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la casa del señor Comandante segundo interino de la Línea, el Capitan graduado Don Francisco Paris; los señores oficiales, el Capitan del ejército Don Pablo Oligos, el de milicias de la misma plaza Don Enrique Arroyuelo, el Teniente de artillería Don Pedro García, el de milicias Don Simon Guerrero, el de la misma clase Don Manuel Conde y el Subteniente de las del Valledupar Don José María Quiros, para tratar y conferenciar acerca de los preparativos aparentes á la mayor seguridad de nuestra justa defensa; y habiendo ya conferenciado, de unánime conformidad fueron todos los referidos señores y cada uno de por sí de parecer que desmontando las piezas de artillería de que se compone la batería del "Socorro," se condujesen y pusiesen en los parajes ó avansadas aparentes de este cuartel general; é igualmente que respecto al corto número de fuerza con que en la época presente se halla este punto, deben reunirse para su defensiva en él todas las que tengan divididas, pues de otro modo está expuesto á una temprana ruina, cual se acaba de experimentar en Sitionuevo, y con consideracion à que en el referido cuartel general no existen más que treinta y un cartuchos de á 12, un corto número de armas y tropas, y la mayor parte de los vecinos haberse retirado á los montes, se acordó en dictámen de la expresada Junta de guerra nos mantuviésemos reunidos á la defensiva del puesto hasta que fuese posible, pasando copia al señor Gobernador Comandante general y oficio correspondiente, para el envío de auxilios que considere Su Señoría suficientes. Con lo cual se concluyó esta acta que firmaron los referidos señores oficiales reales en este cuartel general en el dia de la fecha.

Francisco Javier Paris-Jose Maria Quiros Manuel CondeAgustin Suarez-Enrique de Arroyuelo-Pedro Garcia-Pablo de Oligos. Simon Guerrero.

CXLVIII.

ALOCUCION del Comandante general en Jefe de la expedicion del Magdalena, despues de las expléndidas victorias alcanzadas en Sitionuevo y Guáimaro.

A LOS PATRIOTAS DE CARTAGena de Indias.

La Patria necesita ahora más que nunca de vuestros fuertes brazos y acreditado valor, para acabar de subyugar á los enemigos de Santa Marta, que tanto nos han perjudicado en nuestro comercio, agricultura y propiedades, y á quienes, con pasos de gigante, vamos persiguiendo hasta que lleguen á su total exterminio. Ya habreis visto los progresos de nuestras armas en las dos victorias de los puntos más interesantes de su Provincia, Guáimaro y Sitionuevo, con soldados visoños, sin doctrina ni práctica alguna. Solo la justicia de nuestra causa y el entusiasmo han podido vencer estos dos puntos tan fortificados con treinta piezas de artillería. Aquél lo fué con trescientos cuarenta hombres, y éste con doscientos, además de las fuerzas sutiles. Los que nos faltan son más arriesgados, aunque no sean tan fuertes, y me hallo comprometido con el Gobierno á franquear el cañon del Magdalena dentro de breve tiempo.

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Este me ha nombrado Comandante general de la Expedicion, y desde el momento me he prohijado á todos los soldados que me acompañaron, los que trataré como padre más que como Jefe. Si os parece que merezco vuestra amistad, venid todos los que querais alistaros bajo las banderas que me ha confiado, para que con ellas desafíe y venza al enemigo, devolviéndoselas intactas como me las entrega: venid, venid, que yo tengo regazo suficiente para cubrir á todos los amantes de su libertad y de la Patria. Me hallo con facultades suficientes para premiar el mérito de cada uno, como castigar á los que faltaren un punto á los deberes de una guerra que, al paso que es tan justa, debe sostenerse hasta con el último aliento y al mismo tiempo con valor para sacrificar mi vida en union de todos mis soldados.

Alentaos, pues, á dar un golpe decisivo, para que acaben de conocer los españoles bandidos refugiados en Santa Marta, que Cartagena es plaza respetable á todas las Naciones, y que, aunque por una serie de operaciones mal combinadas que causaban nuestros padecimientos, parecia que sucumbiria bajo la dominacion española, tiene habitantes patriotas guerreros, que no solo la sabrán sostener, sino que aniquilarán sus enemigos, para que ésta se haga la época más memorable del Nuevomundo, y que la fama de las armas de Cartagena se haga eterna á la posteridad.

Yo cuento con otros tantos soldados más en el ejército, cuantos sean los que se acerquen á leer esta invitacion, y así estoy persuadido de robustecerlo en lo posible, para que, á solo su vista, se rinda el enemigo, y sin efusion de sangre sea completa la victoria, se firme la paz sobre el campo, y el valor de los hijos del Estado, prostituido hasta ahora contra su verdadero natural, no solo haga temblar á esos cobardes sostenidos porque no habian sufrido el castigo de vuestros brazos, sino que el nombre de los habitantes de este Distrito sea mirado de todas las Naciones del mundo como un nombre de rayo y de espanto, conciliándose el respeto, la veneracion y aquel crédito capaz de hacerla creer partícipe de su gloria, con lograr su armonía, comunicacion y relaciones de

alianza.

