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ALVARO.

REY.

VIVERO.

CASTRO.

PLASENCIA.

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tenemos que tratar juntos.
(A los caballeros que se retiran.)
Dios os guarde.

(Bajo á Pacheco.) Macilento
quedó con la reprimenda.
(Bajo á Plasencia con ironia.)
Os doy, conde, el parabien
por esta merced.

Tambien

yo os lo doy por la encomienda.

ESCENA VII.

EL REY. DON ALVARO.

ALV. Señor.... (Se echa á los pies del rey.)

REY.

ALV.

REY.

¿Qué es esto, condestable... Aĺzaos...

¿Vos á mis plantas?

Sí... vuestro semblante me dice, airado, que enojaros pude. No, don Alvaro, no.... Mas escuchadme.... Tiempo es ya de decir.... Mucho me cuesta.... Y no sé si tendré fuerza bastante. ALV. ¿Qué os detiene, señor ?... ¿Pensais acaso en mí encontrar un corazon cobarde? ¡Ah! bien me conoceis: nunca la suerte vencer pudo este pecho incontrastable. REY. Una prueba de amor pediros quiero. ALV. Mi deber es por vos sacrificarme. Decid.

REY.

ALV.

REY.

Viéndolo estais.... Por vos do quiera mis reinos todos en discordias arden; y tras tanto afanar, un bien precioso, la paz, la dulce paz, es justo darles. ¿Y bien?...

En vano conseguirlo anhelo,

2

PACHECO.

os he de arrancar el alma.
Tened, Destúñiga, calma:
¿ que viene gente no veis?

ESCENA VI.

DICHOS. EL REY. DON ALVARO. EL CONDE DE PLASENCIA. EL

CONDE DE CASTRO. EL MARQUES DE SANTILLANA. JUAN DE MENA. VIVERO. CABALLEROS.

REY.

Vistosa la plaza está.

SANTILLANA. Bella funcion á fé mia.

MENA.

ALVARO.

Escalona en este dia
fama eterna dejará.

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¡Qué es ver en altos balcones
colgados de rica grana,
tanta beldad que se afana
por robar los corazones!
¡Qué es ver el grato arrebol
de sus purpúreos colores,
y sus ojos brilladores
que compiten con el sol!
¡Y aquellas preciosas galas
do seda y oro se ostentan,
cuyos matices afrentan
del régio pavon las alas!
Y qué es ver tanto galan,
tanto noble justador,
que por gloria ó por amor
la lucha esperando estan!
Cual recorriendo la arena
con arrogante altivez,
quiere vencer la esquivez
de la hermosa por quien pena ;
cual cantando con primor
trova que inspirado inventa,
primero lucir intenta
su ingenio que su valor.
Unos armados estan

de fuerte y brillante arnés,
con su empresa en el pavés

REY.
MENA.

ALVARO.

MENA.

y con fierro de Milan;
otros de gala vestidos

las damas quedan sirviendo,
á Marte fiero escondiendo
bajo formas de cupidos.
¡Y tanto alazan brioso

de erguido, en arcado cuello,
por ardiente, noble y bello
gloria del Betis undoso;
ya luciendo en el paseo
su paramento esplendente,
ya retozando impaciente
en bullicioso escarceo!
Por Santiago, que al mirar
ese marcial aparato,
yo tambien en mi arrebato
las armas he de jugar;
que si su antigua pujanza
la edad á mi brazo veda,
aun la bastante me queda
para romper una lanza.

Bella pintura! Muy bien.
Maestre, el buen justador,
¿quereisme de trovador
quitarme el lauro tambien ?
Donde se halla Juan de Mena
¿quién de poeta blasona?
Cuando él sus trovas entona
¿cuál otra ya dulce suena?
Mas de una vez os prestó
Apolo su dulce lira.

SANTILLANA. Y el ardor que Marte inspira

ALVARO.

á

par en vos se admiró. Alabanza cortesana;

mas ser poeta y soldado

á un tiempo, solo le es dado al marques de Santillana.

SANTILLANA. No ha sido lisonja en mí

el proclamaros valiente,

que en las lides frente á frente vuestro arrojo conocí.

ALVARO.

PACHECO.

REY.

ALVARO.

REY.

ALVARO.

REY.

CASTRO.

ALVARO.

REY.

PACHECO.

Bien me acuerdo, que en verdad
no fuísteis siempre mi amigo.
Olmedo fue buen testigo.
Ese suceso olvidad;

y por Dios, no recordemos
nuestras discordias fatales,
origen de tantos males.
Teneis razon: disfrutemos,
caballeros, sin rencor
de las fiestas de este dia:
que sea todo alegria,
puesto que el rey mi señor
las honra con su presencia;
y en fé de que os quiere bien
nuevas mercedes tambien
su alteza os hace. Plasencia,
á vuestras villas podreis
añadir la de Aravaca;
vos, Castro, de Caravaca
hoy la encomienda tendreis;
vos, Mendoza, adelantado
mayor sois ya de Castilla;
y asistente de Sevilla,

vos, conde, quedais nombrado.
(Con enfado.) Paso, paso, condestable.
que harto generoso andais.
Cuando mercedes hagais
será precaucion laudable
en vos pedirme otra vez
primero la venia á mí.
Señor, perdonad.... creí

que....

Basta, basta.

(A uno que está á su lado.) Pardiez que le ha puesto colorado.

(Ap.) ¿Qué es esto que escucho, cielos? (A Pacheco que ha estado hablando

bajo con él.) Yo le cortaré los vuelos. En breve su orgullo osado llegára el cetro á usurpar. Ahora, caballeros, id

REY.

ALVARO.
REY.

VIVERO.

CASTRO.

y vuestros juegos seguid;
que aquí me es fuerza quedar
con el maestre un momento.
¿Conmigo?

Ciertos asuntos

tenemos que tratar juntos.
(A los caballeros que se retiran.)
Dios os guarde.

PLASENCIA.

(Bajo á Pacheco.) Macilento
quedó con la reprimenda.
(Bajo á Plasencia con ironia.)
Os doy, conde, el parabien
por esta merced.

Tambien

yo os lo doy por la encomienda.

ESCENA VII.

EL REY. DON ALVARO.

ALV. Señor.... (Se echa á los pies del rey.)
¿Qué es esto, condestable... Aĺzaos...

REY.

ALV.

¿Vos á mis plantas?

Sí... vuestro semblante
me dice, airado, que enojaros pude.
REY. No, don Alvaro, no.... Mas escuchadme....
Tiempo es ya de decir.... Mucho me cuesta....
Y no sé si tendré fuerza bastante.

ALV. ¿Qué os detiene, señor?... ¿Pensais acaso
en mí encontrar un corazon cobarde?
¡Ah! bien me conoceis: nunca la suerte
vencer pudo este pecho incontrastable.
REY. Una prueba de amor pediros quiero.
ALV. Mi deber es por vos sacrificarme.
Decid.

REY.

Viéndolo estais.... Por vos do quiera mis reinos todos en discordias arden; y tras tanto afanar, un bien precioso, la paz, la dulce paz, es justo darles. ALV. ¿Y bien?...

REY.

En vano conseguirlo anhelo,

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