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CXXVI.

EL GOBERNADOR de Santa Marta avisa al Virey, que las fuerzas realistas destacadas en el Guamal han obtenido ventajas sobre las de Cartagena.

Número 185.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Las adjuntas copias de partes oficiales orientarán á V. E. de todas las ocurrencias (despues de mi oficio número 173), en el canton del Guamal, lo mismo que del asalto dado por el Cadete de milicias Don Martin Robles con la partida de su mando, y sus favorables efectos; siendo éstos la aprehension de dos cañones montados, uno del calibre de á 6 y el otro de á 2, con algunas municiones en sus cajones, y un fusil; habiéndoles matado tres hombres, sin desgracia alguna por nuestra parte.

Tan loable hecho me hace recomendar á V. E. como debo al mencionado Cadete, que en otras ocasiones tambien ha sabido distinguirse. A igual insinuacion y cualquiera gracia que V. E. tenga á bien dispensar, son dignos el Cura y vecinos de aquel pueblo; el primero, por sus continuas exhortaciones á fin de animarlos, y los segundos, por su constante lealtad y firmeza con que se oponen á los traidores.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Santa Marta, Junio 22 de 1812.

JOSEF DE CASTILLO.

Excelentísimo señor Virey del Nuevo Reino de Granada, en Panamá.

El dia 11 del corriente avanzaron nuestros bongos á un destacamento que nos tiene opuesto el enemigo, en donde llaman "El Boton," el cual impide el trasporte de estos vecinos á sus labores: dichos bongos salieron al mando del soldado Manuel Romano, quien valerosamente avanzó con su gente, y no solo retiraron al enemigo de aquel punto, sino que le incendiaron la casa en que habitaba y otras cinco más de dicha ladera. Al siguiente dia 12 intentaron ellos atacarnos por el mismo punto, habiendo para ello montado su Galeota, que nos hizo algunos tiros; pero salieron nuestros bongos por el agua y gente por tierra, é inmediatamente se retiraron. En este dia tuvimos la desgracia de haberse descuidado un artillero de los nuestros, y fué herido en una mano por nuestro mismo cañon. Los insurgentes se picaron tanto de la quema ejecutada en sus casas, que nos reforzaron su punto de "El Boton un violento de á 6 reforzado y un cañoncito de á 2.-El dia que U. mandó la órden para que subiese el bonguito, recibí de Mompox un papel cuya copia remito, de sujeto fidedigno, la cual noticia se ha adquirido por medio de un emisario que tenemos en Sebastian. A

con

vista de la debilidad de fuerzas del enemigo, determiné un plan de combinacion, para dar un asalto á Margarita, quemarla y apresar la Galeota: en efecto se puso en práctica la expedicion hoy á las cinco de la mañana, habiendo para el efecto salido anoche à las diez el Subteniente Don á Benito Jurado, con cincuenta soldados de fusil y treinta vecinos con armas blancas por el camino de tierra, á apostarse muy abajo para avanzar á Margarita por la retaguardia: por la parte de arriba salió el Oficial habilitado Don Martin Róbles y el Cabo Ibáñez de su segundo, con veinte y cinco hombres de fusil y veinte y cinco de armas blancas para saltar á Margarita por la vanguardia, en la parte superior del destacamento de "El Boton." Yo sali con el cañon "La Esperanza" y veinte hombres que lo tiraban y diez soldados, á apostarme al frente de Margarita, para que saliendo el soldado Manuel Romano con un bongo, y el Cabo Santos Rodríguez con otro, llamase la atencion de la Galeota, y luego que subiese batirla yo por la retaguardia, abordándola dichos bongos por la vanguardia y rendirla. Efectivamente se dispuso todo, y por un descuido del piloto de los vecinos que iba encargado de los buques de trasporte, todo se trastornó, de suerte que ni Jurado pudo avanzar á Margarita, ni los bongos dar caza á la Galeota, que huyó con velocidad; pero siempre perdió dicha Galeota el piloto y un boga y quedó maltratada. El trozo de gente confiado á Róbles hizo su asalto, y tuvo el logro de haber muerto tres de los enemigos, cogido el cañon de á 6 en su carricureña, con ocho tiros en su cajon, el cañoncito de á 2 y un fusil, cuyas piezas se hallan en este Canton, siendo digna de recomendarse tan gloriosa accion.

Dios guarde á U. muchos años.

Canton del Guamal, Mayo 18 de 1812-ANTONIO B. DE LA SIERRA. Señor Comandante de armas del Banco, Don Miguel Carballo.

