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ALVARO.

PACHECO.

ALVARO.

PACHECO.

ALVARO.

PACHECO.

ALVARO.

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me es fuerza pensar en ello.
Yo entretanto preparar

del rey el ánimo quiero.
Sí; marchad; que en este instante
le infunde mi voz recelos,
y si naciera de mí
se malogrará el proyecto.
Adios, condestable, adios.
(Se dan las manos.)

Adios, marques.

PACHECO.

ALVARO.
PACHECO.

despues de la justa?

Sí;

ALVARO.

¿Nos veremos

y sobre todo secreto.

ACTO SEGUNDO.

El teatro representa un magníficɔ salon con ventanas y puertas laterales. En el fondo hay tambien tres grandes puertas que, abriéndose, dejan ver el jardin. Mesa y sillas.

ESCENA PRIMERA.

DON ALVARO, solo.

(Sale muy agitado y luego se sienta.)

Por fin, concluyóse ya
tan enojosa funcion:
¡ fiestas cuando el corazon
lleno de ponzoña está!
¡Reir, fingir alegria,
y aqui dentro padecer!
No, nadie pudo creer
lo que el semblante mentia.
Do quier con malignos ojos
yo los ví que me observaban,
cual gentes que no ignoraban
mis mal ocultos enojos;
y entre el fúnebre brillar
de la fingida sonrisa,
con maliciosa pesquisa
mis penas escudriñar.
Parecido á ningun otro
es este horrible tormento:
de brasas era el asiento

do estaba como en un potro.
No puedo mas.... De esta pena
descansemos un instante.-

¡Cuán ufano y arrogante

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estaba alli el de Villena !

Cómo triunfaba el malvado! ¿Y á Elvira le entregaré?— No.... jamás consentiré....

¡Qué he de hacer, si lo he jurado!

ESCENA II.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

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Un

poco.... sí.... Pero al verte
se ahuyentan todas mis penas:
tú solamente serenas

este rostro que la suerte,
sellando en él la arrogancia,
á estar mustio y agitado,
de negras sombras cercado,
condenó desde la infancia.
Do quiera inspirando susto
y amenazando sombrio,
solo contigo, angel mio,
depongo mi ceño adusto.
Tu sonreir inocente
hondo penetra en el alma,
y en ella vierte la calma
desarrugando mi frente.
¡ Dichosa yo, pues consigo
vuestras penas mitigar!
Mas qué funesto pesar?...
¡Ah! mi existencia maldigo.
¿Vos, señor, á quien el cielo
de bienes sin fin colmó?
¿Vos, á quien fortuna alzó
do mas no alcanza su vuelo?
Poder, honores, riqueza,
cuanto un mortal ambiciona

نے

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

teneislo.

Sí, la corona

solo falta á mi grandeza.
Mas mi poder soberano

que á quien le contempla asombra,
que á mis plantas por alfombra
pone el reino castellano,
¿sabes cuanto al corazon
cuesta de afan y tormento?
¡Perdido es para el contento
cuanto alcanza la ambicion.
Dejadlo. ¿A qué lo quereis
si vuestra desdicha labra ?
¿Quieres que mi pecho te abra?
No lo puedo.

¡No podeis!
No, que á quien logra alcanzarlo.
cual sujeto á un maleficio,
es el tenerlo un suplicio,
y es un suplicio el dejarlo.
¿Y si os lo quitan?

¿Qué dices?
¿Sabes que ya lo procuran?
કં Sabes ?... Ah! mal se figuran
que han de lograrlo.... ; Infelices!
¡
Pronto mi venganza.... Elvira,
perdona, no estoy en mí,
perdona á tu padre, sí,

que hablando de esto delira.

¿Qué oigo?... ¿Algun traidor sin ley?
Lo son cuantos me rodean.
¿Y vuestra ruina desean?

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ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.
ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

ELVIRA.

ALVARO.

morireis?

Calma tu espanto;

mucho espero todavia.

¡Ah! sálvese vuestra vida
y pierdase lo demas.
Vida y poder salvarás
si quieres.

¿Yo?

Hija querida,

tal vez á exigirte voy
un sacrificio penoso.

Por vos ninguno es costoso:
dispuesta á todos estoy.
Conoces al de Villena?
¡Al de Villena, señor!
¿Qué tienes?

No sé.... De horror siempre ese nombre me llena. Villena es vuestro enemigo. Lo sé.... y otro tiempo cara. esa ambicion le costara; que entonces pronto castigo.... Mas hoy adversa fortuna lo dispone de otra suerte; y á quien no puedo dar muerte, es prudencia que me una. ¡ Cómo !

Galan, cortesano,
de antiguo ilustre solar,
á noble doncella honrar
puede sin duda su mano.
Ya entiendo.... Tal vez la mia....
Prometérsela debí.

¡Oh cielos! ¡triste de mí!
¿Acaso repugnaria?...

¿No os he dicho que me espanta
ese hombre?

Mas en la corte

su bizarria, su porte,
hoy a las damas encanta.

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