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predicadores y á su mal exemplo,-que es lástima verTo-que les decimos una cosa y hacemos otra, y el pobre del indio, ignorantísimo, mira muy bien lo que hago ý olvida lo que digo.

Si V. S. me preguntare todos estos daños y crueldades, &., que en el alma y cuerpo de los indios se an he cho, ¿cómo en 74 años que á que se descubrieron las Indias no se han remediado? Digo, que porque no sea entendido ni creo se acabará de entender, aunque está bien claro, y lo vemos por los ojos, y podrá ser sea juicio de Dios, sino que no lo alcanzamos; que quiere Nuestro Señor castigar á estos indios por sus enormes pecados, y no quiere se entiendan las Indias para ponerse el remedio hasta que él sea servido; dejémoslo á su divinà voluntad.

Però humanamente hallo yo tres causas, por donde las Indias no se han entendido; la primera es, que como son tantas las tierras de las Indias y tan remotas de España, tantas provincias tan diferentes unas de otras, y en nada se parecen á las de acá, cada una tiene necesidad de sus particulares leyes, y cada dia acontece que dan una misma ley para todas; y ansí, lo que aprovecha á una daña á otra; y tambien como los que de acá las gobiernan no las an visto, an de gobernar forzoso por lo que otros dicen ó escriben; y tambien quando un señor del Consejo comienza á entender las Indias, luego le mudan, por lo qual no se entienden, y si se acierta, es

acaso.

- Lo segundo, quasi todos los que vienen de Indias y dende allá escriben, in forman mal y á su gusto, que es el interese, el qual an de sacar forzoso de los indios, y en esto todos son á una, todos desean vivir en aquella l

bertad y anchura, y que nadie les vaya á la mano; y no an de informar lo que á ellos les está mal, porque no se remedie; y como se an gobernado por estas informaciones áse errado muchas veces, y ya á caido en esto el Consejo, y con razon no sabe á quien crea.

Lo tercero, vienen tambien de las Indias personas de bien y religiosas, huyendo de los grandes males que allá ay, con gran fervor y zelo de informar acá la verdad para que se remedie. Estos son muy pocos y conocerse an, en que vienen pobres y no bien quistos de gente de Indias. Estos con gran calor, comienzan á decir verdades y á desengañar de las cosas de Indias, y como acá, todos el Consejo, están escarmentados de las mentiras que á todos los demás an oido, no saben á quien crean; y como á los buenos no les dan crédito, ni á las veces oidos, y si los oyen tibiamente, cánsanse y déxanlo; y tambien quando echan ojo en lo que trabajó el buen Obispo de Chiapa, y en su gran constancia y en lo que padeció mi buen amo el Obispo de Popayan; y como ambos murie. ron con este pio, de que se supiese la verdad de lo que en las Indias pasa, y se remediase y ambos sacaron poco fructo de sus trabajos, como veen esto, desanímanse y déxanlo, y así no se acaba de averiguar la verdad de lo que en las Indias pasa.

Quien tenga la culpa de tantos males y daños, yo lo diré, y no la tiene nuestro buen Rey y señor como algunos atrevida y malamente, sin entendello, hablan; porque bastantísimamente descarga con poner un Consejo tan christiano y de tantas letras, y él, tan de buena gana oye á todos, y lo que á su noticia viene, inanda remediar ya hecho y hace tan grandes limosnas en las Indias, edificando iglesias, monasterios y hospitales y colegios,

y gastando tantos dineros embiando allá frailes y clérigos que prediquen el Santo Evangelio. Pues el Consejo de Indias, tampoco tiene culpa de estos males, pues con diligencia hace lo que en sí es, procurando de enviar allá Obispos y Jueces los mejores que puede hallar, y si allá se pervierten, ¿qué culpa tiene? basta hacelles tomar residencia y castigallos, pues las provisiones, cédulas, instrucciones que envia y lo que allá manda, santísi

mo es.

