REACCION ABSOLUTISTA.

Mientras gobierna á los liberales el anterior ministerio, se forma una Regencia al gusto del duque de Angulema, compuesta de los señores:

Duque del Infantado.

Duque de Montemar.

Baron de Eroles.

Obispo de Osma.

D. Antonio Gonzalez Calderon.

Calomarde desempeña en ella las funciones de secretario. La Regencia nombra el siguiente ministerio:

Habia pues en aquel tiempo dos ministerios en España, ó sea el colmo de las calamidades.

Las Córtes reunidas en Sevilla, despues de declarar á Fernando VII incapacitado para reinar, nombran otra Regencia compuesta de los señores:

D. Cayetano Valdés.

D. Gabriel Ciscar.

D. Gaspar Vigodet.

En 4 de Octubre de 1823, derrotados los liberales y en po

sesion del trono Fernando, nombra su ministro universal

á D. Victor Damian Saez.

En el mes de Diciembre del mismo año forma el siguiente

Muere al poco tiempo el marqués de Casa Irujo, y le reemplaza en Estado el conde de Ofalia. En 17 de Enero de 1824 entró á ser ministro de Gracia y Justicia el famoso D. Francisco Tadeo Calomarde.

En 11 de Julio del mismo año reemplaza al conde de Ofalia en Estado D. Francisco Zea Bermudez.

En 26 de Agosto reemplaza á Cruz en Guerra D. José de Aimerich.

En 13 de Junio de 1825 sale Aimerich y se encarga de la cartera de Guerra D. Luis Salazar: á los pocos dias es nombrado ministro de la Guerra el marqués de Zambrano.

A principios de 1832 se confiere el ministerio de Estado al conde de Alcudia.

En 1.o de Octubre del mismo año se forma el siguiente ministerio:

En 25 de Marzo de 1833 hay otra modificacion, á saber:

Este ministerio fué el que cerró los ojos de Fernando VII el dia 29 de Setiembre de 1833.

Basta leer esta larga y enmarañada lista para comprender las verdaderas causas de las desdichas que viene sufriendo España.

Por mi parte declaro que nada ha sido más difícil que ver claro en este laberinto de ministros, que más parecian figuras con las que jugaba el rey moviéndolas á su capricho.

Terminaré esta desdichada segunda parte con las semblanzas de los ministros de Fernando VII que en el reinado de Isabel II se limitaron á cobrar su cesantía.

Los que fueron tambien ministros de la hija tendrán su puesto en el gran cuadro que del reinado de Isabel voy á trazar en la tercera parte.

CAPITULO III.

LOS MINISTROS DEL ABSOLUTISMO.

Voy á cerrar esta segunda parte con las semblanzas de los ministros absolutistas para acabar con ellos, dicho sea sin doble intencion.

Los constitucionales, que son los verdaderos ministros, pues los otros no fueron más que servidores asalariados del rey, ocuparán en la TERCERA PARTE un gran espacio, una galería que se titulará Vida y milagros de los ministros constitucionales.

Dividiré en dos épocas las semblanzas. Hé aquí la pri

mera:

Desde 1814 á 1820.

ALÓS (D. José María de).—En 12 de Junio de 1819 reemplazó en Marina á D. Baltasar Hidalgo de Cisneros, y en Guerra á Eguía. Cayó con el absolutismo en 1820. Parece ser que fué un entendido militar.

BALLESTEROS (D. Francisco).-Fué sucesivamente capitan, aduanero, consejero de Estado y ministro. Cuando el duque de Wellington fué nombrado generalísimo de las tropas españolas, Ballesteros se negó á servir bajo sus órdenes Ꭹ fué desterrado á Ceuta. Hay quien cree que era entendido mili

tar, pero lo cierto es que pocas veces dejó de ser derrotado. Antes de entrar en el ministerio fué acusado por la opinion pública de haberse comido algunos miles de raciones. Entró á desempeñar la cartera de la Guerra en 8 de Octubre de 1815, y fué exonerado en Enero de 1816.

Fernando iba á verle casi todos los dias cuando era ministro de la Guerra, y pasaba con él horas enteras en un pueblecillo de las cercanías de Madrid, donde el general se habia retirado á causa de su salud. Un dia díjole el rey que habia muchos negocios que despachar, y que no pudiendo verificarlo sin la asistencia del ministro, le rogaba que volviese á Madrid. Trasladóse Ballesteros á la córte, y en vez de los negocios que creia, encontró un decreto que le exoneraba del ministerio y le desterraba de la capital de la monarquía.

De estas hacia el rey muchas á sus caros consejeros. CEBALLOS (D. Pedro).-Ya conocemos á este señor, pariente de Godoy y gran vividor. A pesar de sus veleidades le nombró el rey ministro de Estado en Noviembre de 1814 para reemplazar al miope duque de San Carlos y le despidió en Octubre de 1816 enviándole á la embajada de Viena. De alli tornó á Santander, donde acabó sus dias en medio de la indiferencia de los españoles.

DUQUE DE SAN CARLOS.-Con más aficion de figurar que talento, conquistado por el canónigo Escoiquiz, formó parte de los consejeros de Fernando cuando éste resolvió rebelarse contra su padre. Le acompañó al destierro de Valencey, fué su agente, negoció con los realistas de España, preparó la vuelta del rey, y fué su ministro de Estado cuando aquel se quitó la máscara y abolió la Constitucion. Pero si el duque servia para la intriga de los salones, carecia de las do