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cion que, cubriéndonos de oprobio, nos tornó al yugo de nuestros antiguos tiranos.

A pénas tomaron éstos posesion de las plazas de Puerto Cabello, Carácas y La Guaira, cuando violando abiertamente las capitulaciones y el Derecho de gentes, pusieron en cadenas á cuantos ciudadanos de virtud talentos se habian distinguido en la República; persiguiendo con furor á la inocente infancia, á la vejez respetable, y hasta al débil y bello sexo: siendo su encarnizamiento tal, que parece haberse excedido la crueldad á

y

sí misma.

Escapados prodigiosamente de las garras de aquellas fieras, los pocos que aquí nos hallamos, hemos venido á implorar la proteccion de la Nueva Granada, en favor de sus compatriotas, los desdichados hijos de Venezuela.

Para fundar sobre algun mérito nuestra solicitud, hemos querido tomár ántes parte en la civil contienda que sostiene este Estado contra la Provincia de Santa Marta; y habiendo ya tenido el honor de ver admitida la oferta de nuestros servicios en el ejército, esperamos presentarnos á ese Soberano Congreso, luego que hayamos cumplido nuestro, empeño.

La identidad de la causa de Venezuela con la que defiende toda la América, y principalmente la Nueva Granada, no nos permite dudar de la compasion que excitarán nuestros desastres en los corazones de sus ciudadanos. Sí, los más ilustres mártires de la libertad de la América meridional tienen colocada su confianza en el ánimo fuerte y liberal de los granadinos del Nuevo Mundo. Carácas, cuna de la Independencia colombiana, debe merecer su redencion, como otra Jerusalen, á nuevas cruzadas de fieles republicanos; y estos republicanos no pueden ser otros que los que tocando tan inmediatamente los tormentos que sufren las víctimas de Venezuela, se penetrarán del sublime entusiasmo de ser los libertadores de sus hermanos cautivos.

La seguridad, la gloria, y lo que es más, el honor de esos Estados confederados, exigen imperiosamente cubrir sus fronteras, vindicar á Venezuela y cumplir con los deberes sagrados de recobrar la libertad de la América del Sur, establecer en ella las santas leyes de la justicia, y restituir sus naturales derechos á la humanidad.

Serenísimo señor.

SIMON BOLÍVAR,

Coronel de Ejército y Comandante de Puerto Cabello.
VICENTE TEJERA,

Ministro de la Alta Corte de Carácas.

AÑO DE 1813.

CLIX.

ARTÍCULO de la Gaceta de Cartagena de 15 de Enero de 1813, relativo al regreso de los señores Comisionados Del Real y Gutiérrez de

Piñérez.

El regresó de nuestros Diputados al Virey de Panamá, ha aumentado en esta noche la alegría y fiesta del pueblo por los triunfos de nuestras armas. La fragata Garlang" que los condujo á Portobelo los ha regresado á esta plaza. Felizmente escaparon de las garras del Virey en las circunstancias más expuestas. Ya se habian recibido en Panamá las tristes noticias de las derrotas de Mompox, Sitio viejo, Guáimaro, Sabanas y Zispata; pero conservando en medio de tantos reveses las esperanzas de dominarnos, no creian recibir con tanta ejecucion la última de la ocupacion de Santa Marta. Los buques que conducian los restos miserables de " Albuera," Oficiales, Gobernador Castillo y españoles, ya se acercaban á aquel puerto cuando la fragata se dirigia á éste. Uno ó dos dias más de dilacion habria causado á los señores Real y Piñérez males incalculables y acaso habrian_sido ahorcados. Sin el golpe mortal que acaban de recibir, ya el señor Pérez habia tratado de afligir y afligió de hecho á los expresados Comisarios. Ni las protestas más solemnes de la inviolabilidad y garantía que oficiosamente ofreció para que fuesen á negociar con él, ni la mediacion al efecto del Vice-almirante de Jamaica, ni, lo que es más, el Derecho de gentes religiosamente observado por los pueblos más bárbaros, pudieron evitar los ultrajes más indignos con que fueron tratados, reduciéndolos á prision como reos de alta criminalidad, con centinela de vista, separados y sin comunicacion. Chismes ridículos, sospechas incongruentes por la interceptacion de unas cartas en el Magdalena, misterios y cuanto ha sido siempre del resorte y ha estado al alcance de la tiranía, fueron los pretextos de tal procedimiento. Instruido de él y escandalizado el Vice-almirante, trató de reclamar á los Diputados, sin perder momento, disponiendo que el mismo buque que los habia llevado los restituyese á su procedencia. La estrechez de esta Gaceta impide dar una idea más cabal de estas ocurrencias, que en la primera oportunidad puntualizaremos.

