Imágenes de páginas
PDF
EPUB

de su iglesia: la libertad, gravedad y autoridad deste prelado le hicieron odioso á su Rey, ó por haberse mal gobernado, como arriba queda apuntado. Fué elegido en su lugar Don Martin Calva doctísimo en ambos derechos pontificio y cesáreo, y tenido por tan eminente que muchos le igualaban á Baldo tan famoso letrado y excelente en aquella facultad. Don Fadrique Rey de Sicilia falleció en Mecina á veinte y siete dias del mes de julio: dexó por heredera del reyno y de los ducados de Athenas y de Neopatria á su hija Doña María, de que resultaron nuevas esperanzas, y á muchos Príncipes se les dió materia de diferencias y debates sobre la pretension del casamiento desta Infanta, y codicia del reyno de Sicilia. Amenazaban otrosí nuevas pretensiones y revoluciones; en particular á los Aragoneses se les presentó buena ocasion de dilatar y ensanchar sus estados.

[graphic]

LIBRO DÉCIMOOCTAVO.

Capítulo primero.

Del scisma que hobo en la Iglesia.

OZABA por estos tiempos España de paz y quietud á causa del parentesco y afinidad con que los Reyes (aunque diferentes en leyes, lenguas, costumbres y pretensiones) estaban entre sí en muchas maneras y con diversos casamientos traba. dos; demas que se hallaban cansados con las guerras de antes tan pesadas y tan largas. Parecia que la paz asentada duraria por mucho tiempo. Con los Moros por ser diferentes en la secta y creencia no podia intervenir matrimonio, ni asentar con ellos amistad que fuese firme y durable; pero tenian concertadas treguas. Al duque de Alencastre de cada dia se le regalaban mas sus esperanzas y pensamiento que tuvo de apoderarse de Castilla, asi por la universal concordia de los Príncipes de España, como porque en Francia de nuevo se emprendió una muy reñida guerra, con que trocada la fortuna y mudada en contrario, los Ingleses hasta allí vencedores comenzaban á caer de su prosperidad. La fama y nombradía del Rey Don Enrique volaba por todo el mundo, por haber conquistado un reyno tan poderoso como es el de Castilla. Tenia en su mano la paz y laguerra como el á quien todos los demas acudian. Concluidas pues y sosegadas las guerras, volvió su pensamiento á asentar

las cosas de la paz y del gobierno, castigar insultos, que con la ocasion de la guerra tomaran mucha licencia. Procuraba restituir las buenas y ancianas costumbres de los pasados, fortalecer las villas y ciudades, aumentar el bien comun y mirar por él con todas sus fuerzas. Solo Aragon en esta sazon no estaba sin algun trabaxo y nuevas sospechas de guerra, porque como arriba hemos dicho Luis duque de Anjou, á quien Don Jayme príncipe Mallorquin traspasó su derecho del reyno de Mallorca, tomó esta empresa por suya y la quiso llevar adelante. Juntó córtes el Rey en Monzon, donde se trató de la defensa desta guerra. Hiciéronse para juntar dinero nuevas imposiciones, mas solamente sobre los Judíos y Moros que en aquel reyno vivian, por contradecir los señores y pueblos que sobre la otra gente se echasen pechos ni derramas de nuevo; bien que decian estaban prestos, segun costumbre de sus antepasados, á voluntad del Rey de tomar á su costa las armas

por la defensa y libertad de su patria. Hiciéronse levas, alistó se y juntóse mucha gente, y aparejáronse todas las demas cosas necesarias para acudir á aquella guerra peligrosa, y la mas grave que por aquel tiempo hobo. Hay fama que se armaron quarenta galeras en las marinas de Francia, y se juntaron quatro mil hombres de armas; y hechas las paces con los Ingleses, como se entendia las asentarian por la grande instancia que sobre ello hacia el Sumo Pontífice, temian mucho en Aragon no viniesen y revolviesen en su daño todas las fuerzas de Francia. Llegóse á esto un nuevo temor de guerra por cierta ocasion ligera y no de mucho peso, como quier que á veces de pequeñas centellas, si con tiempo no se acorre, se suelen emprender grandes fuegos. La cosa pasó asi. Habia el obispo de Sigüenza Don Juan García Manrique ido á seguir su pretension sobre el arzobispado de Toledo por dificultades que sus contrarios sobre su eleccion ponian, delante del Sumo Pontifice: iba en su compañía Don Juan Ramirez de Arellano. A la vuelta en Barcelona delante del Rey de Aragon el vizconde de la Rota mozo brioso le desafió y le llamó de traydor, porque sin embargo de tantas mercedes como habia del Rey de Aragon recebido poco antes, movió á Don Jayme el Mallorquin á que viniese sobre Aragon. El Rey daba muestras de favorecer el partido del Vizconde por estar muy sentido de Don Juan, no

[ocr errors]
[ocr errors]

