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exterminado, destruido y aniquilado el sitio del Guáimaro. Lo estarian tambien los del Piñon y Cerro de San Antonio, y serian trofeos de sus tiranas armas; pero los que no han dejado de conocer la razon (aunque la niegan); los que han visto las ordenanzas y tal cual vez han sabido sujetarse á los superiores, no dieron lugar á ello, y por eso ántes bien desampararon el puesto que exponerse al frente de la tropa que justamente venia á gobernarlo, á defenderlo y ampararlo. Por eso tampoco se expusieron á sufrir la vergonzosa retirada que deberian hacer á vista de los pabellones que habian de venir guarnecidos con las armas del verdadero Juez y del legítimo señor de la tierra, á quien no podrian rechazar sin oponerse á la razon y á las leyes de la guerra los Comisarios de la Junta de Cartagena, que solo venian á dar auxilio á los que lo habian pedido, sin otro derecho que el de negar la potestad legítima. Jamás creeremos que la Suprema Junta de Cartagena pretenda usurparnos nuestros derechos, tomar nuestra tierra por fuerza, ni hacerse á su dominio, sin que lo consientan todos los moradores. Lo más que podrá hacer es acojer y refugiar á los malcontentos, y darles auxilio para que puedan vivir en su Provincia. Si ella hubiese concebido que no todo el cuerpo de los tres lugares, pero ni aun la tercera parte, se comprometia á seguir la independencia y á subordinarse á su Gobierno, no habria admitido la representacion, ni menos hecho caso de los siniestros informes con que tanto se injuria al Gobierno de Santa Marta, á los que lo componen, ni á los Jefes de nuestras armas: ménos habria consentido que viniesen á hacerse dueños de nuestra tierra Jueces intrusos, ni que se usurpasen la jurisdiccion del Gobierno de Santa Marta. Por tanto, se ha de servir usted informar á los señores de la Junta de Cartagena del engaño que se le ha hecho con perjuicio del vecindario, por los traidores Pavon, Romay, Villalobos, Navarro y sus secuaces, para que desista de la empresa de armas, se sirva dejarnos en la posesion pacífica de nuestra tierra, en el goce de nuestras leyes, en la obediencia de nuestro Gobierno, y en la buena armonía que llevábamos con su Provincia, y que quebrante sus amenazas y suspenda los efectos de su ira, atendiendo á que ningun motivo le hemos dado para ello, ni nuestra capital se ha entrometido en nada de su Gobierno, ni ménos la ha provocado. En su consecuencia, á usted encarecidamente suplico, á nombre del vecindario, se sirva proveer y mandar como solicito; juro no proceder de malicia y protesto lo necesario, &c.

FRANCISCO PERTRUS.

Cuartel general del Guáimaro, Agosto seis de mil ochocientos once. -Recibido. El Alcalde de este sitio y apoderado general del vecindario, convocará éste, para que leido el antecedente escrito diga si se conforma, y si su contenido es lo que han hecho presente al nominado apoderado; y ejecutado, devuélvase con la correspondiente diligencia á esta Comandancia, para dar cuenta con él á la Junta de Cartagena y demás que convenga.

DOMINGUEZ.-Tomas Jose Pacheco, Escribano interino de Gobierno.

SEÑOR COMANDANTE DE ARMAS :

El dia de ayer se convocó (como es constante á usted y demás oficiales que lo presenciaron) el pueblo; se leyó el escrito que antecede y su Decreto, y aunque casi todos los moradores de la parroquia estaban ausentes, exclamaron á voces los que presenciaron el acto, diciendo: que jamás habian intentado separarse del Gobierno de Santa Marta, ni proclamar la independencia, pero ni ménos pedido auxilio á Cartagena, como ni tampoco ha sido causa de que la Suprema Junta de ella tomase por armas el puerto, encomendase el Gobierno político á Don Joaquin Navarro, ni llenase de Comandantes de mar y tierra el lugar, porque siempre conocieron por verdaderos á los señores Gobernador y demás tribunales de Santa Marta; y como que dependen de la legítima autoridad los han obedecido y obedecen, así como juran no negarlos."

Usted con los señores Oficiales que le acompañaban, presenciaron el acto, y oyeron los vivas y aclamaciones que el pueblo hacia á nuestro Monarca, y presenciaron tambien que concurrieron é hicieron la expresion de no haber sido cómplices del delito de negativa del Gobierno.

