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las bellas artes, muchos y óptimos, que à su vez merecen coleccionarse y dar de sí un cuadro completo. ¡Ojalá llegue por fin la hora de sondear, despejar y restaurar el que fué durante los tres primeros siglos de nuestra era majestuoso templo de los dioses tutelares de la ciudad, brillante albergue de numerosos flamines Romae Divorum et Augusti ó Augustorum, que tanto suenan en nuestras lápidas (1), morada excelsa de estatuas primorosísimas, ó preciosos mármoles que compiten con el de la Venus de Milo (2), y cuyas gigantescas columnas descuellan aún sobre la acrópolis, asomando sus capiteles corintios por encima de los tejados de los altos edificios que las comprimen como la hiedra el tronco de los árboles, y sepultando sus zócalos enormes y su basamento profundísimo en las entrañas de la tierra! Alli cumple instalar un Museo latino, digno de la opulenta ciudad, segunda capital de España, que llamó con razon Cervantes en sitio y en belleza única; que jamás estuvo reñido con la hermosa cultura del arte el fecundo y sagaz cultivo de la riqueza.

Cási todos, ó la inmensa mayoría de estos monumentos, así artísticos como epigráficos, proceden ó bien del recinto primero de Barcelona, ó bien de las murallas que lo constituyen. Hasta fines del siglo XIII, este recinto amurallado, erguido sobre el teso de esbelta loma, rápida y escarpada ó pendiente hacia el Sur, á cuyos piés se tendia y se tiende el mar, fué la ciudad (civitas); y lo demás extramuros, arrabales (burgos) cruzados de arroyos amenos y esmaltados de jardines, prados (3) y alamedas, viñedos y pinares. Del curso de estos arroyos (rieras), engrosados por varios arroyuelos ó regatas (rechs) ha quedado recuerdo en los nombres de sendas calles próximas á las antiguas murallas. Tomando por base la playa del mar, circunscribian la loma en un gracioso delta. Ladeándose de N. á S., hácia el E. iba el torrente de Junqueras, alimentando juncos y continuándose en la riera de San Juan. Por la ladera opuesta bajaba la riera de Santa Ana, idéntica á la del Pino, y en la desembocadura de la calle que hoy tiene este último nombre, abrazábase con el Cagadell (4), hoy riera den Malla, para seguir unidos su paseo por la Rambla (5), y desaguar en el estanque, ó albufera, que no léjos de la puerta de Regomir era resto del antiguo puerto romano cegado por las arenas. Así que no hay dudar sobre la posicion y corona mural que tuvo Barcelona romana. Determinada está por la ciutat de Barchenona, no de otra manera que la cité de Paris y the London s' city fueron LVTETIA PARISIORVM y LONDINVM · AVGVSTA · TRINOBANTIVM.

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¿Existió BARCINO antes de que fuese romana? Seguramente. Aquel nombre no es de procedencia latina. No lo perdió como CAESARAVGVSTA el de SALDVBA (6). Lo guardó como

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(2) Véase el artículo, que en esta REVISTA (núm. 7 del año 1875, pág. 193-193) dí á luz con el título Estatua marmórea de estilo griego recien hallada en Barcelona.— Por hallarme ausente, cuando se publicó, se deslizaron los siguientes errores de imprenta :

Pág. 194, nota (1), dice Portal nou en vez de Portal de la Plassa Nova; y cuatro líneas antes pone «presentaban» en lugar de presentaba.>>

Pág. 193 dice «Faventiam, Faventina, por «Faventia, Faventia.»

(3) Las calles de la Boqueria y de la Boria, cási tocando á las antiguas murallas fueron bovaria, ó prados para pasto de bueyes. El de la Boria, con su majada, pertenecia al burgo ó arrabal formado alrededor del monasterio de San Pedro de las Puellas. El de la Boqueria al arrabal de Santa María del Pino, ó burgo de ipso pinu, como lo llaman las escrituras de aquella época.