CLX.

REGLAMENTO de enganche formado por el venezolano Doctor Nicolas Briceño, conocido con el sobrenombre de "El Diablo."

En el nombre del Pueblo de Venezuela se hacen las proposiciones siguientes, para emprender una expedicion por tierra, con el objeto de libertar mi Patria del yugo infame que sobre ella pesa. Yo las cumpliré

exacta y fielmente, pues que las dicta la justicia, y que un resultado importante debe ser su consecuencia.

1. Serán admitidos á formar la expedicion todos los criollos y extranjeros que se presenten, conservándoles sus grados. Los que aun no han servido, obtendrán los grados correspondientes á los empleos civiles que hayan desempeñado; y en el curso de la campaña tendrá cada cual el ascenso proporcionado á su valor y conocimientos militares.

2. Como el fin principal de esta guerra es el de exterminar en Venezuela la raza maldita de los españoles de Europa, sin exceptuar los isleños de Canarias, todos los españoles son excluidos de esta expedicion, buenos patriotas que parezcan, puesto que ninguno de ellos debe quedar con vida, no admitiéndose excepcion ni motivo alguno. Como aliados de los españoles, los Oficiales ingleses no podrán ser aceptados sino con el consentimiento de la mayoría de los Oficiales hijos del pais.

por

3. Las propiedades de los españoles de Europa, sitas en el territorio libertado, serán divididas en cuatro partes: una para los Oficiales que hicieren parte de la expedicion y hayan asistido á la primera funcion de armas, haciéndose su reparto por iguales porciones, con abstraccion de grados: la segunda pertenece á los soldados indistintamente: las otras dos al Estado. En los casos dudosos la mayoría de los Oficiales presentes decidirá la cuestion.

4. Los Oficiales que se nos reunieren despues de la primera accion, podrán, con el consentimiento de los demás, ser admitidos al reparto de las propiedades conquistadas en lo sucesivo.

5. Las propiedades de los hijos del pais serán respetadas, y no entrarán en tal division. Si el Gobierno los juzgare traidores á la Patria, la confiscacion de sus bienes será del todo en provecho del Estado.

6. Para cumplir con exactitud estas condiciones, serán repartidos los bienes inmediatamente en cada ciudad en donde entraren las tropas republicanas, sin más demora que la persecucion del enemigo que la necesitare. Los muebles que no pudieren cargarse ni separarse fácilmente, serán vendidos en pública subasta. El Estado se adueñará de los rebaños y de todo género de víveres; y si éstos provinieren de españoles europeos, la mitad de justo precio pertenecerá al ejército.

7. Las armas y municiones tomadas al enemigo serán entregadas al Estado por una cantidad moderada, que se distribuirá conforme al artículo 3. El Estado montará las caballerías, reservándose la propiedad de los caballos. Las armas y municiones tomadas en el combate, pertenecerán exclusivamente al Estado.

8. Cuando un Oficial ó soldado sea juzgado digno de una recompensa en dinero, por alguna accion distinguida, la masa comun hará el gasto. Fuera de este solo caso, ésta jamás será tocada.

9. Para tener derecho á una recompensa ó á un grado, bastará presentar cierto número de cabezas de españoles ó de isleños canarios. El soldado que presente veinte, será hecho Abanderado en actividad: treinta valdrán el grado de Teniente: cincuenta el de Capitan, &c.

10. El sueldo será pagado mensualmente conforme al cuadro que sigue: Coronel, $230.-Teniente Coronel, $150.-Mayor, $103.— Compañía de fusileros, Capitan, $66.-Teniente, $ 44.-Abanderado, $ 30.-Sargento 1.°, $ 18.-Sargento segundo, $ 15.-Cabo, $ 11,25.—

Tambor, $11,25.-Soldado, $ 7,50.-Compañía de artillería, Capitan, $80.-Teniente, $ 50.-Subteniente, $ 38.-Sargento primero, $ 22,50. Sargento segundo, $ 16,87.-Tambor, $ 13,37.-Soldado, $9,37.-Las Compañías de carabineros y de caballería tendrán el mismo sueldo la artillería, con la sola diferencia que la caballería tendrá dos reales diarios para caballo, y un Capitan Comandante con $ 100 al mes.

que

11. Además del sueldo, los soldados tendrán diariamente una racion: los Abanderados y Tenientes, dos: los Capitanes, tres: los Mayores y Tenientes Coroneles, cuatro: y cinco los Coroneles. Cada racion será de una libra de carne, una de pan, y un cuarto de rom ó guarapo, cuando lo haya. El que no tomare su racion tendrá derecho á la indemnizacion de dos reales. Nota: los Oficiales no tendrán derecho á las raciones, sino cuando reine la abundancia en los almacenes.

