el solo medio de venir á un término honroso para todos....

De un militar pundonoroso, cuyo pensamiento era tan laudable por lo conciliador y pacífico, no podria ciertamente temerse actos de crueldad y de venganza. Alarmados falsamente los libres y belicosos barceloneses, creyeron ver en ciertas medidas de Van-Halen una actitud amenazadora y hostil; y de esta idea equivocada tuvieron origen ciertos actos de la junta ó comision de derribo, cuya fogosidad patriótica procuró moderar la dipu

« AnteriorContinuar »