(4) Llamóse tambien Codelellus en los antiguos pergaminos. Su curso está indicado por la calle de Códols. Provino su nombre del árabe GADHAL ó GADHUL, que significa riachuelo, y explica los de Godallo, Gadallo, Wadallo, Buatallo, Buatello, Bogatallo, Bogatello, Guadallo, Guadello, Gual, Güell, etc., que suenan en nuestras escrituras de la Edad Media.

(5) RAMLAH, en árabe significa arenal llano.—Sobre la albufera existen varios documentos que se verán al pié de esta Memoria.

(6) «Caesaraugusta, colonia immunis, amne Ibero affusa, ubi oppidum antea vocabatur Salduba.» PLINIO, 111, 3.—En vascuence ertzalduá significa el vallado.

(7) Han fijado la situacion de VESCI y VCVBI los eruditísimos Discursos del Sr. Fernandez Guerra, leidos ante la Real Academia de la Historia en 28 diciembre 1862 y 27 junio 1875.

(8) Évora.

(9) Lisboa.

y mil otras ciudades Julias. Ausonio, contemporáneo de Avieno, y no menos docto que él, trazó con cuatro palabras de inimitable energía

.....ostrifero superaddita BARCINO ponto

el aspecto que presentaba á fines del siglo IV nuestra ciudad y el principal venero de su riqueza marítima (1). Al ostro, del cual se extraia el verdadero color de púrpura y que esmaltaba las rocas de nuestro mar, tambien aludió san Paciano, que rigió esta diócesis durante el imperio de Teodosio (2). Si, pues, Ausonio, escribiendo à Paulino, aquí residente, tan enterado se muestra de nuestras cosas, no hay motivo para sospechar que habló á la ligera apellidando en el propio poema á Barcelona púnica, ó atribuyendo su fundacion, ó por lo menos su realce, á los cartagineses. Lícito fue á Plinio decir con toda verdad que Tarragona era obra de los Escipiones, como de los cartagineses Cartagena, si bien es cierto que una y otra ciudad florecieron anteriormente. Ni por singular debemos contradecir al testimonio de Ausonio, pues tambien lo es el de Avieno, al hablar de las Barcelonas y de su puerto (3).

....Inde Tarraco oppidum

Et Barcilonum amoena sedes ditium;
Nam pandit illic tuta portus brachia,
Uvelque semper dulcibus tellus aquis (4).

Avieno usó del número plural diciendo: Barcilonum ditium como habia dicho nobiles Tyrrhicha (5). ¿Por qué? El texto del códice original seria Bargylonum aludiendo á Bargylias, ciudad insigne de la Caria, entre Halicarnaso y Mileto. Cási tocando con ella está la isla de Caryanda en que nació el celebérrimo geógrafo Scylax, quien presentó á Dario Hystaspes la descripcion del mar de Iberia, é hizo constar que nuestra EMPURIAS existia y dependia de Marsella (6). Á la confederacion de la Caria pertenecia la isla de Rodas, cuya colonia fue nuestra ROSAS. Los carios fueron potencia marítima de primer órden antes que los focenses, como apuntó Eusebio en su Crónica. Tiempo es ya de penetrar con teson y tino en la historia primitiva de Iberia. Los descubrimienlos que se acaban de hacer en el Cerro de los Santos, término de Montealegre, han puesto en conmocion á toda la sábia Europa. No porque sean los genuinos textos de los autores, ó los monumentos que hallaremos, inexplicables, se deben rehusar, ni enmendar, toda vez que nos conste de la evidencia del hecho. Á los datos científicos que los Sres. D. Juan de La Rada y D. Aureliano Fernandez Guerra han presentado para explicar las páginas monumentales del famoso Cerro, permítaseme añadir otro punto de vista que envuelve á la vez el del origen de Barcelona.

(1) Ad Paulin., 89.-San Paulino de Nola, á quien dirigió Ausonio su poema, fué ordenado de presbítero en Barcclona el 25 de diciembre del año 393.

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La descripcion es exactísima; diríase de visu, y concuerda con todos los monumentos. Tambien Plinio (XIV, 6) celebró por su abundancia los vinos laletanos. En punto á Tarragona sabido es lo que dice Orosio.

(5) 496, 497.—Es la Aépxioσa xatoixía (Tortosa colonia) de Estrabon, con su contributa Hibera (Amposta) de los

cuños autónomos.