Jose Murfe.-Marcelino Asis.-Justo Montenegro.-Juan Miranda.-Juan Nicolas Castrillo.-Bernardino de Castro.-Jose Hernandez. -Felix de Orosco.-Vicente Pertrus.-Ildefonso Cantillo.-Joaquin Montenegro.-Joaquin Hernandez.-Juan Evangelista Guete.-Francisco Bonet.-Bernardino Patiño.-Pantaleon Gutierrez.-Joaquin Bolaños.— Juan de Jesus Pertruz.-Juan de la Cruz Mercado.-Tomas Palmera.Hilario Dominguez.-Luis Pacheco.-Domingo Macias.-Jose Antonio Cucuri.-Pedro Crisologo Hernandez.-Casimiro Cantillo.-Manuel Jose Cantillo.-Diego Games.-Pio Camargo.-Pedro Camargo. -Antonio Silva.-Isidoro Camargo.-Felipe Mendoza.-Ramon Pertruz.-Jose Maria Bolaños.-Pedro Juan Bolaños.-Juan de la Cruz Patiño.-Jacinto Pertruz.-Manuel de Fuentes.-Florentino Ebrart.--Alejandro Bolaños.-Crisostomo Gutierrez.-Jose Antonio Medina.-Jose Ariza.-Nicolas de Florez.-Isidro de Florez.-Andres de Florez.-Concepcion Cantillo.-Ramon Gamero.-Emeterio Mercado.-Jose Remigio Machado.Doroteo de Castro.-Tomas Padilla.-Martin Mendoza.—Francisco Javier Perez.-Tomas Cantillo.- Cirilo Antonio de Castro.- Casimiro Cantillo.-Gregorio Castañeda.-Francisco Fábrica.-Nicolas Bolaños.Pio Camargo.-Dionisio Guerrero.-Pedro Orosco.-Pedro Antonio Navarro.-Jose Antonio Navarro.-Hipólito Ropam.-Manuel Orsés.-Eusebio Gonzalez.-Jose Antonio Fábrica.-Lucas de Moya.-Lorenzo Orosco.-Nicolas Orosco.-Juan Antonio Pertruz.-Casimiro Pertruz.-Andres Pertruz.-Apolinar Gutierrez.-Vicente Jimenez.-Francisco Ledezma.-Dionisio Pertruz.-Alejandro Bolaños.-Pedro Pablo Pertruz.Jose del Carmen Pertruz.

Estos, y el apoderado del vecindario ofrecen presentar á los moradores de Pivijay, á los de San Carlos y Punta-gorda, tan sumisos, obedientes é indegnes como ellos, y ofrecen tambien contribuir á la defensa de la Patria, se han constituido á indemnizarse cada uno de los car

gos que se le hagan, y son los mismos con quienes usted puede contar para toda fatiga.

Guáimaro, Agosto siete de mil ochocientos once.

A ruego del Alcalde pedáneo Juan Bautista Pertruz,

Rafael del Poso.- Francisco Pertruz.

Guáimaro, ocho de Agosto de mil ochocientos once.-Remítanse cópias de estas diligencias al Gobierno de Santa Marta, al de Cartagena y Comandante de las cañoneras; todo con el correspondiente informe. DOMINGUEZ.--Thomas Jose Pacheco.

De nada menos trato que de entrometerme en los particulares asuntos del Gobierno de Cartagena; pero cuando por un corto número de malvados se le ha informado contra la verdad, queriendo comprometerle con el de Santa Marta á una guerra civil, creo de mi obligacion desengañarlo y hacerle ver cuán distantes están estos sitios de desear su dominacion sustrayéndose de los principios de dependencia absoluta de España, que ha proclamado la capital de esta Provincia.

La Suprema Junta de Cartagena ha sido engañada con un escrito supuesto, presentado á nombre del vecindario de estos sitios. Los principios adoptados por dicha Junta serian incompatibles con sus operaciones hostiles contra esta Provincia, si estas mismas no naciesen de aquella imputacion, y se hace increible que un Gobierno que ha protestado sostener y defender su libertad pueda contribuir á usurpar la de pueblos de otros, sin expreso consentimiento de ellos. Que este consentimiento no lo ha habido, lo prueba suficientemente el adjunto escrito, presentado por los vecinos de esta parroquia, que acompaño. Por él se comprende cuál es la voluntad expresa del pueblo, y cuánto el descarado atrevimiento de unos malvados que han obligado á esa Junta á faltar á los principios de Derecho de gentes, suponiendo cuanto por sus miras particulares han representado.

Bajo de este concepto se está todavía en el caso de evitar los horrores de una guerra intestina y cruel, el derramamiento de la preciosa sangre de nuestros hermanos, que se verificará irremediablemente si ese Gobierno sigue hostilizando esta Provincia, que trata de sostener sus imprescriptibles derechos, y por último, desviar de estos dominios las funestas consecuencias de estos hechos.

Lo hago así presente, para que jamás me sean imputables las desgracias que estoy muy lejos de desear por amor á la humanidad y por alejar de nosotros la desolacion. V. E. determinará y responderá de los males que vengan sobre ambas Provincias, tanto más terribles, cuanto que serán buscados por los agresores.

Guáimaro, 7 de Agosto de 1811.

Excelentísimo señor.

PEDRO DOMINGUEZ.

Excelentísimo señor Presidente de la Suprema Junta de Cartagena,

XCI.

