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Pero Sierra continuó en su puesto.

Un ejemplar castigo entonces nos hubiera evitado grandes desastres.

D. MIGUEL DE LARDIZABAL.

De este señor, mejicano de orígen, me ocuparé más detenidamente en la segunde parte; en el período que abraza fué ministro, y merece particular mencion.

Aquí tiene su puesto, por haber formado parte de la Regencia en representacion de nuestras colonias.

Baste por ahora saber

que nadie tenia por entonces venta

josa idea de sus prendas personales.

D. JOSÉ MAZARREDO.

Fué Ministro de Marina y en los anales de ella figura como uno de los más distinguidos émulos de Gravina, Alcalá Galiano, D. Cayetano Valdés, Churruca y otros.

Como político carecia de importancia en el período que comprende esta primera parte.

EL GENERAL BLAKE.

D. Joaquin Blake, general de los ejércitos españoles é individuo de la segunda Regencia nombrada por las Córtes de

Cádiz.

томо п.

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Era irlandés de origen, y sin embargo es el hombre á quien más debió la independencia de España por entonces.

Habíase distinguido como militar por su pericia y por su valentía.

Las Córtes le asociaron á los ilustres marinos Agar y Ciscar para constituir el Poder ejecutivo.

El principal título que tiene para ser presentado en esta galería, el mayor de sus méritos fué su actitud enérgica ante las pretensiones de Inglaterra, cuando dió á conocer lo interesado de los servicios que prestaba á los españoles.

Pidió el marqués de Wellesley, embajador de la Gran Bretaña cerca de la Regencia, que confiriese ésta á su hermano lord Welligton el mando de las provincias limítrofes de Portugal.

Negóse la Regencia á esta pretension que encubria designios vejatorios para la patria, y el embajador insistió declarando que, si persistian los regentes en una nueva negativa, cesaria Inglaterra de auxiliar á España en la guerra contra los franceses.

La Regencia contestó con la misma firmeza; el asunto fué llevado á las Cortes y se trató en varias sesiones secretas. A una de estas sesiones se presentaron con la mayor solemnidad los regentes.

El presidente Blake manifestó con una entereza y un patriotismo que honrarán perpétuamente su memoria, la necesidad y obligacion que la nacion tenia de no entregarse, ni en todo ni en parte, á una dominacion extranjera, la sensacion que esto produciria en el pueblo español y el abuso que de ello podrian hacer nuestros enemigos para inspirar desconfianza en el gobierno.

Sus compañeros Agar y Ciscar le sostuvieron, añadiendo que valdria más perecer con honra que causar á España semejante afrenta.

En vista de estas declaraciones preguntó el presidente de la Cámara con qué recursos contaba el gobierno para continuar la guerra sin el auxilio de la Gran Bretaña.

-«No temo, contestó con energía el general Blake, no temo que llegue ese caso, porque tengo por cierto que en auxiliarnos hacen los ingleses su propia causa; más aun cuando así fuese no debemos olvidar que la nacion en su primer impulso no contó con auxilio ninguno de la tierra, y así proseguiria aun cuando se viese abandonada de su aliado.» Estas palabras produjeron gran entusiasmo, y la conducta de la Regencia fué aprobada por unanimidad.

A pesar de esto, era tan sumamente modesto el general, que no hallándose bien á tanta altura dimitió el cargo de Regente.

En el oficio que pasó á las Córtes, dijo una gran verdad, que si se hubiese tenido presente despues por nuestros gobernantes, otra seria actualmente nuestra situacion.

<Empleen las Córtes á los hombres, decia, segun su aptitud, porque ni todos los valientes son útiles para mandar, ni todos los buenos patricios son apropósito para administrar.»

El oficio concluia con este párrafo que le caracteriza:

<<No soy tan modesto que no me crea con derecho para ser reputado hombre recto y amante de la patria: como tal, aseguro á V. M. que no soy apropósito para este elevado destino (el de Regente), y es de la obligacion de V. M. colocar en este puesto á otro que le llene más dignamente,

como lo ha sido en mí el manifestarlo luego que me ha confirmado la experiencia en una opinion que no dejaba ya de ser la mia, cuando fuí sorprendido con el aviso honroso de mi nombramiento.>

Las Córtes no admitieron su dimision, y para honrarle más le confiaron el mando en jefe del ejército que llenó de gloria á España con la famosa y decisiva batalla de la Albuera.

La historia patria considera con razon entre sus glorias al ilustre general Blake.

D. PEDRO DE QUEVEDO Y QUINTAÑO.

OBISPO DE ORENSE.

Distinguido sacerdote, hombre docto y adornado de virtudes privadas, se dió á conocer y se granjeó el aprecio de los españoles con un escrito que publicó, negándose á asistir á las Córtes de Bayona, para las que fué llamado por Napoleon,

Desgraciadamente las riendas del gobierno en sus manos fueron estériles, y las Córtes le reemplazaron como á los demás individuos de la Regencia que presidió este prelado para sustituir á la Junta Central.

Fué el obispo de Orense hombre de enérgico carácter, pero carecia del tacto necesario para gobernar una nacion.

D. FRANCISCO JAVIER CASTAÑOS.

Hé aquí una de las glorias de España. Todos le hemos conocido cargado de años, de honores y rodeado de la estimacion de todos los partidos y todas las clases.

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