(6) «Despues de la ciudad de Kyndo con su puerto viene Bargylias (Bzpyvdízı) tambien ciudad; y en el intérvalo de las dos están la albufera Karyanda é isla del mismo nombre que habitan los karyandos. Allí nació el antiguo historiador y geógrafo Scylax. De Bargylias fué natural el célebre filósofo epicureo Protarco, maestro de aquel Demetrio á quien llamaron el Lacedemonio.» ESTRABON, XIV.

Cerca del estrecho de Mesina, en el reino de Nápoles, todavía existe Castel-a-Mare della Brucca, ciudad un tiempo llamada Velia 6 Elea, sobre la desembocadura del rio Éles. Estrabon la describe así (1):

Dejando el golfo de Pesto, y doblando el cabo que está en frente de la isla de las Sirenas, ve<«<reis otro golfo, cuya ciudad los focenses, al construirla, nombraron Hyele (2). Otros autores quie<«<ren que fuese llamada Elle (3). Su nombre actual es Élea (4). Fué patria de Parménides, Zenon << y otros filósofos pitagóricos. A mi parecer, áun antes ó primero que floreciesen estos sábios, estuvo « perfectamente organizada la constitucion política de los eléatas, puesto que supieron resistir á los <«<lucanos, y á sus mas vecinos los de Pesto, y vencerlos, si bien les eran inferiores en estension de << país y en número de habitantes. Su campo es poco fértil. Así que se ven obligados à ganarse el sus<«< tento con excursiones por mar, arte de la pesca y grangería de salazones. De qué modo y cuándo « Élea fue fundada lo refiere Antioco (5). Cuando Hárpago, general de Ciro, conquistó á Focéa (6), <«<entonces los focenses, que pudieron acomodarse en buques con sus haciendas, se hicieron á la vela «al mando de Creontíades, y arribaron á Córcega y á Marsella; mas como fuesen de allí rechazados, << vinieron á establecerse en Élea. Hasta aquí Antioco. Otros derivan el nombre de la ciudad de su «<rio Élees (7). Dista de Pesto unos doscientos estadios. Delante de la Eleátide están las dos islas « Enotrias con buenos puertos, y en el remate del golfo el cabo Palinuro.

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Ahora bien: los focenses pertenecian á la confederacion de la Jónia, comprensiva de las ciudades de Focéa, Esmirna, Clazómenes, Eritrea, Téos, Lébedos (8), Colofon, Efeso, Priene, Mileto, Quio y Sámos. De Sámos era Pitágoras, quien hizo dar pasos agigantados á la filosofía jónica, permaneciendo largo tiempo en las escuelas de Egipto, é iniciándose en los misterios Tracios. Cultivó mayormente las ciencias exactas, aritmética, geometría, astronomía y música; redujo toda la metafísica, base de la física, à la ley de los números; puso por centro de todo ser al sol, principio de atraccion y armonía del kósmos, é instituyó colegios de hierofantas, cuyo primer ideal se debe buscar en Efeso, pero cuya perfeccion brotó de las orillas del Nilo. El templo y colegio monumentales del Cerro de los Santos están llenos de la idea pitagórica.

Y no hay que extrañarlo. Marsella fue á Focéa lo que Cartago á Tiro. Marsella, no solamente extendió su marítima dominacion á Empurias, sino tambien hasta el golfo de Alicante, y hasta cerca de Málaga. Citaré otra vez à Estrabon (9).

