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usar de represalias, y siempre me será muy sensible mandar la muerte á los vasallos de mi Soberano.

Dios guarde á usted muchos años.

Cuartel general del Guáimaro, veinte y cinco de Agosto de mil ochocientos once.

Señor Comandante de las fuerzas sutiles de Cartagena.

PEDRO DOMÍNGUEZ.

CI.

NOTA del Gobierno de la Provincia de Santa Marta á la Junta Suprema de Cartagena, en que increpa á ésta haber adoptado contra aquél varias medidas hostiles.

De modo que no se agota el astuto fértil ingenio de V. E. en inventar artificios y calumnias para destruir y echar por tierra la opinion de este Gobierno. Apenas las tropas que V. E. mandó á apoderarse de los sitios de esta Provincia habian vuelto en sí del asombro de que se cubrieron en la vergonzosa fuga á la llegada de las nuestras, cuando viendo V. E. el poco efecto de aquel atentado, ataca con otro género de armas, escribiendo al Cabildo de Ocaña con fecha 10 del último Agosto, invitando á aquella jurisdiccion á que se sustraiga de su Provincia; figurándole que los pueblos de ella, sofocados del pesado yugo del Gobierno, se acogen á la proteccion de V. E., y manifestándoles igualmente haberse desentendido de la garantía que V. E. ministraba á los quejosos del Guáimaro; pero faltando en esta exposicion á la verdad. Porque habiendo venido el oficio de V. E. con la representacion de los disgustados, fechado en 8 de Julio, y que no llegó hasta el 25, mal pudo este Gobierno ni entenderse ni desentenderse de lo que no sabia. Pero supongamos que hubiera salido el 10 de ésa y llegado aquí el 14: hasta el 19 no podria recibirse nuestra constestación, y el 21 ya los sitios estaban ocupados. ¿Con que cómo se combinarán estas épocas con lo que se dice á Ocaña, y se dejan aparte otras lisonjeras ventajas que V. E. le ofrece en su citado oficio? esta conducta proporcionada al decoro y dignidad con que debe conducirse el Superior Gobierno de una Provincia? ¿Ha dado Santa Marta algun ejemplo que se parezca á éstos con sus procederes? Los de este Gobierno tal cual son estúpidos, y limitados, siempre se han nivelado por la razon y la lealtad para sus procedimientos. Nunca se les ha ocultado á los individuos de este vecindario que V. E. en sus profundas meditaciones tiene formada la idea de conquistar esta ciudad y Provincia; pero al mismo tiempo considera que se le presentarán unos obstáculos tan insuperables, que lo reduzcan á una impotencia moral para conseguirlo. La ninguna voluntad de sus súbditos para guerrear contra sus hermanos: la sin razon que tiene contra sus mismos principios de sostener la libertad de las Provincias: la escasez de recursos que le impone la division; finalmente, el disgusto general con que miran sus mismos pueblos tan escandalosas y quizás sangrientas novedades,-son otros tantos poderosos motivos que juntos con el más interesante, que es la seguridad de V. E.

y

Es

(decimos seguridad, porque V. E. corre bastante peligro aun entre los suyos mismos, con atencion al ascendiente que ha tomado esa plebe en los movimientos del Gobierno) precisan á que V. E., dirigido por los principios de generosidad que le son característicos, proporcione la paz á las dos Provincias, tan apetecida de los buenos como detestada de los perversos. V. E. haga una paz sólida y duradera, removiendo cuantos inconvenientes se opongan á ella, que solo depende de la voluntad de V. E., y todo lo pasado lo cubrirá un denso velo, como se manisfestó en el oficio que se le dirigió con fecha 2 de Agosto, y á que no ha tenido V. E. la atencion de contestar.

Este Gobierno pide á V. E. una decidida explicacion á los puntos siguientes, á fin de que se verifique la insinuada paz.

Primero que cualquiera fuerza sutil que se halle en el rio Magdalena, así de esa como de esta Provincia, salga inmediatamente que por sus respectivas partes contratantes sea requerida, sin volver más á él, bajo ningun pretexto.

Segundo: que se alcen los derechos que en una y otra Provincia se han impuesto en el comercio del mismo rio, principalmente á los efectos que van á la de su procedencia.

Tercero: que las dos laderas evacuen las fuerzas de armas, dejando solo las precisas para la contension de los pueblos y respeto de las Justicias.

Cuarto: que por parte de este Gobierno se mandarán inmediatamente abrir los caños y todas las comunicaciones para ésta, á fin de que se restablezca el comercio y comunicacion que siempre ha habido con los sitios de ésa.