La culpa de todos los males: cometidos en las Indias, á mi juicio, reparto yo en tres géneros de persoñas, la tercia parte desta culpa y aunque le hechara la mitad no errara―tienen todos los Jueces eclesiásticos y segla, res, desde el mayor hasta el menor que an estado y es tán oy en las Indias, porque jamás an sequtado á derechas, lo que el Consejo desde acá santamente les manda; ni las nuevas leyes, ní otras mil provisiones y instrucciones que para el buen gobierno de las Indias, cada dia les envian; los unos, especial, inferiores, no lo hacen por estar hechos á la tierra y corrompidos con los comenderos, con codicia; los otros muy prudentazos, á los quales alaban mucho por no executar nada, dicen no conviene sequitar; esto yo informaré á S. M., no es tiem, po, no conviene para esta tierra, no la entiende el Con sejo, y así se quedan los delitos sin castigo, y no se sequta justicia; y por esto y no por otra causa se an levantado allá tantos tiranos en el Pirú y otras partes; porque el fin de la justicia, bien vemos que es la paz, y los buenos Jueces que ay, que son pocos como sus compañeros y todos son contra ellos, no prevalecen ni llega su voto al fogon; de todo esto pondré grandes exemplos que é visto y oido allá.

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La segunda tercia parte de la culpa destos males, echo á todos los clérigos y frailes que están y an estado en las Indias, que por hacerse ricos se an conformado con todos los malos que asuelan las Indias, y los con fiesan y absuelven sin restituir lo que an hurtado á los indios, y absuelven a los tiranos, dexándolos á todos ch su propio estado, sobre sanándoles sus pecados. q à Viendo claramente consumirse los indios y acaharse por servirse dellos hasta que mueren, y declarar estoj es un abisino. And, h

La última tercia parte representa entre sí los propios conquistadores y encomenderos de indios y sus criados y los soldados que son todos los moradores de las Indias, por ser ellos los perpetradores destos delictos; qué si los oviese de contar, seria no acabar y me mandaria V. Si callar, porque no podrian orejas tan christianas, oir tan graves delictos como españoles an cometido y oy cometen contra indios.

El remedio para que no pasen adelante tantos males, délo Dios Nuestro Señor, que los hombres poco alcanzan. Pero seria algun medio y entender seria que se quiere remediar, si estas cosas de las Indias se procuran presto de entender, do qual no se, puede hacer sin hacer una grande junta, como conviene á negocio tan impor tante, donde esté presente S. M. 6 V. S. y el propio Consejo de Indias, y otros grandes theólogos, todos por Jueces, y allí en medio como en un coso, á una parte, poner todos los buenos religiosos y otras personas que ay de gran virtud y tratan este negocio, que tengan to dos espirienc ia de las Indias; y de la otra parte, poner un hato desta gente, que á venido de Indias, y cada uno de lo que á visto y sabe de cada provincia, por sí, ave

rígüese alli delante tan buenos Jueces, la verdad, y harán confesar los buenos á la gente de Indias, lo que allá pása; y así, clara y abiertamente se verán los males que allá ay; y averiguado esto, que es lo que toca al hecho, V. S. y el Consejo determinen el derecho, y den la ór den, qual que convenga, y váyase á exequtar, que poco á poco se hará mucho en el servicio de Dios y en la conversion de los indios; y no haciéndose, siempre andaremos á tiento.

V. S. me perdone si he sido largo, que no convenia con persona tan ocupada; la qualidad del negocio me desculpa y abérmelo mandado V, S., &.

Este memorial dió el bachiller Luis Sanchez, que vive en Chillaron de Pareja. Diólo al señor Presidente Spinosa, en Madrid á 26 de Agosto 1566 años.

PARECER DE FRAY PEDRO DE Azuaga, sobrE VARIOS PUNTOS ACERCA DE LA Gobernacion y POBLACION DE LAS INDIAS. (1)

Gobernacion y materia de indios, religion y pobla ciones-Fray Pedro de Azuaga.

Aristóteles dice, que Dios Nuestro Señor proveyó á todos los animales á cada uno en su manera, de voces atractivas con que á sus tiempos se llaman y se entienden y se juntan y conforman; y Sant Ambrosio, en el quinto

(1) Archivo de Indias.--Patronato.-Est. 2, caj. 1, leg. 19.Sin fecha.

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