« Marsella fue creada por los focenses. Situada entre peñas tiene un puerto que se abre en figura «de teatro mirando al Sur. En el promontorio (èv tǎxpa), ó avanzada del puerto que lo guar«da (10), edificaron un Efésio, ó témplo de Diana de Efeso, y un santuario de Apolo délfico, rito co«mun á todos los jónios. Cuentan que un oráculo mandó á los de Focéa que se buscasen un guia de <«<su navegacion, y para ello acudiesen á Efeso, y consultasen á Diana, lo que hicieron. La diosa «se apareció en sueños á una de las mas ilustres sacerdotisas, que Aristarca se llamaba, y le ordenó <«que tomando su imágen y demás objetos apropiados al culto partiese con los focenses. Llegados á <«< Marsella construyeron al punto el templo, cuya sacerdotisa principal fue Aristarca, á quien colma<«<ron de honras y distinciones. Ni pararon solamente en esto; sino que á todas las colonias que iban <«<fundando, en donde quiera que se estableciesen, encargaban sobremanera el culto de la gran diosa, «de suerte que conservasen el mismo tipo de su estatua; y así en la jerarquía como en el oficio sa<«< cerdotal no discrepasen de la metrópoli. Las leyes de Marsella son precisamente las jónicas, y están <«<espuestas al público (en tablas de metal ó de piedra). Su organizacion política es aristocrática. «Quince ilustres (Toyo) forman la diputacion permanente de la Asamblea general, y llevan el

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(3) El cerro de los Santos marca el trivium de la grande arteria itineraria, y es llamado Ad Elle por el Ravenate, Ad Ello por Antonino.

(1) 'Exes durante el imperio de Tiberio.

(3) Cf. CASAUBON in h. 1.—Además de Antioco refieren el hecho Heródoto y Dionisio de Halicarnaso. Antioco, en concepto de Estrabon, es el autor que escribió con mas exactitud sobre las colonias griegas de Italia.

(6) Al tiempo en que Ciro ganó á Creso la batalla de Timbrea (548 antes de J.-C.) y sometió el Asia Menor á su im

perio.
(7) Ελέα.

(8) Cf. la Labedontia de Avieno, cerca de Callipolis (Cambrils) en el campo de Tarragona.

(9) II, IV.

(10) Notre-Dame de la Garde.

«peso de los negocios. De estos quince, tres presiden con potestad (ejecutiva) suprema. Nadie «es ilustre que no sea padre de familia, y al propio tiempo hijo, nieto y biznieto de ciudada«nos, ó marsellés por tres generaciones (1). Su tierra no es de pan llevar; abunda en aceite y vino. «Así que al principio para mantenerse mas se fiaron del mar; despues acrecentaron su dominio ter«ritorial en las regiones comarcanas, y llegaron, por fin, á fundar ciudades, que ponian su comer«cio al abrigo de un golpe de mano de los bárbaros. En España con sus colonias introdujeron el «culto de la Efesina Diana y lo inculcaron á los iberos indígenas con sus ritos y ceremonias á la <« usanza griega. Fundaron asimismo la ciudad de Agde (2) para contener à los ribereños del Ró«dano; y para tener á raya la nacion de los salios y lígures alpestres echaron los cimientos de «Antibes, Niza, Mónaco y otras ciudades. Mucho valió á marselleses y romanos su alianza mútua; <«como lo muestra en primer lugar la marsellesa estatua de Diana Efesina que Roma colocó sobre el «monte Aventino (3), y en segundo lugar el templo marsellés arriba nombrado y toda su ciudad, «que rebosa de trofeos navales ganados por las escuadras que salieron de su arsenal famosísimo. « Marsella fue ademas emporio y foco de la literatura griega; en tanto grado, que de allí tomaron los «bárbaros galos el uso de las letras para sus téseras de hospitalidad y contratos (4); y aun ahora los «romanos para la sábia educacion de sus hijos no prefieren, sino que posponen Aténas á Marsella. » Resulta pues un centro de colonizacion é historia española, que hasta hoy se ha visto relegado, cási diríamos, al olvido. No creemos que baste el concienzudo y severo deber del historiador el descubrir con mas o menos fortuna aquí una ciudad, allí un monte, acullá un rio, mas allá un resto artístico ó epigráfico de la España griega. Hay que sentar el punto fundamental, y no andarse por las ramas, sino por la raíz de los monumentos.