NOTA por la cual el Gobierno de la Provincia de Santa Marta da al Virey su opinion acerca del punto en que puede fijar este Magistrado su residencia, y de los medios que conviene emplear para someter la plaza de Cartagena á la obediencia del Gobierno Real.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Muy señor mio y de mi mayor respeto:

Antes de conocer este país era de opinion que Panamá debería ser la residencia de V. E., porque para las operaciones militares que se practicaran contra las Provincias insurgentes de este Reino, podian verificarse por uno y otro mar, respecto á la inmediacion de aquella plaza á la de Portobelo. Mas en el dia, que estoy orientado de esta Provincia, y que segun las noticias que hay aquí, están por la buena causa todas ó las más Provincias de este Reino, situadas hácia el mar del Sur, soy de contraria opinion.

Como Cartagena es la plaza más fuerte de este Vireinato y el antemural de los insurgentes, todos éstos fundan sus esperanzas de independencia en ella, y siempre seguirán sus huellas, sea por temor, ó inclinacion; pero cortarle á Cartagena el vuelo y aun rendirla no es difícil, si V. E. se sitúa aquí con mil hombres y competentes artilleros; medio millon de pesos; artillería volante; quinientos ó mil fusiles algunas fornituras y sables, y siquiera un par de lanchas cañoneras.

La presencia de V. E. en su Vireinato; el desagrado en que están muchos sujetos, y aun pueblos enteros (como Mompox) del Gobierno actual de aquella Provincia; la interceptacion de los víveres que diariamente la entran del rio Sinú y de esta Provincia, que hasta ahora no he podido evitarlo, obligará á Cartagena á rendirse, ó se acabarán sus habitantes unos á otros con la guerra intestina. Esto lo tengo por positivo.

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El bloqueo de Cartagena es fácil: dos fragatas buenas y dos barcos menores bien armados, bastan para cruzar de las "Bocas del rio Magdalena á la ensenada del " Darien y aun ménos; y tambien es bastante para que no entre ni una canoa con víveres por la parte del mar: y si hay un par de bombardas que la saluden con algunas bombas, no aguantará Cartagena quince dias. De aquí se ayudará al bloqueo con cuatro balandras o goletas bien armadas, que calen poca agua y se acerquen bien á la Costa.

Por lo interior se le cortará la comunicacion y bastimentos, guarneciendo esta Provincia sus poblaciones en el rio Magdalena, y poniendo en él cuatro ó seis lanchas ó bongos con artillería y bien equipados. Esto es suficiente para que los pueblos del otro lado del Magdalena, correspondientes á Cartagena, se le separen y se unan á nuestro partido; con lo que, y la rendicion de aquella plaza, está abierta la puerta para

Seguramente Don Tomas de Acosta, cuando redactaba esta nota, ignoraba lo que sufrió la expedicion del Almirante Vernon y del General Wentworth en 1741. (N. del E.)

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todo el Reino. Esta es mi opinion en el dia, y V. E. puede consultarla con los que conocen esta Provincia y la de Cartagena.

Para darme á conocer el Capitan General de Venezuela, el deplorable estado actual de Carácas, me ha remitido familiarmente el bando que hizo publicar del que incluyo copia: por el verá V. E. que ya aquella ciudad no cuenta con la mejor Provincia que le era adicta; esto es, la Provincia de Valencia, de donde recibia todo su sustento. Esto ha resultado del arribo de las pocas tropas que se mandaron de Puerto Rico.

Deseo á V. E. la mejor salud, y que nuestro Señor guarde á V. E. muchos años.

Santa Marta, Agosto 11 de 1811.

Excelentísimo señor:

B. L. M. de V. E. su atento servidor y súbdito,

THOMAS DE ACOSTA.

Excelentísimo señor Presidente, Gobernador y Capitan general electo del Nuevo Reino de Granada.

ХСІІ.

RESPUESTA del Virey del Nuevo Reino de Granada á la Nota anterior.

Quedo enterado del oficio de U. S. de 11 de Agosto último, en que me hace presente los deseos que le asisten de que me traslade á esa plaza con preferencia á la de Panamá, y los medios que pueden emplearse para reducir á la debida obediencia á la ciudad de Cartagena, por las razones que expone. Bien conozco que esta plaza es la entrada principal del Reino, y el apoyo ó confianza de los insurgentes; pero hasta ahora no ha podido mi infatigable diligencia ni el más vivo interes con que solicito los auxilios más precisos para socorrer esa plaza del cargo U. S., el conseguirlos para que con ellos puedan atajarse las pérfidas ideas de los insurgentes de Cartagena, cuya agresion debe repelerse con la fuerza, si acaso es inevitable este choque funesto y doloroso.

Sin los necesarios artículos que U. S. me insinúa, quedan paralizadas ó en estado de nulidad sus ideas de conquista, y mis designios, que no son ni pueden ser otros que los de reducir por la paz á incorporar á la gran Nacion los pueblos que miserablemente se han segregado de unos principios tan justos como equitativos. Por ahora y mientras que estemos en estado de imponer, deben emplearse las armas de la persuasion, inspirando confianza á los vecinos, protegiendo su comercio y haciendo todo cuanto contribuya á deferir, oponer la fuerza á la fuerza, que es el último recurso, pero el primero que no debe despreciarse cuando no quede otro en los arbitrios, tino y celo de U. S.

El Comisionado de esa ciudad, Don Manuel Faustino Mier, instrui

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