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rá á U. S. del teson y empeño con que procuro, por todas vias, se me faciliten los socorros que pide; y deduzca U. S. de estos principios, cuánto se dificultarán los que me indica en su citado oficio, como precisos para poder emprender el sitio de Cartagena. Yo seria feliz si me proporcionasen lo que para ello se necesita. Conozco las ventajas que obtendria con su posesion, mucho más si fuera pacífica, y estas ideas en la época en que nos hallamos, solo sirven para martirizar mi espíritu, con la consideracion de no poderlas realizar, que aunque sea de paso iré á esa Provincia.

En interin que esto se verifica, y que me establezco en algun punto del Vireinato de los que me manda el Consejo de Regencia, convendrá mucho que U. S. haga valer y preponderar el estado de desolacion en que pronto se verá la Provincia de Venezuela por las divisiones que hoy la despedazan, y es la evidente consecuencia de su extraviada conducta: que por este cierto conocimiento van reduciéndose ya á la legítima obediencia varias ciudades y pueblos de su comprension, y que no solo son acogidos con benignidad, sino que de este modo expían su delito y borran la negra mancha con que los habia afeado la iniquidad: que estas mismas ideas y principios me guian á ese Reino, y que no pueden dudar de mi propension à ellos y de mi carácter, pues ya es bien conocido en las Provincias de este continente en que he sido empleado. Al efecto, haga U. S. se circulen por algun medio copias de la proclama que me incluye, del señor Don Fernando Millares, para que se convenzan de que los que llaman mandatarios del Supremo Gobierno, no son unos tiranos opresores, sino unos hombres llenos de virtud, de paz Y de interes por reunir las Provincias que forman una sola Nacion, y que hoy componen una sola familia, para que como tal sean respetadas y consideradas en perfecta union, y disfruten del bien del sosiego que les va proporcionando la heróica constancia con que sus hermanos de Europa resisten la invasion del usurpador de su verdadera independencia, para que así nadie interrumpa su industria y su comercio, que de otra suerte se aniquilaria contemporáneamente, disminuyendo su poblacion de un modo que caminarian las mismas Provincias á su ruina, donde seguirian desviadas de la prosperidad y engrandecimiento á que las elevaria un sólido Gobierno como el que se les promete.

U. S. me manifiesta bastante interes por la causa justa que defendemos: sabe el actual estado en que nos hallamos, y que no pende de nuestro arbitrio el valernos de un medio activo para sostener los sagrados derechos que atacan los ambiciosos insurgentes, y toda providencia debe emanar de los principios que he indicado á U. S. en contestacion.

Dios guarde, &c.

Habana, 3 de Octubre de 1811.

Señor Gobernador de la Provincia de Santa Marta.

BENITO PEREZ.

XCIII.

FELICITACION que Don Lázaro María de Herrera, Alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisicion, dirige al Virey, Don Benito Pérez, por haber sido éste nombrado como tal por el Consejo de la Regencia.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Tengo el honor y la gran satisfaccion de felicitar á V. E. su bien merecido ascenso al Vireinato de este Reino, con que la piedad del Rey nuestro Señor, Don Fernando VII, y en su Real nombre el Consejo de Regencia de España é Indias, se ha dignado premiar los relevantes méritos de V. E.; y sinembargo de que las convulsiones políticas de este desgraciado hemisferio nos privan de tener á V. E. de cerca, para darle el testimonio más irrefragable de mi acendrada lealtad y honrosos sentimientos, con todo deberá contar el noble celo de V. E. desde el lugar en que se establezca su residencia, con el mio, acreditado en todas épocas ante la augusta presencia de S. M. y los Supremos Tribunales. de la Nacion, como Alguacil mayor que soy del Santo Oficio de la Inquisicion de esta plaza y Síndico del del Consulado.

Con este motivo me tomo la libertad de ofrecerme á la disposicion de V. E. y con mis dos hijos Don Simon y Don Antonio, Oficiales en clase de Teniente y Subteniente del Regimiento auxiliar de Santafé, creado por el antecesor de V. E., el Excelentísimo señor Don Antonio Amar, y se hallan agregados en el dia al de esta ciudad; ambos en prueba de sus fieles y leales sentimientos, desean sacrificarse en el mejor servicio del Rey, y anhelan con ansia servir á las órdenes y lado de V. E.

Dios Nuestro Señor guarde á V. E. los muchos años que necesita este Reino.

Cartagena de Indias, Agosto 19 de 1811.

Excelentísimo señor.

LAZARO MARIA DE HERRERA.