Cualquiera que sea la respuesta que V. E. tenga á bien dar, espera este Superior Gobierno se sirva dirigirsela apertoria al Comandante de armas que hay en el Guáimaro, Don Pedro Dominguez, para los fines conducentes; pero bien entendido que no teniendo contestacion para el 14 del corriente, será una formal declaratoria de la inclinacion de V. E. á sostener su hostil modo de pensar; y en este caso quedará responsable á Dios, á la Nacion y al Rey de cuantos daños y perjuicios resulten de tan indebida lucha, con concepto á ser el instrumento y causa principal de ella.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Santa Marta, 4 de Septiembre de 1811.

Thomas de Acosta-Estevan Diaz Granados-Miguel Maria Martinez de Aparicio-Joaquin de Mier-Pedro Rodriguez-Vicente Moré Manuel Conde-Estevan de Morron-Antonio Cayon.

Excelentísimo señor Presidente y Vocales de la Suprema Junta de Cartagena.

POST-DATA. A tiempo de ponerse la cubierta á este pliego se ha recibido la noticia de que, por disposicion de V. E., se ha dirigido al puerto de Sabanilla un buque con pertrechos y municiones para auxiliar las fuerzas sutiles del rio Magdalena que hostilizan nuestra Provincia. Con tal novedad ha determinado este Gobierno salgan dos Corsarios de S. M. surtos en este puerto, con el fin de que impidan las perjudiciales

consecuencias que son de esperar de aquella deliberacion. Y para que V. E. no extrañe este procedimiento, que no tiene otras miras que de sostenernos en nuestra justa defensa, ha parecido conveniente dar á V. E. este aviso, esperando que no sea motivo para obstruir los efectos que hemos manifestado á V. E. en el cuerpo del oficio.

Acosta-Diaz Granados-Martinez de Aparicio-Mier-Rodriguez

More Conde-Morron-Cayon.

RESPUESTA.

En los adjuntos impresos se hallan consignados los hechos más notables de la conducta progresiva de los Gobiernos que el partido dominante ó los intereses particulares han hecho figurar sucesivamente en esa ciudad desde que caducaron las antiguas autoridades del Reino hasta la actual que aparece en el dia; la que constantemente ha observado este Gobierno conforme á los principios que siempre ha proclamado y le han conciliado el general concepto, y la que se promete observar en prosecucion de este sistema en las actuales circunstancias. En él hallará U. S. el verdadero objeto de sus operaciones, muy lejos del ridículo que U. S. le quiere suponer en su oficio de 4 del corriente, de extender su territorio, inventando sin duda con la cándida intencion de inducir á esos pueblos á hacerlos cómplices de sus agresiones. Sean cuales fuesen los bellos datos en que U. S. libre sus pronósticos sobre la situacion de este Gobierno, creado y conservado por la voluntad de todos los habitantes de su distrito, y los que le hagan estimar á ese erigido por la seduccion y la fuerza, tan superior en recursos á los efectos de la supuesta division del Reino, el mundo todo sabe muy bien á qué atenerse para conocer las bases de uno y otro y medir su fuerza pública.

En tal concepto, habiendo esta Suprema Junta comisionado en la direccion de sus fuerzas navales y terrestres de la ribera occidental del Magdalena al señor Ministro subdecano del Tribunal Superior de justicia de la Provincia, Doctor Don Miguel Díaz Granádos, autorizado con los más plenos poderes para obrar en el sentido que corresponda, segun las instrucciones que le tiene comunicadas en razon de su encargo, ha acordado que se lo manifieste á U. S. para que pueda entenderse directamente con él, como lo ejecuto en contestacion á su citado oficio, la que dirijo apertoria por el conducto del Comandante de armas del Guáimaro, para los fines que apetezca, como U. S. lo recomienda; no omitiendo expresar á U. S. lo poco ó nada notable que debe ser el no haberse contestado al de fecha 2 de Agosto á quien lo haya leido y sepa que tales atenciones no merecen papeles en que se falta á la civilidad y la decencia que es propia hasta en la correspondencia privada de hombres de regular educacion.

Dios guarde á U. S. muchos años.
Cartagena, 12 de Septiembre de 1811.

Señores del Gobierno de Santa Marta,

IGNACIO CAVERO, Presidente.

NOTA RELACIONADA CON LAS DOS ANTERIORES.

Como á las nueve y media de esta mañana he recibido el de U. de 15 del corriente, y con él el pliego que remitió la Junta de Cartagena, con la contestacion del que le pasó este Cabildo á principio de este mes, por mano de U.

