Imágenes de páginas
PDF
EPUB

nado un poco por mi derecha, hácia una hacienda llamada "Garabulla," para poner mi tropa á cubierto del fuego de los enemigos, que por su próximidad cruzaba ya el camino, recibí aquí la noticia de los desórdenes de los amotinados, y para evitarlos mandé dos partidas en su busca, pero ya estaban muy lejos y no los alcanzaron.

Estas mismas me avisaron de que las lanchas enemigas, despues de haberse apoderado de la nuestra y de los bongos, se volvian hácia la Sabana; reflexionando lo que debía hacer en este caso, hubiera vuelto de buena gana hácia aquel pueblo; pero la insurreccion de los indios me habria obligado á entrar á viva fuerza, y la poca de que despues de su separacion podia yo disponer, apénas consistia en doscientos hombres, siendo seguro, por otra parte, que los enemigos se aprovecharian de esta ocasion para caer sobre mí y destruirme á su placer; así que para cubrir y proteger á Santa Marta, determiné pasar á aquella capital para ponerme a las órdenes de su Gobernador. En efecto, así lo hice, y llegué á ella poco despues de anochecer, quedándome solo el sentimiento de no haber tenido fuerza competente con que poner en órden á los sublevados y arrollar á los enemigos. Por lo que hace á las disposiciones posteriores, aquel señor Gobernador dará á V. E. cuenta por su parte.

Portobelo, 13 de Enero de 1813.
Excelentísimo señor.

JUAN JIMÉNEZ.

CLXVII.

EL GOBIERNO de Cartagena avisa al Corregidor de los Departamentos de Mompox y Simití de la contra-revolucion que ha estallado en Santa Marta, y le previene que adopte ciertas medidas de seguridad pública.

Señor Corregidor de los Departamentos de Mompox y Simití.

Con motivo de las frecuentes desersiones que ha habido en el ejército de Santa Marta, se redujo su número tan considerablemente, que aquel pueblo, no contento con estar incorporado con este Estado, se sublevó el dia de ayer, se apoderó de las baterías, dispersó nuestras tropas, y los Oficiales y Comandante general tuvieron que embarcarse en la corbeta de guerra apresada anteriormente, y parte de ellos han llegado hoy á esta plaza, habiendo quedado los otros en Sabanilla, á fin de reunir los dispersos.

Por triste que sea esta noticia, no debe abatirnos enteramente, tanto porque el objeto de la revolucion ha sido únicamente dirigido contra la persona de Labatut, y establecimiento de Gobierno independiente en aquella Provincia, estando á la cabeza de la revolucion todos los hijos del pais, cuanto porque para todo evento este Gobierno ha dispuesto que salga por la madrugada una partida respetable de tropa á reunirse con los restos dispersos; pero no siempre puede predecirse el fin de las revoluciones, en las que es muy fácil se prevalgan los malcontentos, y trastornen enteramente la opinion de aquel pueblo. El Excelentísimo señor Presidente, que desea precaver hasta la sombra del peligro, ha dispuesto

y me manda comunicarlo á usted, como lo ejecuto, que inmediatamente haga poner en servicio las milicias y cualquiera otra tropa de esa ciudad que baste para su defensa, é igualmente que envíe un destacamento respetable á apoderarse de Tenerife, en donde no quedarán cañones, poniéndose de nuevo las lanchas, para la seguridad del rio, y tomándose todas las precauciones posibles para evitar cualquiera sorpresa, procurando que el pueblo no se alarme con estas novedades inesperadas. Y por lo que puede interesar á las Provincias interiores, lo comunicará al Gobierno de Cundinamarca. Comuníquelo usted igualmente al Valle y al Comandante Bolívar para que estén prevenidos.

Dios guarde á usted muchos años.
Cartagena, Marzo 6 de 1813.

JUAN GUILLERMO ROS.

CLXVIII.

OFICIO del Comandante en Jefe, Coronel Simon Bolívar, dirigido al Presidente Gobernador del Estado de Cartagena, en que le da cuenta de sus operaciones militares.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Sin embargo de haber hecho perseguir al ejército enemigo por diferentes vias, no ha sido posible su alcance, porque se ha diseminado por todas partes; mas cada dia se me presentan multitud de soldados que quedaron dispersos ó han desertado despues, trayendo sus fusiles y todo lo demás que iba aquél abandonando en su fuga. Se recogen tambien prisioneros, artillería, pertrechos y efectos pertenecientes al enemigo; de tal modo que si éste no recibe los refuerzos que esperaba de Guasdualito, Trujillo y la Grita, no se rehará jamás, pues su dispersion es absoluta y se aumenta, si es dable, en razon del número de partidas que envío á picarle la retirada.

Antes de anoche supe que el Comandante Correa iba hácia San Cristóbal, por el cerro de San Antonio, y marché en persona al amanecer de ayer en pos de él; pero ya se habia escapado, por lo que volví á mi Cuartel general, dejando en aquella Villa un destacamento.