La Jonia asiática fue hija de la europea. Descendientes del 777 (Yaván) bíblico (5), los jonios tuvieron por propio asiento el Ática con su capital Aténas y la Fócide entre Aténas y Corinto con su templo de Apolo Délfico. Un aumento escesivo de poblacion les obligó á invadir la region septentrional del Peloponeso y apoderarse de la Élide y las islas Jonias dando tambien su nombre al mar Adriático. Sus perpétuos rivales fueron los dorios, descendientes de Thiras (D). Estos, apoyados por los Heráclidas de Tirinto, arrojaron á los jonios del Peloponeso, no mucho despues de la heróica muerte de Codro, último rey de Aténas (1132 antes de J.-C.). Los expulsos se desquitaron de su derrota yendo á fundar la Jonia asiática. Acaudillában los Androclo, hijo legítimo del rey Codro y otros que eran bastardos del mismo monarca. Los carios y los léleges de raza dórica, antiguos dueños del país asiático que acababan de conquistar los jonios, tuvieron que replegarse hacia el Sur de la península, y acogerse entre sus hermanos de Bargylia, Cnido, Halicarnaso y Rodas.

La Jonia asiática guardó, en cuanto cupo, todas las instituciones civiles y religiosas de su primer asiento europeo. Conservó su antigua distribucion en doce regiones ó ciudades. La Minerva de Alénas (Ixλλàç'A0ývn) Paladio tutelar de la acrópolis, la Vénus de Corinto, el Neptuno de Elice, el Apolo de Delfos, del Helicon y del Parnaso, y la Diana de Délos, trasformada en la de Efeso, fueron sus distintivos númenes. Sámos y Priene aludian á sus homónimas europeas; Focéa á la Fócide y al puerto de Corinto el rio Cencro; de suerte que la explicacion de muchos de nuestros tipos numismáticos, por ejemplo los de Empurias y Badalona (6), brota de conocer á fondo la region en que reinaron Nestor y Agamemnon, Ulises y Cipselo.

No es un mito la guerra de Troya, ni en su aspecto general, ni en sus detalles esenciales. Su gran cantor el jónico Homero habló verdad en el cuadro de todas las fuerzas vivas de la Grecia

(1) Es á corta diferencia la idea organizadora del poder municipal y provincial de Cataluña durante la Edad Media. Las Cortes Catalanas otra base no tienen. Véase la obra notabilísima que los Sres. D. José Coroleu y D. José Pella dan á Juz en Barcelona con el título «LAS CORTES CATALANAS, costumbres, episodios notables, oratoria, personajes ilustres del parlamentarismo catalan, estudio jurídico de su organizacion y reseña analítica de todas sus legislaturas, con muchos documentos inéditos.»

(2) En la desembocadura del Hérault (Arauris). Estrabon la nombra 'Póŋ 'Aya0ń, si ya no son dos distintas ciudades, como parece indicar Plinio (1, 4): «Oppida de cetero rara, praejacentibus stagnis, Agatha quondam Massiliensium, regio Volcarum Tectosagum, atque ubi Rhoda Rhodiorum fuit, unde dictus (RHODANVS) multo Galliarum fertilis

simus amnis.>>

(3) La estatua con su templo dedicaron todos los pueblos latinos á instancias y ruegos de Servio Tulio, rey de Roma (578-534 antes de J.-C.).

()¿Y por qué no algunos iberos?

(5) Genes., X, 2.

(6) HEISS, 87, seqq., 109, 284 seqq.

coaligadas contra la Frigia, cuya marítima prepotencia pesaba sobre todos los pueblos que se movian dentro y en torno del Archipiélago. Esta prepotencia tuvieron primero los lidios, luego los pelasgos, y luego por su órden los tracios, los rodios, los frigios, los fenicios, los egipcios, los carios de Mileto y de Halicarnaso, los eolios de Lésbos y los focenses ó la Jonia asiática. Esto refiere en su Crónica Eusebio de Cesaréa; y esto es pura historia. Los jonios europeos, como notó Ferécides citado por Estrabon (1), no se establecieron bajo el mando de Androclo en el Asia menor, sin que expulsasen de Mileto y de Sisyrba á los carios, y sin que humillasen de antemano el orgullo de los eolios de Lésbos.