12. Cada Oficial podrá tomar para su servicio un hombre de su compañía, sin quedar por esto exceptuado dicho soldado de entrar en línea el dia del combate.

13. Un adelanto moderado será hecho al que tenga necesidad de él, para entrar en campaña.

14. El Oficial o soldado que faltare al deber de la subordinacion, será castigado severamente. Cualquiera que en el combate volteare la espalda al enemigo, ó dirigiese á sus conmilitones palabras desanimadoras, podrá ser muerto en el acto con la órden de un Oficial; si nó, será juzgado por un Consejo de guerra.

15. Fuera de las ciudades, todos los oficiales y soldados serán mantenidos, y costeados sus gastos, suministrándoles medios de transporte, ya sea por tierra ó por agua.

Cartagena de Indias, 16 de Enero de mil ochocientos trece,-año tercero de la Independencia.

ANTONIO NICOLAS BRICENO.

Los infrascritos, habiendo leido las presentes proposiciones, aceptamos y firmamos, conformándonos con todas ellas, segun están escritas. En fe de lo cual, y por nuestra propia voluntad, suscribimos con nuestro propio puño.

Antonio Rodrigo, Capitan de carabineros.-Jose Debraine.-Luis Marquez, Teniente de caballería.-Jorje H. Delon.-B. Henriquez, Teniente de cazadores.-Juan Silvestre Chaquea. Francisco de Paula Navas. (*)

(*) Copiado del "Bosquejo de la historia militar de Venezuela, en la guerra de su independencia, por el Coronel José de Austria." Tomo 1.o, Edicion de Carácas-1855.

CLXI.

EL GOBIERNO del Estado de Cartagena de Indias avisa al del de Cundinamarca, de la ocupacion de la ciudad de Santa Marta por las tropas republicanas.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

A las cinco de esta tarde he recibido el parte oficial que, con el mayor júbilo, impreso acompaño á V. E. En él expresa el Comandante general de la expedicion del Magdalena, Coronel ciudadano Pedro Labatut, haberse posesionado de la ciudad de Santa Marta, que vergonzosamente desampararon los enemigos, llevándose hasta las alhajas de las iglesias, como lo reconocerá V. E. en él.

Ahora conocerá todo el Reino que Cartagena ama la libertad, y que por sostenerla ha hecho esfuerzos y sacrificios que no es posible enu

merar.

Dios guarde á V. E. muchos años.-Cartagena, Enero 10 de 1813. MANUEL RODRIGUEZ TORICES.-Excelentísimo señor Presidente del Estado de Cundinamarca.

GRAN CONQUISTA DE LA PLAZA DE SANTA MARTA.

Ahora que son las cinco de la tarde, el Gobierno acaba de recibir el oficio siguiente:

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Ayer dije á V. E. seguia hoy á la plaza de Santa Marta, á tomarla por asalto, y aunque no lo he logrado, por haber hecho fuga los ñopos que sostenian este punto, dejando toda la artillería clavada, despues de haber puesto fuego en el almacen del " Morro," en donde peligraron 19, segun dicen algunos prisioneros, tengo la satisfaccion de decir á V. E. que, á las nueve y média de esta noche, he entrado en la ciudad, encontrándola pacífica, llena de gozo por haber soltado las cadenas que la oprimian, y con mucho contento por tenerme dentro de sus muros. Aun no es posible explicar á V. E. el pormenor por la hora que es, pero de todo daré parte circunstanciado á la brevedad posible.

Solo podré decir que el Gobernador Castillo, Oficiales, soldados y demás defensores han fugado en los buques de guerra y transportes que tenian listos, llevándose los intereses y alhajas, hasta las de la Catedral; de suerte que si los barcos que V. E. me ofreció hubieran estado listos ayer en la Ciénaga, hubiera ingresado el Estado dos millones de pesos que se calcula pueden haberse llevado en una y otra especie.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Cuartel general de Santa Marta, capital de la Provincia enemiga, conquistada por Cartagena, á las 11 de la noche del dia 6 de Enero de

1813.

Excelentísimo señor.

Excelentísimo señor Presidente &c.

PEDRO LABATUT.

* De la "Gaceta extraordinaria de Cartagena de Indias" del Domingo 10 de Enero de 1813.

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