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El Courrier de Londres, periódico que en aquel tiempo se ocupaba mucho de las cosas de España, publicó un artículo que còpió en Paris el Diario de los debates, y decia así:

«Las cartas particulares de Viena del 26 dicen que el rey de España ha dirigido con mucha premura una demanda á las Cortes de Rusia y Austria pidiendo su asistencia; pero que no se ha accedido á esta solicitud. Añaden tambien que será formalmente presentado en el próximo Congreso. Damos estas noticias segun nos las han referido, sin garantir su exactitud.»

<<Tal es el artículo, decia El Zurriago ocupándose de él con la sana intencion que pueden presumir mis lectores, y en cuanto á la certeza ó falsedad de su contenido, traslado al ministerio de Estado, que regularmente estará bien enterado, pues nuestros diplomáticos no se habrán dormido en las pajas. Nosotros creemos que es un disparate; pues aunque el rey constitucional pecó atrozmente hasta el 7 de Julio, desde entonces... ¿estamos? desde entonces marcha S. M. derechito y el primero por la senda consabida.

»Ahí están sus manifiestos, que no nos dejarán mentir. Autores hay que dicen que su cancion favorita es el Trágala y el ¿Eh?... ya me entiende Vd. Vean Vds. ahora con lo que salen los extranjeros. ¡Cómo si el rey de España necesitase de ayudas de nadie, estando todos los liberales deseando ayudar á S. M. en cuanto quiera! Preciso es confesarlo á boca llena. Si S. M. imitó á David errando, tambien le imita penitente. La prision de Tintin dice que le ha llenado de alegría.

>>La razon de los cañones cuentan que á su majestad le hizo en el siete de Julio

TOMO II.

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una impresion singular,
y desde entonces se precia
de exaltado liberal.»>

Andando el tiempo se descubrió que algunos personajes habian tomado parte en la contrarevolucion.

He aquí como los trataba El Zurriago:

«Ya tomó tierra en Gibraltar, decia, el marqués de Casasarriá, y en la misma plaza se encuentra tambien el señor marqués de las Amarillas. Que les entren moscas. ¿Quién tiene la culpa de que queden impunes estos fautores de la contrarevolucion de los estragos del 7 de Julio? El juez, que no los puso en la cárcel pudiendo y debiendo hacerlo.

»Ahora con viento en popa,

Miguel, caminando vas,

y muchos están diciendo,

tú caerás... tú caerás... tú caerás.»

Al pié del retrato de un excelente guerrero se escribió lo siguiente:

«¿Qué estás mirando? Al génio de la gloria.

¿Qué le pides, la muerte ó la victoria?»>

Otro personaje se ha hecho retratar por duplicado. El cuadro estaria completo si se escribiesen ó supiesen estos dos.

versos:

«¿Qué estás mirando? Al génio pastelero. ¿Qué le pides? Bordados y dinero.

»Un manifiesto del fiscal Paredes dicen que va á poner en claro el pastel de la causa á los pasteleros que la fabricaron: dicen que se está escribiendo con priesa y que se venderá barato, y que caerán muchas reputaciones usurpadas, y que ha

brá toros y cañas.... moros y capacetes. Si esto es cierto, co

mo creemos,

>>Los hermanos de la luz, ¿qué quieren? la claridad.

La tendrán, la tendrán, la tendrán.»

Como si las anteriores indirectas no bastasen, publicó el siguiente

DIÁLOGO EN LOS PORTALES DE LA CASA DE CORREOS.

«El gran Trabuco (1), el ídolo de los hombres libres, como dijo el espectador que debiamos llamarlo, ¿dónde se encuentra? -Hombre, eso... qué sé yo que te diga; algunos opinan que está en su casa en plena libertad; otros dicen que está con guardas de vista, y que no se le ha llevado á la cárcel porque está enfermo. ¿Quieres saberlo de cierto?

-Sí, hombre.

-Pues mira, ¿ves aquella puertecita pequeña?
-Si la veo.

-Pues allí vive un hermano suyo, que es regular que lo sepa; marcha á preguntárselo.

-¡Qué disparate! si el que vive allí es el Sr. Campos, director novísimo de Correos.... y ese no le toca nada á Trabuco. Nada absolutamente.

-Pues me habian dicho que era hermano suyo. Diálogo concluido.>>

Al llegar aquí, me parece oportuno delinear más la figura de Trabuco, ó sea Morillo, y para hacerlo con más gracia recurro al repertorio del Zurriago.

(4) El general Morillo.

Este periódico cuenta su vida y milagros como sigue:

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Desde el momento en que se vió nombrado,
en su infame ambicion regocijado,
meditaba tan solo en las riquezas
que iban á granjearle sus proezas.
Y por esta razon nada lograron
los buenos chinos que le aconsejaron
volver las armas de que disponia
contra la horrible y fiera tiranía

que á nuestra patria entonces abrumaba.

No tardó aquel país lleno de horrores en sentir de Trabuco los rigores,

pues éste, apenas llega á la frontera, por anunciar sin duda lo que era, decreta una exaccion exhorbitante, poniendo preso á todo el habitante que no pudo pagar en el momento.

Impuso pues por bando atroz y fiero pena de muerte á todo panadero que á algun particular el pan vendiese, y á todo el que á comprarlo se atreviese, pues el poco que habia, destinado era para regalo del soldado.

En medio de la calle despojado se veia al vecino desgraciado, y así, al mirar los pacificadores, creia ver tan solo salteadores.

Porque la tiranía más asombre se vió uncir al caballo con el hombre; ¿y para qué el Trabuco sanguinario de una ciudad los campos abundantes hizo quemar, y que sus habitantes pereciesen al filo de la espada?

Fué de tanta maldad el resultado, que todo el hemisferio sublevado, resistiendo opresion tan impotente, se fuese declarando independiente. Pero aquesto á Trabuco, ¿qué importaba? entre tanto él de oro se llenaba.

Quejáronse los tristes; oprimidos, llegaron hasta el trono sus gemidos, y por fin consiguieron que el gobierno les quitase aquel hijo del averno.

Dejó aquella region que habia oprimido y se nos presentó de orgullo henchido. Esperaba la China á su llegada

que su conducta fuese examinada;

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