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XLVI.

INFORME que al Virey Don Antonio Amar da el Comandante de Mompox Don Vicente Talledo, de haberse recibido en dicha Villa noticias oficiales de la revolucion que ha estallado en Cartagena.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

He recibido las contestaciones de V. E., con fecha 29 de Abril y 27 de Mayo, y enterado de ellas cuente V. E. que, como siempre, fué mi ánimo defender las legítimas autoridades existentes contra cualesquiera que traten de atentar contra ellas ó perturben el órden público, hasta verter la última gota de mi sangre en servicio del Rey y cumplimiento de mi deber. Los perturbadores de la paz bien lo han conocido en Cartagena y ésta; y por eso dijeron aquéllos á éstos que lo primero era asegurar mi persona á la que solo ha salvado, como ellos dicen, mi arrojo.

V. E. me manda en su oficio de 27 de Mayo me entienda directamente con el señor Gobernador de la Provincia, para recoger los fusiles y demás que paran en poder de estos cabildantes. Considero á U. S. enterado de todos los acaecimientos de aquella plaza y estado actual del Gobierno; y por consiguiente, verá V. E. lo infructuoso que seria el que yo le representase á aquel señor Gobernador; además que los avisos que yo le he dado desde ésta, de lo que se atentaba contra las legítimas autoridades, contra V. E., contra él y contra mí, y quiénes eran los de la trama en aquella plaza, solo han servido para gobierno de ellos, por haber tenido aquel jefe la fragilidad de hacerlos públicos todos mis avisos, habiéndoselos comunicado reservados, entregándolos á Don Antonio Narváez, contra quien iban muchos de ellos, y lo mismo á los demás.

Llegó á ésta el 3 el correo de Cartagena y trajo, como á todos los Cabildos del Reino, el oficio del Cabildo de Cartagena, en que los convocaban á que digan sus sentimientos y envíen Diputados. Recibió este oficio el Alcalde Don Pantaleon Ribon y su director Alguacil mayor. Trataron de formar Cabildo para reconocer el Gobierno intruso de la Provincia y plaza de Cartagena; pero Don José Troncoso pudo disuadir á Don Mateo Epalza, para que por ningun pretexto se adhiriese á semejante iniquidad.

Don Ramon del Corral suegro de Ribon, Don José Troncoso y Don Cipriano Bustamante, cuñados de Ribon, no dejaron á Ribon de la mano, haciéndole ver las fatales consecuencias que podia haber de este reconocimiento, y viendo la terquedad de Piñérez, lo afecto de Ribon al trastorno, y la inconsecuencia y aun adhesion de Epalza á seguir el partido de la iniquidad. Les propusieron el partido de que á lo ménos esperasen la contestacion de reconocer otros Cabildos al de Cartagena, para reconocerlo éste. La reyerta fué tenaz, en términos que duró casi cuarenta y ocho horas. Los del buen partido les hicieron ver las inconsecuencias y nulidades del Cabildo de Cartagena y una de ellas el no haber incluido el acta con las protestas que se sabe contiene. Ninguna razon pudo hacerlos decidir, hasta que Don José Troncoso les dijo: "Don Vicente Talledo es el hombre más apto para llevar adelante las autoridades legítimas y sostenerlas; se halla resuelto, en cuanto este Cabildo reconozca al

de Cartagena ó sus diputados, á oponerse abiertamente. Ustedes conocen su tezon y se van á perder; él tiene todo el pueblo de su parte y la tropa. Todos lo estiman; vean lo que hacen." Estas razones hicieron mudar á Ribon de sistema, y se suspendió la cosa. Don José Troncoso disuadió á Don Mateo Epalza para que los dos se marchasen á sus haciendas; y en una conferencia que tuvimos el Alcalde Guerra, Troncoso y yo, en que en el supuesto de......del buen partido ellos dos y Epalza segun habia prometido se hiciese el Cabildo, pues nunca Piñérez saldria con su intento, aunque Ribon estuviese de su parte; pero Don José Troncoso, que conoce á fondo á Epalza, nos dijo no convenia, pues era muy fácil que el Cura vicario de esta Villa Don Juan Fernández Sotomayor, declarado del sistema de Piñérez lo volviese, y si era mudar de parecer, de lo que ya tenia tres ejemplares despues de dada la palabra; que lo mejor era que se fueran, que á ello estaba pronto el Epalza, y con esto se evitaba el Cabildo: en efecto marchó Troncoso, pero el Epalza por más que se le ha reconvenido de parte de Troncoso, no ha sido posible se vaya, aunque tiene preparado el viaje; bien que esto no nos da el mayor cuidado, pues el Procurador del público se halla resuelto en el caso de que se haga el Cabildo, de pedirlo abierto en nombre del pueblo, en cuyo caso llegará la ruina de Piñérez, de Ribon, el Alcalde, como tambien de Epalza, pues lo general del pueblo se halla á favor de la buena causa y saldrán mal los revoltosos.

Dios guarde á V. E. muchos años.
Mompox, 13 de Junio de 1810.

Excelentísimo señor.

VICENTE TALLEDO Y RIVERA.

