Y las fuentes sonoras A canciones suaves En las del verde Abril frescas auroras; Vestida de una tunica esplendente . De la fimbria talar con pompa grave: Para estamparla en tierra pura y santa. Guarneciendo de plata sobre grana De las sombras somniferos retiros, Cupulas altas de gigantes cumbres, En negro empeño hasta el futuro dia. De ver tanta hermosura, No habiendo visto por los tres estados Resplandecer sus hombros Con alas de oro, plumas de diamantes Y aun presumir la admiracion pudiera La hermosa Reyna, á su piadoso ruego, En el jardin angelico nacida, Yo soy (les dixo) la Verdad; y luego Como dormida en celestial sosiego Quedó la tierra en paz, que alegre tuvo Mientras con ella la Verdad estuvo: Que quanto en ella vive, Su misma luz y claridad recibe. Pero felicidad tan soberana Poco duró por la soberbia humana; En esta universal del mundo plaza, Z Presumió desquiciar la puerta al cielo; Y habiendo ya ciudades, Y fábricas de immensos edificios Con armas en los altos frontispicios, Los adulterios, logros y codicias, Bañó la ley la pluma En pura sangre para tanta suma, Quitáron las haciendas y vidas A sus propios hermanos y vecinos, Robaban las doncellas generosas Y todo se quedaba sin castigo : Por no perder las varas las torciéron; Pensando enderezallas, las quebráron. Del sol reciben rayos las estrellas. Ay del Señor que sus vasallos dexa El rico idolatrado, El pobre miserable, A quien ni aun el morir es favorable, Escuchado y premiado el lisongero, José vendido por el propio hermano, Y entre la confusion de tanto estruendo Demócrito riyendo, Eráclito llorando, La muerte no temida, Y para el sueño de tan breve vida El hombre edificando, Con presuroso vuelo Subióse en hombros de sí misma al cielo. Cancio n. El triunfo de Amor. Por la florida orilla De un claro y manso rio De salvia y de verbena coronado, Al tiempo que se humilla Al planeta mas frio Con templado calor el sol dorado; Libre, solo, y armado De acero, olvido, y nieve, Pasaba peregrino, Ya fuera de camino Del juvenil ardor que el pecho mueve; Quando al salir Apolo, Un niño vi venir desnudo y solo. Rubio el cabello de oro, Con una cinta preso, Que los hermosos ojos le cubria, Y como Alarbe y Moro, De gravísimo peso Un carcaz que del cuello le pendia, Y como quien vivia De saltear los hombres,. |