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CARTA DE BERNALDINO DE SANTA CLARA AL SECRETARIO D. FRANCISCO DE LOS COBOS, REFIRIÉNDOSE A OTRAS QUE

ANTES LE HABIA ESCRITO SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DE UNA

GRAN ISLA, QUE SEGUN UN INDIO TRAIDO DE ELLA, ERA MUY

INTERESANTE SU POBLACION: POR TANTO PIDE QUE SE LE ATIENDA CON ALGUNO DE LOS EMPLEOS QUE HABRÁ QUE PROVEER EN LA MISMA.—Año de 1517. (1)

Señor:-Por la mucha duda que, los que en este destierro estamos tenemos, de venir todas veces nuestras cartas á poder de quien las enviamos, é porque sé que ello sirvo á vuestra merced, aunque muchas é muy continas cartas á vuestra merced he escrito, no tengo de dexar, todas las veces que mensajero obiere, mayormente siendo tan cierto como el señor Bernaldino Velazquez que la presente lleva, de escribir á vuestra merced é traerle á la memoria la mucha obligacion que de servirle tengo, para que no se olvide de me enviar á mandar todo lo que ofrecerse pudiere que sea su servicio, aunque soy bien cierto que poco trabajo es menester para se lo dar á conocer, pues tantos tiempos há que lo tiene tan visto y conoscido, que si, como por mi voluntad y deseo, por las obras vuestra merced lo obiese esperimentado, no me ternía por poco dichoso, si alguna parte de lo mucho que à vuestra merced debo, le obiese podido servir; y porque me pesa que van ya mis palabras subiendo á lisonja, de la qual yo soy capital enemigo, no diré

(1) Archivo de Indias. Patronato, Est. 2.o, Caj. 1.o, Leg. 26.

mas en esta materia de que, lo mas en suma que yo pudiere relatarle á vuestra merced algo de lo que por otras mis cartas le he hecho saber, y de lo que por él pregunté, se ofresce que deba saber. Yo, Señor, escrebí á vuestra merced largo, con un Gonzalo de Guzman, quel tesorero Diego Velazquez envió desta isla á besar las manos del Rey nuestro Señor, é ha hacer á Su Alteza relacion de cierta tierra, que en una armada, que desde esta isla hizo, se descubrió, como mas largamente por ella vuestra mer ced abrá visto; despues acá no ha sucedido cosa en el caso, mas que an traido aquí un indio, que tomaron en aquella tierra, que aun no era llegado á esta villa quando Gonzalo de Guzman se partió, que, como se vá entendiendo con nosotros y nosotros con él, es maravilla de las cosas que de aquella tierra señala, y dice de la mucha poblacion é riquezas della; el teniente Diego Velazquez ha enviado y envia á suplicar á Su Alteza por la gobernacion della y otras muchas cosas que ya vuestra merced abrá visto, lo cual todo yo creo que Su. Alteza será servido de se lo mandar otorgar; porque lo quiere conquistar y poblar á su costa y aun por lo que ha servido á su Alteza, ansí en la isla Española como en esta isla; si á poblarla va, no hay duda sino que â de aber muchas cosas y oficios que proveer; pues vuestra merced está puesto en el lugar y estado que meresce, y ló puede hacer, no dexe de pedir algo allí, que siempre en estas semejantes cosas suele pesar poco y despues sale á mucho; y si algo en ello hiciere y negociare y de mí se quisiere servir, ya sabe que presta y aparejada está esta persona hasta la muerte para servir à vuestra merced; el mayor deseo del mundo tengo y no otro mayor de saber de las cosas que tocan al estado y persona del Secre