De su contenido y del espíritu de los impresos que le acompañan, se deduce la intencion depravada de aquel Gobierno; pero como al mismo tiempo manifiesta aquella Junta en su citado oficio, haber dado pleno poder al Doctor Don Miguel Granádos, para que estipule con U. los puntos de nuestra deseada reunion, teniendo presente este Ayuntamiento que U. carece de muchos antecedentes en el tiempo de las Juntas de esta Provincia, ha resuelto hoy nombrar por su representante al señor Tesorero Don Pedro Rodríguez, para la sesion que se ha de tener con Granádos, quienes convendrán en el dia, hora y lugar para las sesiones. De esta determinacion del Ayuntamiento dará U. inmediatamente aviso al expresado Doctor Granados, advirtiéndole que luego que arribe á ese puerto el enunciado señor Tesorero, se lo noticiará para acordar el dia, hora y lugar en que hayan de conferenciar, segun estipulen; y entretanto continuará U. con las precauciones que hasta aquí, sin permitir se acerquen á nuestras costas las fuerzas de Cartagena. Inmediatamente que U. reciba ésta, oficiará con el Doctor Granádos como llevo dicho,. advirtiéndole que se mantenga en su puesto hasta el arribo á ese punto de Don Pedro Rodríguez; quien le dará aviso de lo demás, pues U. tiene órden mia de no dejar acercar á nuestras costas las fuerzas de Cartagena. Mediante este anticipado aviso de U., se contendrá sin duda Granados, si obra de buena fe, pues de lo contrario dará á conocer que son otros sus designios, y entónces tiene muy bien lugar la resistencia de U...........

Dios guarde á U. S. muchos años.

Santa Marta, 18 de Septiembre de 1811.

THOMAS DE ACOSTA.

Señor Comandante de la expedicion del Guáimaro, Don Pedro Dominguez,

CII.

EL GOBERNADOR de Santa Marta continúa informando al Virey de las medidas que conviene se adopten para dar completa seguridad á la Provincia del mismo nombre.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Número 19.

Tengo á la vista el respetable oficio de V. E., de 10 de Julio próxi mo pasado, de cuyo contenido quedo enterado, y al que daré entero

cumplimiento pero no puedo ménos de manifestar á V. E. lo sensible que me es la corta porcion de caudales que me indica podrá traer, pues supongo que se dirigirá V. E. á este punto, por ser el más oportuno para sus ulteriores providencias en este Reino, en el que espero que con V. E. entrará la tranquilidad, principalmente en Cartagena, donde á más de no faltar muchos que piensen bien, hay frecuentes conmociones populares contra el actual Gobierno.

Por las copias que incluyo verá V. E. que aquel Gobierno no desiste de sus ideas hostiles contra esta Provincia. La reunion de las lanchas de Mompox con las que están en frente del Guáimaro, formarán una fuerza competente para el ataque á un tiempo en distintos puntos del rio Magdalena; y aunque hay quinientos hombres ó cerca de ellos sobre las armas en aquellos pueblos, sin contar el paisanaje, con todo, recelo que por el mayor calibre de la artillería contraria, puedan lograr alguna ventaja, sinembargo de la confianza que tengo en la oficialidad y tropa destinada á aquellos puntos.

La copia número 3.o instruirá á V. E. de lo que en este dia se representa por mí y este Ayuntamiento á la Junta de Cartagena, á fin de contener sus atentados; pero dudo mucho se consiga nada que sea regular, porque siendo la idea de compeler á este vecindario por la fuerza y sugestiones á declararse á favor del Gobierno de Cartagena y seguidamente la Independencia; y estando aquella Junta empeñada en que esta Provincia envíe Diputado al Congreso de Santafé como quiera que nada de esto han conseguido, sinembargo de sus insidiosos procedimientos, de aquí es que no cesarán de incomodar política y hostilmente á estos pueblos.

El arribo de V. E. siquiera con quinientos hombres, medio millon y mil fusiles, sin olvidar media compañía de artillería y un Oficial de Ingenieros, allanaria todas las dificultades, por cuanto á que la oficialidad y "Fijo de Cartagena" sabemos que están disgustadísimos de aquel Gobierno y de la falta que hay de dinero para pagarles; y luego que se supiese allí estar aquí corrientes los sueldos, se vendrian todos á nuestro partido, y aun todos los matriculados que tenia la Marina de Cartagena y hoy se hallan sin ocupacion ni sueldo, harian lo mismo.

El estado ó Censo de la poblacion de esta Provincia no me es fácil hacerlo ahora por la distancia de los lugares, las circunstancias del tiempo y graves ocupaciones que hoy me rodean; pero desde luego me parece que no bajará la Provincia de ocho á diez mil hombres de armas ; principalmente ahora que los indios entran en la clase de los demás ve cinos, aseguro que pasarán de aquel número.

Ruego á V. E. venga á la mayor brevedad, y á Dios que guarde la vida de V. E. muchos años.

Santa Marta, Septiembre 4 de 1811.

Excelentísimo señor.

THOMAS DE ACOSTA.

Excelentísimo señor Virey electo del Nuevo Reino de Granada,

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