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parte dellos, no pusieren toda diligencia y cuidado en que estas tristes gentes se remedien siendo puestas ent su libertad, y los malos vasallos cristianos de Vuestra Alteza, sean conocidos é tenidos por quien han sido; y porque en estas partes, Dios Nuestro Señor ha despertado el spíritu de un clérigo llamado Bartolomé de las Casas, el qual con muy grande zelo, ante de la muerte del Señor Rey Don Fernando, fué en España á le informar de todas estas cosas, é á le pedir remedio para ellas, y despues de su muerte, negoció lo mesmo con el reverendísimo Cardenal Gobernador de Vuestra Alteza, en los reynos de Castilla, y tornó acá con el remedio que se dió; del qual, él ni aun nosotros, no estamos satisfechos, é agora otra vez torna allá con pensamiento de ver á Vuestra Alteza y darle cuenta entera de todo lo de acá; por tanto, no quiero decir más quanto á este artículo, sino que á él me remito porque es persona de virtud é verdad, y persona que há muchos años que está en estas tierras, y sabe todas las cosas de acá; Vuestra Real Alteza le puede justamente dar crédito en todo lo que le dixere, como á verdadero ministro de Dios, que para atajo de tantos daños, creo que le ha escogido la mano de Dios.

Lo segundo, señor; quiero más brevemente concluir, y es lo que toca á los cristianos solos; que despues que á esta isla fueron embiados tres jueces, que dicen de apelacion, se han recrecido muchos males y daños en muchas dissenciones, y diferencias y vandos que en la tierra ha abido, y ay en muchos ódios y enemistades, murmuraciones y detraciones en mucho huego de pleitos é de gastos, de muchos y estraños derechos por donde la tierra está muy pobre y destruida; los quales males, yo que ví

la tierra antes que ellos viniesen, no conocí en ella; no sé qué aya sido la causa, porque á Vuestra Alteza dejo el juicio della; esto sé, que como digo antes, no ví estas cosas en la tierra; los unos quieren destruir á los otros, y los otros á los otros, y así nunca acaban, y segun lo poco que yo he leydo, la tierra donde muchas cabezas oviere ó que presuman dellas, nunca podrá ser bien regida ni gobernada; así como ni la ciudad dó oviere dos corregidores, ni el reyno dó fueren dos reyes, ni aun el monasterio dó estuvieren dos priores, que Aristotel tal alcanzó, y vino en conocimiento de un Dios, que él llamó primera causa, considerando el buen regimiento y la buena órden que el mundo en sí tenia, y de allí concluyo, que era imposible aver más de un príncipe y señor en el mundo. Si Vuestra Alteza quiere tener en paz y en devida órden estas tierras, es menester que no aya diversas cabezas, ó que dello presuman, y aun la verdad hablando, segun lo que yo he podido sentir y conocer, valga lo que valiere ante los ojos de Vuestra Alteza, no me parece que ay necesidad de jueces de apelacion en estas tierras, sino es para pleitos y gastos y revueltas, y otras muchas miserias. Que un juez que agora fué enviado por el reverendísimo Cardenal, para que tomase residencia á todos los que hasta aquí abian tenido administracion de justicia en estas partes, dicen, que teniendo en sí solo quatro jurisdiciones ó judicaturas, que hasta aquí solian estar repartidas en muchos, basta para todas ellas, siendo á un tiempo de Regidencia, y le sobran tres ó quatro horas cada dia, y quanto más le sobraria, si solamente obiese de administrar lo ordinario, que es señal que los jueces más entendian en sus grangerias y en su cojer de oro, y en las armadas que hacian para