tario mi señor, y aunque Juan de Sámano me escribió, fué tan breve, que por su carta no pude saber cosa de lo que deseaba, ni me traxo carta de vuestra merced, de que no menos pena recibí; mas contentéme con saber de palabra la mucha salud y prosperidad de la persona de vuestra merced, de la qual nunca se esperó menos segun el mucho merescimiento della; pero si yo me contento con poco, pues me puede hacer mercedes, no dexe vuestra merced de remediar un desconsolado con las migajas de su mano, porque con su carta recibiré acá tanto favor, que será para mitigar algo de la mucha pobreza que tengo, que, á sufrirla juntamente con estar olvidado y desfavorecido de vuestra merced, no ay corazon que baste; el teniente Diego Velazquez escribe á vuestra merced largo, no tengo duda sino que le mandará responder; suplicóle que en su carta no se olvide de meter una colleta en mi favor, que sé que se aprovechará mucho, y si del Rey nuestro Señor dos renglones se pudiesen aber en mi favor, de quantos en vida de aquel Cathólico Rey de gloriosa memoria se derramaron por estas manos por mandado de vuestra merced, seria darme enteramente la vida; creo que esto es lo menos que vuestra merced puede, segun el lugar y cabida tiene, como la meresco; mire á qué tanto es venida mi necesidad, que ya no pido mercedes de oficios ni otras cosas, sino una carta rica de favor; no me ocurre por el presente otra cosa de qué hacer relacion á vuestra merced, sino que en lo demas, que de mi persona y casa quisiere saber y de toda esta isla, me remito al señor Bernaldino Velazquez que la presente lleva.-Nuestro Señor la muy noble persona de vuestra merced prospere, con todo acrecentamiento de vida y de estado, como yo de

seo y vuestra merced meresce.-Desta villa de Santiago é isla Fernandina, 20 de Octubre de quinientos y diez y diez y siete.--Besa las manos de V. M.-Bernaldino de Santa Clara.

CARTA DEL PRESBÍTERO GOMEZ MARAVER AL PRÍNCIPE DON FELIPE, PIDIÉNDOLE SE INTERESE POR LOS REINOS QUE POSEE EN INDIAS, AÑO DE 1544. (1)·

Excelente y serenísimo Príncipe y Rey de las Españas, nuestro Señor:-Contemplando en la variedad y poca constancia de este mundo y cuán breve y caduca es su gloria mundana, cuán flaca y apocada es su potencia, y cuán engañados viven los Emperadores y Señores dél; pues en un instante vemos que la muerte corta y rasga la tela de la vida, no dejando otra señal sino la mísera sepultura; y ansí, aunque por una parte, poderoso. Señor, esta celsitud y grandeza de estado suele poner temor é impedimento á los mortales, máxime en significar y dezir verdad á sus Príncipes de los agravios de sus Reinos; por otra me ha dado osadía la clemencia y benignidad de V. A., especial én materia do solo se trata de la honrra de Dics, de la perpetuidad de esta Nueva España y de la afliccion y miseria de sus vasallos; pues á V. A., que es protector nuestro en lugar de Dios, compete el remedio; y muéstranoslo Daniel, diciendo: En tiempo de

(1) Coleccion de Muñoz.-T. LXXXIII.-Véase la carta de este mismo presbítero, publicada en el tomu vIII, pág. 199 de esta coleccion.

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tanta necesidad y miseria, no hay capitan, ni profeta, ni sacrificio ni lugar de primicia, sino es el Serenísimo Príncipe D. Felipe, cristianísimo siervo de Dios, legítimo beredero de las Españas, Rey y Señor nuestro, el cual, como mas prominente, se ponga en medio de la S. C. C. M. del invictísimo Emperador nuestro Señor y de este Reyno, para que, así como aquel Hijo de Dios aplacó la ira del Padre contra el género humano, ofreciéndose á la muerte, así V. A. ha de ser favorable intercesor y medianero, tomando toda cruz por la redencion deste Reino, dando su ánima por sus ovejas; pues como dice la Escriptura, de V. A. es la potencia, suyo es el reyno y mando sobre nosotros, y concluye pidiendo paz porque mediante ella haya fluencia y multiplicacion de las cosas espirituales y temporales; cuya dichosa vida y serenisima persona de V. A. guarde y engrandezca Nuestro Señor en su santo servicio, con mayor acrecentamiento de nuevos reinos y señoríos. Amen!

Desta su gran ciudad de México, 1. de Junio de 1544-De V. A. S. P. Mínimo capellan y leak siervo que los serenísimos piés de V. A. besa.-Gomez Maraver.

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