Cartagena, Noviembre 25 de 1812.

PEDRO LABATUT.

Cartagena de Indias, en la imprenta del C. Diego Espinosa. Año de 1812.

CXLIX.

COMBATE librado en el arroyo nombrado "Mancomojan," cerca del pueblo de Ovejas, del que resultaron victoriosas las fuerzas de Cartagena.

"Como ya quedó expresado, Cortés Campomanes fué encargado de pacificar los pueblos insurreccionados de las Sabanas, cuya comision se le dió confiriéndole tambien el mando de una columna de 600 hombres. El enemigo más temible que se le presentaba era el Teniente Coronel Antonio Rebustillo, quien tenia alguna tropa disciplinada, y un grueso nú

mero de milicias, todo lo cual alcanzaba á cerca de 1,000 hombres; aguardóle á inmediaciones del arroyo de "Mancomojan" y el 12 de Noviembre se trabó un reñido combate que duró cerca de dos horas, terminándose con la derrota del realista, dejando éste en el campo 83 hombres muertos, cerca de 100 heridos y unos pocos prisioneros. Rebustillo pudo salvar una parte de su tropa y reunir algunos dispersos, con lo que esperó de nuevo á su adversario dos dias despues en el sitio de la Oveja.'

CL.

COMBATE librado en la poblacion de Ovejas, en el que fueron derrotadas las fuerzas realistas.

"El 14 de Noviembre (1812), dos dias despues del combate de "Mancomojan," luego que Rebustillo reorganizó su disminuida fuerza, insistió en combatir, y esperó al Jefe patriota en el sitio de Ovejas, ocupando posiciones que le daban fundadas esperanzas de tomar un buen desquite. Por más esfuerzos que hizo y por más ofrecimientos que prodigara á su tropa, ésta, que habia quedado bien quebrantada del combate anterior, no pudo resistir, dispersándose en su mayor parte, sufriendo la pérdida de 36 hombres muertos y algunos heridos. Rebustillo huyó por la Villa de San Benito hacia Pinto, Provincia de Santa Marta, acompañado de algunos veteranos y de varios realistas notables que le seguian, como muy interesados en el triunfo de la causa. Lástima fué que á las excelentes condiciones de Cortés Campomanes le acompañara una fuerte inclinacion al rigor, porque á esta circunstancia se debió que hubiera cometido excesos que le trajeron justas y merecidas censuras, puesto que Nueva Granada nunca aceptó el inútil derramamiento de sangre."

CLI.

ERECCION en Ciudad de la Villa de Mompox, con el título de "Valerosa."

EL CIUDADANO MANUEL RODRÍGUEZ TORÍCES, PRESIDENTE GOBERNADOR

DEL ESTADO DE CARTAGENA DE INDIAS.

A todos los habitantes de él de cualquiera clase y condicion que sean, hago saber: que la Comision del Supremo Poder Legislativo, autorizada para los negocios de la guerra y seguridad del Estado, en sesion de 2 de este mes, ha acordado lo siguiente á propuesta del Poder Ejecutivo:

"Considerando la Comision de la Cámara de Representantes, autorizada para acordar los puntos urgentes de guerra, que de esta naturaleza es premiar el distinguido valor y heroismo con que así las tropas como el pueblo en general de la Villa de Mompox se cubrió de gloria en repetidos ataques, y particularmente en el decisivo del dia 19 de Octubre próximo

pasado, en que el enemigo, poniendo en movimiento todas sus fuerzas, bagajes y pertrechos, parecia pensaba trasladar su campo á dicha Villa, más bien que atacarla: que derrotado completamente, no solo se ha asegurado tan importante punto, sino que facilita empresas ulteriores de las más interesantes consecuencias, la Comision de la Cámara, para dar un testimonio á la citada Villa del alto aprecio del Estado, y erigirle un monumento que perpetúe en las edades venideras el heróico valor de su pueblo, en uso de sus facultades legislativas, y conforme á lo propuesto por el Poder Ejecutivo, la declara benemérita de la Patria, la crea en Ciudad, y le concede el título de tal, con el de VALEROSA; de que podrá usar en sus actas, despachos y demás documentos en que hasta ahora se haya acostumbrado: transcribiéndose el presente decreto en los libros de las Municipalidades y demás en que está dispuesto se registren las leyes; y publicándose en todo el Estado para gloria de la expresada Villa y estímulo de todos los pueblos de su comprension."

En su consecuencia ordeno y mando á todos los Tribunales, Jefes y autoridades, así civiles como militares y eclesiásticas, que le obedezcan y hagan obedecer, cumplir y ejecutar en todas sus partes.

