(Elvira se arroja á los pies de su padre, el cual vuelve la cabeza y hace una seña. Rivadeneira y los suyos se apoderan de Vivero, y le arrojan de la torre abajo.) VIVERO. ELVIRA. ALVARO. ¡Ay de mi! ¡Qué horror! Cumplida, por fin, mi venganza está.- ACTO CUARTO. El teatro representa un salon de palacio. Habrá una mesa con escribanía: al lado un magnífico sillon para el rey, y al rededor taburetes para los cortesanos. Candelabros con luces. ESCENA PRIMERA. EL REY. SANTILLANA. JUAN DE MENA. CASTRO Y OTROS CABALLEROS. REY. Sentaos, señores; y en plática grata, los duros afanes del dia olvidad: dejando de Marte la furia insensata, de amores y versos tan solo tratad; que amor á las almas dió el cielo piadoso, cual dulce consuelo de tanto dolor; y versos inspira que en canto armonioso la llama eternizan del fiel amador. MEN. Mi musa de amores los dulces placeres, los blandos hechizos no suele cantar; que en vez de medrosas y flacas mugeres, á fuertes varones pretende ensalzar. En versos robustos, con trompa sonora, las lides relata mi altiva cancion; y asi retratando los males que llora, les dicta á los reyes sublime leccion. SAN. Yo fuerte en el campo, la espada blandiendo, procuro mostrarme cual noble adalid; mas luego sensible la lira tañendo, aquel de ser dejo que fuera en la lid. Postrado á las plantas de hermosa doncella, sus prendas celebro, pretendo su amor; y canto gozoso mis dichas con ella, ó lloro en endechas su fiero rigor. REY. Amor dulces trovas, marques, os inspira: con gusto, sabéislo, las suelo escuchar: si nuevos cantares feliz vuestra lira en rimas sonoras hoy supo entonar, decidlos, os ruego. SAN. De amor he querido en cántiga breve la voz definir; mas fue vana empresa: dichoso no he sido. REY. ¿Tenéisla? SAN. REY. SANT. (Lee) Si tengo. Pues quiérola oir. Falaguero sois amor; Mas cómo seyendo ansí, Que en suerte tan desigual, Si vos llame un bien non sé, Fallé solo padescer, El bien me dad por quien vivo, RLY. Sentido es el verso: marques, me habeis dado con esta lectura muy grato placer; mas solo el concepto paréceme errado. SAN. Señor, ¿por qué causa? REY. Que se halla á mi ver la culpa en el hombre del mal que padece. Amor preferencia no quiere decir? Mugeres diversas el mundo le ofrece: ¿por qué, pues, entre ellas no sabe elegir? SAN. Amor preferencia decir quiere, es cierto; mas siempre no elije para ella en verdad; pues tiene el que elije voluntad advierto, y no hay en quien ama jamas voluntad. REY. ¿Quién, pues, se la roba? SAN. Cupido la quita. SAN. Señor, eso no. REY. Al dársela dijo que libre seria. SAN. Voluntad sin eso no fuera jamas. REY. A un tiempo ser libre y esclavo podria? SAN. Decir que no es dable será por demas. REY. Pues bien, si el ser libre voluntad implica, y el serlo y no serlo decis que es error, que aquella subsiste mi argumento indica. SAN. Fuerza es confesarlo: vencísteis, señor. MEN. De ingenio su alteza do quiera hace alarde. CAS. Castilla celebra su vasto saber. REY. Ya basta, señores.... Mas ¿cómo tan tarde el buen condestable se deja hora ver? Tampoco Vivero se encuentra.... (Ruido dentro de gentes.) ¿Qué ruido?.... ¿Qué es esto? SAN. (Mirando hacia dentro.) REY. Gran golpe de gente.... Mirad. El alma me dice que un caso funesto.... SAN. A verlo corramos. REY. Sí, pronto marchad. (Al querer se marchar varios caballeros, sale Pacheco precipitadamente.) REY. ESCENA II. DICHOS. PACHECO. ¿Qué veo? Don Juan Pacheco! SANTILLANA. ¡Aqui Villena! REY. ¡Qué audacia! PACHECO. ¿Qué os asombra? Sí, yo soy: señor, vedme á vuestras plantas. Alzaos.... ¿Qué me quereis? REY. |