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Y fuera desto, si estando una flota para salir no se consiente que salga, y se cierra la puerta á la contratacion, los que lo tuvieren cargado, no podrán hacer otra cosa sino vendello á S. M., por lo que les oviere costado; y sino oviese dinero para pagallo todo, dalles tributo hasta que viniese lo procedido ú otro dinero de S. M.; y seria empezar muy descansado y de manera, que nunca abrá necesidad, con sola la ganancia de la primera flota, y poco más, si no se quiere hacer lo de ser los navíos de S. M., luego de presente.

Y tomando S. M. la contratacion en sí, de qualquier manera que fuese, an de ser con limite, de que los fatores que estuvieren en la contratacion del Perú, ni ellos, ni otro por ellos, á de pasar mercadería ninguna del Nombre de Dios, adelante, ni tener requas, ni veader partida de ropa, de mil pesos abajo, ó de la cantidad que pareciese á quien mejor lo entendiese que yo; porque la gente que sustenta y vive en el Nombre de Dios, todos son tratantes y contratantes; y para que la tierra se quede en su ser, no se le á de quitar la contratacion de las requas y barcos á quien la quisiere; y para que en la propia tierra contraten más gentes que solo los fatores de S. M., y vendan á los que vinieren del Perú, en aque lla cantidad que no pueden comprar de los fatores de S. M., 6 en la que quisieren comprar dellos, pues ellos no pueden comprar de otros, sí de los fatores de S. M., mientras en más cantidad fuere el límite, abrá más grue. sos mercaderes que residan en el Nombre de Dios, no á otra cosa, sino á comprar y revender á los del Perú.

que vinieren

Y demás desto, todos los que suelen venir á emplear de el Perú á España, se acrecientan en emplear en el

Nombre de Dios; y así destos, como de los que agora ay en el Nombre de Dios, abrá más mercaderes que vengan á emplear á Nombre de Dios.

Y en la Nueva España no á de pasar la contratacion de S. M. de la Vera Cruz, porque de alli lo lleven los mercaderes que ay en la tierra á los demás pueblos; y con esto no se hace perjuicio sino á solos los que cargan desde España, porque á los que allá tienen sus contrataciones, les queda la mesma que se tenian y más segura; pues nadie que vaya de España puede llevar la ropa la tierra adentro, ni pasalla de los puertos.

Y porque é entendido que queriendo S. M. tomar esta contratacion, aviendo visto y entendido la contratacion y navegacion de las Indias, con deseo de servir á S. M., me é atrevido á dar esta relacion; y si no fuere al propósito de lo que agora se puede pretender, aprove chará para que V. M. la vea; y si se ofreciere querer saber algo de lo de por allá, con relacion cierta, mandarla tomar de mí; porque demás de serlo, será con deseo de acertar en el servicio de S. M., y dará V. M. contento en ello.

PARECER DE LOS FRAILES FRANCISCOS, SOBRE LO DE LOS INDIOS, POR FRAY PEDRO DE MEXÍA.—SIN FECHA. (1),

Como los reverendos padres de la horden del bienaventurado Sant Gerónimo, que á estas partes fueron en

(1) Archivo de Indias.-Patronato.-Est. 2, caj. 1, leg. 19.

viados por el señor Cardenal de España, quisiesen, segun la intencion del enbiante y la suya, acertar en dar la sentencia que convenia, cerca del buen traclamiento de los indios destas tierras, votos de diversas y singulares personas, así religiosos como seglares, rescibieron, entre los quales, á mí, como á uno de los más antiguos destas insulas, mandaron y encargaron, segun Dios Ꭹ mi conciencia, lo que me parezca dixese. Y como el caso sea arduísimo, y nunca en nuestros tiempos otro semejante, visto con mucho temor y sometiéndome á la correpcion de la Santa Madre Iglesia, digo lo que siento.