Tengo el honor de incluir á U. S. el parte que en copia me ha remitido el Comandante del Banco que le dirigió el Capitan Don Antonio Buenaventura de la Sierra, Comandante del Canton del Guamal, en el que expresa la gloriosa accion del 13 de Mayo, en la cual se le tomaron á los insurgentes dos piezas de artillería, una del calibre de 6 y otra de á 2; recomendando á U. S. á todos los individuos que expresa el parte de Sierra, y aquel generoso, noble y leal vecindario que á cada niomento acredita más su lealtad y patriotismo, y aunque expresa remitir un papel de sujeto fidedigno de Mompox por medio de un emisario que se halla en San Sebastian de Buenavista, de esta Provincia, en que se da á entender vendrian noticias interesantes, no ha venido y lo he reclamado al Comandante del Banco y dirigiré á U. S. en cuanto me lo remita.Sin embargo que el enemigo ha huido por la pérdida que ha sufrido, tengo noticias por espías, que se está reuniendo en lo interior de Marga rita, tal vez con el objeto de redoblar sus fuerzas para ver si consigue alguna ventaja, espero en el Dios de los ejércitos que saldrá escarmentado. He prevenido á los Comandantes del Guamal y Banco redoblen su vigilancia y reforzado dichos cantones con 20 hombres que he podido

recoger, dirigiéndoles tambien 6 @ 10 tb pólvora, 100 piedras de chispas y média arroba metralla, &c. &c.

Dios guarde á U. S. &c.

Cuartel de Chiriguaná, Mayo 24 de 1812.

Señor Don José de Castillo, Gobernador &c. &c. &c.

MIGUEL GUTIERREZ.

CXXVII.

PARTE que el Gobernador de Santa Marta da al Virey, de la accion de armas en Pedraza.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Número 187.

Paso á las superiores manos de V. E. copia de un oficio del Comandante del Cerro de San Antonio, en que detalla la accion de 1.° de Mayo en Pedraza, de que avisé á V. E. en carta número 174.

Dios guarde á V. E. muchos años. Santa Marta, Junio 22 de 1812.

JOSEF DE CASTILLO.

Excelentísimo señor Virey, Gobernador y Capitan General del Nuevo Reino de Granada.

Las incesantes fatigas que me han ocupado despues de la sorpresa que intentaron los enemigos contra esta posicion, me han estorbado hasta el dia el dar á U. S. una relacion circunstanciada de un hecho que por su naturaleza puede contarse como el más fuerte en los acaecimientos de esta guerra, y que presenta una cabal idea de la cobardía y poca resolucion de nuestros enemigos, así como tambien del entusiasmo y lealtad de los soldados de este sitio, y del decidido auxilio de la Providencia en favor de la justa causa que defendemos. Aunque mi celo habia tomado todas las medidas necesarias para no ser sorprendido, principalmente desde que supe la reunion de tropas en Barranca, practicando continuas descubiertas sobre Pedraza, punto que desde luego imaginé (como tengo representado) seria el escogido por el enemigo para cualquiera agresion, ningun antecedente me habia hecho sospechar que pudieran haber efectuado su intento, pues aunque la batería enemiga rompió su fuego sin intermision la mañana del dia 30, como lo tiene acostumbrado en muchas ocasiones, creí que su objeto seria, como siempre, afligir á este leal vecindario; pero habiéndose situado aquella misma noche la "Bombardera ” á la cabeza de la isla, acompañando con el mismo teson los fuegos de la batería, ya no dudé de ninguna manera el ser atacado, y aunque no se verifico, se aumentaron mis temores al dia siguiente, por el parte que me dió la descubierta de caballería, de haber visto rodadas recientes de cañon en el camino nombrado de "La Ceiba." Con esta noticia aumenté mi vigilancia en extremo, y aunque desconfiado por las pocas fuerzas de

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que podia disponer y los muchos puntos que tenia que cubrir, tomé mis medidas á efecto de que les costase caro su arrojo. Al día siguiente al amanecer despaché cincuenta hombres, comandados por los Sargentos Gregorio Gil y Mateo Argüelles, con la instruccion de que dividiendo sus fuerzas por derecha é izquierda observasen las operaciones del eneigo. Gregorio Gil á legua y média de distancia de este punto sorprendió en el que llaman de "Gervasio Muñoz" la vanguardia enemiga que estaba descuidada; y aunque con el escaso número de catorce hombres, la acometió con tanta intrepidez que la puso en desórden. Mateo Argüe lles se le unió inmediatamente con parte de la gente que llevaba, y continuando sus cargas, les infundieron tal terror que no hubieran parado ni aun al abrigo de su artillería, si sus jefes, que conocieron las pocas fuerzas que los estaban batiendo, no hubieran empleado todos los medios de rigor para detenerlos. Reunidos los enemigos, empezaron á jugar su artillería con bastante órden, y los Sargentos Gil y Argüelles emprendieron entónces su retirada para no ser envueltos. El fruto de este inesperado suceso ha sido brillante. Los enemigos dejaron en el campo de batalla dos oficiales muertos y un número de soldados bastante considerable, á más de ocho prisioneros que condujo nuestra tropa. Por nuestra parte tuvimos únicamente la desgracia de perder un hombre que fué víctima de su mismo valor.

