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de una Carta de privilegio que el Rey Don Juan II° dió á un hijodalgo.

Don Juan, por gracia de Dios, rey de Castilla y de Leon &. Por cuanto vos, Juan, me fecistes relacion quexándovos mucho que por vuestro nascimiento haber sido de la generacion de los Ranciosos, que quiere decir cristianos viejos lindos, no podiades medrar cosa alguna, ni vos aplicar á facer las cosas, artes, sotilezas y engaños y maldades que, sin temor de Dios y verguenza de las gentes, facen y tratan los de la generacion de los Hebreos que son legitimos, que quiere decir marranos, nuevamente fraguados por nuestros pecados, por tanto, que nos suplicávades y pedíades por merced que, usando con vos de clemencia y piedad, vos mandásemos legitimar y dar licencia para ser tal marrano, y poder usar de

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las sutilezas, artes, tratos, y engaños de que los dichos marranos, sin temor de Dios y verguenza de las gentes, usan y se aprovechan; é Nos, veiendo ser cosa justa, pues desotra manera entre ellos no podriades vivir sin ser siempre engañado, é considerando que algunos otros de nuestros reinos nos lo han pedido y suplicado, condescendiendo á vuestra soplicacion y demanda, tovímoslo por bien.

Por ende, por la presente, por vos facer bien y merced, vos legitimamos y habemos por legitimado para que de aquí adelante, en todo el tiempo de vuestra vida, podades ser y seades tal marrano y de la ralea y generación de los marranos en vuestras obras y tratos, bien así como si en ella mesma hobiérades nascido y os hobiérades criado.

E vos damos licencia y autoridad y facultad para que, sin temor de Dios ni verguenza de las gentes, podades facer e intentar, usar y fabricar cualesquier sutilezas, maldades, engaños y lisonjas é otras cosas semejantes, de las cuales todos los de la dicha generacion de los marranos usan y se aprovechan, segun su constelacion y nascimiento los inclina. Esto sin pena, para cuanto en este mundo solamente.

Para lo cual, Nos por la presente carta vos alzamos y quitamos cualquier verguenza, bondad y honestidad y temor que de Dios Nuestro

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Señor y de las gentes tengais, la cual verguenza y honestidad damos por ninguna y de ningun valor y fecho, bien ansí como si nunca en vos ni en vuestra cara la hubiera habido; por virtud de lo cual vos damos poder para que podades gozar y gocedes de la buena andanza y venturas y parentescos y amistades para en este mundo, segun dicho es, que todos los de la dicha generacion de los marranos han y gozan, segun su constelacion y nascimiento.

E ansí mismo para que si con algun Señor ó Señores de aquí adelante viviéredes, presumades, sin temor ni verguenza, de los engañar y dar á entender que la moneda vale mucho, porque por ello se fagan cobdiciosos y desordenados, y los trabajadores y los que poco pueden se pierdan y no ganen el mantenimiento necesario, é para que con la cobdicia, no paren mientes ni se acuerden de los castigos y consejos que un Rey antepasado daba á sus hijos, diciendo que se guardasen de no facerlos tesoreros de sus tesoros, ni de tomar á ninguno de los Fariseos por mayordomo de sus faciendas, ni por consejero de sus consejos, porque los dichos marranos, fariseos, hebreos y saduceos eran y son gentes que les pornían cobdicias desordenadas muy dañosas, é que de lo propio de los Señores sacaban para ellos lo que

habian menester para sus tratos é artes, lo cual sería causa de los facer caer en muchas menguas y en mal querencia de sus pueblos, é que no sería maravilla que estas cosas é otras semejantes ficiesen, pues que trataron la muerte á Nuestro Señor y Redemptor Jhesuchristo, su verdadero criador, sin causa alguna, habiéndoles fecho tantos bienes y mercedes como les fizo.

E ansí mismo podades alcanzar y alcancedes con lisonjas, sotilezas é intereses tanto provecho y ganancia cuanto alcanza y podria alcanzar cada uno de los de la dicha generacion de los marranos, porque Nuestra merced y voluntad es, y á nuestro servicio conviene y cumple, que no seades menos ni de menos estados, ni tengades más verguenza que ellos tienen. Y tenemos por bien y es Nuestra merced que la devisa de vuestras armas sea de aquí adelante jarras de Santa María y flores de lis.

E otrosí que podades sin pena alguna cohechar y dar á logro, renuevo é usura, adobar la casa de la Tora y adorar su imagen, é casar con vuestras parientas, é tener la opinion é malvada intencion que tienen é mantienen los dichos marranos, no creyendo, como no creen, lo que la Santa Madre Iglesia cree y tiene y predica, é lo que en el Credo se canta y contiene, y que verdaderamente es nuestra fé, é

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