Excelentísimo señor Don Antonio Amar, Virey, Gobernador y Capitan general del Nuevo Reino de Granada.

XLVII.

COMUNICACIONES oficiales por las cuales el Comisionado regio, señor Villavicencio, recomienda especialmente á la consideracion del Gobierno de España á los señores Vicente Celedonio Gutiérrez de Piñérez é Ignacio Cavero. I.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Todo mi anhelo para facilitar el mejor desempeño de la comision que S. M. se ha dignado confiar á mi cuidado, es persuadir eficazmente que el sistema de la administracion ha variado; que el Supremo Gobierno de la Nacion no aspira sino á la felicidad de la América, y que el lenguaje de su real Manifiesto es veraz y sincero, (*) á pesar de cuanto infamemente y con estudiosas miras propalan los enemigos del buen órden y de la tranquilidad pública. Entre las muchas quejas y clamores que generalmente se oyen en los pueblos, observo como una de las principales y

(*) Véase el Manifiesto que se registra á las páginas 36 á 40 de esta Coleccion.

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DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA

que más impresion les hace el olvido y abandono á que se ha condenado á muchos naturales del pais, que cansados de servir al Rey y á la Patria, y distinguiéndose entre la multitud por su celo y sacrificios por la buena causa, casi desesperan del premio que les es debido.

y

Yo considero en este rango al Doctor Don Vicente Celedonio Gutiérrez de Piñéres, Catedrático de Sagrados Cánones en el Colegio y Universidad Real de Mompos, abogado de la Real Audiencia de este Reino Regidor y Alguacil mayor del Cabildo de aquella Villa. Sí, señor Excelentísimo: sus luces, sus talentos, virtudes y servicios importantes han sido tan públicos y notables, que tiene á su favor la aclamacion pública y el voto unánime y conforme de los primeros Jefes y autoridades del Reino. V. E. lo ve acreditado por los documentos que con el memorial del pretendiente elevo á las manos de V. E. Yo tengo la complacencia de agregar mi débil apoyo á los de la Real Audiencia de Santafé, del Gobernador de Cartagena, del Diputado Representante de este Reino, Excelentísimo señor Don Antonio Narváez y la Torre, y demás Ministros que á competencia testifican el distinguido mérito y recomendables servicios que por el espacio de quince años ha contraido el Doctor Pifíérez, tanto como letrado, como en clase de Capitular y suplente ciudadano, pero un ciudadano tal, que despues de haber sido útil á S. M., al Estado y á la Patria, no ha reservado sacrificio alguno para hacer conocer su amor, lealtad y patriotismo por la defensa de la causa de la Nacion; y promover con dicho objeto el entusiasmo de sus compatriotas. Así es que el voto universal clama por su pronta colocacion; voto que ya habrá visto V. E. mereció tambien por último la recomendacion del Comisionado regio con destino á Quito, Don Carlos Montúfar; y si éste por la voz pública y los documentos que tuvo á la vista, recomendó tan expresivamente el mérito de este excelente patriota, V. E. no deberia estrañar que yo hiciese los últimos esfuerzos, cuando habiéndole conocido tan de cerca, he podido observar sus operaciones, sondear sus luces y su corazon, teniendo por ello la más sólida y delegada idea de su espíritu, sea cual fuere el lado por donde se le mire. Nada me han dejado que desear los uniformes testimonios franqueados á favor de este individuo, en cuyo obsequio, teniendo presente la justicia y los sentimientos del Supremo Gobierno, no puedo hacer otra demostracion que suplicar encarecidamente á V. E. se sirva leerlos con el memorial que dirige por mi conducto, para que teniendo V. E. la satisfaccion de encontrar en este ciudadano cuanto puede apetecerse para hacerse digno de la confianza y gracias de S. M., se digne V. E. preparar su real ánimo para que se le confiera una toga en la Real Audiencia de Santafé ó Quito, ó el empleo de Teniente de Gobernador Auditor de Guerra con honores de Oidor de Cartagena, si como creo justo se promoviese al Doctor Don José Munive, que lo sirve; persuadido V. E. que consultando efectivamente los intereses del destino con los del pretendiente y el público la consecucion de esta gracia, será plausible y acertada.

Dios &.a

Cartagena de Indias, á 16 de Junio de 1810.

ANTONIO VILLAVICENCIO.

Excelentísimo señor Don Miguel de Lardizabal y Uribe, &,"