Primeramente digo, que há once ó cerca de doce años que converso con estos indios, y hállolos dóciles para deprender nuestra santa fé cathólica, excepto que siempre han menester el maestro ante los ojos, para que les mande decir las oraciones y deprender lo que manda la Santa Madre Iglesia; y no abiendo quien les compela, el Ave Maria que oy dixeren de aquí á diez dias, no la sabrán tornar á decir; y considerando esto, los Reyes de bienaventurada memoria, D. Fernando y doña Isabel los mandaron encomendar á los españoles que de España vinieron; y puesto que entonces fué muy bueno por la munchedumbre de las gentes que en estas tierras abia, y la porquedumbre que de España venia, al presente, es por el contrario; porque la aficion de los españoles para morar en estas partes, es tanta, que no hay necesidad de daries indios, sino libertad, para que se puedan aproveehar de la tierra, sin ofensa de Dios y del Rey, y porque los que agora tienen los indios dellos, son de los conquistadores; dellos, oficiales reales; dellos, de los que se desnaturaron de sus tierras, con cédulas de sus

altezas, con esperanza que aquí serian aprovechados con los indios; dellos, hombres de bien que vinieron á estas partes, y hallándose en ellas, se casaron con las mujeres de la propia tierra donde tienen ya más naturaleza que en sus propios naturales por tener hijos y mujer, seria grande inhumanidad, absolutamente quitarles los indios y dexarlos en el ospital. Empero como seamos más obligados á procurar el bien del ánima y el bien eternal, que el bien temporal, es menester así prover lo corporal, que no desamparemos lo spiritual. Por lo qual, mi voto es este, que se sigue.

En lo arriba dicho, he puesto una diction oppósita; es á saber, que digo que es malo quitar los indios á los españoles, y es malo dexárselos; digo que es malo quitárselos, por no los echar á perder á ellos y á sus hijos, y porque no sean defraudados de las mercedes que los Reyes les hicieron, en estas partes; digo así mesmo, que es malo dexárselos, porque dexándoselos, en breve tiempo parecerán quantos indios hay en estas tierras, que son dos males; el uno de popular la tierra, el otro perderse las rentas reales; y para conservacion de lo uno y de lo otro, y eso mesmo para la conservacion de lo primero, que es no destruir los seculares que tienen los indios, se ha de hacer lo siguiente:

t

Primeramente, que todos los indios, ansí naborias de casa como de caciques, se an quitado á los seglares, y to primero se quiten los indios del Rey; y lo segundo, de sus oficiales y jueces, y despues de todos los otros, excepto de algunos que tienen encomendados, dos naborias ó tres ó quatro ó seis, que los tienen como hijos de casa! Estos indios, ansí quitados, hagan pueblos dellos, juntándose cinco ó seis caciques en una buena parte don

de pareciere á los reverendos padres Gerónimos, visto y andado por ellos, no recebida relacion de relatores; y estos indios, ansi, ayuntados, no se entienden que ande estar alli haciendo areytos y danzas, sino que han de trabajar para servicio de Dios y del Rey y para sus necesidades. Para servicio de Dios, para que den á conocer á dos sacerdotes que los administren, y á tres ó quatro hombres del campo, para que á los vellacos que se ahuyentaren, recojan el trabajo que allí han de hacer, es entender en coger el algodon y qualquiera indio 6 india que pase de doce años arriba, sea obligado de dar cada año á SS. AA. arrobas de algodon limpio, al Rey, escepto las mugeres, desde que se supiere que están preñadas, hasta año y medio despues de aber parido, y los enfermos que no se levantan. Todo lo que más sacaren, sea para ellos y sus sacerdotes y para los otros hombres, que como dije, con ellos estén; y si á los españoles pareciere que esta granjeria es mala, y que seria mejor irse tras el oro, digo, que no saben lo que se dicen, así como quien lo sabe de vista, porque para sacar el oro, son menester tantos instrumentos de bateas y herramientas y asemileros y bastecimientos, otros muchos, segund el trabajo es grande, que segund é oydo yo y otros mu chos, á los dueños de indios que lo sacan, que juran por Dios y por su conciencia, que es mayor el gasto que el provecho. Mas, quod pejus est, que andando los indios en el trabajo del oro, y en el proveymiento de las minas, que en breve tiempo no quedará ninguno; y dándose al exercicio del algodon como dicho tengo, dentro de breve tiempo se multiplicará de quince mil en cient mil, y de cient mil en un cuento. Allende desto, si dixeren que la renta Real se pierde, digo, que no saben lo que se di

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