Excelentísimo señor Virey, Capitan general del Nuevo Reino de Granada, Don Benito Pérez.

XCIV.

COMUNICACION que el Ministro de la Guerra dirige al - Virey, recomendando al Capitan Don Juan Navarro por la conducta que observó en Cartagena de Indias el 4 de Febrero de 1811.

Ministerio de Guerra.

Excelentísimo señor:

Don Juan Navarro, Capitan del regimiento de infantería de ese Nuevo Reino de Granada, cuyo empleo le confirió el antecesor de V. E.

Don Antonio Amar, despues de evadirse de su capital y de haber sufrido muchos perjuicios y vejaciones por no deferir á las siniestras ideas que han turbado la tranquilidad en dicho Reino, pasó á Cartagena de Indias, y animado de su honor y patriotismo se unió á algunos de los muchos fieles habitantes de aquella plaza, para realizar con el regimiento de infantería "Fijo" de ésta, el dia 4 de Febrero del corriente año, una contrarevolucion que restituyese las cosas á su debido órden; pero el feliz suceso de esta noble empresa, tan apetecido de todos esos fieles naturales, como contrario á la existencia de la miserable Junta que contra los votos de aquéllos los gobierna dolosa, ilegitima y momentáneamente, fué frustrado por la astucia de un individuo de ella, que en toda la extension de ese vasto Reino es el vasallo que tiene acaso más motivos de ser fiel al Rey nuestro señor Don Fernando séptimo, y al legítimo Gobierno que lo representa, por las elevadas distinciones con que lo han honrado, y de las cuales se valió alevoso para llevar al cabo sus ideas; siendo por resultas de todo sentenciado Navarro por dicha Junta en 29 de Marzo siguiente, á unas penas que si pudieron parecer deshonrosas á los facciosos de que se compone dicha Junta, se presenta á la vista de la Nacion entera, como la ejecutoria más digna de la inocente víctima que quisieron sacrificar; y en consecuencia del distinguido aprecio que ha merecido al Consejo de Regencia de estos y esos dominios la conducta de Navarro, se ha servido mandar que desde luego se le expida, como lo ejecuto con esta fecha, el Real despacho de confirmacion de su empleo de Capitan; que V. E. lo prefiera para proporcionarle ascensos en su carrera, á cuyo fin regresa á las órdenes de V. E., transportado por cuenta de la Real Hacienda; y que interin verifica su embarco, se le asista en esta plaza de Cádiz, desde 20 de Julio anterior, que llegó á ella, con el sueldo de su empleo á razon de España, abonándosele en Indias los que acreditase tener devengados durante la ausencia de su cuerpo en la forma que está establecida.

De órden de Su Alteza lo comunico á V. E. para su gobierno y puntual cumplimiento.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Cádiz, 21 de Agosto de 1811.

Señor Virey del Nuevo Reino de Granada.

HEREDIA.

XCV.

OFICIO del Gobierno de la Provincia de Santa Marta en que repite en suntancia lo que le manifestó al Virey, en sus anteriores comunicaciones por si éstas se hubieren extraviado.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Por un buque que salió de ésta el 11 del corriente para Curazao, contestamos á V. E. su apreciable de fecha 4 de Junio próximo pasado, pero como puede aquél padecer algun extravío, se repite por la vuelta de Jamaica, esperando que uno ú otro llegue à manos de V. E.

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La contestacion que dimos á V. E. sobre su venida á esta plaza, no decia resueltamente que así lo verificase, pero haciéndole la descripcion de la tropa, fortificacion, estado de cajas é inclinacion de toda la Provincia á la buena causa, parece que era inclinarle á que seria muy bien recibido.

Este corto velo que ocultaba entonces el que á las claras se manifestase á V. E. nuestra decidida voluntad, ha desaparecido con el inmoral y antipolítico procedimiento de que ha usado el Gobierno de Cartagena, protegiendo con fuerza armada la rebelion de unos pocos revoltosos de los sitios del Guáimaro, Sitionuevo y Remolino, territorio de esta Provincia en el rio Magdalena, introduciéndose en ellos con más de ciento cincuenta hombres de tropas y tres lanchas cañoneras, apoderándose de su Real autoridad y repeliendo á un Capitan con cuarenta hombres que se remitieron de ésta, á tomar conocimiento de los pueblos conmovidos y usando en un todo de ciertos rasgos de soberanía, como podrá V. E. tomar alguna idea por el oficio de Cartagena que en copia se acompaña.