Acompaño á V. E. copias de las proclamas que he hecho á los habitantes del primer pueblo del territorio de Venezuela, redimido por las invictas armas de nuestro ejército, y á los valerosos soldados que han combatido generosamente en su proteccion.

Ya hemos comenzado la reconquista de Venezuela, en la Villa de San Antonio: y espero que esta extinguida República sea libertada con igual rapidez que lo han sido las Provincias de Santa Marta y Pamplona: solo aguardo con impaciencia la órden de V. E. para continuar nuestra marcha victoriosa, y presentarnos delante de las ruinas de la ilustre Carácas.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Cuartel general de Cúcuta libertada, 2 de Marzo de 1813, tercero.
SIMON BOLÍVar.

Excelentísimo señor Presidente Gobernador del Estado de Cartagena.

CLXIX.

PARTE que da el Coronel Simon Bolívar al Presidente del Congreso de la Nueva Granada, del combate librado en la ciudad de San José de Cúcuta.

EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Despues de haber llegado á mi Cuartel general de San Cayetano los pertrechos y retaguardia y ciento y pico de hombres de las tropas de la Union, al mando de los Capitanes Uscátegui y Ramírez, pasamos ayer tarde el rio de Zulia, y al amanecer de este dia nos pusimos en marcha hácia esta Villa, capital de Cúcuta y Cuartel general del enemigo. Aun no eran las nueve de la mañana cuando nos encontramos posesionados de la altura que domina al Valle, desde donde empezamos á batir al enemigo, que se habia acampado fuera de la Villa á tiro de fusil de la cima del monte. Inmediatamente que nos presentamos, una partida de más de cien hombres quiso tomarnos la espalda por nuestra derecha, pero en vano, porque nuestros movimientos lo hicieron desistir de su proyecto. Entonces varió su tentativa y se apoderó de las alturas que estaban á nuestra izquierda, de donde fué desalojado violentamente y bien á su costa. Mientras tanto, mi centro, al mando del Coronel José Felix Rívas, sostenia un fuego horrible con el del enemigo, que se defendia con una ciega obstinacion, ganándole palmo á palmo el terreno; obligándolo á tomar cada instante nuevas posiciones que él sostenia con el grueso de sus tropas y de toda su artillería y caballería. Viendo que nuestros soldados se llenaban de tanto más ardor cuanto mayor era el peligro, dí órden al Coronel Rivas y al resto de las tropas que tomasen al asalto la Villa y el campo. Así lo ejecutaron á pesar del vivo fuego que por todas partes nos llovia, así de artillería como de fusilería, avanzando siempre paso a paso, y cansados ya de cuatro horas de combate, entramos á la á bayoneta, por habérsenos casi acabado las municiones de fusilería.

El enemigo, sobrecogido en este momento de un terror pánico, se escapó precipitadamente, dejando en nuestro poder la plaza, artillería, pertrechos, fusiles, víveres y cuantos efectos pertenecian al Gobierno español y á sus cómplices.

Hemos alcanzado la más completa victoria, apoderándonos de sus fuertes posiciones y de estos floridos valles que ellos oprimian, matándoles é hiriéndoles una multitud de Oficiales y soldados, inclusive el mismo Comandante Correa; siendo por nuestra parte la pérdida tan desproporcionada, que solo tenemos que deplorar dos hombres muertos y catorce heridos, entre ellos el valeroso Teniente de las tropas de la Union, ciudadano Concha.

Todos nuestros soldados y Oficiales se han cubierto de gloria; pero muy particularmente el Coronel Rívas, que mandaba todas las tropas de vanguardia, á quien la Patria debe en este dia una gran parte de su triunfo; como igualmente se señalaron el Mayor Narváez, el Capitan Vigil Comandante de la retaguardia, el Capitan Lino Ramírez Comandante de las tropas de Pamplona, el Comandante de la vanguardia, el bizarro ciudadano Pedro Guillin, el Ayudante Ribon; y por no hacer una larga

enumeracion, diré, en una pallabra: que todos, hasta los últimos soldados, han llenado honrosamente su deber. Jamás el enemigo logró hacernos retrogradar un solo paso: no obstante sus ventajas en artillería, caballería y posiciones dentro de la Villa, que ciertamente habrian sido inexpugnables para todas otras tropas que las combinadas de la Union y Cartagena.