DADO en el Palacio del Supremo Poder Ejecutivo del Estado de Cartagena, á tres dias del mes de Noviembre de mil ochocientos doce,-segundo de nuestra Independencia.

MANUEL RODRÍGUEZ TORÍOES,
Presidente Gobernador del Estado.

José de Arrázola Ugarte,

Secretario de la Guerra.

CLII.

ACTA de la Villa de Tenerife, celebrada en 24 de Diciembre de 1812, con motivo de haber tomado esta plaza el Coronel de ejército, ciudadano Simon Bolívar.

En esta Villa de Tenerife, en veinte y cuatro de Diciembre de mil ochocientos doce años, segundo de la Independencia; habiéndose reunido de órden del señor Comandante en jefe de las armas de ella, ciudadano Simon Bolívar, Coronel de ejército, la mejor y más sana parte del pueblo, con sus dos Cabildos y subalternos que de los sitios de su jurisdiccion tambien concurrieron, despues de haberles hecho el discurso que se acompaña:

Ciudadanos Magistrados y Pastores.

que

Yo he venido á traeros la paz y la libertad, que son los presentes hace el Gobierno justo y liberal del Estado de Cartagena á los pueblos que tienen la dicha de someterse al suave imperio de sus leyes; yo que soy el instrumento de que se ha valido para colmarlos de beneficencia, me congratulo tambien de ser el intérprete del espíritu de su Constitución, y el órgano de las intenciones de sus Jefes.

La discordia civil ha tenido privada á esta Villa de la luz que brilla sobre todo el horizonte de los Estados de la Nueva Granada, porque vuestra ciega credulidad y vuestra timidez han dado asenso á las imposturas de vuestros opresores y los habeis auxiliado contra vuestros hermanos y vecinos.

La guerra que habeis sostenido contra ellos, además de haberos cubierto de una ignominia eterna, os ha hecho probar todas las aflicciones que son capaces de inventar los tiranos para asolar y anonadar, si es posible, á los que tienen la estolidez de presentarles la serviz á su yugo opresor; vuestra experiencia os ha manifestado cuán duro y feroz es el dominio de la España en estas regiones. Habeis visto incendiar vuestras habitaciones, encadenar á vuestros conciudadanos, pillar vuestras casas, y hasta violar vuestras mujeres: echad los ojos sobre vuestros campos, y los hallareis incultos; observad vuestras poblaciones, desiertas; mirad el manantial de vuestra prosperidad, ese caudaloso Magdalena, que solitario y triste huye, por decirlo así, de unas riberas que devora la guerra; todo, todo os está diciendo: donde reina el imperio español reina con él la desolacion y la muerte.

Habitantes de Tenerife! yo no puedo engañaros, pues os hablo de las calamidades que padeceis y os han reducido á ser la burla de un puñado de bandidos, que despues de haberos aniquilado con su proteccion, despues de haberos atraido el odio de vuestros hermanos de Cartagena, y puesto en el borde del precipicio, os han abandonado en el peligro al arbitrio de un conquistador, y han huido como unos malhechores que temen la espada de la justicia. Estas son las recompensas de vuestros sacrificios, y éste el galardon que habeis obtenido por premio de vuestra sumision y fidelidad al nominado Rey Fernando VII.

¡Qué diferencia entre el imperio de la libertad y el de la tiranía! La estais tocando por vosotros mismos. Los españoles vinieron á auxiliaros y os han destruido, porque ellos son los cómitres de sus visires: nosotros hemos venido á subyugaros como enemigos, y os hemos perdonado las ofensas que nos habeis hecho, os hemos constituido en el augusto carácter de ciudadanos libres del Estado de Cartagena, igualándoos á vuestros redentores. Os hemos puesto al abrigo de las violencias de una legislacion corrompida y arbitraria; se os abre una vasta carrera de gloria y de fortuna, al declararos miembros de una sociedad que tiene por basas constitutivas una absoluta igualdad de derechos y una regla de justicia que no se inclina jamás hácia el nacimiento ó fortuna, sino siempre en favor de la virtud y el mérito. Ya sois, en fin, hombres libres, independientes de toda autoridad que no sea la constituida por nuestros sufragios, y únicamente sujetos à vuestra propia voluntad y al voto de vuestra conciencia, legalmente pronunciado, segun lo prescribe la sábia Constitucion que vais à reconocer y á jurar: Constitucion que asegura la libertad civil de los derechos del ciudadano en su propiedad, vida y honor; y que, además de conservar ilesos estos sagrados derechos, pone al ciudadano en aptitud de desplegar sus talentos é industria, con todas las ventajas que se pueden obtener en una sociedad civil, la más perfecta á que el hombre puede aspirar sobre la tierra.

Tal es, ciudadanos, la naturaleza del Gobierno de Cartagena, que se ha dignado de tomaros en su seno como sus hijos.

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