Este paso tan desatinado, sin esperar contestacion á su oficio que con la más depravada malicia escribieron con fecha 8 y no vino hasta el 25, obligó a este Ayuntamiento á contestarle en los términos que verá V. E. en la copia inclusa.

En este estado estaban las cosas cuando el Gobierno, celoso de la libertad de sus súbditos, formó una Junta de guerra, para resolver lo que debia hacerse contra tamaño atentado, y por pluralidad de más de treinta oficiales de su guarnicion se determinó mandar refuerzos de gente y artillería para desalojar á los intrusos. Así se verificó y remitiendo inmediatamente trescientos hombres veteranos de milicias y dos violentos con sus artilleros, al mando del Sargento Mayor del auxiliar de Santafé, Don Pedro Domínguez, con los oficiales de su satisfaccion, siguieron al puerto de Buenavista, donde estaban los cuarenta hombres con el Capitan Don Pedro Oligos; y reunidos todos, despues de vencer algunas dificultades de los caños, se preparaban para la entrada cuando por uno de él les vino aviso que podia seguir su tropa sin cuidado, pues el enemigo luego que supo la venida del refuerzo, se puso en la más precipitada fuga, dejando algunos fusiles tirados y otros efectos, embarcándose asombrados en las lanchas y retirándose al sitio de Barranquilla. Este ha sido, Excelentísimo señor, el resultado de una accion mal premeditada; y aunque á la verdad el puesto y el honor han quedado por nosotros, es preciso mantener en aquellos puntos un número considerable de tropas, para cuya subsistencia están muy escasas estas cajas, y no pudiendo hostilizarlos, nós hacen una guerra sorda capaz de agotar nuestros

recursos.

Por cuanto va expuesto, comprenderá V. E. la urgentísima necesidad de que se presente en ésta á la mayor brevedad, con tropas, armas y dinero, de donde le será muy fácil allanar lo demás del Reino, viviendo firmemente presuadido de que hallándonos nosotros con el cáliz de amargura puesto en los labios, lo apuraremos hasta el fondo, seguros de hallar nuestra libertad é independencia de los malvados, aunque quizás la muerte, infaliblemente la honra.

Queda enterado este Cuerpo de la Real órden acerca del nombra

miento de ingeniero para esta plaza, y de la predileccion que V. E. anuncia de la venida para ella; y por lo que va manifestado, comprenderá los deseos que nos asisten de que así lo verifique, como en el caso de que V. E. tenga á bien venir á ésta, le han de ocurrir infinitos asuntos que deben noticiarse circulares á todo el Reino y Provincias ultramarinas, se hace indispensable que traiga una imprenta de que carecemos y es interesantísima, porque teniéndola como la tienen Santafé y Cartagena, alucinan á muchos incautos con sus dolosos impresos.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Santa Marta, 12 de Agosto de 1811.

Excelentísimo señor.

Thomas de Acosta-Estevan Dias Granados-Miguel Maria Martinez de Aparicio-Joaquin de Mier y Benites-Vicente Moré-Manuel Conde-Estevan de Morron-Antonio Cañon-Jose Alvarez Ujueta.

Excelentísimo señor Virey Don Benito Pérez.

Las notas oficiales á que se refieré la comunicacion precedente, se hallan insertas á las páginas que anteceden de esta Colección.

XCVI.

OFICIO del Gobernador de Santa Marta al Virey, en que le comunica que en el puerto de Cartagena de Indias se aprestan buques armados, probablemente para abrir hostilidades sobre las costas de la Provincia de

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Santa Marta.

Número 11.

Por mi oficio del 10 del corriente y copias que le acompañaron, se habrá V. E. enterado de la invasion que los insurgentes de Cartagena hicieron de mano armada en el pueblo del Guáimaro, correspondiente á esta Provincia, y de cómo fueron repelidos de aquel lugar.

Ahora he recibido noticia cierta de que en el puerto de Cartagena so están preparando con actividad un bergantin y dos goletas para atacar por mar en estas costas; y aunque ignoro cuál sea el objeto á que se destinen, considero que será con la mira de apoderarse de una batería situada á siete leguas á Sotavento de este puerto, en el paraje nombrado "La Barra de la Ciénaga," con el fin de cortar los víveres á esta ciudad y la comunicacion entre ella y los pueblos que hay en esta Provincia á las orillas del rio Magdalena.

Por mi parte estoy tomando las providencias que permiten la falta de dinero, gente y armas, para defenderme y hacer infructuosos sus esfuerzos. Tambien con esta fecha, á mi nombre y al de este noble Ayun

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