Al dia siguiente, 3, por la mañana, comisioné al Sargento 1.o veterano de milicias Miguel Benito con sesenta hombres para reconocer el campo, y el parte que me ha dado no manifiesta otra cosa que la horrible pérdida del enemigo y la vil confusion con que cedió su superioridad á un puñado de hombres. Zapatos, prendas de vestuario y armamento; mucha sangre, sepulturas y resto de heridos que luego murieron, fué todo lo que observó.

Me es indispensable recomendar á U. S., en primer lugar, la animosidad (sic) de esta guarnicion y parte de su vecindario: todo lo más horrible de la guerra ha sido empleado para intimidarlo; fuego interminable de cañon, más de sesenta bombas, mixtos de incendio y cuanto ha podido producir la rabia, han puesto en práctica nuestros implacables enemigos por el espacio de tres dias, y parece que el mismo riesgo redobla el ánimo de estos valientes defensores, pues se arrojan con libertad á quitar las espoletas á las mismas bombas de incendio. Su Alcalde, Don Félix Meléndez y el benemérito vecino Manuel Moron les daban ejemplo de serenidad, y su mérito es digno de que U. S. lo tenga presente, para que la Nacion lo premie en ocasion oportuna. Me tomo la libertad de recomendar á U. S. el mérito á que se han hecho acreedores por su envidiable conducta militar, los Sargentos Gil y Argüelles, y no puedo, sin injuriar, particularizarme con los demás individuos que los acompañaron, pues todos se mostraron con igual energía en un empeño tan terrible.

Tambien es digno de que U. S. no ignore el honor con que se condujeron los oficiales Don Francisco Surga, Don Antonio Meléndez y Don Manuel Moreda, los cuales vinieron inmediatamente á auxiliarme desde sus respectivos destacamentos, luego que oyeron el fuego del cañon, trayendo el primero consigo á su Sargento Miguel Benito, y veinte y cinco hombres el segundo con el corsario de Don Gabriel Gálvez y un violento, y el tercero estuvo destinado á la defensa de los puntos más

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riesgosos, donde se portó con el mayor denuedo. El señor Comandante en jefe llegó igualmente y aumentó mi serenidad y confianza con sus sabios consejos, á lo que pudo agregar la actividad con que el segundo, Don Pablo Oligos, remitió para mi auxilio al Cadete Don Joaquin Bilbao y al Sargento del Real cuerpo de artillería Gregorio Estarita con un cañon de á 18, que contribuyó infinito á ahuyentar los superiores fuegos de la "Bombardera."

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U. S. debe estar persuadido de la sinceridad de mi carácter, y que ninguna vanidad me puede resolver á asegurar á U. S. que la memorable defensa del Cerro de San Antonio puede tener en lo sucesivo una muy principal en las empresas que se convienen en defensa de los derechos del Rey. El orgulloso Moledo venia firmemente convencido de lograr sus planes, que en obsequio de la verdad se puede asegurar que eran acertados: comandaba quinientos hombres de las mejores tropas de Cartagena; conducia un tren completo de artillería de cuatro piezas de bronce; tenia el auxilio de los horrorosos fuegos de la batería de la "Bombardera " y' tres buques más; y últimamente venia resuelto á lavar la afrenta recibida en Zambrano y otras partes; pero encontró firmeza en los defensores del Cerro, y su mismo empeño ha producido un dia de honor á las armas del Rey. Sin embargo, á pesar del cierto conocimiento en que estoy de su reembarca, como por mis partes tengo noticiado á los jefes de la expedicion, no estoy convencido de que renuncie á emprender otro segundo ataque. Y en este caso le parece á U. S. qué puedo prometerme igual felicidad? Las fuerzas del Cerro son casi fingidas, yo no puedo contar con otros hombres que con aquellos que se dicen soldados y que cobran el prest, y éstos son en escaso número. Tal vez hubiera experimentado un segundo acontecimiento si la venida oportuna de la compañía de "Fieles á Fernando VII" no hubiera hecho creer á los enemigos que podiamos desalojarlos, y ésta tiene la órden de pasar á Tenerife á la mayor brevedad. La misma posicion ventajosa del Cerro debe ser un motivo que resuelva á U. S. á no condenarlo al descuido. Tengo bien informado á ese Gobierno, con fecha 21 de Abril, de las ventajas que pueden resultar de su conservacion, y U. S. que está dotado de una sábia penetracion, si se dignase examinarlo, no dudo que lo señalaria como produccion de un oficial que lleno de nobles deseos, pone todo su empeño en que jamás pueda ser tildada su conducta honrosa y patriótica.-Dios guarde á U. S. muchos años.-Cerro de San Antonio, 17 de Mayo de 1812.-JORGE MoreNO.-Señor Gobernador y Comandante general de la plaza y Provincia de Santa Marta.

CXXVIII.

RESPUESTA del Virey á la nota anterior del Gobernador de Santa Marta.

Número 187.

Con el oficio de U. S. de 22 del pasado, número 187, he recibido el circunstanciado detall de la accion de Pedraza, sostenida con tanto honor de las armas españolas por el Capitan del Regimiento "Auxiliar de San

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