II.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Como se servirá V. E. ver en la adjunta copia certificada, en la Real Orden expedida en 15 de Febrero de 1803, se dignó S. M. mandar que en las primeras gracias se le diese al Administrador de esta Aduana, Don Ignacio Cavero, la graduacion de Comisario ordenador, en atencion á la recomendacion hecha á su mérito y servicios por el señor Don Pedro de Mendinueta, entonces Virey de este Reino. Hasta ahora ha sido olvidada dicha Real Orden, y Cavero ha seguido desempeñando su deberes á satisfaccion de sus Jefes y del público. Tengo formal empeño de que las ofertas del Supremo Gobierno de la Nacion se realicen en las personas beneméritas, tanto americanas como españolas, que viven en estos dominios, pues una de las especies que procuran extender los mal intencionados, es directamente ofensiva al Gobierno, asegurando que los ofrecimientos benéficos hechos á los americanos españoles han sido arrancados por las coyunturas críticas en que se hallaba la Metrópoli al firmar el Consejo de Regencia su Manifiesto, y que solo es paladearlos para que permanezcan unidos á la Metrópoli y contribuyan con donativos. Predico lo contrario con energía, en cumplimiento de mi comision, á pesar de que mi lenguaje disgusta á cuantos ya ven desaparecer el despotismo y arbitrariedad con que hasta ahora han mandado en estos paises fieles y desgraciados. Acompaño á V. E. dichos documentos con la representacion de Don Ignacio Cavero, por constarme su integridad, talento y otras cualidades que le hacen mirar por el público como un patricio digno de las piedades de S. M. en premio de sus servicios.

Dios &."

Cartagena de Indias, 22 de Junio de 1810.

Excelentísimo señor Marqués de las Hormazas.

ANTONIO VILLAVICENCIO.

XLVIII.

PIEZAS oficiales relativas al, sorteo y designacion del Diputado á las Cortes de España por la Provincia de Cartagena de Indias.

I.

SESION DEL AYUNTAMIENTO DE CARTAGENA DE INDIAS DEL DIA OCHO DE JUNIO DE MIL OCHOCIENTOS DIEZ.

Certifico: que en acuerdo pleno celebrado por el M. I. Cabildo, Justicia y Regimiento de esta muy noble y muy leal ciudad de Cartagena de Indias, que presidió el señor Don Francisco de Móntes, Caballero del Orden de Santiago, Jefe de escuadra de la Real Armada y Gobernador Comandante general de esta plaza y Provincia, en union del Excelentísimo señor Don Antonio de Narváez y la Torre, Diputado Representante

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de este Reino y primer Regidor perpetuo de este ilustre Ayuntamiento y del señor Tomas Andres Tórres, Regidor añal, Co-administradores de esta República, con la asistencia del señor Don Antonio Villavicencio, Capitan de fragata de la Real Armada y Comisionado del Supremo Consejo de Regencia en este Reino, y del señor Doctor Don José Munive y Mozo, Teniente de Gobernador, sin voto, y la de los señores Alcaldes ordinarios Doctor Don José María García de Toledo y Doctor Don Miguel Díaz Granados, con voto, se verificó la eleccion del Diputado en Cortes de esta Provincia, en conformidad del Real Decreto del Supremo Consejo de Regencia, despachado en la Isla de Leon, á 14 de Febrero del presente año, comunicado por el Excelentísimo señor Virey del Reino con fecha 21 de Mayo último al Gobierno, y por éste al ilustre Ayuntamiento con la de 5 del presente, cuyo tenor y el resultado de la eleccion es como sigue:

(Aquí el decreto, que no se inserta por estar inserto en la página 40 de esta Coleccion.)

RESULTADO DE LA ELECCION.

Efectuada la votacion con la formalidad de estilo y práctica, y habiendo expuesto el señor Síndico Procurador general " lo correspondiente á su persona, cuyo discernimiento difirió absolutamenque exceptuando te al Muy ilustre Cabildo, en todo lo demás le parecia haberse procedido con el debido arreglo," se confrontaron y enumeraron con un prolijo escrutinio los votos que se habian sufragado á favor de varios individuos, y resultó: que el señor Alcalde ordinario Doctor Don José María García de Toledo habia tenido diez sufragios, el señor Doctor Don Antonio José de Ayos nueve, el señor Doctor Don Manuel Benito Revollo presbítero, seis, el señor Doctor Don José María del Castillo y Rada cuatro, el señor Doctor Don José María del Real cuatro, el señor Doctor Don German Gutiérrez de Piñérez dos, y el Excelentísimo señor Don Antonio de Narváez uno.

Con lo cual, habiendo recaido, segun la pluralidad, la eleccion de la terna para el sorteo, en los tres primeros señores: Doctor Don José María García de Toledo, Doctor Don Antonio José de Ayos, y Doctor Don Manuel Benito Revollo, se extendieron estos tres nombres, cada uno en su respectiva cédula, y se incluyeron en otros tantos bolillos de plata, los cuales puestos dentro de un jarro y cubierta su boca, se llamó á un niño de edad de siete años, que lo fué Don Gabriel Granádos, quien, á presencia de todo el Ayuntamiento, sacó de dicho jarro un bolillo, cuya cédula extraida, se halló ser la que contenia el nombre del señor Doctor Don José María García de Toledo, y en seguida se reconocieron tambien los otros dos bolillos y se hallaron en ellos las cédulas con los nombres de los señores Doctor Don Antonio José de Ayos y presbítero Doctor Don Manuel Benito Revollo.

En su consecuencia, fué dicho señor Doctor Don José María García de Toledo tenido y reconocido en este M. I. C. por Diputado en Cortes de esta Provincia, cuyo encargo aceptó, y se le recibió juramento que hizo en manos del señor Gobernador y por ante mí el presente Escribano, á Dios Nuestro Señor, puesta la mano derecha sobre los Santos Evan

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