Androclo se fijó en Sisyrba, cuyo nombre trocó por el de Efeso en memoria de su llegada. Esmeróse en rodear de religioso pavor y majestad la floresta Ortygia (2), orillas del rio Cencro. En la acrópolis labró el Ateneo ('Avάio). Al pié de la ciudad, en frente de la isla de Sámos, puso en regla el Panormo, ó puerto central del poder y emporio marítimos de la Jonia. Mas al Sur, y en lo llano se erigió el templo, que fue maravilla del mundo. El verdadero ídolo de Diana adorado por los sisyrbitas, idéntico á la Vénus de Páfos y á la Juno de Cartago, era un aerólito de forma cónica. Considerábase como sustancia divina. Su primer santuario, habia sido el tronco de frondosa haya, ú olmo, excavado por las amazonas (3). Los carios de la Licia próxima de Rodas, que se hicieron dueños de Sisyrba, arrebatando el país á las amazonas ó á sus gentes de estirpe tracia, hicieron correr y valer la voz de que la gran diosa "Αρτεμις ιοχέαιρα y su hermano ̓Απόλλων ἑκατηβόλος eran carios. Por esto es que Homero hace nacer en Licia aquellos dos númenes (4). Lo demás es sabido. Arrullaba las frondosas avenidas del templo con el murmullo de su corriente el rio Selino, y á corto trecho se perdia en dos albuferas formadas por él y por el mar (5). Luego, el navegante que bajaba de Éfeso á Mileto veia blanquear la aldeilla con su templo de Diana Muniquia (Mouvixías) fundado por Agamemnon el de la Iliada. Seguíase Nápoles (Nɛánoλis) é inmediatamente el PANIONIO, ó templo y palacio de la Asamblea general de la Jonia. Al reunirse la general Asamblea era rito solemne de su inauguracion el sacrificar un toro mugiente ante las aras de Neptuno, venerado en Élice ('Exíxn) y por esto dicho Eliconio. Élice de la Élide habia sido el postrer refugio de los jonios desbaratados por los dorios: de allí emigrando hubieron de cruzar el Archipiélago. Esto explica por qué razon en el catálogo de las colonias focenses de Italia encontramos á Elia ó Velia al lado de Pæstum (6). Ni tuvo quizás otro origen el nombre de la ibérica ILICI, Elche, como luego

veremos.

El estado político de la Jonia asiática, que acabamos de describir, duró hasta la batalla de Timbréa, ganada por Ciro á Creso (548 antes de J.-C.). Sometida el Asia Menor al imperio persa, el genio nacional de su Jonia encadenado en Oriente dilató con mayor vivacidad sus resplandores en Occidente, cuyo foco principal, ya lo hemos dicho, fué la república aristocrática de la libre Marsella.

Con estos antecedentes vamos á ensayar una excursion geográfica y á la vez numismática por la España marítima en que brillaron colonias focenses. No será sin ventaja para la primitiva historia de Barcelona. Para mayor claridad tomaremos el rumbo hacia la metrópoli, ó de Occidente á Oriente, procurando sobre todo que hablen los antiguos autores y monumentos seguidos de nuestro brevísimo comentario.

(1) XIX, init.

(2) Quizás á los aspersorios y purificaciones que allí se hacian alude el monumento de Montealegre, examinado por D. Juan de la Rada en su Discurso, pág. 99.

(3) CALLIMACH, hymn. in Dian. 237-239 ; DIONYS. PERIEG., Peripl. 887-889. De estas amazonas, la fundadora de la ciudad, unos quieren que fuese Smyrna, otros Sisyrba. Creo que ambos nombres son diversa pronunciacion de uno mismo, y en su origen denotaron á una misma persona. Si es el artículo tracio femenino, griego, aleman die (sie pronombre), inglés the (she pronombre).

(4) Iliad., IV, 101.

(5) Zenvovoía se llamaba la mayor albufera. Debajo de sus pantanos se han hallado no há mucho los restos del famoso templo, devorado por un terremoto, los cuales ha hecho suyos la Gran Bretaña trasladándolos á digno Museo. El Selino era homónimo de otros dos en la Jonia europea. Uno de estos pasaba junto al templo de Diana Delia.

(6) «Oppidum Postum, græcis Posidonia appellatum, sinus Pæstanus; oppidum Helia, quæ nunc Velia.» PLINIO, III, 10.

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