otras islas, que en pleitos ni causas; porque en estas tierras, por ser nuevas las posesiones y los títulos dellas, no ay mucha dificultad en los pleitos y diferencias. Allende desto, porque á mí la conciencia me acusa y remuerde, quiero hacer saber á Vuestra Alteza que en el tiempo que el almirante D. Diego Colon, Visorrey é Gobernador de Vuestra Alteza, en estas partes, por sí solo regia y por sus jueces, me parece que eran tiempos pacíficos, quietos, quitos de pleitos é de gastos, y de otros muchos males, los quales á mi ver, en aquel tiempo, no se osavan cometer; y agora, cada rato por razon de diversas valias é mandos que despues han sucedido, de su persona, yo creo bien é verdaderamente que ha sido y es fiel servidor y vasallo de Vuestra Alteza, porque le tengo por hombre de muy buenas partes, de ser sano y recto en la intencion de desear justicia y razon; es hombre muy humano, humilde y muy acondicionado, hombre que recibe doctrina y consejo, mayormente de los que piensan que sirven á Dios; hombre, que en las cosas de dificultad, veíamos aquí que solia tener recurso á Dios, con misas é otras oraciones, encomendándose en los religiosos; y lo que pienso, porque Nuestro Señor, era y ha de ser siempre con él, es por ser hombre muy limosnero, que es una cosa que ama Dios mucho en los hombres que tienen estado seglar. Yo, señor, he dicho á Vuestra Alteza, lo que de las cosas de acá alcanzo é siento, como al principio prometí. Vuestra Alteza reciba mi intencion deseo que de servirle tengo, y como arriba dixe, valga todo lo dicho ante Vuestra Alteza, lo que por bien toviere é servido fuere; que á lo menos yo he quitado de sobre mis hombros una grande obligacion que persaba tener hasta informar á Vuestra Alteza de las cosas de

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acá. En todo lo demás, al que arriba dixe me remito, que pienso verá é hablará á Vuestra Alteza, segun él dice, á quien Vuestra Alteza no dude creer; y asi ceso rogando á la piedad de Nuestro Señor Dios, que sea siempre en el ánima y Real persona de Vuestra Alteza, y le conserve y acreciente su muy alto é muy poderoso estado; siendo primeramente, su Real conciencia alumbrada de la lumbre del Spíritu Santo, y doctada de abundancia de gracia, para que tantos y tan grandes reynos rija y gobierne, conforme á la ley é voluntad de Dios fuere. De Santo Domingo de la Española á veinte é ocho de Mayo.-El menor de los siervos de Vuestra Alteza, FRAY PEDRO DE CÓRDOVA, Vice-provincial.-Entre dos rúbricas.

LAS COSAS NECESARIAS, PROVEER Y LLEVAR Á LA HABANA, PARÀ SU SEGURIDAD, por GABRIEL de Luxan. (1)

Las cosas que parece convernía y son necesarias prover y llevar á la villa de la Havana, siendo servido Su Magestad y los señores del Real Consejo de las Indias, para la seguridad y guarda de aquella isla, son las siguientes:

Ante todas cosas, que mande Su Magestad situar la paga y sueldo de la gente de Gobernacion que ay en la fortaleza de la dicha villa, en la caja de la ciudad de la Vera Cruz; porque sin esto, la dicha gente no se puede

(1) Archivo de Indias -Sinfecha.

sustentar de comida, ni vestido, ni puede servir como conviene; porque se vienen y van quando están áviles, de que queda la tierra y castillo sin la gente que oonviene. El castillo y fuerza de la dicha Havana, no tiene más de seis piezas de artillería, porque aunque ay siete, la una no es de provecho, y aun las otras tienen necesidad de reparos, y estas son tan pocas, que harán muy poca defensa al tiempo de la necesidad; así por ser muy pocas, como de poca municion para lo que allí conviene, serian necesario, siendo Su Magestad servido, otras veinte y quatro piezas, grandes, de á treinta, quarenta y cinquenta quintales.

Serán necesarios scis lombarderos y un condestable, con los que al presente ay allá, que son tres ó quatro, y estos son tan necesarios, que abiendo artillería no se escusan, y an de ser todos artilleros pláticos, que sepan regir y gobernar una pieza de artillería; porque aunque serian menester más para estas piezas, pocas veces servirán todas juntas y estos irán mostrando á otros, tirando al terrero y platicándolo como lo an de hacer muchos dias, y acudiendo á la parte que fuere menester.

Esta artillería, tiene necesidad por lo menos, para cada pieza, de treinta pelotas, porque algunas veces se cargan á vista de velas ó nueva de cosarios, y no se pueden, algunas veces, sacar todas, y es forzoso ir perdidas en las salvas.

Es necesario para la dicha artillería, arta copia de pólvora, y esta se puede llevar de España en las naos de armada, porque abiéndose de prover allá, saldria muy cara, y para las salvas y otras ocaciones de naos que entran y salen y el exercicio de los artilleros y soldados para avilitarse y hacerse diestros, será menester

TOMO XI.

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