02

por alguna culpa, sino por la mucha cabida que tenia con el Rey de Castilla, y porque usaba mucho de su buen consejo. Aceptóse el riepto: señalóse el plazo para de allí á noventa dias. El Rey Don Enrique tomó este agravio y negocio de su privado por suyo: tratóse por terceros de alzar aquel desafío y desbaratalle; mas por estar el Rey de Aragon por el Vizconde no se efectuó. Avisó el Rey de Castilla desque supo el caso, que era contento combatiesen; mas que para seguridad del campo acordaba enviar tres mil caballos. Era esto en buenas palabras denunciar la guerra á Aragon: por tanto aquel Rey desistió de su intento, que fué acuerdo no menos prudente que saludable y á todos cumplidero. En Brujas, mercado muy famoso de los estados de Flandes, se juntaron con seguridad bastante para tratar de paces entre Francia é Ingalaterra el Eduque de Anjou y el de Borgoña con los duques de Alencastre ry el de Yorch ingleses de nacion: acudieron asimismo á aques lla junta por el Rey de Castilla Pedro Fernandez de Velasco su camarero mayor, y Don Alonso Barrasa obispo de Salamanca. Su intento era que con los demas le comprehendiesen en aques Ha confederacion y alianza que pensaban asentar: no se pudó concluir cosa alguna, si bien se procuró con todo cuydado. Ni en aquella junta, ni en la que despues el año de mil y trecien- 1377. tos y setenta y siete se tuvo en Boloña la de Francia, ciudad asentada sobre el mar no lexos de Brujas y de los estados de Flandes, no se pudo efectuar lo que tanto se deseaba. La nue va que á deshora llegó de la muerte del Rey de Ingalaterra Eduardo Sexto, que avino á los diez de julio, desbarató todas estas pláticas y las esperanzas que comunmente tenian. Falle. ció asimismo poco antes que su padre, su hijo mayor que se llamó tambien Eduardo príncipe de Gales; por donde quedó por heredero del reyno Ricardo nieto deste Rey, é hijo del Príncipe, como su abuelo lo dexó dispuesto en su testamento, que se cumplió enteramente, si bien el niño quedaba en edad de once años, y tenia tios que pudieran hacer alguna contradiccion, pero no quisieron; que fué un exemplo notable de modestia y de nobleza, en especial en tiempos tan estragados y revueltos. Despedida que fué aquella junta, el duque de Borgoña con grande acompañamiento vino á España, por voto que tenia hecho de visitar en Galicia personalmente el cuerpo del

glorioso apóstol Santiago. Cumplido su voto y su devocion, antes que diese la vuelta para sus estados, se vió en Segovia con el Rey Don Enrique: fué tratado con todo género de regalo y cortesía, como era razon y justo con tal huésped se hiciese. Lo demas del estío pasó el Rey en Leon, el invierno tuvo en Sevilla. Todo el aparato de guerra que en Francia se hacia, revolvió en daño del Rey de Navarra y de sus tierras, de quien los Franceses estaban gravemente sentidos por las cosas que el tiempo pasado en su perjuicio hiciera. Hallábanse á la sazon en Normandía los infantes de Navarra Don Pedro y Doña María, que en el viage de Francia acompañaron á la Reyna su madre, para con su tierna edad mover á compasion al Rey de Francia su tio para que templase la saña que contra su padre tenia. Con el mismo intento pasó otrosí á Francia Don Carlos hijo mayor de aquellos Reyes, si bien nuevamente desposado con la infanta de Castilla Doña Leonor que dexó en casa de su padre, y su suegro no aprobaba esta jornada que hizo. Dióle el padre por acompañado á Balduino, famoso capitan, que tenia á su cargo muchas fortalezas y plazas de Normandía, y á Jaques de la Rua su muy privado, y que por el mismo caso tenia mucha mano en el gobierno. A este dió órden en puridad que se viese con el Inglés, y le significáse como él estaba presto de tomar las armas contra Francia, si viniese en dalle como en feudo el ducado de Guiena. Poco secreto se guarda en las casas de los Reyes. Tuvo el Francés aviso de todas estas tramas y trazas: echó mano del dicho Rua, púsole á question de tormento, y como confesase lo que se le preguntaba, le condenaron á muerte que se executó en Paris. A Balduino mandaron entregase las fortalezas que en Normandía se tenian por su Rey, y para ello declarase las contraseñas y cifra con que los alcaydes entendiesen era aquella su voluntad y determinacion. Al infante Don Carlos primer heredero de Navarra mandaron no saliese fuera de aquella corte: á sus hermanos Don Pedro y Doña María pusieron presos y arrestaron en Bretol. Las tierras que en Francia dexaron al Navarro sus antepasados, muchas y muy buenas, lo de Evreux y las demas ciudades fuerzas y plazas en un punto se las quitaron, parte por fuerza, otras por concierto. Con este revés tal y tan grave, qual en aquel tiempo ninguno mayor, quedaron castigadas las dema

« AnteriorContinuar »