Los enemigos se han retirado por diferentes puntos, con ánimo, segun dicen, de incorporarse con tropas de Venezuela que Monteverde manda en su auxilio. Los he hecho perseguir, seguro de que si logramos alcanzarlos les quitaremos una pieza de artillería que solamente llevan. Yo habria continuado mi marcha en su persecucion si llevasen una sola ruta, y no dejase por la espalda los destacamentos del Infierno y de la Laja, que deberán ser cortados por nuestras tropas al mando del Comandante Ramírez, que ha marchado á atacarlos. Ya tiene V. E. terminada la campaña de Cúcuta en solo seis dias que han pasado desde nuestra entrada en el territorio enemigo, y doce desde mi salida de Ocaña, libertando una bella porcion de la Nueva Granada de los tiranos que la asolaban. Ahora solo nos resta por vencer á los opresores de Venezuela, que yo espero serán bien presto exterminados, como lo han sido los de Santa Marta y Pamplona, que en el corto período de algunos dias se han visto arrancar el cetro de hierro con que abrumaban estos Estados.

Cuartel general de Cúcuta libertada á las tres de la tarde] del 28 de Febrero de 1813.-3.°

Excelentísimo señor Poder Ejecutivo de la Union.

SIMON BOLÍVAR.

CLXX.

PROCLAMA del Comandante en Jefe, Simon Bolívar, á los soldados del ejército de Cartagena y de la Union.

SIMON BOLÍVAR, COMANDANTE EN JEFE DEL EJÉRCITO COMBINADO DE CARTAGENA

Y DE LA UNION.

Vuestro valor ha salvado la Patria, surcando los caudalosos rios del Magdalena y del Zulia; transitando por los páramos y las montañas ; atravesando los desiertos; arrostrándolo todo entre la sed, el hambre y la vigilia; tomando las fortalezas de Tenerife, Guamal, Banco y Puerto de Ocaña; combatiendo en los campos de Chiriguaná, Alto de la Aguada, San Cayetano y Cúcuta; reconquistando cien lugares, cinco villas y seis ciudades en las Provincias de Santa Marta y de Pamplona.

Vuestras armas libertadoras han venido hasta Venezuela, que ve respirar ya una de sus Provincias, al abrigo de vuestra generosa proteccion. En ménos de dos meses habeis terminado dos campañas y habeis comenzado una tercera, que empieza aquí, y debe concluir en el país que me dió la vida. Vosotros, fieles republicanos, marchareis á redimir la cuna de la Independencia colombiana, como las cruzadas libertaron á Jerusalen, cuna del Cristianismo.

Yo, que he tenido la honra de combatir á vuestro lado, conozco los sentimientos magnánimos que os animan en favor de vuestros hermanos esclavizados, á quienes pueden únicamente dar salud, vida y libertad, vuestros temibles brazos y vuestros pechos aguerridos. El solo brillo de vuestras armas invictas, hará desaparecer en los campos de Venezuela las bandas españolas, como se disipan las tinieblas delante de los rayos del cielo.

La América entera espera su libertad y salvacion de vosotros, impertérritos soldados de Cartagena y de la Union. ¡No! su confianza no es vana Venezuela verá bien pronto clavar vuestros estandartes en las fortalezas de Puerto Cabello y de la Guaira.

Corred á colmaros de gloria, adquiriéndoos el sublime renombre de Libertadores de Venezuela.

Cuartel general en la Villa redimida de San Antonio de Venezuela, Marzo 1.o de 1813, año 3.o de la Independencia.

SIMON BOLÍVAR.

CLXXI.

PROCLAMA del Comandante en Jefe, Simon Bolívar, á los ciudadanos venezolanos de la Villa de San Antonio.

SIMON BOLÍVAR, COMANDANTE EN JEFE DEL EJÉRCITO COMBINADO DE CARTAGENA Y

DE LA UNION.

CIUDADANOS: Yo soy uno de vuestros hermanos de Carácas, que arrancado prodigiosamente por el Dios de las misericordias de las manos de los tiranos que agobian á Venezuela, vuestra patria, he venido á redimiros del duro cautiverio en que yaceis, bajo el feroz despotismo de los bandidos españoles que infestan nuestras comarcas. He venido, digo, á traeros la libertad, la independencia y el reino de la justicia, protegido generosamente por las gloriosas armas de Cartagena y de la Union, que han arrojado ya de su seno á los indignos enemigos que pretendian subyugarlas, y han tomado á su cargo el heróico empeño de romper las cadenas que arrastra todavía una gran porcion de los pueblos de Venezuela.

Vosotros teneis la dicha de ser los primeros que levantásteis la cerviz, sacudiendo el yugo que os abrumaba con mayor crueldad, porque defendísteis en vuestros propios hogares vuestros sagrados derechos. En este dia ha resucitado la República de Venezuela, tomando el primer aliento en la patriótica y valerosa Villa de San Antonio, primera en respirar la libertad, como lo es en el órden local de nuestro sagrado

territorio.

VENEZOLANOS: vuestro júbilo es igual á la grandeza del bien que acabais de recibir; y aunque éste es superior á todos los sentimientos que puede inspirar la naturaleza, lo iguala el que experimenta mi alma, siendo el instrumento de vuestra redencion, y recibiéndola yo tambien, como hijo de Venezuela, de mis compañeros de armas los inclitos soldados de Cartagena y de la Union.

38

« AnteriorContinuar »